Lara nunca se había deprimido así que no sabía cómo enfrentar este hecho. Se sentía realmente triste y no tenía ganas de hacer mucho pero su marido la había arrastrado fuera de su cama y ahora le ponía un vestido larga color oro bastante holgado y cómodo y ataba su pelo en una trenza. Se dejó hacer de todo sin importarle. Ni siquiera tenía el hambre habitual de siempre y solo se había tomado la sopa porque no tenía ganas de discutir. Ni siquiera las feromonas de él la estimulaban un poco.Estaba realmente deprimida.Mathew la tomó de la mano y la sacó del cuarto después de ordenarle a los hermanos que no los siguieran, que él se encargaría de todo. Había estado trabajado intensamente las horas anteriores para poder tener todo preparado dentro y fuera de la manada, y que no fuera molestado mientras salía y se tomaba un tiempo para él y su luna. Lara solo pudo seguirle el paso hasta la entrada donde había un carruaje esperando.-No me montare en eso. No quiero viajar- Hacerlo solo le re
Lara caminaba al lado de Mathew sintiendo como el calor de la palma de este se filtraba hacia su cuerpo a partir de la suya. Era una sensación reconfortadora y no dejaba que el leve sonrojo que cubría sus mejillas se fuera. Parecía una joven tímida, o más bien, una joven avergonzada, algo que ella no era, o pensaba hasta ahora.Estaba más ligera, ahora que había dejado volar un poco de su dolor. Su marido la había sacado de la residencia principal de la manada y de todo aquello llevándola a este lugar para que su mente se despejara y estaba ayudando. Miró a Mathew, el lobo se preocupaba por ella, eso ya era un hecho que no podía dejar de lado.-¿Ocurre algo?- este le preguntó y Lara enfocó su atención hacia el frente para no ser pillada estudiándolo detenidamente.-Nada, nada- negó con la cabeza.-¿Quieres algo? Puedes escoger lo que quieras-Lara se detuvo y con eso el alfa.-Cualquiera pensaría que eres multimillonario cuando dices eso-Mathew pareció confundido.-No sé qué signifi
Lara hizo oídos sordos a los miles de comentarios en voz baja de la multitud que se había detenido a saber qué ocurría. Rápidamente fueron acallados cuando se percataron de con quién iba acompañada y cuando sintió una fuerte presión en su espalda y se percató que su marido comenzaba a expandir sus densas feromonas. Lara lo miró por encima del hombro y le sonrió haciendo que este se tranquilizaba. Ella resolvería todo a su manera.Por el momento, le puso uno de los panecillos a Mathew en la boca y con la mano ya libre se inclinó como pudo y ayudó al cachorro a incorporarse. El pequeño pareció dudoso al principio y solo agradeció con un simple gracias.A Lara le pareció tierno el leve sonrojo que cubrió su rostro y se incorporó tomando uno de los dulces de una de las bolsas en las manos del alfa.-Ten, come, están muy buenos- se lo ofreció con una enorme sonrisa manchada de azúcar y ante esta imagen y la tentadora del panecillo no se negó y lo cogió, dándole un mordisco.Por la vestimen
Lara reconoció que su voz salió más dura de lo que quería, pero no lo pudo evitar. Una conversación tan importante como la que estaba teniendo con su marido había sido interrumpida en un momento clave. También había oído gruñir a Mathew por lo que este debía estar molesto al igual que ella. Sobre todo, porque había cierta parte de la anatomía de ambos que palpitaba y que rogaba ser atendida, sobre todo la del mayor que se marcaba en su pantalón, aunque ella no estaba mejor con su humedad.-Ayúdame a bajarme, mis rodillas están débiles- Le pidió con desilusión haciendo que la excitación descendiera rápidamente y el alfa pareció renuente a soltarla apretando el agarre ahora sobre sus nalgas contra la marcada erección de él. Pero subió sus manos y tomándola de la cintura la ayudó a cruzar las piernas para sentarla a su lado.Mathew corrió entonces una de las cortinas para dejar ver quién era el puñetero intruso dejando ver a una chica con ropas sencillas pero arregladas que no debía tene
