Llegar a los 31 años virgen tenía muchos contras, uno de ellos era la ingenuidad, y Lara tenía mucha de esta ya que estaba haciendo ciertos movimientos indecentes, ajena totalmente al macho que estaba entre sus piernas mirando, con ojos afilados, cómo se tocaba y levantaba sus dedos con aquel líquido abundante y trasparente que su marido conocía muy bien.-¿Marido mío, por qué hay tanto, no es normal lubricar tanto verdad?-Mathew extasiado no le respondió, solo agarró su muñeca y se llevó los dedos húmedos a su boca lamiéndolos, saboreando el sabor. La lengua de él algo áspera se desplazó entre sus dedos chupando y mojando sus labios. Lara pestañeó ante la imagen que le pareció tan erótica que sintió como la temperatura de su cuerpo aumentaba. ¿Por qué estaba molesta con este lobo? Ya ni ella sabía, se encontraba caliente y su interior palpitaba tan fuerte que realmente no tenía cabeza para pensar las cosas en ese momento.-¿No te acuerdas ni siquiera de tu anatomía?- Mathew le habló
Lara estaba roja, tanto que sus orejas palpitaban y parecían dos fresas que el lobo le dieron ganas de morder. Ahora que había puesto los pies sobre la tierra y recapituló todo lo anterior se dio cuenta de lo que acababa de hacer con su marido, el estado de la ropa sobre su cuerpo y como Byron los había sorprendido en una posición algo comprometedora. Para una persona virgen como ella eran muchas cosas juntas. Giró su rostro hacia adentro esquivando la mirada del recién llegado, totalmente avergonzada y sin poder ver al rostro tan cerca de Mathew.-Byron sal un momento- lo escuchó decir mientras este se incorporaba sobre ella y comenzaba a ponerle en su logar el rastrojo de sus ropas, cubriendo las evidencias húmedas y sobre todo sus pechos, para después secarla un poco entre sus muslos, hasta dejarla medianamente decente poniéndole su camisa por encima de la ropa.Luego le extendió la mano para que se levantara de la cama con cuidado previendo que no cayera pues debía estar agotada p
Lara divisó la figura imponente de su marido recostado contra una columna y no comprendió la razón del aura de molestia que estaba a su alrededor, así como el desborde de feromonas que salía de su cuerpo, si hasta hacía muy poco ellos habían tenido un encuentro bastante significativo. Tal vez la venático no era ella, sino el alf de la manada y eso explicaría muchas cosas.Por su parte Mathew solo fruncía más el ceño. Había escuchado lo suficiente para sentirse incómodo y realmente molesto. Sin ni siquiera tomarse la molestia de quitarse la ropa se acercó al baño y comenzó a bajar la pequeña escalera con pasos pausados sin importarle que sus ricas prendas se empaparan.Lara por reflejo retrocedió hasta el medio de la pequeña piscina procurando no quedar atrapada contra el borde la misma, y donde el nivel del agua le daba a la altura del estómago dejando a la vista toda su piel blanca solo acariciada por gotas de agua y hebras de su cabello que se habían soltado. Se llevó un brazo a su
Lara entró al cuarto donde había despertado por primera vez y frunció el ceño. La decoración era molesta, tanto que le repugnaba, así que se giró hacia Dyna que la seguía y apenas si le había terminado de poner la ropa seca.-Elimina todo lo innecesario, las cortinas excéntricas, los adornos, regálalos a quien los quiera, este cuarto solo necesita lo principal y sobre todo espacio sino no puedo concentrarme-Dyna la vio acercarse a una columna y de un tirón arrancar la gruesa cortina que cayó en el suelo delante de ella. La acción pavoneó lo que quedó a salvo de su cabello y la loba de cierta forma se sintió decepcionada. Había invertido mucho tiempo arreglándolo por órdenes de ella misma, para que ahora lo cortara como si no fuera importante, pero aun así no podía negar que ahora se veía mucho mejor. Entre las dos sacaron de la habitación la mayoría de objetos en exceso hasta dejar un espacio respetable y muy sobrio. Lara la miró complacida, aunque se sobaba un poco la espalda pues l
