-Lara- Mathew la llamó – ¿De dónde sacaste el conejo?- tenía curiosidad pero en vez de recibir respuesta esta alzó la barbilla y le dio la espalda caminando de vuelta hacia la cama.-Estaba en la puerta cuando Dyna la abrió- Lara se sentó nuevamente en la cama acariciando su bola de pelo –Se llamará Motica- ya le había puesto nombre, si su marido quería traer a una mujer a su manada sin pedirle su opinión, entonces ella no tenía que pedirle permiso para hacer lo mismo con su nueva mascota.Mathew solo resopló derrotado, sabía lo que corría por la mente de su esposa. Tampoco era tan difícil no darse cuenta por la expresión que ella tenía en su rostro y como sus ojos brillaban. Le estaba guardando rencor.-Dyna prepara las cosas, partiremos dentro de dos horas- sentenció el alfa antes de que la loba partiera a informar a los demás y encontrar a su hermano.Mathew se acercó a la cama y se sentó al lado de Lara alzando la mano y tocando la peluda cabecita.-No lo toques- Lara hizo un puch
Lara no pudo evitar quedarse profundamente dormida el resto del viaje a pesar de que quería estar pendiente de todos los movimientos de la otra loba intrusa, pero había cierto personaje en su panza que no ayudaba con la situación y la mantenía agotada. Ni siquiera abrió los ojos cuando Mathew la llamó casi a medianoche para un bocadillo pues faltaban horas para llegar a la manada. Solo se acurrucó más hacia él y continuó con su sueño intentando recuperar sus energías.Tampoco lo hizo cuando el carruaje se detuvo por fin, apenas a dos horas de que amaneciera y comenzaron las voces a su alrededor, ni cuando el alfa la sacó cargada, la llevó hacia la habitación, le quitó las cargadas prendas sobre su ropa y la tapó con la gruesa colcha. Nada hizo que Lara recobrara el sentido y de cierta forma Mathew se preocupó, pero Byron y el médico, después de comprobarla, solo habían dictado que el estrés y el viaje la habían agotado demasiado.Eso al menos hizo que el alfa respirara aliviado, pero
A Lara apenas le dio tiempo a ponerse de pie, correr hacia afuera y soltar todo el contenido de su estómago en el jardín hasta, con violentas arcadas que le hicieron salir las lágrimas. Las dos lobas se acercaron a ella preocupadas y se arrodillaron a su lado, pero se tuvieron que apartar al recibir una mirada asesina de la bruja que limpiaba su boca con el dorso de la mano. Las criadas pudieron jurar que vieron destellos dorados alrededor de ella y que la presión las empujaba haciéndolas temblar.Lara se levantó inestable y caminó rápido hacia la cocina, casi corría. Los sirvientes que cocinaban se impresionaron al percatarse de su presencia y su estado.-¿A qué se le debe su visita?- uno de los cocineros le preguntó con una reverencia –La señorita Dyna se encuentra en el cuarto del té para que el aroma de su bebida no se mezcle con el de la comida- decía con una sonrisa pero esta se desvaneció al verla buscar desorbitado por la estancia de la cocina -¿Ocurre algo?--¿Dónde está mi c
Mathew puso en la cama a Lara sintiendo los pasos rápidos de Dyna que entró corriendo y quedó postrada en el suelo con la frente lo más baja que pudo, casi como escondiendo su cola entres las patas. Ya se había enterado de lo sucedido y como su luna estaba bajo su cuidado, ella debía asumir la culpa. Sus ojos estaban abiertos, desorbitados, esperando el castigo que recibiría por parte de su alfa, sabiendo que no sería condescendiente. -Tráeme una toalla húmeda- le pidió Mathew con voz fría inundando la habitación con sus feromonas.-Alfa de manada- la loba no se movió del lugar.-Has lo que te digo, después hablaremos, si lo hago ahora no me responsabilizo de mis actos- Mathew le daba la espalda, quitando con cuidado la ropa sucia de tierra, de Lara, poniéndole una bata encima ligera, corriendo las mangas largas hacia atrás, estudiando mejor el estado de sus manos.Dyna no quiso seguir provocando, sabía que Mathew era muy impredecible cuando estaba molesto y más cuando se trataba de
