La boda que había planeado con ilusión se había convertido en una pesadilla, Rosalin observaba con rencor a Edwan que avanzaba por el pasillo de la iglesia con una sonrisa burlona.
El andar de Edwan era con un aire de superioridad, como si lo que había hecho fuera una gran hazaña. Edwan no entendía que lo único que hizo para obtenerla como esposa, fue manipularla para que ella se doblegara, pero eso no significaba que algún día tendría su corazón, porque solo le pertenecía a Jasón. Edwan la agarraba con fuerza del brazo, como si temiera que se le fuera. La miraba con una combinación de posesión y triunfo, como si hubiera obtenido un premio. —No te opongas, Rosalin—le murmuró al oído —ahora sonríe, es tu boda. —No me digas lo que tengo que hacer. Tú no eres nadie…—le respondió Rosalin con desprecio. —Te equivocas, soy tú compañero, la Diosa me ha hecho ver que tú eres mía —Edwan había dejado caer esa verdad, que helaba por completo el cuerpo de Rosalin, se negaba a creer que ella pudiera ser la compañera de ese hombre lobo. Era humana, los lobos debían tener de compañeras a mujeres lobas, no humanas. —La diosa en esta ocasión se ha equivocado, yo no puedo ser su compañera —Edwan poso su mano sobre su rostro, ella quiso apartarse, pero no pudo, su mano la agarró con fuerza de las mejillas, para acercarla a centímetros del suyo. —Ella no se equivoca y si ella dijo que eres mi compañera, es que lo eres, recuerdas mi promesa en la fiesta de tu compromiso, yo siempre cumplo lo que prometo, y tú ahora eres mi esposa —miró sus labios y sin previo aviso poso sus labios sobre los de ella, Edwan pudo sentir la resistencia de Rosalin al principio. Pero poco a poco fue cediendo a su forma seductora y erótica de las caricias de sus labios, Rosalin nunca había sentido un beso tan embriagador como él que daba el señor King, que despertaba en su interior el deseo de ser amaba y besada por él. Edwan se apartó apenas milímetros, espero a que Rosalin abriera los ojos y lo viera. —Al fin cumplí mi deseo de probar tus labios —con su dedo pulgar Edwan acaricio su labio inferior —y pude sentir como tú respondiste a mi beso, creo que tu corazón sabe a quién pertenece… Rosalin bajó la vista furiosa con ella misma por haber respondido el beso con esa pasión. —Es hora de ir a celebrar nuestra boda, quiero que todos sepan que eres mía para siempre. La arrastró hasta el coche negro que los esperaba afuera, miró detrás, su padre salía de la iglesia con la cabeza baja, podía sentir su vergüenza. —¿Mi padre va estar bien? —preguntó Rosalin a Edwan que miró a Harry mientras Drake estaba cumpliendo con la parte del trato que había hecho, su hija a cambió de su deuda. —Si, tu padre va estar bien, yo cumplo con mi palabra —empujo a Rosalin dentro del auto. En la recepción fueron recibidos por los aplausos de los invitados, todos conocidos de la ciudad, ninguno de él. Jasón había llegado a la ciudad después de haber sufrido la pérdida de su familia, a causa de un incendio, siendo el único sobreviviente. Rosalin no era dichosa en la fiesta, cada que podía miraba la puerta principal, esperando un milagro, solo esperando verlo entrar, ella le importaría poco ese enlace, si Jasón le pedía que lo siguiera, ella lo haría sin pensar. Sin embargo, las horas pasaron y él no apareció, bajo la vista pensado en las cosas terribles que hubiera podido hacer este lobo para que no llegara a la boda, miró el anillo de compromiso que Jasón le había dado, y sin poder evitarlo soltó unas lágrimas. “Mi Jasón que te han hecho” Edwan tomo su rostro por la barbilla, sus miradas se conectaron de inmediato, él noto sus lágrimas. —No quiero que llores —se acercó con ternura a besar sus mejillas —me parte el corazón. —No te creo, si te partiera el corazón no hubieras hecho lo que hiciste —respondió con molestia Rosalin —si de verdad la diosa te dijo que era tu compañera, no debiste desear que fuera feliz con él hombre que yo escogí, y no hacerle daño para que no esté en nuestra… —Las cosas son muy diferentes, entre los humanos y nosotros, ustedes escogen parejas, nosotros tenemos parejas asignadas por la Diosa, ella es sabía, pronto haremos un vínculo eterno que solo la muerte puede romper —tomo su mano —eres mi compañera y cualquier hombre que te toque sufrirá la peor consecuencia de su vida, solo pensar que ese maldito hombre te toco me dan ganas de romperle la mano… Rosalin sonrió había una pequeña luz de esperanza que Jasón siguiera con vida, pero donde lo tendría. —Nunca me tendrás, ¿Dónde esta Jasón? —volvió a preguntar Rosalin con esperanza que si contestara —necesito saber qué hiciste con él —pero Edwan permaneció callado, mirando a todas las personas que se acercaban a darles sus felicitaciones en esa boda tan particular —¡no entiendes que es el hombre que quiero!