Mathew aún estaba hipnotizado con la nueva imagen de su esposa hasta que sintió el peso de la mirada de todos los presentes al no responder y evitó gruñir por la atención que ella recibía. Levemente asintió con la cabeza y levantó una mano para ayudar a Lara a sentarse. La mujer la miró vacilante pero finalmente puso la de él sintiendo como los dedos se cerraban en torno a su mano y la ayudaba a sentarse sobre sus talones. Una posición con la cual no estaba familiarizada y que sabía que le ocasionaría problemas.Estuvo callada a lo largo de la conversación. A pesar de tener bastante conocimiento acerca del mundo de las manadas, y de las diferentes razas dado todo lo que había leído tanto antes de venir a ese mundo y en la noche anterior, tenía que reconocer que no tenía la menor idea de aquel mundo como tal y de cómo se desarrollaban las cosas en el exterior, así que solo se había limitado a escuchar nutriéndose de toda la información posible. Además, primero, había leído que como mar
Mathew se quedó helado al recibir aquellas palabras. Lo odiaba, se lo había dicho. Aquella inestabilidad hizo que casi soltara nuevamente a su esposa que seguía parloteando. -Lo odio Dyna, por qué su cuerpo tiene que ser más fuerte que el mío, por qué tiene más resistencia que yo, por qué demonios yo soy la que tengo menos resistencia- Lara seguía quejándose. Dyna solo pudo reír avergonzada por las palabras de la joven y Mathew suspiró al ver la razón por la que lo odiaba pareciéndole infantil. -Tú nunca quisiste entrenarte y hacerte más fuerte puedes culparme, además no eres un lobo como yo, es normal que seas más débil- el alfa de la manada posicionó una mano en su espalda baja estabilizándola –en cuanto a lo que ocurre con el cachorro dentro de ti no se puede solucionar. Lara frunció el ceño. -No me lo tienes que recordar- resopló- Dyna, llévame hacía la sala de estudio- Mathew lo ayudó a recargar su peso en su subordino que sostuvo con más facilidad al menor después que este
Mathew pasó caminando rápido por al lado de Byron, su rostro en una dura expresión. Lara se encontró casi corriendo a su lado.-Marido mío, espérame, voy contigo- le gritó al ver que apenas si podía mantener el ritmo hasta que este se detuvo apuntándole con el dedo.-Tú te quedas aquí. Es muy peligroso- los colmillos del alfa estaban desenfundados y parecía que pronto se transformaría. Lara pudo notar como la piel blanca de sus manos se había cubierto de pelaje.Pero Lara le agarró el mismo dedo y se lo llevó a los labios mordiéndolo sin recibir reacción de su marido más que alzara las cejas. Sobre todo, cuando lo soltó y quedó un fino hilo de saliva pegado en la punta de la garra que le hizo recordar al mayor algunas cosas que se hacían con puertas cerradas y luz apagada.-Tú no me mandas. Además- le punteó el pecho con el dedo arrugando la tela -Te tengo a ti y a esos dos hermanos para que me protejan. Así que voy contigo- no dejaría pasar esta oportunidad ni, aunque él la amarrara.
Lara avanzó hacia el centro del campo de entrenamiento sosteniendo la espada mágica en una mano y la otra posada sobre su escondida pancita. Una sonrisa cruzaba sus labios por lo que nadie escuchó cuando murmuró.-Cachorro, necesito que apoyes a mami ahora. Esto lo estoy haciendo por los dos- esperaba que su cachorro no le diera problemas durante al menos los minutos siguientes, ya después… se las arreglaría usando al padre, si todo resultaba como tenía en mente, daría un paso escalonado en la conciencia de los presentes y de la manada. Y una bofetada directa al orgullo de su parejaMathew por su parte estaba tenso, con los brazos cruzados sobre su pecho y el pelaje de dentro de su ropa creciendo con el objetivo de no perder tanto tiempo en la transformación. Su ceño ligeramente fruncido, sus manos apretadas y estaba en guardia por si tenía que intervenir en cualquier momento.-Byron, Dyna- los llamó en voz baja y los hermanos atendieron a su llamado –Cualquier movimiento extraño ya s