Lara nunca se había deprimido así que no sabía cómo enfrentar este hecho. Se sentía realmente triste y no tenía ganas de hacer mucho pero su marido la había arrastrado fuera de su cama y ahora le ponía un vestido larga color oro bastante holgado y cómodo y ataba su pelo en una trenza. Se dejó hacer de todo sin importarle. Ni siquiera tenía el hambre habitual de siempre y solo se había tomado la sopa porque no tenía ganas de discutir. Ni siquiera las feromonas de él la estimulaban un poco.Estaba realmente deprimida.Mathew la tomó de la mano y la sacó del cuarto después de ordenarle a los hermanos que no los siguieran, que él se encargaría de todo. Había estado trabajado intensamente las horas anteriores para poder tener todo preparado dentro y fuera de la manada, y que no fuera molestado mientras salía y se tomaba un tiempo para él y su luna. Lara solo pudo seguirle el paso hasta la entrada donde había un carruaje esperando.-No me montare en eso. No quiero viajar- Hacerlo solo le re
Lara caminaba al lado de Mathew sintiendo como el calor de la palma de este se filtraba hacia su cuerpo a partir de la suya. Era una sensación reconfortadora y no dejaba que el leve sonrojo que cubría sus mejillas se fuera. Parecía una joven tímida, o más bien, una joven avergonzada, algo que ella no era, o pensaba hasta ahora.Estaba más ligera, ahora que había dejado volar un poco de su dolor. Su marido la había sacado de la residencia principal de la manada y de todo aquello llevándola a este lugar para que su mente se despejara y estaba ayudando. Miró a Mathew, el lobo se preocupaba por ella, eso ya era un hecho que no podía dejar de lado.-¿Ocurre algo?- este le preguntó y Lara enfocó su atención hacia el frente para no ser pillada estudiándolo detenidamente.-Nada, nada- negó con la cabeza.-¿Quieres algo? Puedes escoger lo que quieras-Lara se detuvo y con eso el alfa.-Cualquiera pensaría que eres multimillonario cuando dices eso-Mathew pareció confundido.-No sé qué signifi
Lara hizo oídos sordos a los miles de comentarios en voz baja de la multitud que se había detenido a saber qué ocurría. Rápidamente fueron acallados cuando se percataron de con quién iba acompañada y cuando sintió una fuerte presión en su espalda y se percató que su marido comenzaba a expandir sus densas feromonas. Lara lo miró por encima del hombro y le sonrió haciendo que este se tranquilizaba. Ella resolvería todo a su manera.Por el momento, le puso uno de los panecillos a Mathew en la boca y con la mano ya libre se inclinó como pudo y ayudó al cachorro a incorporarse. El pequeño pareció dudoso al principio y solo agradeció con un simple gracias.A Lara le pareció tierno el leve sonrojo que cubrió su rostro y se incorporó tomando uno de los dulces de una de las bolsas en las manos del alfa.-Ten, come, están muy buenos- se lo ofreció con una enorme sonrisa manchada de azúcar y ante esta imagen y la tentadora del panecillo no se negó y lo cogió, dándole un mordisco.Por la vestimen
Lara reconoció que su voz salió más dura de lo que quería, pero no lo pudo evitar. Una conversación tan importante como la que estaba teniendo con su marido había sido interrumpida en un momento clave. También había oído gruñir a Mathew por lo que este debía estar molesto al igual que ella. Sobre todo, porque había cierta parte de la anatomía de ambos que palpitaba y que rogaba ser atendida, sobre todo la del mayor que se marcaba en su pantalón, aunque ella no estaba mejor con su humedad.-Ayúdame a bajarme, mis rodillas están débiles- Le pidió con desilusión haciendo que la excitación descendiera rápidamente y el alfa pareció renuente a soltarla apretando el agarre ahora sobre sus nalgas contra la marcada erección de él. Pero subió sus manos y tomándola de la cintura la ayudó a cruzar las piernas para sentarla a su lado.Mathew corrió entonces una de las cortinas para dejar ver quién era el puñetero intruso dejando ver a una chica con ropas sencillas pero arregladas que no debía tene