… —Tú lo has dicho que quieres —replicó Edwan con una media sonrisa en los labios, pero fuego en los ojos —y te juro que después de esta noche que vas a querer y amar será a mí. —Nunca dejaré que me toques, seré tu esposa, pero nunca compartiré cama contigo, al único que deseo con toda mi alma y cuerpo es a Jasón…—sus palabras buscaban herirlo, y parecía que había resultado, pues sus ojos azules cambiaron de color a un rojo intenso que provoco medio en Rosalin. —Como es que dices que deseas con toda tu alma y cuerpo a un hombre que no te dijo quien era de verdad —Edwan soltó que estaba harto de escuchar el nombre de ese maldito en los labios de su compañera, de su Luna —él te mintió desde que te conoció. —Eso lo dices para justificar tu acción, pero no te creo, yo conocía perfectamente a Jasón —Edwan noto como Rosalin jugaba con algo en su mano, al tomarla el centelleo de la insignificante piedra brillo, sin pensarlo dos veces retiro el anillo de bodas y después el anillo de compromiso. —No llevaras nada que él te ha dado —con total desprecio Edwan lo aventó lejos de ellos entre las personas que bailaban. —Maldito tú no tenías el derecho de hacer eso —replico llena de furia Rosalin, que se puso de pie para ir en busca del anillo, pero Edwan la tomo de la mano y la llevó a la pista. —Se que ahora me odias, pero te juro que llegara el día que de tus labios saldrán palabras de amor —dijo muy confiado Edwan mientras la sujetaba por la cintura para bailar un vals. Cuando terminó la música, Harry se acercó a Edwan, con los pagarés en la mano. —He cometido un error, no hay trato, devuélvame a mi hija —dijo Harry con dolor en su voz, Edwan comenzó a negar con la cabeza —yo buscaré… —Eso ya es imposible, ella ahora es mi esposa —Edwan dejaba salir esa última palabra con orgullo y satisfacción —no te preocupes Harry, te juro que voy hacer todo para hacer feliz a Rosalin, ella tendrá todo lo que pida. —Y si te pido el divorcio —Edwan giró la cabeza para encontrarse con la mirada fría de Rosalin. El comenzó a reír parecía que no le había quedado claro la fuerza que los unía para siempre. —Oh cariño mío, eso será lo último que te dé, tú eres mía, la Diosa me ha hecho este regalo de rendición y no pienso dejarte ir por nada en el mundo —Edwan la tomo del brazo, ya había sido suficiente de celebrar, él ahora quería tenerla en su casa. Rosalin miró con cierto nerviosismo la casa que se alzaba en el centro del bosque, Edwan le había asegurado que sería su nuevo hogar, donde serían muy felices, pero ella se negaba a creer eso, para Rosalin esa casa sería su tormento. La casa era como si fuera parte de la colina, pues la pared de atrás era parte de la enorme roca que formaba parte de la montaña, era de dos pisos que eran cubiertos por grandes cristales que dejaban pasar la luz, tanto de día como de noche, sobre todo en las lunas llenas. Pero esa noche estaban cubiertas por grandes cortinas que no dejaban ver nada del interior. Tenía que admitir que era preciosa, pero al fin y al cabo era donde Edwan la forzaría a vivir con él, supuestamente como su compañera. Primero salió Edwan del auto, le tendió la mano para ayudarla a salir del auto, pero ella la ignoró, salió sin ni siquiera darle una mirada. Él en vez de molestarse, disfrutaba su forma de ser, la miró con amor, era más de lo que hubiera podido pedir a la diosa, con dos grandes zancadas la alcanzó, antes de pudiera entrar a su hogar sin él. —¿Qué te parece si te llevo en brazos hasta tu nueva casa? —propuso Edwan con una sonrisa. —No hace falta, puedo caminar —respondió Rosalin con frialdad —además, esta no es mi casa. Pero Edwan no le hizo caso, la levantó en