Lara, durante todo el proceso no hizo ningún comentario, estaba absorta en el grácil movimiento de los músculos de los brazos y el pecho que se marcaban por debajo de la tela. Al finalizar su esposo dejó de caer una mano cerca de su estómago para luego retirarla como si tuviera miedo de tocarlo. Ahora delante de ella se dio cuenta que era un hombre súper alto. Más bien, un lobo súper alto.
-Casi es hora- anunció y Lara no comprendió, pero un dolor la recorrió de pronto, tan fuerte que sus rodillas se doblaron sintiéndose terriblemente débil. Un extraño fuego comenzó a quemar en el interior de su estómago desplazándose hasta sus muslos y una hilera de saliva salió de sus dientes entreabiertos al contener un grito. Aquel lobo se arrodilló a su lado sosteniéndola de un brazo frunciendo el ceño.
-Hay vamos de nuevo con la actuación- Byron dijo chasqueando la lengua
Actuación mi culo, pensó Lara mientras su interior ardía y dolía hasta nublársele la vista. Algo se removía dentro de las entrañas de ella. Lo que llevaba dentro no era un bebé, era un monstruo que la quería matar. Soltó una bocanada de aire y el sudor corrió por su frente doblándose hacia adelante.
-Tengo que llevarte a la habitación- oyó decir al alfa en medio de su nebulosa de dolor.
-Alfa solo está fingiendo como siempre- volvió a hablar Byron.
-Cállate de una vez- Lara le dijo al lobo más joven mirándolo con el rabillo del ojo por debajo del cabello que había caído hacia adelante. No supo cómo lo había observado o el tono empleado pero este palideció.
Lara sintió como su esposo rodeaba su espalda con el otro brazo para enderezarla pero esto solo ocasionó que le doliera más. Partida de ineptos. Su paciencia había llegado al límite. No conocía el poder que tenía este cuerpo, pero había indagado rápidamente y al menos había tenido dos dedos de frente para haber escogido un libro que tuviese una protagonista igual que ella, con raíces de bruja, solo que no tenía idea de cómo estaba catalizado el poder dentro de ella. Aun así, pudo sentir que tenía una base bastante buena, pero por alguna razón no podía utilizarla como le viniera en gana.
Además, encontró que dentro de ella fluía un poder más fuert que se mezclaba con el suyo a partir de la sangre y lo más seguro que otra cosa. Si era lo que se imaginaba y lo que había leído innumerables veces era el enlace que existía entre ellos, más la sangre que él de seguro en algún momento le había dado. En el caso de los fluidos… bueno, ella tenía un cachorro de él creciendo en su barriga, así que el sexo era parte de su vida cotidiana. Lo bueno era que ambos poderes se unían juntos en el interior de ella fortaleciéndose.
Así era entonces como se sentía tener un enlace con un lobo. Siempre lo había leído y anhelado dada su mala experiencia con los hombres «normales», se levantaba todas las mañanas preguntándose cómo sería levantarse sabiendo que estaba enlazada con un lobo. Bueno… ahora podía saberlo. Era la compañera nada más, ni nada menos que del alfa. Se había sacado la lotería, y vaya premio, si no fuera por el dolor, le hubiera saltado encima y quitado la ropa ahí mismo. Ese cuerpo de seguro se sentiría realmente bien debajo de ella.
Pero por ahora… solo tenía la opción de utilizar un poco de poder que su cuerpo le permitía y lo concentró en su mano llevándola directo a su estómago dejando que las líneas espirituales condensaran el dolor y regularan los ciclos en esta zona, disminuyendo su malestar. Un truco de magia muy básico que ella había aprendido desde muy niña y que agradeció que este cuerpo fuera capaz de formular. Mathew y los otros dos jóvenes alrededor de ella, solo se quedaron mirando como ella realizaba la acción y como esta zona se iluminaba levemente. Segundos después y tras un largo suspiro Lara al fin pudo respirar sin el cegador dolor.
Después de unos muy largos segundos Lara sintió que no podía seguir rompiendo el encanto, y dejó caer su mano, al menos el dolor se había ido. Con un movimiento de sus hombros se despegó de su esposo y se levantó ante él señalándolo con el dedo acusadoramente.
-Si esto es de los dos porque tengo que pasar por ese infierno- si su aspecto fuera más estable pudiera parecer más molesta- Tener sexo es rico para las dos personas, pero por qué siempre es la mujer la que paga las consecuencias, ¿eh?
