Capítulo 9. Los resultados del ADNLa relación entre Santiago y Sara no fue la misma desde aquel día, hablaban solo cuando Zoe estaba presente y él dormía en el sofá cuando se quedaba en casa, no podía compartir la cama con Sara sin sentirse desdichado. Daría cualquier cosa por tener su amor, odiaba que existiera otro hombre al que ella deseara más que a él. Ese día, antes de irse al trabajo, le prometió a su hija que el fin de semana saldrían de paseo de nuevo como la última vez. La había llevado al parque, al cine y a comer helado. —Pero quiero que mami vaya con nosotros —le pidió haciendo un mohín. Estuvo preguntando mucho por ella ese día, porque nunca salían solos. —Sí, como quieras, princesa —pronunció con una sonrisa que no llegó a su mirada, le dolía sentirse a kilómetros de su esposa cuando hacía solo unas semanas atrás hicieron el amor como si nadie más importara. —Te quiero, papi —dijo Zoe abrazándolo. —Y yo a ti, mi pequeña luciérnaga. —La abrazó y la besó en el
Capítulo 10. Un engaño más Lo primero que sintió Lorenzo cuando leyó los resultados de la prueba de ADN fue decepción, pensaba que Zoe era su hija, no sabía cuánto deseaba que lo fuera hasta ese momento. No entendía porqué, pero era lo que sentía. Después se enojó con Sara por haberle mentido haciéndole pensar que su hija era suya, y si eso no era verdad, nada de lo que dijo lo fue. Lo hizo dudar de su esposa, de su madre, de sus amigos, de todos…, pero no cometería de nuevo ese error. Disgustado como estaba, la llamó y le dijo que era una mentirosa, que no quería saber nada más de ella sin darle ninguna oportunidad de hablar. —Prepara el equipaje, volveremos a New York —le ordenó a Antonella con gesto serio, no tenía nada qué hacer en Rochester, solo había perdido el tiempo. Tendría que seguir buscando a alguien que pudiera ofrecerle una cirugía que le devolviera la capacidad de caminar, no iba a rendirse, mucho menos ahora que esperaba un hijo. —Sí, amor. Ya mismo lo hago —dijo e
Capítulo 11. ¿Sueños o recuerdos?A pesar de sufrir amnesia, Lorenzo dirigía la sucursal de la empresa familiar en New York, el trabajo no era complicado y contaba con la asesoría de James, a quien le consultaba cualquier duda que tuviera. Era el hombre a cargo cuando se ausentaba y su único amigo, tenían tres años conociéndose y lo consideraba un hombre confiable y honesto. Ese día, había una junta importante en la oficina y Lorenzo fue el primero en llegar, debía revisar una última vez el infoerme de ganancias antes de presentarlo en la reunión, pero estaba distraído, su mente lo llevaba una y otra vez a Sara. ¿Por qué seguía pensando en ella? Tenía pruebas de que era una mentirosa, debía olvidarla y centrarse en su familia, en el bebé que su esposa llevaba en su vientre. Luego de la junta, le pidió a James que pasara por su oficina y le contó sobre Sara, necesitaba hablarlo con alguien o se volvería loco. Su amigo se mostró sorprendido y, por curiosidad, buscó el nombre de la supue
Capítulo 12. CulpaDesesperada, le mordió el labio logrando que dejara de besarla y gritó pidiendo ayuda. Bárbara, que estaba en la habitación de Zoe, escuchó a Sara y corrió a su habitación para saber qué pasaba. Ella no sabía que su hermano había llegado. Abrió la puerta y se dio cuenta de inmediato lo que sucedía, Santiago tenía a Sara inmovilizada de las manos, estaba subida sobre ella y le cubría la boca para amortiguar sus gritos. —¡Santiago! ¡Suéltala! —le dijo horrorizada, jamás imaginó que su hermano fuera capaz de hacer algo así. —No te metas, Barb, esto es entre mi mujer y yo —siseó sin liberarla, no actuaba como él mismo, o al menos no como el hombre que ella conocía.—Te he dicho que la sueltes —insistió subiéndose a la cama para quitárselo de encima a Sara, pero Santiago la empujó haciéndola caer en el suelo—. Por Dios, Santiago. ¿Qué pasa contigo? ¿No te das cuenta de lo que haces? Suelta a Sara ahora mismo —le gritó sorprendida y preocupada a la vez. Él nunca fue agre