sus brazos y cruzó la puerta. La casa era bonita y acogedora, pero Rosalin no se sentía cómoda allí. —Ya estamos en nuestra casa, mi amor... —Edwan intentó besarla, pero Rosalin apartó la cara. Un ruido de pisadas les hizo mirar hacia las escaleras. Una chica pelirroja bajaba corriendo, con una expresión de alegría que se borró al ver a Rosalin con el vestido blanco. —Hola, Edwan, ¿cómo te fue? —saludó la chica, pero su voz se quebró al final —¿Quién es ella? —preguntó con angustia y confusión.Edwan miró con satisfacción a Rosalin, mientras la bajaba al suelo con cuidado, pero sin apartarla de él. —Ella es mi esposa —contestó Edwan con una amplia sonrisa y con un tono de orgullo.—¿Cómo que tu esposa? —preguntó la chica con desconcierto y un tono de molestia.—Si, nos casamos esta tarde, Beatriz. Por fin la Diosa me ha traído a mi compañera —Edwan apartando la mirada de Rosalin vio a Beatriz que tenía una mano en el pecho, como si le doliera algo —¿te sientes bien Beatriz? Preguntó Edwan mirando con preocupación a Beatriz, pero ella no estaba nada bien, la sangre había dejado de circular por su cuerpo y un sollozo de sufrimiento salió de su garganta, contuvo lo más que pudo las lágrimas que querían salir. Al levantar la vista Beatriz, vio a Rosalin que era abrazada por Edwan con posesividad, algo con lo que ella soñó y tal parecía nunca podría obtener de él; el olor que percibía de ella era nauseabundo, no era loba como ella, era una maldita humana que le estaba robando
El rostro de Edwan se volvió una piedra por completo, su sangre comenzó a hervir de rabia al saber que ella había estado con ese maldito hombre, que no pudo evitar tomarla por los brazos con demasiada fuerza. —Tú no pudiste ser de él —dijo Edwan con voz gruesa —cometiste un grave error al entregarte a él, ahora más que nunca se merece lo que le paso. —Ves confirmas que tú le hiciste algo malo a Jasón. Para despertar más su furia, Rosalin soltó unas cuantas lagrimas por él. —Estoy en una pesadilla, no puedo estar con el hombre que me quito todo, yo no puedo ser tú compañera —dijo Rosalin bajando la vista —yo quiero a Jason, mis sueños los cumpliría con él.—Con un hombre que te mintió —Edwan apretó con coraje a Rosalin, odiaba ver como seguía pensando en ese hombre mentiroso —un hombre que te iba a comprar.—¿Y no hiciste lo mismo tú? —Rosalin preguntó con frialdad e indignación —mi padre pago la deuda que tenía contigo conmigo, me entregó a mí en el altar y tú me presionaste para
Cuando despertó por la mañana Rosalin, todo su cuerpo le dolía, después de su ataque de histeria se había dejado caer al suelo junto a la cama a llorar amargamente por más tiempo, pidiendo a Dios que Jasón apareciera sano y salvo y pudieran huir juntos del valle, lejos donde Edwan no pudiera alcanzarlos.Se puso de pie, aun traía puesto el vestido de novia, que estaba desgarrado, como su corazón, camino hacía una puerta que dio a un cuerpo donde había tres grandes armarios que eran del suelo hasta el techo, estaba divido por la mitad por un lado había ropa de hombre y del otro de mujer, ese lobo había comprado ropa para ella, pero estaba demente si ella iba a usar algo de eso. Cerro esa puerta para ir al otro lado de la cama donde estaba otra puerta, al abrirla se encontró con un cuarto de baño amplio, con una tina de porcelana o eso parecía. Con dificultad se quitó el vestido de novia, una lagrima se escapó de sus ojos al ver el juego de lencería que había comprado para Jasón, era
—Edwan, no seas injusto —protestó Beatriz, bajando la mirada —tú sabes lo que siento por ti, lo que he sufrido por ti. Tú eres el único que me ha dado amor y protección después de que los humanos mataran a mi familia. ¿Cómo quieres que acepte a una de ellos como tu pareja? ¿Cómo quieres que la vea como una hermana?—Beatriz, debes dejar el pasado atrás, si te dieras la oportunidad de tratar a Rosalin, te darías cuenta que ella es diferente a las personas que entraron a tu casa y cometieron ese crimen —dijo Edwan, acercándose a ella y poniendo sus manos sobre los hombros de Beatriz —además debes entender que yo no puedo ser tu compañero, no puedo amarte como tú quieres. Te pido que la aceptes…—No Edwan, no puedo —replicó Beatriz, abrazándolo por la cintura —yo solo te quiero a ti, solo tú puedes hacerme feliz. No necesitas a nadie más, yo soy tuya.—¡Basta Beatriz! —dijo Edwan, apartándola con firmeza —ella es mi compañera y haré lo que sea por ella.—¿Incluso matar? —preguntó Beatriz