Mathew no salía de una sorpresa para entrar en otra, primera aquella escena descabellada que si hubiera sido en la habitación no le hubiera importado, pero no en su estudio lleno de machos, y después que su esposa usara aquel poder que por lo que conocía siempre evitaba usar, y más de manera tan concentrada. Tuvo que actuar rápido cuando el cuerpo de ella se tambaleó de pronto y volvió a doblarse. Extendió sus brazos y la agarró antes que ella se golpeara fuertemente contra el suelo, la sintió jadeando contra él.
-¿Por qué no funcionó?- la escuchó decir tras una bocanada de aire.
-Señor, no parece que esté fingiendo- la voz más calmada de Dyna le llegó a su espalda.
-Yo me encargo del resto- escuchó Lara contra su oído tras un aliento caliente- Acaso no lo hecho desde que saliste embarazada.
Lara iba a decirle algo por el tono empleado, pero se quedó sin palabras cuando fue cargada en brazos. Qué vergüenza para ella, una mujer de 31 años. Espera, ella había renacido hipotéticamente, entonces ¿qué edad tenía ahora?
Si no fuera por el ardiente dolor de su estómago podría sentirse avergonzada de ser cargado como una damisela frágil, cuando ella no tenía ni un pelo de eso en su cuerpo, había aprendido a tener bastantes espuelas dado que en el mundo en que vivía «antes» siempre había encontrado aquellos que le gustaba cazar brujas, y vaya que tenían sus artimañas para lograr encontrarlas. Pero solo su mente pudo pensar cuando se encontró recostado en la cama donde había despertado, con las piernas abiertas y su supuesto esposo recostado entre ellas.Cualquiera que entrara y los viera podría pensar cualquier cosa obscena o que estuvieran a punto de hacerlas, más ella estaba intentando controlar el dolor y no sentirse asqueada con la túnica húmeda de sudor. Ya ni le quedaba fuerza para pelearle a aquel alfa, lobo, compañero, quien fuera para ella, al menos había tenido la decencia de cargarla y llevarla con cuidado a la habitación pesar de sus palabras fuertes de antes. Ella en su estado, no hubiera l
Lara frunció los labios y se giró dándoles la espalda. Una gota de sudor corrió por su rostro. Estaba en problemas, en verdaderos problemas ¿Cómo demonios era esta relación donde pedirle a tu esposo y compañero que te cambiara de ropa fuera algo tan fuera de lo común? Había visto centenares de películas de romance, porque, aunque no lo quisiera admitir era una romántica empedernida frustrada, y en ninguna de ellas la relación estaba algo parecida a lo que estaba viviendo ahora. Una pareja debía ser melosa al punto de dar asco, darse besos, tocarse hasta por gusto, verse sin ropas, y viendo en el estado en que ella estaba, la intimidad al menos si se daba, entonces ¿En qué se había equivocado?Inmersa en sus pensamientos no dio cuenta que ese tal esposo o al menos como debía llamarlo se había puesto a su espalda.-¿Estás segura que quieres que te cambie?- su voz sonó contra su nuca haciendo que la marca palpitara caliente.Lara pensó sus palabras dejando de lado la sensación que hizo q
Aquellos que alguna vez habían cometido el crimen de estrangular a alguien decía que era un sentimiento difícil de interpretar, rayaba entre lo prohibido y lo placentero, pero si había algo que era cierto era que la sensación de superioridad ante la víctima indefensa luchando por aire era algo gratificante. Y realmente lo fuera para Lara si al menos el rostro de su Marido mostrara, aunque sea una mueca de incomodidad ante el esfuerzo que él estaba teniendo que hacer para intentar hacerle algo. Aquello no era divertido. Toda la rabia se le desinfló.Lara chasqueó la lengua aflojando el agarre.-Marido mío ¿qué se supone que estás haciendo?- lo vio alzar una ceja dubitativa –tú debes luchar por liberarte de mí, sentir que te falta el aire, como ocurrió conmigo, no hacerte el alfa número uno del mundo. Le quitas toda la gracia a esto-Mathew no entendió muy bien sus palabras y frunció el ceño en consecuencia. El peso sobre su pecho se intensificó al su pareja echarse hacia delante y reco
