Pudo sentir los gruñidos de Victore y los otros cinco lobos que los acompañaban defendiendo a su alfa pero no se atrevieron a entrar en el espacio personal de Hades. Este podía matarlos en ese momento sin mediar consecuencias.

Porque Hades estaba realmente molesto. Muy molesto.

-Responde- no le importó que Layan fuera el líder del consejo.

Llegar y encontrar que su hija no estaba y que le hubieran contado una historia descabellada y que su hija estaba sin rumbo y con Layan detrás, fue más de lo que pudo soportar. Y eso que no se imaginó los detalles porque sintió que explotaría. Definitivamente, se llevaría a su Pris de regreso. Si hubiera sabido aquello nunca la hubiera dejado salir de su manada.

Layan simplemente se mantuvo quieto. Le indicó con la mirada a Victore y a los otros que no hicieran nada, que él se encargaría. Por el momento él simplemente dejó que Hades estrujara su cuello hasta que dejó de apretar con instinto asesino. Lo comprendía, no era el único moles