El Comandante Ksongan era un hombre contradictorio. A simple vista era un individuo de piel oscura y rasgos fuertes, una mandíbula afilada, labios carnosos, musculatura envidiable y una presencia imponente. Medía casi dos metros de altura, iba con la cabeza afeitada, usaba el uniforme correspondiente a su rango como Comandante general de las Fuerzas Especiales y el único accesorio decorativo que llevaba sobre sí mismo era un grueso anillo de platino con una hilera de apatitas de corte ovalado, símbolo de la familia arcana a la que pertenecía.
A pesar de que aparentaba tener unos cuarenta años a lo sumo, Enam Ksongan era, junto a sus dos hermanas, la cabeza de la familia arcana Ksongan; también era un vampiro que había sido miembro fundador de Las Fuerzas Especiales y tenía más de tres mil años de edad.
Su voz era exótica, grave y muy masculina. Su mirada templada y agradable, coronada con unos iris del color del peridoto e igual de brillantes que esa gema. El Comandante inspiraba respeto y admiración por su carácter equilibrado y justo, pero sobre todo por la capacidad que tenía para no dejarse intimidar por nadie.
Al final de esa madrugada, observaba con detenimiento las grabaciones de las escenas que se proyectaban sobre la pared de fondo de su oficina. Mientras se embebía en cada detalle e iba dictando a la inteligencia de la base con voz suave las preguntas que quería hacerle a cada departamento, escuchó la voz andrógina de Sia que le anunciaba que los agentes Volk y Dagger entraban en ese momento en el cordón de seguridad de la base y abría una ventana emergente en su escritorio donde se mostraba la trasmisión en tiempo real de la llegada de sus subordinados.
“Tiempo de arribo: ocho minutos”
La alerta saltó sobre una banda verde, que minimizó automáticamente.
―Sia, comunícame con el capitán del departamento de narcóticos de la policía local.
―De inmediato, Comandante.
Una nueva ventana se proyectó en la pared. Ksongan manipuló las ventanas de video de la escena de los cadáveres proyectadas desde su escritorio táctil y las ocultó de la vista, activó la opción de compartir el material audiovisual de la escena del laboratorio y la lista de evidencia recolectada por los agentes.
―Comandante Ksongan, estaba a la espera de su comunicación ―anunció una voz masculina.
Inclinó la cabeza en un gesto de respetó y saludó al Capitán Marcus.
―Me place informarle la exitosa culminación de la misión.
―Sí, para mí también es una buena noticia. ―Se pasó la mano por la barba, unas bolsas oscuras debajo de sus ojos lo hacían parecer enfermo.
―Mi departamento acaba de contabilizar y realizar el primer análisis de las evidencias, en este momento le estoy enviando los informes preliminares. ―Tecleó en el escritorio―. Según nuestro laboratorio de sustancias, en aproximadamente cuarenta y ocho horas estaremos liberando la evidencia para que sus propios laboratorios lleven a cabo sus exámenes.
―Mis policías me dijeron que se realizaron dos arrestos esta noche ―anunció. Ksongan vio el momento en que cuadró sus hombros y puso un gesto adusto en su rostro, como si quisiera verse más imponente y autoritario―. ¿Estos dos delincuentes también serán derivados a nuestras instalaciones para su procesamiento y encarcelamiento en cuarenta y ocho horas?
El Comandante no se inmutó, aunque por dentro encontraba divertido el intento de aquel humano por jugar una lucha de poderes.
―Capitán, ambos sospechosos pertenecen a la raza vampira ―le informó. Marcus tuvo un ligero tic en su ojo derecho, la única señal de que le desagradaba esa información―. No tengo ningún problema en derivar la custodia de los mismos a la policía local, por el tiempo que tome llevar el caso a juicio y que nos entreguen a nosotros el procesamiento final de los criminales y su respectivo castigo. Pero si me lo permite, ofrezco las instalaciones de contención de esta base para mantenerlos encarcelados. Evidentemente, si sus instalaciones pueden contenerlos sin que representen ningún riesgo para ustedes, procederé a dar la orden para que ambos sean entregados en las próximas horas.
