El celo daba miedo

Ella es mía…

No me la vas a guitar.

El gruñido de un lobo resonaba molesto, violento, sacudiéndose porque no podía salir.

***

Layan abrió los ojos y su cabeza palpitó severamente. Se llevó la mano a su frente y corrió el cabello en su rostro. Acababa de tener un sueño extraño. Apenas podía recordarlo, pero aún quedaba la sensación de una voz grave y algo familiar resonando en su cabeza.

No entendía que había sido eso. Era extraño, pero por alguna razón se sentía incómodo. Quién demonios era aquello que le estaba reclamando lo que era suyo.

Abrió los ojos para encontrar el techo de su cuarto encima de él. La luz se filtraba suave a través de las cortinas. Había dormido mucho después de tratar el celo de su loba. Estaba seguro que ya todo

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