Narrador omnisciente
La batalla está en todo su apogeo. Los guardias reales luchan con sudor y fervor en contra de los humanos. Entre acero, flechas y mutilaciones, los ríos de sangre fluyen.
El rey toma a aldara y gadea del brazo exclamando a su beta.
¡Protege a la reina y a mi hermana!
Aren Todavía no podia revelar en medio de la batida a su gente y su amigo de confianza que encontró a su luna sin antes pensar que hará con Aldara.
Su beta obedece pocisionado a las mujeres detrás de él. De camino derriba a algunos rebeldes, hasta que topa con un joven corpulento, que blande su espada delante de el y le reclama imperioso.
–Deja ir a mi amiga y te perdonare la vida.
Daven frunze el ceño sin saber a quien hace referencia al decir "su amiga" pero sin detenerse a pensarlo. Contraataca
–¿Acaso crees que un humano arrogante e insignificante como tú podrá dañarme?
Aldara sale del resguardo del beta, al anticipar que estos dos, están a punto de batirse a duelo. Se para delante de daven y estira su manos a los costados de su cuerpo, como si fuera a volar.
– Daven, por favor... Te lo suplico.... ¡Déjanos marchar en paz!.
El beta palidece de repente al darse cuenta de lo que significan sus palabras ¡Traición! Entonces con ira reclama
–¡¿Tu estás con ellos?! ¡sabes muy bien!... ¡Lo que estás haciendo, es traición a tu rey! Y cuál será tu destino.. serás exiliada o en el peor de los casos ..
–¡Decapitada!–Sentencia, Aldara con lágrimas en sus ojos al ver la incredulidad y decepción en la mirada de su amado.
–¡Si! Claro que lo sé, pero no me importa. Odio al rey con todas mis fuerzas, y sabes muy bien, que estoy siendo obligada a unirme a el.. cuando al que amo es a otro..
– Esta bien ¡Vete!.
Le corta el diálogo con un dolor que le atravieza el alma, doblemente, por su osadía y por qué se siente defraudado de el mismo, al ser la primera y única vez que fallara al rey, pero advierte.
–Vete con tus amigos. ¡Pero no quiero volver a verte, ni por los alrededores, por qué la próxima vez no sere tan benevolente!
AREN
Despues de quebrar algunas cabezas y acabar con muchos humanos, doy un mirada escrutinadora de todo el lugar ¡Quedo en ruinas!. Observo hasta como los nobles se han unido a la feroz batalla. Busco por inercia como un imán, a esa mujer que acabo de descubrir. De repente, mi furia es indescriptible, cuando veo a un humano guiando de la mano a la salida, a la que iba a ser mi futura reina y a su lado le limpia el camino, la humana, que la luna me destino como mate.
De dos zancadas y sin darles tiempo a pestañear a ninguno de los tres, con una espada que había tomado de camino de algún sucio humano, se la atraviezo en el abdomen, al malnacido que intenta irse con mi luna.
Aldara jadea al ver la sangre brotar del hombre, que cae al suelo con la espada aún incrustada en su cuerpo. Se agacha rapidamente haciendo presión en la herida. La miro incrédulo « ¡¿por qué ayuda a su captor?!» Siento un frío metal que hace presion sobre mi cuello, detrás de mi espalda sin necesidad de escuchar su voz. Se quién es la portadora de está espada, su olor adictivo me llena hasta embriagarme. Y mis ansias locas de probarla, me inundan hasta sentir que colapsare si no la reclamo como mía ante mi manada.
– Al fin te tengo en mis manos, sucio animal.. te haré pagar por todo...
Mientras habla me lleva de espaldas hasta el centro del palacio, donde estaba sentado hace unos momentos. Sonrió y le sigo la corriente haciéndole creer que ella tiene el control. Intrigado de igual manera divertido por atreverse a desafiarme, como nunca nadie antes lo había hecho hasta ahora. Puedo sentir su odio al mismo nivel que su temor, por dar un paso en falso.
En el transcurso hasta llegar al trono, algunos de mis guardias e individuos de la manada tratan de acercarse al ver la situación. Pero yo les hago un gesto negativo, para que no se acerquen. De momento todos los que quedaron en pie, dejan de luchar para prestar total atención a nosotros.
MORGANA
Todos dejaron de luchar para mirarnos fijamente a nosotros, a la expectactiva de mi próximo movimiento. La bestia sin haberlo previsto, toma mi brazo con fuerza, manejandome como un títere, hace que tire la espada al suelo y dobla mi brazo provocando que voltee, y yo sea la que quede aprisionada. Con mi espalda pegada a su pecho, me inmoviliza y sujeta mi mandíbula con su mano para inhalar con fuerza sobre mi cuello ¿y olfatearme? provocando que se me erize toda la piel. Musita
–Como tu rey, te concederé el deseo y hare realidad tu mayor fantasía, de tenerme en tus brazos.
