Aslan se había dado cuenta de una cosa muy importante. Después que su padre siempre pegaba su boca con la de su madre, esta siempre terminaba con un sonrojo y con una enorme sonrisa en su rostro. Sobre todo, lo más destacable era la expresión de felicidad en su rostro. Por lo que él, un lobezno adolescente de 15 años se encontraba espiando a sus padres que estaban dentro del estudio. Como siempre la imagen no fue nada fuera de lo normal. Era común encontrar a su madre sentada sobre las piernas de su padre la mayor parte del tiempo cuando no estaba junto con él, con su hermano o trabajando. Ambos conversaban y como siempre, su padre solía unir su boca con ella varias veces durante la conversación. Eso debían ser besos. Porque era pegar su boca en el cuerpo de otra persona. Había sacado esa lógica por sí mismo. Y es que no eran ellos los únicos que lo hacían. Pocas veces, pero los había visto, a Byron y a Dyna hacer lo mismo, y la reacción de la loba era igual a la de su madre. Qué e
Dyna se despertó con el primer rayo de sol. Estaba amaneciendo y eso anunciaba que ella tendría un día ajetreado como últimamente estaban siendo. Se removió lentamente para no despertar al lobo que estaba debajo de ella.La noche anterior si había sido una de esas locas que la dejaban exhausta. Por lo que terminó acostada con las piernas a cada lado de la cadera de Byron con el nudo de él enterrado en su interior. No recordaba en qué momento se había quedado dormida, pero debía haber sido al momento. Había sido agradable quedarse aquí entre las caricias y besos del lobo mientras sentía como la llenaba. Pero a diferencia de otras veces su vientre dolía. Eso no era normal. Quizás se debía a la posición.Lentamente se enderezó sentándose a horcajadas sosteniéndose con una mano sobre el pecho de su hermano. Su cuerpo desnudo comenzó a descubrirse al correrse la colcha con la que estaban cubiertos ambos y ella tembló ligeramente. A pesar de que no hacía frío su cuerpo sentía sensible. Extr
FlashbackDyna estaba en el patio trasero moviendo de un lado a otro unos documentos cuando algo se estrelló contra sus rodillas. Al mirar hacia abajo encontró la cara sucia, pero con una enorme sonrisa de nada más y menos que de Aslan.-Aslaaaaaaan, cachorro deja que te agarre- detrás venía Byron corriendo agitado y detrás Mator que se detuvo al ver a Dyna dejando de perseguir al lobo pálido.-¿Qué ocurrió hermano?- ella le preguntó cargando al cachorro y limpiando su rostro.-Dios, es idéntico a Lara- se quejó este jadeando- y para colmo ella le dejó a su familiar para que me haga la vida más difícil- seguía quejándose mirando por encima del hombro que Mator no se acercara.-Solo es un cachorro.-No es un cachorro, es peor que su madre. Por eso no me gustan los cachorros, no tengo paciencia para tratar con ellos.A pesar de que Aslan se reía por lo que había dicho Byron, el rostro de Dyna se había puesto serio. Esas palabras habían resonado muy dentro de ella.Fin del flashback-Mir
Lara era una mujer que no podía quejarse de su vida actual realmente. Acabada de cumplir sus 31 años había logrado recaudar el suficiente dinero para poder vivir cómodamente gracias a su envidiable puesto de trabajo. Además, contaba con un agradable atractivo, buen cuerpo, alta y que siempre cuidaba a detalle su imagen, siempre y cuando no abriera su boca para echar por tierra toda la buena impresión que su imagen pudiera haber dado. Una lengua afilada y bastante brusca como que no era bien recibida en los tiempos actuales.Pero tenía dos pequeños grandes secretos. El primero. A pesar de aparentar ser una persona pacífica, tranquila y humana, Lara era practicaba como descendiente de un clan, las artes de la brujería. O sea, era una maldita bruja en pleno siglo 21. Wao para muchas personas, una completa complicación para ella. Pero tenía que reconocer que no era mala en el asunto. La poderosa sangre que corría por sus venas le había dotado de habilidades desde niña por lo que el estudi
