Afortunadamente, la hora del almuerzo llegó y tuvieron que ir a la casa a comer. Hyunjae solo podía agradecer una cosa, descansar un poco. Mientras caminaban de regreso, sentía cada músculo protestar con cada paso, pero también estaba satisfecho de haber ayudado.
Un aroma delicioso impregnaba el aire, proveniente de la cocina donde Rosita se esmeraba en preparar el almuerzo. Había estofado de cerdo y otras comidas típicas que Hyunjae no conocía, pero que olían maravillosamente. La mesa de madera, estaba bien dispuesta, con platos coloridos que daban un aire festivo al ambiente. A estas alturas, Hyunjae comería hasta piedras si fuera necesario, estaba tan hambriento como nunca antes en su vida. Agradecía que la señora Rosita le hubiera servido una gran cantidad de comida.
—¡Vamos, hijo! ¡A comer antes de que se enfríe! —dijo Rosita con una sonrisa, se&ntild
Al día siguiente Hyunjae, ya sintiéndose mejor, se levantó de la cama con un suspiro de alivio. Recordando el alivio que Maggi le habían proporcionado, se estiró cuidadosamente, sintiendo aún una ligera molestia en sus músculos. Después de asearse y vestirse, se dirigió a la cocina, siguiendo el sonido de los utensilios y las risas suaves que llenaban el ambiente.La cocina, iluminada por la luz del nuevo día, estaba llena de vida. La señora Rosita, con su delantal puesto, estaba ocupada preparando el desayuno, moviéndose con la eficiencia y gracia de alguien acostumbrado a estas tareas diarias.—Buenos días, señora Rosita —dijo Hyunjae con una sonrisa, acercándose a ayudar.—Buenos días, hijo —respondió ella, devolviéndole la sonrisa —¿Cómo te sientes hoy?—Mucho mejor, graci
—Gracias por tu ayuda, Hyunjae —dijo Maggi, rompiendo el silencio —No sé qué habríamos hecho sin ti.Él sonrió, sintiendo una calidez en su pecho —No tienes que agradecerme.Maggi asintió, sus ojos brillando con gratitud y algo más —Lo sé, pero aun así, gracias. Has ayudado más de lo que imaginas.—¿En serio?, no creo que fuera para tanto – dijo honestamente él. De hecho Herbert siempre le daba pociones para que se mantuviera en buen estado de salud, claro que la intención era mantenerlo en óptimas condiciones solo para que siga trabajando.—Hyunjae, la vida por aquí no es fácil como abras notado.—En ese caso… es bueno que vivas a hora en la cuidad ¿no? te libraste de una vida difícil y complicada si te hubieras quedado en este pueblo —No lo decí
Después de su qué hija y ese chico se fueran, algo dudoso Gregorio le dio el contenido del vial en la boca del toro y esperó que este se lo tragara. Momentos después, una pequeña luz rodeó al animal, y se levantó como si no hubiera pasado nada, aparentemente sano y recuperado. La expresión en el rostro de Gregorio pasó de la preocupación al asombro.—Papá, ¿estás seguro? —preguntó Nicanor, aún incrédulo por ver casi un milagro.Gregorio miró al toro, ahora en pie, y suspiró —Bueno ese joven tenía razón en una cosa. Esto nos va a ahorrar tiempo.Nicanor frunció el ceño, todavía dudoso no es que tuviera algo en contra del novio de su hermana. Simplemente, esa poción podría haber ayudado a alguien más en vez de un animal —Papá, ¿no hubiera sid
Pero Hyunjae tenía aun algo que aclarar. Se tomó un momento para ordenar sus pensamientos antes de hablar —Señor, si es de ser honesto con usted —dijo Hyunjae, mirando a Gregorio a los ojos, sabiendo que lo que diría a continuación sería importante y esperaba que sea cual sea la opinión que el señor Gregorio tenía sobre él no empeorara —Honestamente, Maggi y yo no nos llevamos conociendo mucho tiempo. De hecho, hace solo un par de días que salimos juntos y estamos empezando a conocernos de forma personal. Pero si se me permite, hay algo que quisiera que usted supiera.Gregorio, con su mirada fija y penetrante, asintió lentamente, dándole la señal para que continuara, quería escuchar lo que diría porque en realidad era una gran revelación saber que su hija y ese joven sé que conocían hace poco tiempo porque definitivamente no pa
