Llegar a los calabozos me devuelve a la vez que Humberto murió, aún no he hablado sobre ello con el Consejo, ni siquiera sé si ya están enterados, aunque me imagino que sí. No puedo creer que en dos días hayan ocurrido tantas cosas de mierda. Esto va demasiado rápido para mi gusto.Las celdas están vacías, el cuerpo de Humberto ha desaparecido y solo queda el vacío de un lugar desesperanzador, ni rastro de los místicos. Fui una tonta al dar por hecho que estarían ahí. Claro que deben estar en celdas diferentes, mucho más resistentes y a prueba de sus dones maquiavélicos. Me centro en sentir la esencia de Arlen y la sigo, sigue siendo débil, casi un pulso aferrándose a la vida.Tienen toda clase de defensa, desde monteros armados con lanzas y espadas hasta armas de fuego que desconocía que teníamos. Las grandes y pesadas puertas de bronce me dan la bienvenida junto con dos monteras de aspecto feroz y expresión de desagrado. Adoptan posiciones de ataque en cuanto me acerco, pero simplem
El camino al portal que da a plano terrenal en dónde se llevó a cabo la masacre es boscoso, largo y sinuoso. Es imposible pasar por alto el hecho de que no se escuchan insectos, que el roce con las plantas no hace ruido y que solo nuestras respiraciones son señal de vida.El miedo no se queda atrás, van tres veces que cualquier ruido, por minúsculo que sea, me saca un susto al pensar que se trata de un guerrero monstruo o espectro dispuesto a caer sobre nosotros y atacarnos con fiereza. Algo pasa volando sobre nuestra cabeza y se esconde entre las ramas de un árbol alejado de nosotros, está del lado contrario al que vamos.—¿Será un guerrero monstruo?Me encojo de hombros ante la duda externada por Josué, trato de vislumbrar entre las ramas, pero no tengo vista de halcón.—No es dragón y las brujas vuelan con escobas —sonrío—. Supongo que sí es guerrero monstruo.—Querida Viv, sabes que te acompaño con gusto, pero me da curiosidad saber el repentino interés en ayudar a los que tú cata
La súplica es apenas un susurro, pero es suficiente para hacer que dos chicas se acerquen y logren sacar a un gnomo mujer con un hilo de sangre plateada corriendo por su cabeza. El gnomo no logra mantenerse en pie y cae pesadamente, un crujido suena y el silencio cae con fuerza sobre nosotros.Josué toma su pulso, pero nos mira y niega con la cabeza. Miro el panorama, no se puede ver gran cosa, pero todo es destrucción, escombros, restos de vegetación y cadáveres tanto de animales como de… Seres. Debe haber miles si no es que decenas de miles enterrados bajo los escombros. El lugar del desastre ocupa al menos un kilómetro de diámetro y eso que ni siquiera alcanzo a ver dónde termina. Y es entonces cuando entiendo que no lograremos sacar a todos, no somos muchos, no somos fuertes y nos cansamos rápido.Una dragona se aparece frente a nosotros, no es la misma que estuvo durante la presentación en el laberinto, pero es igual de hermosa, sus ojos rojos me miran fijamente antes de que es
Recuperar la respiración es un suplicio, algo quema en mi espalda y un peso cae duro sobre mi pecho. Estamos en plano astral, la gelidez característica me lo indica, sin embargo, todo sigue siendo un caos y los gritos caen sobre mis sensibles oídos. Trato de moverme, pero mi necesidad por aire es mayor, hago el esfuerzo sobre humano de aspirar bocanadas, pero solo consigo lastimarme más.Alguien me levanta y entonces escupo. El alivio es tal que jamás sentí tanto placer, de pronto ya puedo respirar. Escupo y toso agua, es una cantidad pequeña, pero lo suficiente como para estar a punto de ahogarme; entre toses, pasos tambaleantes y el sonido de los truenos, logro recuperar la compostura.El elfo que me ayuda tiene sangre plateada en el rostro, puedo ver su cuello cabelludo ahí en dónde el pelo fue arrancado a jirones, sus ojos morados brillan cuando un relámpago atraviesa el cielo y va a caer justo frente al árbol que tenemos a un lado. El sonido de la explosión me ensordece y por seg