Capítulo 13. Buscando la verdad Sara no cabía en sí de la emoción, Lorenzo lo había recordado, al menos eso había entendido al escucharle decir que no fue un sueño, sino un recuerdo. Para salir de dudas, se lo preguntó. —¿Quiere decir que… que lo has recordado? —balbuceó con torpeza, estaba tan nerviosa que apenas podía sostener el teléfono, le temblaban hasta las pestañas. Si Lorenzo estaba recordándola, era posible que recuperara la memoria. —No lo recordé, lo soñé. Pero se sintió tan real que parecía más que un sueño, por eso te llamé, porque necesitaba saber si lo era —respondió pensativo, había más que no le estaba diciendo y Sara no pudo aguantar la curiosidad. —¿Es la primera vez que te sucede? La línea se quedó en silencio durante un momento, Lorenzo no estaba seguro si debía contarle cuál fue su primer sueño con ella, porque tal vez no se trataba de un recuerdo, como este. —Sí, solo me ha pasado una vez —mintió sin atreverse a admitir que soñó que le hacía el amor. Cada
En un parpadear, todo cambiaLa tarde del sábado, Bárbara pasó por Zoe para llevarla con su hermano como habían acordado. La niña le preguntó a su mamá porque no iba con ellas y Sara respondió que estaba un poco enferma, que se quedaría en casa a descansar, pero que no se preocupara, que estaría bien.—Hazle caso a tu tía y no comas mucho helado o te dolerá la panza —le dijo antes de darle un abrazo y un sonoro beso en la mejilla. —Sí, mami. Te quiero —pronunció entre los brazos de Sara. —Yo más a ti, muñequita mía. —Le dio otro beso antes de dejarla ir y la niña corrió hasta donde estaba su tía. —Chao, mami. —Se despidió la pequeña agitando la manito desde la puerta del aparamento. —Chao, mi amor —respondió sonriéndole y agitando la mano también. Bárbara envolvió la mano de la niña y salieron del edificio usando las escaleras para bajar porque el ascensor llevaba varios días averiado. Santiago las esperaba al otro lado de la calle con las manos hundidas en los bolsillos y la m
Capítulo 15. ¡Basta ya!Después de hablar con Carlota, Lorenzo no tuvo dudas, Sara era su prometida cuando tuvo el accidente, pero le habían hecho creer que era Antonella con quien estaba comprometido. Todos lo engañaron desde el inicio, jugando su él como si fuera una marioneta. No tenían derecho de diseñarle una vida nueva, ¿por qué lo hicieron? ¿qué más le estaban ocultando? Estaba furioso como no recordaba haberlo estado nunca, se valieron de su amnesia para hacerle creer lo que les dio la gana y lo privaron de Sara y de su hija, porque Zoe debía ser suya. Si fueron capaces de inventar tantas mentiras, pudieron hacer algo para cambiar los resultados de ADN. Al salir del café, Lorenzo fue a casa madre dispuesto a confrontarla, lo que hizo no tenía ninguna justificación, así odiara a Sara, jamás debió hacerle creer que había muerto y mucho menos reemplazarla con otra mujer. Solo una persona sin corazón ni escrúpulos sería capaz de algo tan despreciable. Y no solo ella, también Anto
Capítulo 16. Llamado de sangre Vittoria llamó a Antonella echa una furia, la culpaba por haber permitido que Lorenzo viajara a Milán y descubriera la verdad. Hasta ese momento, ella pensaba que estaba en Seattle, había hablado con él y le dijo que el viaje se había alargado y, como solía suceder, no sospechó nada. Además, estuvo sintiéndose mal por el embarazo y no le había dado importancia a lo que hacía Lorenzo, estaba harta de ser su niñera. —Si Lorenzo reconoce a esa niña como suya, se convertirá en su heredera y Sara tendrá lo que era para ti. Si no quieres que pase, tienes que hacer lo necesario para impedirlo —señaló Vittoria con un plan en mente. —¿Qué quieres que haga? —preguntó sospechando que no sería algo bueno, la conocía lo suficiente para saber de lo que era capaz. —Deshazte de ellas, es la única manera de lograrlo. Supongo que entiendes lo que quiero decir. —No soy una asesina y no me convertiré en una ni por todo el dinero del mundo —le dijo horrorizada. Mentir