Mathew aún estaba hipnotizado con la nueva imagen de su esposa hasta que sintió el peso de la mirada de todos los presentes al no responder y evitó gruñir por la atención que ella recibía. Levemente asintió con la cabeza y levantó una mano para ayudar a Lara a sentarse. La mujer la miró vacilante pero finalmente puso la de él sintiendo como los dedos se cerraban en torno a su mano y la ayudaba a sentarse sobre sus talones. Una posición con la cual no estaba familiarizada y que sabía que le ocasionaría problemas.Estuvo callada a lo largo de la conversación. A pesar de tener bastante conocimiento acerca del mundo de las manadas, y de las diferentes razas dado todo lo que había leído tanto antes de venir a ese mundo y en la noche anterior, tenía que reconocer que no tenía la menor idea de aquel mundo como tal y de cómo se desarrollaban las cosas en el exterior, así que solo se había limitado a escuchar nutriéndose de toda la información posible. Además, primero, había leído que como mar
Mathew se quedó helado al recibir aquellas palabras. Lo odiaba, se lo había dicho. Aquella inestabilidad hizo que casi soltara nuevamente a su esposa que seguía parloteando. -Lo odio Dyna, por qué su cuerpo tiene que ser más fuerte que el mío, por qué tiene más resistencia que yo, por qué demonios yo soy la que tengo menos resistencia- Lara seguía quejándose. Dyna solo pudo reír avergonzada por las palabras de la joven y Mathew suspiró al ver la razón por la que lo odiaba pareciéndole infantil. -Tú nunca quisiste entrenarte y hacerte más fuerte puedes culparme, además no eres un lobo como yo, es normal que seas más débil- el alfa de la manada posicionó una mano en su espalda baja estabilizándola –en cuanto a lo que ocurre con el cachorro dentro de ti no se puede solucionar. Lara frunció el ceño. -No me lo tienes que recordar- resopló- Dyna, llévame hacía la sala de estudio- Mathew lo ayudó a recargar su peso en su subordino que sostuvo con más facilidad al menor después que este
Mathew pasó caminando rápido por al lado de Byron, su rostro en una dura expresión. Lara se encontró casi corriendo a su lado.-Marido mío, espérame, voy contigo- le gritó al ver que apenas si podía mantener el ritmo hasta que este se detuvo apuntándole con el dedo.-Tú te quedas aquí. Es muy peligroso- los colmillos del alfa estaban desenfundados y parecía que pronto se transformaría. Lara pudo notar como la piel blanca de sus manos se había cubierto de pelaje.Pero Lara le agarró el mismo dedo y se lo llevó a los labios mordiéndolo sin recibir reacción de su marido más que alzara las cejas. Sobre todo, cuando lo soltó y quedó un fino hilo de saliva pegado en la punta de la garra que le hizo recordar al mayor algunas cosas que se hacían con puertas cerradas y luz apagada.-Tú no me mandas. Además- le punteó el pecho con el dedo arrugando la tela -Te tengo a ti y a esos dos hermanos para que me protejan. Así que voy contigo- no dejaría pasar esta oportunidad ni, aunque él la amarrara.