—¿Te mandaron la ficha?—Mi compañera está capturando los datos —aporta el otro muchacho—. Lo que sabemos es que se llama Viviana Munguía, lleva un mes desaparecida.La cabeza me da vueltas, pero eso no impide que me alarme ante la realidad: Jossy debió reportarme como desaparecida, posiblemente mi hermano también estaba como desaparecido. Debo hallarlo, debo… No. Debo alejarme, irme hasta el fin del mundo y esperar ahí a que me encuentre Ziva y por fin me mate.Y debo largarme de aquí, no sé cuánto tiempo llevo acá, pero todos corren peligro, si la diosa vuelve a mandar a los ángeles… Será una catástrofe. La noche en que rescatamos a los elementales tardaron tres horas o un poco más en encontrarme, quedarme en un solo lugar es suicida.—Señorita Munguía, ¿cómo se siente? —cuestiona la mujer mientras revisa un expediente— ¿Sabe dónde está? ¿Qué día es hoy?Trato de recordar la fecha, pero es complicado. El funeral de mi padre se celebró hace casi dos meses, eso significa que…—Estoy b
Los hijos de perra no paran de reír. Ni siquiera tengo palabras, no se me ocurre que hacer y me he quedado pasmada. Jossy ríe mucho más fuerte que Rigo y realmente parece casi histérica, me pregunto si ella no venía drogada desde antes.Soy una idiota, no debí haberles dicho un carajo, son un par de drogadictos irresponsables que harían lo que fuera con tal de conseguir una dosis de calidad o de pésima calidad. Rigo saca un poco más de cocaína, sin embargo, me pongo firme y golpeo la mesa.—Basta ya.Jossy deja de reír, pero la sonrisa bobalicona no se le borra del rostro. Rigo, por otro lado, me mira interrogante y una pequeña pizca de curiosidad, si debo convencer a alguien, la mejor opción será él.—No es momento de mamadas —digo en tono seguro—. Esto es malditamente serio, la vida como la conocemos corre peligro, podríamos morir.—Yo lo que quiero —Jossy ríe por lo bajo—. Es de lo que te fumaste o inyectaste —hace un gesto de que se inyecta el brazo—. Necesito conocer vampiros sex
Por alguna extraña razón se me viene a la mente la imagen de Siena, su sonrisa agradable, aquella mirada avispada y su cabello brillante que le da aspecto de una guerrera curtida. Al ser desplazada por mí no se tiró a las drogas y al alcohol, fue incluso peor, se tiró a sus instintos y ocasionó mi muerte, además de que seguro soltó algo de información importante. Nadie tiene derecho a juzgarme, solo yo y mi yo me dice que corra con mi hermano.Apenas me pongo en pie cuando la puerta se abre y Jossy entra con una ancha sonrisa en el rostro.—Oh, creí que estarías tirada en la cama lamentándote —se acerca y me abraza—. Ahora, sé que no quieres decir a dónde mierda fuiste ni con quién, pero la buena noticia es que hay una fiesta hoy en Selix —suelta un grito emocionado—. Es de disfraces porque aún es el mes de día de muertos, así que ponte tu mejor disfraz y ve a conseguir de nuevo un trabajo.¿Un trabajo? Sí lo necesito, pero no creo que sea buena idea de momento. Observo el refrigerado
Hay tres reglas muy importantes cuyo cumplimiento es de vital importancia para los monteros: No hay que titubear al momento de dar el golpe final, no hay que confiar en un místico y jamás dejes que un místico entre a tu casa. No es como que tu negativa les impida meterse por la fuerza, pero el dar permiso es dejarlos entrar no solo a tu casa si no a tu vida. Es ser vulnerable a sabiendas; es aceptar la destrucción.Y es embriagadora la sensación de peligro que lo vuelve casi adictivo.Arlen es tan paciente, tan cuidadoso; en este momento necesito caos, necesito un revuelo, necesito una distracción, no al caballero galante. Me subo a horcajadas sobre él en el sillón y lo beso como si fuera el alivio a todos mis problemas. Sus labios no son calientes, pero eso no impide que un hormigueo baje hasta mi estomago y cosquille agradablemente. Sus manos reposan sobre mi cintura y su tacto ligeramente frío me enciende en pocos segundos.Acaricio la piel suave de su cuello y el imita mi movimien