Mathew se encontró en una enorme encrucijada. Por un lado, estaba su amiga de la infancia y con la que había pasado muchísimo tiempo junto, la única razón por la que no estaban casado era porque había encontrado a alguien que lo volvía loco. Y quizás porque, aunque la quisiera, debido a que desde cachorro le habían dicho que ella sería su compañera de vida, después de estar con Lara se había dado cuenta lo que era realmente querer a alguien.Por otro lado, estaba su esposa, había prometido que mantendría la necesaria distancia de ella y solo por no perturbar su embarazo y su estado de ánimo le haría caso, además que deseaba realmente cocinar aquello que tanto lo intrigaba. Por lo que estaba entre la espada y la pared, pero todo se aclaró cuando la misma Lara soltó su mano y pasó por su lado con la espalda recta.-Lara- la llamó y esta solo lo miró por encima del hombro, su expresión era seria.-No pienso hacer la típica escena de esposa celosa de telenovela o novela rosa trágica, no m
Mathew volvía a su habitación después de dos horas de estar revisando la información de que le había recogido Byron sin mucho resultado y así darle tiempo a que Clara se calmara. Apenas si se concentraba en lo que había escrito en cada uno de los papeles. Su mente estaba más enfrascada en buscar una solución a la tensa situación con su esposa que en cualquier otra cosa.Al final solo había mandado a preparar un medicamento para su invitada y ya al otro día, después de descansar algo y ver como se desarrollaba su relación revisaría con más atención. Aún tenía la preocupación de quién era el que ocasionaba todo aquello. Además, estaba el detalle que habían vuelto los rumores sobre su esposa. Nadie osaba hablar delante o cerca de él sobre cualquier tema que ofendiera a Lara pero las paredes tenían boca y oídos y más en aquella manada.Se detuvo delante de la puerta y agarró el borde. Tomó aire antes de entrar. Lara le había dicho que iría a dormir, pero podía ver que la luz aún estaba pr
Lara estaba más allá de lo impaciente. Su sueño al fin se cumpliría. Tener a un hombre hermoso, solo para su satisfacción y su marido sí que cumplía con todos los requisitos necesarios y de sobra.La ropa que ahora se había abierto no dejaba nada a la imaginación dejándole ver el inicio de sus brazos deliciosamente fibrosos, un pecho ancho seguido de un abdomen de esos de lavadero que te dejaban con la baba colgando como la tenía ella ahora. Simplemente perfecto. Además, aquello que se frotaba en sus nalgas y cerca de su sexo, caliente y grande prometía y mucho. Lara lamentaba que la ropa que siempre usaba no dejara ver la perfección que tenía, pero quizás era así mejor. Solo lo disfrutaría ella en la intimidad y quizás en público más adelante, probar cosas nuevas siempre se le daba bien.Ni en sus más locos sueños se hubiera imaginado que terminaría así y menos haciendo aquellas cosas, pero ya que estaba casada, quien le impedía aprovechar sus beneficios. Y mira que beneficiosSe rel
Mathew se percató de la incertidumbre en la expresión contrariada de Lara. Tenía su mirada fija en su miembro, tanto que hasta él se puso nervioso. Era la primera vez que su esposa se comportaba de manera tan abierta con él, quizás demasiado, pero le gustaba y lo excitaba más de lo que se hubiera imaginado. Era la primera vez que se venía sin apenas tocarse, o más bien que lo hicieran venirse y todavía estar duro.-Lo vas a mirar por el resto de la noche o vas a hacer algo con eso- la provocó en medio de un jadeo, moviendo sus manos desesperado por soltarse. La posición ya resultaba algo incómoda.-Marido mío, no me presiones- Lara le gruñó entre las piernas de él haciendo un puchero- Para esto hay que prepararse psicológicamente primero--Creo que es demasiado tarde para eso, no crees- Mathew gimió al sentir los dedos de su esposa rozar su erección –Suéltame y déjame ayudarte--Ni loca- rodeó su erección con sus dedos –Aún estoy molesta contigo, así que quédate así un rato –quería ti