Cuando Dyna regresó a la habitación de su alfa, no podía descifrar la escena sobre todo por la expresión desencajada de su hermano que tenía la boca abierta y miraba a la persona ante él como su fuera un bicho raro. Se acercó a él y le tocó el hombro llamando su atención.-¿Hermana, qué le pasó?- el lobo señaló con el dedo a Lara –Es alguien completamente diferente, podemos golpearla otra vez a ver si cambia para una mejor persona-Al oír estas palabras Lara le tiró un dátil con fuerza que le dio en la mejilla haciendo que soltara un chillido.-Oye, respétame, que aunque mi marido, tu alfa, no esté aquí, no quiere decir que puedes hablar lo que te viene en gana--Ves hermana, antes solo me ignoraba o me pegaba una bofetada cuando iba muy lejos, pero ahora hasta me responde- Byron hacía muecas con la cara.Dyna sobó su hombro, siempre entre los dos ella era el más razonable, la menos impulsiva, y la voz de la conciencia, esa era una de las razones por las que estaba bajo las órdenes de
Mathew pestañeó al menos tres veces antes de darse cuenta que la imagen delante de él era verdadera. Después de la prohibición por parte de su esposa, apenas si podía tocarla o besarla a menos que fuera en casos muy específicos, como estar enferma o porque ella misma se lo permitiera. Pero tenerla en su cama pidiendo dormir con él era algo que no se esperaba como estaba su relación.-Marido mío, acaso no me oíste, vamos a dormir juntos, tú y yo- Lara recalcó haciendo un puchero e imitando aquellos ojos que había visto que en las películas funcionaba. Aun así, el lobo se quedó quieto, con el libro en la mano, mirándola sin mostrar su verdadero asombro en su rostro.-¿Tanto me odias como para no quererme aquí?- Lara se hizo la víctima, sabía que eso podría funcionar para después hacerse el indignada –Está bien, por mi parte no queda, y yo que quería ser una buena esposa y arreglarme contigo, pero si no me quieres a tú lado, no se puede hacer nada-Hizo el indicio de levantarse cuando un
Mathew se despertó como siempre temprano, era el alfa de una poderosa manada por lo que tenía demasiadas responsabilidades que atender y tenía contados los días en los que podía tomarse el tiempo libre. Extrañamente sintió una presión en su cintura y levantó la sábana para ver un brazo blanco y delgado abrazándola, pegándolo al cuerpo que se hallaba en su espalda, así como una pierna que se enredaba entre las de él, de manera muy íntima.Con cuidado de no despertarla se giró y halló a su compañera totalmente dormida y con una sonrisa de satisfacción contra su espalda. Parecía que se hallaba realmente cómoda contra él. Quizás era por su olor corporal o feromonas que, aunque ella no fuera una loba, estaba enlazada con él por lo que podía sentirlas. Mathew se quedó por un momento admirando aquel rostro del que estaba locamente enamorado. Hasta cuando duraría esto era algo que no podía adivinar.Su esposa era alguien que le gustaba el sexo, no importara, el tipo, el lugar o el tiempo que
Lara estaba sentado en una mesa baja rodeada de libros. Delante de ella estaba extendida una hoja llena de preguntas y un pincel y un contenedor de tinta a su derecha. Frunció el ceño cuando su estómago gruñó. No había desayunado y ella era una persona que tenía que comer por dos, pero aquella mujer le había dicho que debía haberse levantado más temprano porque el horario de estudio no se podía violar. Suerte para ella que todo lo que estaba escrito en el papel se lo sabía, podía decir que había sido una buena alumna.-Espero que esta vez escribas bien las respuestas- Mirian se paró delante de ella- no hagas perder el tiempo a mi hermano cada vez que las revisa y las encuentra mal, o hechas por cualquier hombre al que se la mames-Por favor, pensaba Lara y ella creía que su boca era una cloaca, entonces la de esa loba ya había perdido categoría. Respirando profundo levantó la cabeza y le dio una sonrisa sínica antes de tirarle, por impulso, el pisapapeles de mármol que tenía delante d
Lara caminaba al lado de su marido con entusiasmo, iba a comer, el hambre era algo con lo que nunca había lidiado bien nunca, y ahora que parecía que tenía un agujero negro dentro de ella, todo alimento delante era poco.-Mi hermana vino esta mañana a verme- Mathew le habló, su paso era tranquilo llevando el nivel de su esposa embarazada.-Oh, ella, marido mío, supuestamente es la que me tiene que educar, pero tendrías que ver su vocabulario, es terrible, necesita unas buenas clases diría yo- sonrió inocentemente.-Me dijo que hoy te comportaste mal- la voz del alfa era severa e hizo detener a Lara frunciendo el ceño la cual le respondió en el mismo tono.-Nadie le da derecho a golpearme a mí o a cualquiera que esté conmigo-Mathew se detuvo y la miró por encima del hombro. Los ojos de la pequeña mujer estaban ligeramente más oscuros y no había vacilación en su voz como otras veces. Además, era la primera vez que reclamaba por algo que había hecho su hermana. Antes cuando le preguntab