El tic se volvió a presentar, Marcus lo observó en silencio por dos minutos completos y asintió casi con dolor.
―Está bien, Comandante.
―De todos modos, Capitán, le garantizo que ningún anuncio sobre el operativo de hoy se hará público en nuestro nombre ―explicó―. Usted y su departamento se encargarán de lidiar con la prensa y con el juzgado. Mi gente solo dejará un respaldo para seguridad.
―Gracias. ―Pareció aliviado. Las Fuerzas Especiales tenían una intachable reputación desde su fundación, más como ejemplo de la Ley de Equidad de Especies, que demostraba que un equipo compuesto equilibradamente por todas las razas era lo mejor. Aunque no todos estaban felices de admitirlo, y menos de forma pública.
―Excelente. Que pase buen día, Capitán.
El Comandante Ksongan no esperó a que el hombre se despidiera. En ese mismo momento, la puerta de su oficina se abrió, Fira y Aston se encontraban en el umbral en posición de firmes. Dio un suspiro mental, la expresión vacía de Fira Volk no presagiaba buenas noticias.
―Adelante ―les ordenó, mientras se dirigía hasta su asiento detrás de su escritorio.
Ambos permanecieron en silencio y firmes. Ksongan los examinó con detenimiento, sopesando cómo iniciar la siguiente conversación.
―Excelente trabajo en el operativo encubierto de hoy, agentes ―dijo finalmente. Ambos agradecieron al unísono―. Ya revisé el video de la segunda escena y el agente Black me envió su informe preliminar, directo y sencillo. Dice que tendrá respuesta sobre los cuerpos después de realizar una autopsia exhaustiva, pero que no podrá dar ningún resultado final hasta que el especialista en patología forense de mestizos analice la evidencia y los cuerpos, y eso sucederá el jueves.
Esperó, Fira hizo un movimiento involuntario en su ceño, pero no se inmutó.
―Por ahora, el resto de la evidencia comenzará a procesarse de manera regular, lo que nos da un margen de cuarenta y ocho horas para que ambos descansen y se incorporen al servicio de nuevo el día martes. ―Hizo una seña para callar a Fira que abrió la boca para hablar―. No es una sugerencia, agente Volk, es una orden directa que espero que acate sin quejarse. El agente Black pasó el informe sobre su herida y también sobre el hecho de que no se ha alimentado con la regularidad requerida. Sia ha lanzado varias alertas sobre el hecho, y según sus reportes, que son exactos e inequívocos, estás en alerta naranja.
―Señor, ¿qué hay sobre el arma que pudo traspasar la piel de diamante de mi compañera? ―preguntó Aston.
―En realidad, agente Dagger, he ordenado que ese examen sea prioridad máxima en cuanto al análisis. Desde la base de La Fuerza en Shesh han llegado informes de unas municiones que también son capaces de atravesar nuestros trajes de seguridad. Ordené que se cotejen los resultados y se investigue si estos son hechos aislados o se están produciendo armas de alto impacto de forma clandestina.
―¿Ha habido más informes sobre estas municiones en otras arcas? ―inquirió el agente.
―No, Dagger. He solicitado a Sia que se conecte a la inteligencia matriz de la Fuerza para ver si hay alguna mención de hechos similares, pero eso puede tomar un par de horas.
―¿Cuáles son las proyecciones para este caso, Comandante? ―preguntó Fira.
―Agente, hasta que no vea resultados en la evidencia no diré nada más que secuestro y homicidio.
―Señor, creo que deberíamos hacer una aproximación más efectiva y comunicarle al Parlamento la situación ―insistió ella.
―¿Cuál situación exactamente, agente? ―La miró con suspicacia. Fira apretó la mandíbula―. Agente Volk, no quiero generar pánico en la comunidad, sobre todo porque hasta estos momentos, es un crimen aislado, del cual no sabemos nada en absoluto por la condición de las víctimas.
―Eso fue un crimen de odio, Comandante ―escupió ella entre dientes.