Edwan dio media vuelta cerrando los oídos ante las suplicas de Beatriz, era imperdonable su forma de actuar, gracias a sus palabras y como había llevado la conversación, había hecho que entre Rosalin y él, creciera más grande una barrera que impediría que él pudiera acercarse, evitando así demostrarle lo importante que era para él, tenía miedo de no poder ganarse su corazón nunca. Debía encontrar una manera de demostrarle a Rosalin que no mentía, que no había tenido nada que ver con la desaparición de Jasón, que se había esfumado sin dejar rastro alguno. Fue a la habitación donde durmió, dándole tiempo a su esposa para que se calmara y pudiera escucharlos, se sentó en la cama recordado como había comenzado el día anterior, con Harry llegando a su casino pidiendo una prórroga en su deuda, porque Jasón no respondía sus llamadas y al ir a su casa, nadie supo darle información de él, fue cuando Edwan, vio la oportunidad de unirse a Rosalin para siempre. INICIO FLASHBACK—¿Gusta algo de
Beatriz se secó las lágrimas con rabia, Edwan no había querido escucharla, ni le importo que se humillo pidiendo perdón, todo por culpa de esa mujer que no tenía ni una pisca de amor por él, el dolor en su pecho creció, la manera que la trato Edwan fue injusta, no merecía la forma que la había echado de la casa, era parte de él, en unos pocos minutos él echo su cariño y los momentos felices a la basura. Porque no entendía que todo lo había hecho por su bien, para que abriera los ojos y se diera cuenta que esa maldita humana nunca lo amaría como ella, al final ella había salido perdiendo, pues no tenía a donde ir, de nuevo estaba sola en el mundo sin la protección de las personas que amaba. Estaba por terminar de guardar todo, solo faltaba la caja que había en la parte superior del armario, donde guardaba los recuerdos de su familia, que habían sido víctimas de unos malditos humanos que querían la tierra donde vivían. Dentro había unas arracadas de oro blanco con una piedra precios
Después de correr por el bosque llegó al casino, mientras avanzaba su cabeza no dejaba de darle vuelta a la situación que tenía por delante, y la única solución que encontró fue que debía contratar un investigador que diera con el paradero de Jasón. Quería demostrarle a Rosalin que él nunca estuvo involucrado en su desaparición. No importaba el tiempo que tardara en dar fruto la investigación, él lo aprovecharía para ganarse su corazón, primero dejaría que la mujer que la había cuidado desde niña fuera a vivir con ellos, hasta hizo que personal del casino recogiera la ropa de Rosalin para que la llevaran a su casa, ya no quería verla cuando volviera con ese maldito vestido de novia. Llamó al mejor investigador del valle y le ordeno que quería lo más pronto posible resultados. —Me pondré a trabajar de inmediato, espero tener pronto alguna pista de lo que le sucedió al señor Roydan —dijo el lobo que salía de su despacho en el casino. Edwan no dijo nada, solo asintió y tomó unos paga
Toda la molestia que había sentido, se esfumo solo recordar lo que había pasado en la mañana, Rosalin no lo quería cerca gracias a las mentiras de Beatriz, que había hecho germinar más profundo la semilla de la desconfianza entre ellos. —No sé si un día lo logré —dijo Edwan al dejarse caer en su silla —ella como todos piensa que le hice algo a ese maldito hombre y todo gracias a Beatriz —Edwan le conto todo lo sucedido por la mañana en su casa, Drake negó con la cabeza, él sabía que algo así iba a pasar, por esa razón no había dicho nada a Beatriz de la boda —ni siquiera me quiere cerca. —Beatriz es una loba muy celosa, y contigo tiene un amor enfermizo, creo que lo mejor es que ella no viva más en tu casa para que no provoque problemas con tu compañera —sugirió Drake…—De hecho, ya lo hice, la eché, quisiera sentirme mal porque Beatriz no tiene a donde ir —dijo Edwan bajando la vista, lo enfureció ver su cara de malicia y de triunfo al ver lo que había conseguido con sus palabras.