Ya en la casa, el aroma de un delicioso almuerzo los recibió. La señora Rosita y Maggi habían preparado una comida con esmero, y el ambiente en la cocina era animado y cálido. Los hermanos de Maggi, Nicanor y Rosaura, también estaban allí, animadamente contando lo que había sucedido.—Llevamos las pociones curativas a la posta de salud y las distribuimos entre las personas que realmente las necesitaban —dijo Nicanor, con entusiasmo—. La gente estaba muy agradecida. Preguntaban de dónde habían salido esas pociones.Rosaura asintió con entusiasmo, sus ojos brillando con orgullo —La gente estaba tan agradecida. No dejaban de preguntar de dónde habían salido esas pociones.Hyunjae escuchaba con atención, aunque no había esperado que las pociones se repartieran tan rápidamente. Pensó que la familia de Maggi dispondría de ellas
Al día siguiente, el sol apenas asomaba sus primeros rayos cuando ocurrió algo inesperado en la casa de la familia. Después del desayuno, justo cuando Hyunjae, Nicanor y Gregorio se preparaban para ir a la chacra, una multitud del pueblo llegó a la casa. Los recién llegados, quienes habían recibido las pociones de curación, para ellos o sus familiares ahora estaban frente a la casa de Gregorio y querían expresar su agradecimiento ayudando a arar el campo del señor Gregorio.La casa se llenó de murmullos y sonrisas. Las mujeres del pueblo, con delantales de colores y rostros amables, se ofrecieron a cocinar para todos y asegurarse de que no faltara nada mientras durara el trabajo. La cálida luz de la mañana iluminaba sus rostros llenos de gratitud.Gregorio, un hombre de rostro curtido y manos fuertes, se cruzó de brazos, observando a la multitud con una mezcla de sorpresa y
La tarde avanzó con un ritmo constante y armonioso. El campo, bajo la luz dorada del sol de la tarde, parecía vibrar con la energía y el esfuerzo de todos los que trabajaban allí. Mientras tanto, en la casa, la cocina seguía siendo un hervidero de risas y conversaciones, con el aroma de los guisos y el pan fresco llenando el aire.Maggi no pudo evitar que el principal tema de conversación en la cocina siguiera rondando en su mente. Cada vez que veía a Rosaura o a alguna de las otras mujeres, una ligera sonrisa y un guiño de complicidad le recordaban el comentario sobre Hyunjae. Por más que intentaba concentrarse en el trabajo, la vergüenza y la curiosidad la mantenían distraída.Finalmente, llegó la hora del almuerzo. Maggi salió de la casa y caminó hacia el campo para llamar a todos a comer. El sol estaba alto, y una suave brisa hacía que el calor fuera m&aacu
Hyunjae no pasó el resto de las vacaciones como había pensado inicialmente, es decir cómo debía de ser, descansando. No, se le pasó trabajando, yendo y viniendo, con Maggi a su lado esa era la mejor parte de todas. Esa fue la parte que más le gustó a ella: estar junto a él y verlo en una faceta que nunca antes había visto. Ni siquiera en su primer intento, lo que se consideraba la primera vez, antes de la regresión. Pero ahora, Hyunjae se veía tan lleno de vida, que era increíble para ella. El cielo claro y el aire fresco de las mañanas en el campo llenaban de energía a Hyunjae, quien se levantaba temprano. El sonido de los pájaros y el crujir de las hojas bajo sus pies mientras caminaban hacia las chacras se habían convertido en una melodía diaria que ambos disfrutaban.—Nunca imaginé que pasaría mis vacaciones trabajando tanto —dijo Hyunjae, riendo mientras cargaba una canasta llena de herramientas agrícolas.—Bueno, estás haciendo un gran trabajo. Además, podrías tomarlo como forma