Lara se desperezó en la cama cuando sintió los primeros rayos del sol anunciando la mañana. Se estiró ronroneando y palpó con la mano y los ojos cerrados la cama a su lado encontrándola vacía. Gruñó en consecuencia, pero eso no arruinaría su buen humor. Las sábanas estaban frías indicándole que su marido hacía mucho se había levantado, pero después de la increíble noche como la que le había dado no tenía razones para molestarse por absolutamente nada.Abrió lentamente los ojos frotándolo y bostezando. Estaba cansada y mucho. La soga que había usado para amarrar al lobo todavía estaba colgada del respaldar dónde en una segunda ronda ella se sujetaba ya que su marido era verdaderamente creativo en la cama. Cuando había dicho que le podía hacer gritar no era ninguna mentira y eso que no habían llegado a la mejor parte. Su cadera y su sexo habían sido tratados de diversas maneras, pero faltaba lo más importante. Ya quería que llegaran esos seis meses.Se lamió los labios. Faltaba poco. La
Lara cubrió con la colcha el cuerpo de su marido que se había quedado dormido apenas habían tocado la cama. Le había tenido que quitar las botas y aflojar la túnica antes de que pudiera dejarlo completamente acostado pues este ni siquiera tenía fuerza para esto. La medicina le había hecho bastante efecto y estaría dormido por al menos las próximas siete u ocho horas.Se dio cuenta que era la primera vez que veía a Mathew durmiendo y una sonrisa boca se dibujó en sus labios. Recostó su barbilla en su mano y se detuvo a contemplarlo. Su rostro se veía aún más joven y hermoso ahora sin toda la tensión referente a su puesto y todas sus responsabilidades. Sus pestañas eran tan largas y oscuras que hacían sombras en sus pómulos. Sus labios todavía estaban ligeramente hincados de ayer y eso le trajo otra vez los recuerdos de las cosas muy pervertidas que habían hecho y que a Lara le habían encantado.Pasó los dedos por la mejilla palpando la piel lisa y suave que incluso ella envidiaba, tení
Lara caminaba hacia la entrada seguida de Byron. Le había pedido a su hermana que le trajera los informes referentes al comercio de las telas en la manada y sus alrededores y aprovecharía para preguntarle a Byron sobre los detalles mientras tanto. Aunque, el lobo no estaba muy seguro de lo que este iba a hacer, más bien, le preocupaba. Lara, anteriormente, nunca había mostrado habilidades para la compra venta a pesar de que su alfa la había conocido en un negocio de ese tipo.-Luna, creo que mejor despertamos a Mathew, él sabrá cómo tratar con ellos- Byron se mostró realmente preocupado.-De qué hablas, déjalo descansar, además no se despertará con nada por el momento- Lara le espetó –Vamos habla, por qué son tan peligroso-El lobo vaciló, pero terminó rindiéndose soltando un suspiro.-Ellos son los mayores productores de tela a miles de kilómetros a la redonda, su técnica es impecable, así como su secreto- Lara se imaginó que se debía a los gusanos de tela empleados –pero como es la
-Acaso está difamando nuestro trabajo- el hombre se hizo el ofendido gritando. Los guardias de la manada alrededor de los recién llegados mostraron sus garras y colmillos por si acaso. Si a la Luna le ocurría algo mientras estaba junto a ellos, su cabeza sería la que correría-Yo, para nada, solo que no creo conveniente que se gaste más dinero del necesario. Además solo estoy valorando la calidad de la tela- Lara se giró hacia una sirvienta –Tú, ven acá- la loba dudosa se acercó –mira el color y el patrón de seda, tómate tu tiempo y dinos ¿dije algo erróneo? -La hembra miró con duda, pero su expresión se volvió incrédula al momento.-Tiene razón- afirmó con impresión. El cambio era sutil, pero predecible.-Quizás la producción de ese rollo estuvo con problemas, podemos descontarlo- el hombre intentó entrar en razón.-Espere, déjeme revisar un poco más, tengo toda la tarde después de todo- Lara saltó para el otro rollo –También hay una cosa que me incomoda, por qué se paga lo mismo po