Aston sintió cómo su estómago se encogía. Los crímenes de odio eran una mancha purulenta en la historia de la nueva era de la humanidad, una que demostraba que, sin importar todas las vicisitudes que habían pasado tras la cruenta y devastadora tercera guerra mundial, la conducta humana tendía a la violencia sin sentido y desproporcionada.
―Agente Volk, no voy a tildar esto de un crimen de odio y llevarlo ante el Parlamento sin estar seguros. Porque no podemos saber si los cuerpos tienen allí una semana o tres meses ―espetó con claridad y calma. Mientras otros se dejaban intimidar por Fira, Ksongan estaba más allá de ella―. Cuando hable con el Parlamentario Matsudaira, lo haré con la información completa en mis manos y juntos procederemos a escoger el mejor curso de acción. ¿Ha quedado claro, agente Volk?
Se miraron el uno al otro con intensidad por largo rato, Aston comenzaba a sentirse tenso y en parte era porque su organismo empezaba a reaccionar a la inoculación de la ninfa. Sabía que emprenderían una lucha de poderes, Fira tenía problemas evidentes con la autoridad y él quería evitar cualquier confrontación que llevara a alguna clase de amonestación o suspensión de funciones.
―Quedó perfectamente claro, señor ―respondió él por su compañera.
―Bien ―dijo Ksongan, sosteniendo la mirada de Fira―. Entonces pueden retirarse.
Abandonaron la oficina en completo silencio, uno que se prolongó durante el descenso en el ascensor.Las puertas se abrieron a la recepción del piso de los agentes, un androide estaba apostado detrás de un mostrador y les dio la bienvenida, solicitando su clave de acceso.Unas segundas puertas dieron paso a una sala circular de grandes dimensiones, dividida en cubículos de dos por dos metros delimitados por paneles transparentes y separados unos de otros por una distancia de un metro ochenta por cada lado. Estas cabinas inteligentes constaban de estantes ocultos en el suelo que surgían directo del piso inferior donde se hallaba la armería; cada agente tenía un equipo designado previamente y almacenado en su propio armario que era manejado por Sia y por el plantel androide de la base. Cada estantería tenía sus nichos y compartimientos. Del mismo modo, el equipo de análisis médico se desplazaba
En el año 2099 se registró la primera aparición de los vampiros de forma oficial como una especie establecida en el planeta tierra desde hacía milenios. Ellos surgieron con soluciones médicas, tecnológicas, científicas y económicas para evitar la completa debacle humana.Al principio, los poquísimos asentamientos humanos accedieron de forma docil a su introducción en un nuevo orden mundial. Sobre todo, porque los linajes arcanos estaban compuestos de unos miles de miembros, incluidas familias humanas, que eran reconocidas como parte fundamental de estas, y se les llamaba Benefactores de sangre.La tradición de los Benefactores era pasada de generación en generación, y cada familia arcana trataba a sus benefactores como mejor le pareciese. En algunos casos eran miembros con plenos derechos, en otros, eran apenas un poco más que sirvientes.Esta relación estrec
Aston se despertó en su cama el día martes a las seis de la mañana. Para variar, parecía que sus patrones de pensamiento se habían regulado, lo que era un alivio; no se creía capaz de volver a hacer exactamente lo mismo que había hecho el día anterior para aplacar sus instintos.Tras una agotadora rutina de doce horas de ejercicio en el gimnasio de La Fuerza el día domingo, se bañó en las duchas durante sesenta minutos con el agua casi hirviendo; a esa hora no había nadie allí, excepto los agentes de guardia que se encontraban en el complejo de la base en las salas de vigilancia o en los recorridos nocturnos por la cuidad. Así que disfrutó de la soledad y la privacidad que pocas veces se lograba en ese lugar.Su mano se había deslizado con renuencia hacia el sur durante el lavado con jabón, siseó porque era tal su necesidad que ya lo encontraba