Pasa su asquerosa lengua por el lobulo de mi oreja, desendiendo por mi cuello... Se detiene unos instantes ahí, sin hacer ni un movimiento, ni un solo sonido. Mi corazón galopa frenetico y hasta dejo de respirar temerosa, de lo que pueda llegar a hacerme a continuación.
La bestia me avisa.
–Pero antes que todo, lo primero y más importante...
Siento que un dolor agudo me atraviesa entre el hueco de mi cuello y clavícula. Cuando la bestia perfora mi piel con sus colmillos, empiezo a sentirme cansada y comienzo a perder mis fuerzas. Lo último que escucho proclamar al lobo, después de lamer mi herida
– ¡Al fin la manada está completa con la llegada de mi verdadera reina, mi luna, mi mate eterna!.
Sin poder resistir más, desvanezco en los brazos de Morfeo.
MORGANA Me despierto en una cama extraña y al mirar mi cuerpo noto que tengo puesto ¡un vestido! rápidamente me levanto y observó la habitación más lujosa que he visto en mi vida. Frente a mi hay un tocador con un espejo, el cual examino mi figura ¡me han maquillado! y realizado un peinado alto dejando al descubierto mi cuello y hombros, este vestido de escote redondo, color dorado hace contraste con el tono de mi piel. Es ajustado hasta mi cintura y la pollera suelta hasta mis rodillas, en los pies llevo unas balerinas brillantes del mismo tono del vestido. Miro en todas las direcciones de la habitación y mi espada no está por ningún lado, intento abrir la puerta pero ¡está sellada! cuando siento que abren la cerradura desde afuera me pongo a la defensiva en pocision de lucha y al notar que el que ingresa por la puerta, es el maldito lobo, todo mi cuerpo se tensa recordando como este ser abominable me mordió, el odio me corroe. Me acerco a el para intentar golpearlo y en eso queda m
AREN En el palacio toda la manada, celebra la coronación de mí reina. A pesar que estamos en la búsqueda desesperada de gadea, esto es algo que no puedo seguir postergando. Mí corazón se encuentra dividido entre el deber, la lealtad con mí manada y el amor y la angustia que me invade, pero lo camufló muy bien, al no tener a mí hermanita amada conmigo. Ella genera una falta muy grande en mí corazón y es la única luz que alumbra en mis tinieblas. Suspiro y dirijo mi visión para admirar a mí diosa, sentada a mí lado, su semblante luce, amargado. Puedo olfatear su ira e impotencia a causa de que la estoy obligando a unirse conmigo de por vida y ¡así es como debe ser! no puede escapar de su destino. tomo su mano y la llevo a mis labios para depositar besos suaves, sobre cada uno de sus dedos, mientras la miro fijamente. Acción que provoca, aún más su disgusto, trata de alejar su mano, pero yo la sujeto con más firmeza y me levanto de mí lugar. Sin soltarla, la hago incorporarse, la tomo
NARRADOR OMNISCIENTE Morgana camina descalza de un extremo a otro, dentro de los aposentos que pertenecen al rey y que ahora compartirá con ella. Su corazón late desbocado, su cuerpo tiembla constantemente y seca repetidamente, el sudor de sus palmas en la fina tela de cama que prepararon y la ayudaron a vestir especialmente, las sirvientas para la consumación. Todavía sostiene la corona sobre sus cabellos sueltos, solo a puertas cerradas a petición de su rey. Cuando de repente, morgana, escucha abrirse la puerta, sus iris verdes se encuentran con los azules profundos del rey. El rey lleva una ropa ligera de cama al igual que morgana y una túnica dorada brillante que lo hace lucir un aura imponente de majestuosidad. Aren se enciende al escudriñar el aspecto sensual de su amada con su delgada túnica, sus cabellos rojizos intensos que permanecen libres e indomitos como ella misma y hacen una combinación explosiva con el tono verde de sus preciosos ojos. Morgana sabe que está batalla, es
MORGANA Me despierto junto con el alba. No sé en qué momento logré cerrar mis ojos, pero si se, que solo logré dormitar y lo primero que me pongo a contemplar... es que estoy sola en esta inmensa y fría cama de lujo. Con lentitud me siento e inconscientemente tomo la almohada de plumas que uso el lobo y la llevo a mí nariz, para comprobar, si de aqui... proviene esa fragancia tan agradable que inunda mis fosas nasales ¡Si! ¡Exquisito! Vuelvo a cerrar mis párpados, para deleitarme con esta minimiedad, cuando de subito se abre la puerta de la habitación e ingresan dos mujeres jóvenes, ataviadas cada una con vestidos de seda coloridos y trenzas adornadas con delicadas horquillas en sus cabellos. Me sonrien y me hacen un reverencia, luego me dice la castaña. –Su majestad. Hemos venido a ayudarla con su vestuario. Nosotras seremos sus damas de honor a pedido del rey y prácticamente su sombra, la asistiremos en todo lo que necesite... –¡¿Que?!–Me levanto de mí lugar.–Les agradezco, pero
