Se está regocijando con mi miedo y mi deseo, noto el brillo engreído en su mirada y su sonrisa peligrosa se ensancha. Me doy diez segundos para darle gracias a quien sea que haya creado el mundo y el universo de que fuera Xiwtekuhtli el campeón dragón y no este tipo porque de haber sido este, jamás habría podido hacerle frente y seguramente estaría esclavizada en su cama… O esclavizada en mi propia cama.Trago saliva y alzo la mano en un intento de darle a entender con un gesto que no quiero que se acerque más, pero él lo ignora e incluso alza su mano para juntar su palma con la mía. Santo infierno de mierda, el placer que siento es tal que no puedo evitar gemir y dejar todas mis barreras caer. Maldita sea.El dragón se acerca un poco más hasta que su cuerpo se amolda frente al mío, su barbilla acaricia mi cabello y me siento estremecer. Oh, es tan diferente estremecerse debido a un dragón que debido a un espectro. Siento su cuerpo rozar con el mío en puntos específicos que encienden
Hijo de puta, al menos nos hubiese ayudado, los espectros nos rodean, seguramente me van a poseer, me privarán de mi voluntad y… Estamos solos. Cuando vuelvo en mí noto que estamos rodeados de verde y café, ni un solo rastro de espectros. El frío sigue presente, la sensación de un escalofrío recorriéndome no desaparece, pero ya no hay seres traslúcidos atacándonos ferozmente.Arlen está en el suelo, de rodillas, su báculo a unos centímetros de él y noto un pequeño charco de sangre morada bajo su cuerpo. Oh, mierda, ¿qué pasó? Recorto rápidamente la distancia entre ambos y me agacho junto a él, tiene los ojos cerrados y el ceño fruncido, como de costumbre, no respira, pero al verlo tan inmóvil como una estatua me hace saber que no está bien. No al cien, al menos.Sin pensarlo, abro la bolsa con el corazón y saco el cuchillo, lista para hacerme una herida y que pueda curarse, sin embargo, reacciona rápidamente y detiene mi movimiento.—Me curaré rápido —se pone de pie trabajosamente—. N
Me sigue impresionando que el corazón esté en condiciones decentes cuando todo esto tiene dos meses y medio. Tocarlo me provoca arcadas, pero finjo que todo está bien. Erenis extiende las manos mientras admira embelesada el corazón de Humberto, hay tal brillo en sus ojos que pareciera encontrar lo que más anhelaba en la vida.—Los humanos siempre tan radiantes —yo no le veo un carajo a lo radiante—. Tan tiernos, tan coloridos, tan… Vivos.Quisiera decirle que esa madre ya tiene más de dos meses sin vida, pero no encuentro las palabras, siento el estómago revuelto y una pesadez aparece en mi estómago. Erenis olfatea profundamente el órgano y luego olfatea el humo morado que sale del caldero, de pronto me invade un aroma a azufre y sal y tengo que apartar la mirada y respirar hacia otro lado. Lo que sea que metió ahí, definitivamente es tóxico.—Ver a través de los ojos de alguien más es meterse en su vida —susurra con ese tinte divertido—. Es permitirle entrar a ti y que tú entres a el
Estoy riendo como si hubiese escuchado el chiste más gracioso del mundo, como si mis problemas no existieran y este momento fuera un bucle en mi vida de mierda. No sabría decir qué fue lo que causó el ataque de risa en primer lugar, pero definitivamente estar con estas cuatro personas hace que mis días sean mucho más amenos. Veo a Jossy rodar en el piso mientras ríe casi tan fuerte como yo, a su lado, Rigo trata, sin éxito, de encender un porro, creo que ni siquiera está usando un encendedor, ¿es eso un destapador? Los otros dos chicos son mellizos y tenía mucho tiempo que no los veíamos, son de esa clase de gente que se desaparece y luego regresan fingiendo que no estuvimos seis meses sin saber un carajo de ellos. Poco a poco, mis risas se disipan y empiezo a ver todo de manera diferente. Esto no es divertido, esto es la decadencia en su mayor expresión, estoy mal, miro mis brazos amoratados y picoteados, miro a la gente tan desahuciada como yo y de pronto me siento… Derrotada, tri
