Cuando él estuvo a centímetros de mí, me pude dar cuenta que tenía un montón de golpes, me desesperé un momento. Levanté una mano para tocarlo, pero solo verlo me dolía rotundamente.
—¿¡Adler, qué m****a te sucedió!?
Él trató de sonreír, pero vi que le costó. Sentí la presencia de mis padres detrás de mí. Estos son palos en nuestra bicicleta, a lo mejor no sea tan malo como lo veo yo, pero en este momento me molestan un poco. Mi papá pensará mucho peor de Adler. Él saludó a mis padres, muy tranquilo. Me ignoró lo que me puso un poco molesta. Escuché la voz de papá saludando a Adler, eso era algo muy nuevo en esto que recién empezábamos, mi mamá se acercó a nosotros y la odié por completo.
—¡Henry! ¿Qué te pasó?
Fijé mis ojos en ella y le hablé muy seria.
—Dile Adler, mamá.
Y ella asintió.
Después de tal interrogación de mi mamá y enterarme que tal nombre como el de “Hudson” estab
Holaa, un cap larguito. Gracias por leer.
Me removí en la cama, no quería levantarme. Anoche nos quedamos hasta muy tarde en la comisaría, tuve que llamar a mis padres, ellos fueron y ¡Dios! Sólo miraban mal a Adler, bueno mi papá más que nada, pero le explicaron los oficiales que no nos sucedió nada, que ellos recibieron mi llamada y que por suerte nadie salió herido. Adler se disculpo con mis padres por este incidente, el hermano también pidió disculpas. Yo sólo renegaba, porque no deberían de pedir disculpas, soy bastante grande y ellos deben de agradecer que no sucediera absolutamente nada. Mi papá algunas veces era muy pesado con el tema de ser sobre protector. La noche fue maravillosa y agradezco al Dios que nos cuidó anoche. Adler tiene una deuda bastante grande con ese mafioso y sé que cuando salga de la cárcel, lo primero que hará es buscarlo. Su hermano estaba un poco borracho: tenía mezclado perfumes de mujeres con cigarrillos, era una fase que jamás creí descubrir de mi mejor profesor
Caminando íbamos a la casa de Adler, tomados de las manos, mientras conversábamos de cosas sin importancia; pasar cada segundo con él, me hace tan bien, verlo sonreí ¡Dios! ¡que me vuelvo loca! Sus facciones se notan perfectamente bien, sus labios rosados de tanto que se los muerde. Tiende a levantar levemente la ceja cuando dice algo serio, tiene unas pestañas muy largas, sus cejas tan negras hace que tiembles cuando él las frunce ni que hablar de su cuerpo, muy grande y bien trabajado. Lo que él habrá sido en secundaria, tiene fans por todos lados ni me imagino en la secundaria. El típico badboy, tan guapo y que ninguna pudo tener su corazón. —¿En qué piensas? —me preguntó. —En ti, en como eras en la secundaria, me lo imagino un chico muy perseguido por su grupo de fans. ¿Ninguna te conquistó? —En realidad, nadie me seguía al principio. Estaba tan enamorado, perdidamente y mi novia era la popular, no había chico que no
Todo lo que él me decía llenaba todo mi ser. Después de disfrutar del rico café y además acompañando de risas, nos sentamos en el sofá a ver unas películas; no sé porque, pero elegí “Yo antes de ti” por Dios, lo que me encantaba esa película, igual no era de mis favoritas, la que siempre lograba romperme en mil era la de “Now is God” con esa película lloraba hasta ahogarme. Es increíble que tenga 24 años y no sepa llorar, suelo ahogarme mucho si lloro mucho: se me va el aire y lloro desconsoladamente sin respirar. Soy una idiota y lo sabía. —¿Por qué elegiste esta película? No me digas por el protagonista, porque me sentiré muy inferior. Estábamos sentados y abrazados, una cobija nos cubría. Estaba prendida por él como garrapata. Él de vez en cuando acariciaba mi cabeza hasta mi espalda, me estaba por dormir en segundos. —¿¡Qué!? ¡Adler no me puedes decir que te sentirás inferior a Sam Caflin! —Lo miré expectante, puse pausa
Al día siguiente, me moví y mi trasero tocó algo muy duro. Me levanté y era Adler, que estaba muy dormido, no sé en qué momento se sacó la remera, tampoco sé, porque no estaba tapado. ¿Será que mi yo dormida lo violó? Traté de taparlo, pero las ganas de tocarlo era inmensas, me fascinaba por completo verlo así: tan sereno, tan tranquilo. Su pecho subía y bajaba lentamente, podía observar esas pecas y esos lunares, su cuerpo estaba totalmente tallado por dioses del Olimpo. Cuando lo estaba por tapar él me estiró y me acercó a él muy fuerte. —Por favor no te vayas Shannon —dijo y eso me molestó tanto que me separé bruscamente de él y me levanté de la cama—. Solo te estaba molestando. Se levantó rápidamente y me abrazó. —No es gracioso para mí Adler. —Me mirabas con tanta hambre, además toda la noche tu trasero rozó a mi amigo ¿y qué crees? No pude dormir siquiera una hora, pero tú si hablaste dormida y lo nombraste. Su cara cambió notor