Lara avanzó hacia el centro del campo de entrenamiento sosteniendo la espada mágica en una mano y la otra posada sobre su escondida pancita. Una sonrisa cruzaba sus labios por lo que nadie escuchó cuando murmuró.-Cachorro, necesito que apoyes a mami ahora. Esto lo estoy haciendo por los dos- esperaba que su cachorro no le diera problemas durante al menos los minutos siguientes, ya después… se las arreglaría usando al padre, si todo resultaba como tenía en mente, daría un paso escalonado en la conciencia de los presentes y de la manada. Y una bofetada directa al orgullo de su parejaMathew por su parte estaba tenso, con los brazos cruzados sobre su pecho y el pelaje de dentro de su ropa creciendo con el objetivo de no perder tanto tiempo en la transformación. Su ceño ligeramente fruncido, sus manos apretadas y estaba en guardia por si tenía que intervenir en cualquier momento.-Byron, Dyna- los llamó en voz baja y los hermanos atendieron a su llamado –Cualquier movimiento extraño ya s
Mathew sentía su sien temblar. Primero casi hace que se le pare el corazón y después le estaba reclamando que la felicitara, pero él aún seguía molesto.-Vuelve a la habitación y recapacita sobre tus acciones, piensa un poco más en tu seguridad y la del cachorro, no puedes actuar tan impulsiva la próxima vez-La quijada de Lara casi se le cae al escucharlo e hizo un puchero molesta.-Así es como me pagas- le gruñó inconforme -Está bien, maldito marido malagradecido- se dio la vuelta- la próxima vez que tu manada se joda completa-Comenzó a caminar dándole la espalda. Ella se había esforzado para ahorrarle problemas a ese hombre y algo más referente a ella misma y así es como le pagaba.-Lara, gracias- la nombrada se detuvo en seco y miró por encima de su hombro solo para ver el largo cabello danzando sobre la espalda de su marido, que se alejaba.Le había dado las gracias. Wao, eso era un paso de avance. Lara sonrió victoriosa. No era tan difícil agradecerle. Levantando sus hombros qu
Mathew sonrió ligeramente y acomodó el cuerpo de su esposa sobre él mientras se soltaba de su agarre y llevaba sus manos a sus brazos. Desplazó sus manos de arriba abajo. Los músculos allí estaban realmente tensos y tuvo que utilizar un poco de fuerza para relajarlos.Después prosiguió con los costados de su cintura y su pecho. Palpaba la nueva grasa que se había acumulado en esa zona, aunque le gustó. El cuerpo sumamente delgado que podía sentir hasta las costillas de su esposa era algo que, aunque no dejaba de ser hermoso no era precisamente de su gusto.Lara hacía sonidos de satisfacción con la garganta ante la relajación a la que su cuerpo se estaba rindiendo. Ni siquiera se inmutó cuando las manos de su marido llegaron a su cadera apartando la túnica por completo dejándola totalmente desnuda. Gruñó muy suave ante la pulsada de dolor ante el agarre, pero rápidamente se difuminó al sentir las feromonas del lobo que la estaban mareando casi como si estuviera borracha. Los dedos sigu
Lara sintió como todo el oxígeno de la sala de estudio se iba consumiendo mientras aquel lobo entraba con su figura imponente. Incluso pudo sentir como las feromonas invadían cada pedazo de la estancia haciendo que ella se estremeciera. Era igual de alto de Mathew pero tenía algunos kilos de más de músculos. Se notaba que era un lobo más adulto que su esposo y con más experiencia.-Y a qué se debe su razón para verme- la bruja se levantó haciéndole seña a Dyna para que no se apartara de su lado. No mostró miedo contra él, eso podía ser su perdición. Además, si había enfrentado a uno de ellos y salido ilesa, podía hacerlo de nuevo ¿verdad? Esperaba que sí, aunque su instinto, al que siempre le hacía caso le decía que esta situación no sería tan fácil con la que lidiar.-Pues me gustaría hablar con usted, si no es molestia- Lucer recargó su peso en una de sus piernas pareciendo relajado, nada más lejos de la realidad.Lara alzó una ceja manteniendo un rostro serio y neutral. Su espalda
Lara sintió un dolor en su cadera que se extendió rápidamente por todo su cuerpo. Tuvo que caminar por el cuarto para ver si al menos el calambre se detuviera, pero el efecto fue el contrario. Jadeó y se tuvo que sostener en el borde de la mesa cuando pequeñas gotas de sudor adornaron su frente.Pero no era el dolor provocado por su cachorro, aun no era tiempo aun si se adelantaba, además no se parecía a las crisis anteriores. El problema ahora era que estaba terriblemente excitada y con su interior latiendo tan fuerte al punto de volverlo loco. La humedad corría por sus muslos de forma incómoda y espesa. Incluso si era virgen se comería al primer hombre que se le pasara por delante, le abriría las piernas y dejaría que la follara tan fuerte que no le permitiera pensar. Que la hiciera sentir tan llena y complacida. Rápidamente por entre sus piernas un líquido caliente comenzaba a caer en el suelo y ella solo pudo jadear lastimeramente.Apretó sus puños. Qué demonios le estaba pasando.