Dos meses antesEstaba despertando, sintió el poder emanar desde lo más profundo de su ser. Primero fue una sacudida, luego un pálpito y finalmente un rayo de consciencia.En algún momento de hacía muchos años fue derrotado por los hijos de la avaricia, tan malignos como perversos que lo mandaron a dormir sin importarle lo que ocurriera durante su ausencia. Supuso que había pasado mucho tiempo porque no recordaba lo sucedido, todo en su mente eran imágenes sueltas y retazos de recuerdos mal estructurados.Pero ahora respiraba y lo hacía cada vez más rápido, sus párpados antaño pesados como el plomo se volvían más ligeros a cada momento. Sus extremidades se movieron, primero solo fueron contracciones involuntarias, posteriormente fueron voluntarios. Le ordenó a cada dedo que se extendiera y a cada miembro que se sacudiera.Lo estaba logrando.Abrió la boca y aspiró una gran bocanada... De agua salada. Sintió como la vida se abría paso en su interior y llenaba cada parte de él. Estaba d
Ocho años antesCaí sobre mi trasero por tercera vez consecutiva, eso se convertía en una rutina desesperante. Emití un grito de frustración y contuve un par de lágrimas que amenazaron con correr por mis mejillas. Estaba siendo una chiquilla malcriada, pero estaba dando todo de mí, haciendo mi mejor esfuerzo y el idiota de Lucas seguía mandándome a besar el piso.Cuando lo que yo prefería era besarlo a él.Lo miré desde el suelo, él era tan fuerte, tan duro, tan talentoso. Era un colombiano tan guapo como hijo de puta. Tan atractivo y con una sonrisa divertida que, si lo quería, podía hacer que mil mujeres cayeran a sus pies.Pero era sensible, toda su coraza era una fachada que lo protegía de lo que le ocurrió años atrás, cuando perdió a sus padres y hermana pequeña y cuando lo hallaron bañado en sangre escondido dentro de una maleta en el hostal en dónde vacacionaban.Decenas de turistas fueron asesinados durante una noche de luna en cuarto creciente... La culpa fue de quien tuvo la
Seis años antesSubía y bajaba sin cesar, un estúpido fey me había atrapado con una liana o una mierda parecida y me traía rebotando como si fuera un yoyo. La cabeza me daba vueltas, ver el mundo boca abajo no era para nada agradable, además, colgaba de una pierna, sentía que en cualquier momento me la iba a dislocar.Fui una tonta, debía admitirlo, pues no calculé bien y caí directo en la trampa. Como punto para mí, pensé que enfrentaríamos a un estúpido gnomo, si acaso un travieso duende, no algo mucho más evolucionado.Las espinas se clavaron en mi tobillo, por suerte tenía las botas de cuero y un pantalón grueso para prevenir este tipo de cosas, si me hubiese cortado, mi sangre habría caído y en apenas un pestañeo habría terminado siendo sirvienta de algún fey retorcido y perverso. Dentro de las ventajas, estaba el no poder atacar directo a la cabeza o cuello, así que solo debíamos preocuparnos por las extremidades y por evitar alguna que otra flecha encantada.—¿Estás bien? —el r
Cuatro años antesLa primera vez que bebí fue a los dieciocho años, mis padres salieron de viaje con el argumento de que era un viaje de trabajo, pero tanto Lucas como yo supimos que no era más que la fachada, ellos querían ir a fornicar con toda libertad, así que tendríamos tres días de casa sola para disfrutar.Tanto él como yo siempre fuimos catalogados como buenos niños, pues si no estábamos entrenando, estábamos en la escuela. Los monteros, tuviésemos la edad que tuviésemos, siempre estábamos ocupados con la doble vida. Ni siquiera podíamos salir con monteros de nuestra edad porque nuestras agendas solían estar llenas.Pero en el momento que mis padres anunciaron que se irían, pusimos manos a la obra.Después de varios años de cacería, es normal estrechar lazos, sobre todo cuando se viven experiencias de muerte. Y yo tenía dos amigos monteros: Ariana y Josué. Y todos coincidimos en que la fiesta debía ser todo un evento. Ellos eran los invitados de honor que también invitaron a g