Había cientos de agentes especiales en la base de La Fuerza de Tevah-Sheva. La mayoría eran comúnmente conocidos como agentes de campo y cada base tenía su número de agentes específico para la ciudad, Sheva tenía alrededor de cien. También estaban los agentes médicos, científicos y técnicos, encargados de la recolección de evidencia y análisis. Adicional a estos había unas cuatro o cinco docenas de agentes de inteligencia, aquellos que estaban en misiones de encubierto todo el tiempo. En resumen, la base poseía una plantilla compuesta por un promedio de poco más de quinientos agentes, doscientos androides y Sia, la inteligencia artificial.Dos horas después de comenzada la reunión, solo quedaban cuatro parejas de agentes en el recinto. Ksongan dio órdenes a tres de ellas y dejó de últimos a Fira Volk, Aston Dagger y los agentes cie
A pesar de que Fira deseaba ponerse a investigar el caso de secuestro y asesinato de inmediato, sabía que no tenían una dirección clara hacia donde avanzar. Le llevaría a Sia un par de días correr un reconocimiento de ADN para descubrir quiénes eran los progenitores de las víctimas en caso de que tuviesen familia viva, y para determinar la identidad de las mismas estaban en procesos burocráticos para correr su ADN en la base de datos médica de la ciudad. Aunque, algo le decía que era probable que estas víctimas no fueran originarias de Sheva, lo que implicaría que Sia debía conectar con la inteligencia central, luego solicitar autorización a las inteligencias de las demás bases y, posteriormente estas, pedir los permisos reglamentarios para acceder a las bases médicas de cada una de las ciudades, eso solo para comenzar.Un montón de mierda burocrática
Aston no se sentía bien, y cayó en cuenta de sus emociones extrañas cuando su compañera le pidió que le subiera la cremallera de su uniforme.No era algo inusual, él le había pedido a un compañero que pasaba por allí que le hiciera el favor pocos minutos antes. El uniforme formal estaba diseñado para que se vieran bien; demonios, quién dijo bien, para que se vieran espectaculares. Hombres y mujeres, vampiros, mestizos y humanos, viéndose tonificados, regios y poderosos; era una forma muy práctica de hacerlos sentir iguales y que el público los percibiera como modelos a seguir; en particular a los seres humanos. Ellos eran seleccionados por La Fuerza desde niños, su biología era adecuada para someterse al programa de mejoramiento genético, lo que los equiparaba al nivel de un mestizo promedio. De ese modo, él podía encajar y devolver golpes con u
La guardia de Fira comenzó muy bien. Para poder cubrir mejor la zona, cincuenta agentes fueron emparejados con algún miembro de las fuerzas locales, a ella le tocó una mujer de aspecto severo que resultó ser solo una fachada. Carli, como se presentó, iba con un apretado moño de hebras rubias, un ligero toque de carmín en los labios y unos ojos limpios de color verde agua. Se veía bien en uniforme, aunque el suyo le confería un aspecto más discreto que el de ella con su color azul cobalto, la policía se veía bastante atractiva.Ya había lidiado con un par de individuos que fueron muy gráficos al expresar lo que le harían si la tuvieran desnuda en su cama. La indiferencia de Fira solo sirvió para exacerbar sus ánimos y los hombres decidieron incrementar sus descripciones, las siguieron por un largo rato. En determinado momento Fira sonrió maliciosamente,
La persecución se produjo a lo largo de una serie de edificios de no más de cinco o seis pisos, que circundaban el parque. Fira seguía con relativa facilidad la levita blanca que flotaba detrás del cuerpo, eso le confirmó que perseguía a un vampiro. En una noche como esa, las hembras vampiras iban a ser gala de sus mejores ropas e iban a competir unas contra otras para ver cuál abeja reina coleccionaba más zánganos, los vampiros vestían con sus mejores atuendos para demostrar la enorme diferencia que existía con el resto de los seres inferiores; a esa distancia le fue sencillo notar su autendo.Su cabeza iba a millón, conjeturando las razones que llevaban a un vampiro de una familia arcana, o como mínimo de cuna, a moverse por la ciudad con tanto sigilo.La respuesta obvia: nada bueno, o legal.La zona de edificios bajos terminaba de manera abrupta y los inmuebles se conve