AREN Observo atentamente como Minerva le enseña a mí reina todos los libros que tiene que leer e ir memorizando, para adecuarse en su nuevo mundo. Estoy hipnotizado admirando su nueva vestimenta que hace destacar su belleza, su esbelto cuello que inconscientemente me hacen querer probarla «¡Aún no es el momento!» salgo de mis divagaciones al ver como Minerva le enseña una página y se detiene en una parte específica, para mirar a mí luna a los ojos, y hablar con malicia–Como todavía no lograste intimar con el rey... Para cumplir con tu deber de esposa y reina... no será necesario que te enseñe está parte.–Puedo oler desde que aquí la ira crecer dentro de mí luna, luego me mira a mí de manera acusatoria y se levanta de su lugar, para pasar por mí lado. Intento detenerla del brazo, pero ella se safa y sale de ahí hecha una fiera. Apenas se cierra la puerta me acerco a Minerva y apoyo las manos sobre el libro cerrado. –Te advertire esto solo una vez. No quiero que acoses ni mucho menos
AREN –¡Hazlo! ¡Ahora!–estoy solo con mí ropa interior. Mí espalda y torso permanecen al descubierto. Me mantengo de rodillas apoyado sobre una silla esperando. Pero, puedo presentir la indesicion de daven, entonces le exijo–Es una orden–Se escucha el primer impacto sobre mí espalda, despues el segundo... Tercero.... Hago puños con mis manos y doy un gran suspiro cuando va por el décimo, pero ordenó–No te detengas–cuando escucho jadear a mí beta del cansancio y preguntar con preocupación–¡¿cuantos mas serán?! Mí rey –Venticuatro seran por hoy–Siseo «Venticuatro horas que mí luna yace en nuestros aposentos dormida... Venticuatro azotes. Uno por cada hora que ella permanezca inconsciente» Cierro los ojos tratando de ignorar el fuego y el dolor que con cada latigazo de a poco va abriendo mí piel y la lacera. Esto es mínimo a lo que esta padeciendo mí reina. El dolor físico no se compara con el de mí alma. Tantas décadas esperándola para amarla y venerarla... Y no pude controlar a mí lo
AREN –¿Quien eres tu?–Indaga con sus ojos verdes profundos cargados de incertidumbre. Aparta su mano de la mía y ese simple gesto me duele en lo más profundo. –Mi reina... Yo soy tu esposo. El rey y tu eres la reina de este castillo y todo el reino.–Intento acariciar su rostro y ella esquiva mí tacto. De subito lanza un gemido de dolor y se lleva las manos a su cabeza para retorcerse mientras solloza–Me duele mucho la cabeza ¡¿Por qué no puedo recordar nada?! Me levanto asustado y la acuno entre mis brazos–Shsss. Tranquila mí amor, todavía estás muy débil. No te excedas, yo te ayudaré a recordar todo lo que necesitas saber–Acomodo sus cabellos y llamo a las damas de compañía que se encuentran aguardando afuera. A pesar de que ellas, lloran de alegría al ver a su reina consciente y quieren acercarse, no las dejo, les demandó que traigan al medico ahora mismo. Camino de un lado a otro afuera de mis aposentos con mí cabeza a punto de explotar. Esperando que el médico termine de revi
AREN Detengo su inspección en mí cuerpo colocando mí mano en su encima. –¿Te duele?–cuestiona con su bello rostro afligido. –Nada duele más que tu rechazo e indiferencia.–Determino mirándola seriamente. Volteo cerrando mí túnica nuevamente y sobre mí espalda pregunto. –¿Cuál es la urgencia? Para que mí reina tuviera que haber venido por su propia voluntad a mis aposentos. –¡Como son capaces de hacer semejantes atrocidades! Las aberraciones que comenten con las personas no tienen nombre.. Escucho su voz desagarrarse y mis manos se hacen puños. La ira, el dolor y el remordimiento calan mis huesos. Mis dientes rechinan y los ojos se vuelven en un instante rojos... Trato de mantener el control. Pero, los recuerdos de mí infancia....El llanto de mí padre, las torturas, sangre y cicatrices que no solo son fisicas quedaron grabadas en el alma» – ¡Son bestias despreciables y tu eres el peor! Furioso volteo y me acerco a mí luna. Ella retrocede asustada por mí cambio radical. Mis c