—No me amarres — casi grite cuando me amarró con una cadenas que no se de dónde saco, pero ya estaba siendo prisionera de ellas.

—Pide que te folle como corresponde — Un olor olor a cítrico y almizcle pero con picante se empezó a sentir apenas termino de decir esas palabras, y fue ahí donde mi mente prácticamente por completo se nubló, el aire tan caliente y que empecé a sudar y sentirme incómoda. Mientras él estaba acariciando mis pechos apretándolos, pero ya no hacía más nada que eso y ya me estaba desesperando demasiado quería más que eso.

Sus caricias eran más pesadas y sus dedos jugaban entre los labios de mi vagina, estaba desesperada, ya no me importaba nada solo quería que me follara como una bestia. Por desgracia mi celo se estaba presentando de repente y la loba que me había abandonado estaba dejando que su aroma se esparciera por todo el lugar.

—Por favor Caín.... quiero que me toques más profundo — muerdo mis