Todos decían que la muerte no dolía, no la forma de morir, sino estar muerto en sí. Tendría que verificar quien había dicho aquello porque se encargaría de enterrarlo tres metros bajo tierra sin un funeral. Su cuerpo dolía como el mismo infierno.Espera seguía viva.Lo último que recordaba eran luces delante de ella, mucho ruido y después una oscuridad que la consumía. Si mal no recordaba parecía haber sido un camión lo que había destrozado su cuerpo. Entonces…, cómo rayos sentía dolor. ¿Había sido tan afortunada de sobrevivir?Abrió sus ojos para verificar. No era una persona acostumbrada a tener dudas. La ignorancia era su peor enemigo. Cuando la luz que la cegaba se fue difuminando solo pudo exclamar para sí misma ¿Dónde demonio estaba? Si, su vocabulario no era el mejor del mundo decorado con palabras no precisamente agradables y que soltaba más de lo necesario en los momentos adecuados, pero volviendo al tema, Lara se quedó mirando el techo sobre ella y no pudo definir qué hospit
Mathew Dominec, alfa de la Manada del Norte estaba tan molesto como preocupado. Alguien había atentado contra la vida de su actual esposa y compañera empujándola por la escalera abajo y aunque su relación con ella estuviera en un punto complicado seguía llevando en su vientre a su cachorro. Delante de él estaban con la panza en el suelo aquellos lobos que tenían que ver con el incidente, y la incertidumbre lo mataba. Su esposa acostumbraba a molestar e intimidar a los miembros de su manada utilizando su posición, y después él como alfa tenía que limpiar el desastre y manteniendo la reputación. Algo de lo que se estaba cansando, pero podía lidiar con ello, era su compañera, la mujer con quien había decidido estar el resto de su vida, después de todo. Sin embargo, nunca las cosas se habían ido a este extremo.Apretó sus manos intentando contenerse sintiendo sus garras comenzando a crecer y rompiendo la piel de sus palmas, aunque su rostro estaba sereno, no mostrando sus emociones. Su ro
Lara, durante todo el proceso no hizo ningún comentario, estaba absorta en el grácil movimiento de los músculos de los brazos y el pecho que se marcaban por debajo de la tela. Al finalizar su esposo dejó de caer una mano cerca de su estómago para luego retirarla como si tuviera miedo de tocarlo. Ahora delante de ella se dio cuenta que era un hombre súper alto. Más bien, un lobo súper alto.-Casi es hora- anunció y Lara no comprendió, pero un dolor la recorrió de pronto, tan fuerte que sus rodillas se doblaron sintiéndose terriblemente débil. Un extraño fuego comenzó a quemar en el interior de su estómago desplazándose hasta sus muslos y una hilera de saliva salió de sus dientes entreabiertos al contener un grito. Aquel lobo se arrodilló a su lado sosteniéndola de un brazo frunciendo el ceño.-Hay vamos de nuevo con la actuación- Byron dijo chasqueando la lenguaActuación mi culo, pensó Lara mientras su interior ardía y dolía hasta nublársele la vista. Algo se removía dentro de las ent
Si no fuera por el ardiente dolor de su estómago podría sentirse avergonzada de ser cargado como una damisela frágil, cuando ella no tenía ni un pelo de eso en su cuerpo, había aprendido a tener bastantes espuelas dado que en el mundo en que vivía «antes» siempre había encontrado aquellos que le gustaba cazar brujas, y vaya que tenían sus artimañas para lograr encontrarlas. Pero solo su mente pudo pensar cuando se encontró recostado en la cama donde había despertado, con las piernas abiertas y su supuesto esposo recostado entre ellas.Cualquiera que entrara y los viera podría pensar cualquier cosa obscena o que estuvieran a punto de hacerlas, más ella estaba intentando controlar el dolor y no sentirse asqueada con la túnica húmeda de sudor. Ya ni le quedaba fuerza para pelearle a aquel alfa, lobo, compañero, quien fuera para ella, al menos había tenido la decencia de cargarla y llevarla con cuidado a la habitación pesar de sus palabras fuertes de antes. Ella en su estado, no hubiera l