Mathew montó su espalda a su esposa después de haberse transformado, ella se mostraba realmente emocionada de regresar a la manada a pesar de que su rostro no lo demostraba. Las palabras de Lara aun resonaban en su cabeza y como anteriormente había sido frustrado en pleno acto esperaba con ansias lo que la mujer iba a hacer. Ella era una caja de sorpresas.Por su parte Lara tenía su mente en otro lado. Ella también recapitulaba sus palabras y un poco más atrás, precisamente cuando Mathew y ella casi se devoraban en público como si aquello fuera lo más normal del mundo. Había bromeado respecto al tamaño de su marido, pero fue solo para opacar su vergüenza ¿Cómo demonios su cuerpo había albergado algo así anteriormente?, porque si estaba embarazada quería decir que lo que estaba allá abajo había estado dentro de ella.Tragó de la ansiedad. Al ser virgen, al menos su conciencia, no tenía idea de cómo reaccionaría si en algún momento llegara a tener sexo con el alfa, y como se estaba desa
Mathew se encontró en una enorme encrucijada. Por un lado, estaba su amiga de la infancia y con la que había pasado muchísimo tiempo junto, la única razón por la que no estaban casado era porque había encontrado a alguien que lo volvía loco. Y quizás porque, aunque la quisiera, debido a que desde cachorro le habían dicho que ella sería su compañera de vida, después de estar con Lara se había dado cuenta lo que era realmente querer a alguien.Por otro lado, estaba su esposa, había prometido que mantendría la necesaria distancia de ella y solo por no perturbar su embarazo y su estado de ánimo le haría caso, además que deseaba realmente cocinar aquello que tanto lo intrigaba. Por lo que estaba entre la espada y la pared, pero todo se aclaró cuando la misma Lara soltó su mano y pasó por su lado con la espalda recta.-Lara- la llamó y esta solo lo miró por encima del hombro, su expresión era seria.-No pienso hacer la típica escena de esposa celosa de telenovela o novela rosa trágica, no m
Mathew volvía a su habitación después de dos horas de estar revisando la información de que le había recogido Byron sin mucho resultado y así darle tiempo a que Clara se calmara. Apenas si se concentraba en lo que había escrito en cada uno de los papeles. Su mente estaba más enfrascada en buscar una solución a la tensa situación con su esposa que en cualquier otra cosa.Al final solo había mandado a preparar un medicamento para su invitada y ya al otro día, después de descansar algo y ver como se desarrollaba su relación revisaría con más atención. Aún tenía la preocupación de quién era el que ocasionaba todo aquello. Además, estaba el detalle que habían vuelto los rumores sobre su esposa. Nadie osaba hablar delante o cerca de él sobre cualquier tema que ofendiera a Lara pero las paredes tenían boca y oídos y más en aquella manada.Se detuvo delante de la puerta y agarró el borde. Tomó aire antes de entrar. Lara le había dicho que iría a dormir, pero podía ver que la luz aún estaba pr
Lara estaba más allá de lo impaciente. Su sueño al fin se cumpliría. Tener a un hombre hermoso, solo para su satisfacción y su marido sí que cumplía con todos los requisitos necesarios y de sobra.La ropa que ahora se había abierto no dejaba nada a la imaginación dejándole ver el inicio de sus brazos deliciosamente fibrosos, un pecho ancho seguido de un abdomen de esos de lavadero que te dejaban con la baba colgando como la tenía ella ahora. Simplemente perfecto. Además, aquello que se frotaba en sus nalgas y cerca de su sexo, caliente y grande prometía y mucho. Lara lamentaba que la ropa que siempre usaba no dejara ver la perfección que tenía, pero quizás era así mejor. Solo lo disfrutaría ella en la intimidad y quizás en público más adelante, probar cosas nuevas siempre se le daba bien.Ni en sus más locos sueños se hubiera imaginado que terminaría así y menos haciendo aquellas cosas, pero ya que estaba casada, quien le impedía aprovechar sus beneficios. Y mira que beneficiosSe rel