Adler me acompañó a casa y fue difícil separarnos; estábamos fuera de mi casa, parados hablando de no me acuerdo qué, pero llevábamos como treinta minutos parados, todo el tiempo diciéndome que no se quería ir, lo mismo sentía, pero rompí eso y le dije que ya me tenía que ir y sin mirar atrás entré a la casa, sabía que si miraba para atrás le hablaría de nuevo. El resto del día me pasé estudiando y dibujando, había hecho un montón de dibujos de Adler, ya que antes me daba rabia dibujarlo, ahora con mucho gusto. La noche llegó bastante rápido, yo por lo general después de cenar miraba uno que otro capítulo de anime, pero esta vez solamente fui a acostarme; no me sentía cansada, sino muy emocionada por mañana, tenía que salir de compras con el hermano de Adler, lo cual tenía muchas expectativas y además imaginarme en un baile lleno de gente muy adinerada me daba un tanto de miedo y también imaginándome esa tal Shannon. Sólo pido poder pasar ante ella y no sentirme
Ya iba por el vestido veinticinco y Magnus no quería parar. Ya estaba destruida mentalmente por todas las ofensas que me decía a mí misma. —Ese está más lindo —habló un poco inseguro, negué. Tenía puesto un vestido rojo, más o menos al cuerpo, pero no tenía mangas y mis brazos de luchador resaltaban sin asco, mi abdomen se notaba mucho y en la parte del busto me apretaba al grado de dejarme sin aire. — Aquí tienen más vestidos, acompáñame —me habló la empleada. Buscaba y buscaba el vestido perfecto con el que me sienta cómoda. Pediré una faja para poder disimular mi panza. —¡Oye mírame! —escuché la voz de Magnus, su voz se había hecho más grave, como la de Adler cuando se enoja—. Eres preciosa, no te preocupes, tómate tu tiempo, de seguro vas de encontrar el vestido perfecto para ti. Escuché como las chicas de atrás comenzaron a suspirar. Asentí y caminé detrás de la chica. Ya no tenía ganas para nada, me sentía lo más horrible d
Me encontraba sentada en una de las tantas mesas que ocupaban lugar en el gran salón de la biblioteca; el silencio que reinaba en el lugar me dejaba concentrar en todos los trabajos que tenía para entregar la semana que viene y la disposición de tener muchos libros me ayudaba. Era mejor estudiar en la biblioteca que en mi casa, ya que se encontraba mi hermano y que ser más molesto, es imposible concentrarme cuando estamos bajo el mismo techo: su música a todo volumen, amigos igual de molestos; al tener la imposibilidad de escucharse, hace que levanten la voz y se cree un bucle infinito de gritos. Es por esa misma razón que se me ve en la biblioteca los cinco días de la semana hasta que me corran del lugar. Estoy en tercer año de cinco, de la carrera Diseño Gráfico. Elegí tal carrera porque me llena mucho el tema de diseñar, ya sean páginas o simples imágenes y todo surgió por leer mangas o mirar anime, dibujar lo he practicado desde muy chiquita. —¡Rose, acuérdate que 10PM cerramos!
Comencé a escuchar al despertador sonar a lo lejos y luego el sonido se intensificó al grado de molestar a todo el vecindario; debería cambiar mi tono de alarma, es que era la única que lograba escuchar. «¡Mentira!» Con que mi celular vibrara ya me despertaba, pero la canción de Nicky Minaj, “Hey Mama” hacía que me levantara con ánimos de empezar el día, era algo así, motivadora para mí. No quería levantarme de la cama; el quedarme hasta tarde pensando en lo que sucedió ayer, fue mala idea. —¡Hermanita! ¡Levántate, se te hace tarde! —Gritó mi hermano desde la primera planta, era obvio que él no vendría hasta mi cuarto a despertarme tranquilamente, jamás. Me tapé la cara con la almohada o me golpee con ella, se que suena bastante violento. Me sentía tan devastada y era porque tenía que prepararme para ir a la universidad, además debía que hacer el mismo recorrido que ayer y las imágenes seguro me atormentarán. Me encanta ir caminando con mis cables colgando de mis oídos, pero ese día