REINA DEL MAR. CAPÍTULO 50 Todo para mí
Hay una fuerza especial en la traición. El corazón empieza a endurecerse despacio, como si lo hubieras bañado en cemento. Y si tienes suerte no llegará nadie a tratar de romper era coraza.
Yo no tuve esa suerte. Ren llegó, y estuvo martilleando aquí y allá hasta que logró derribar era coraza, al parecer solo para ser él quien volviera a lastimarlo.
Así que hago un descubrimiento hermoso: hay una fuerza poderosa en la segunda traición. Te hace entender que la coraza es necesaria, que el mundo era exactamente como lo veías, y que esta vez solo necesitas muros más fuertes… y arcos más largos para defender la ciudadela.
—Sáquenlo de aquí —digo, sin mirarlo y la orden se entiende porque dos de mis hombres más fuertes sujetan a Ren en un segu
REINA DEL MAR. CAPITULO 51. La traiciónLlego al punto de encuentro en el otro extremo de la ciudad. Isaías me espera junto a su camioneta, con varios de mis hombres detrás de él. Son un muro de rostros serios, preparados para la guerra, y no puedo negar que después de tanto tiempo, eso me sigue tranquilizando.La guerra es mi estado natural, y ya comprobé lo que puede pasar cuando abandonas tu estado natural.—Aquí lo tienes —dice Isaías, señalando al suelo mientras me bajo de la camioneta y mis ojos van a la figura no muy sangrante que está de bruces en el piso.Y la categoría de “no muy sangrante” es porque solo he permitido que le rompan la cara, pero nada más. Para lo que quiero hacer con él, lo necesito sano.Brad está atado de pies y manos, sucio, con la cara hinchada de tantos golpes. Apenas puede levantar la cabeza para
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 52. Una vida larga y próspera—¡Abuelo, por favor! —grita Kaori mientras intenta retroceder desesperadamente—. ¡Yo hice todo esto por usted! ¡Por protegerlo! ¡Por proteger nuestra familia! —Alcanza la mano del abuelo y la lleva a su frente—. ¡Yo haría lo que fuera por proteger a nuestra familia y una mujer como ella solo iba a destruirla!El abuelo baja la vista por fin y lo veo en sus ojos: la decisión ya está tomada. Con una lentitud devastadora, retira su mano del alcance de Kaori. Y Ren se aparta, como si no pudiera soportar estar más cerca de ella o de lo contrario será él quien tome venganza por su mano aquí mismo.—No hay protección sin honor. Y tú lo perdiste todo al asesinar a un miembro de nuestra familia —sentencia y Kaori lo mira con un poco de incredulidad y otro p
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 53. La reina vuelve al marNo puede ponerse de rodillas, no él, pero lo que veo en sus ojos enrojecidos es que estaría dispuesto a eso y más solo por no perderme.Parece un animal herido y lo entiendo, él también ha perdido a su cachorro, pero jamás sentirá este dolor como yo lo siento.—Déjame hacer justicia por ti y por nuestro hijo —me dice, y su voz ronca es casi un ruego—. Deja que yo me ocupe, que los haga pagar bajo la tradición de la familia…—Tu familia ya no es la mía —sentencio con dureza y lo miro en silencio por un momento.Qué poco me conoce, después de todo.—Ruby, te lo suplico…—¿Justicia? —repito, dejando que la palabra se saboree sola en mi lengua—. Yo no quiero justicia, Ren. Quiero venganza, y tú sigues sin estar a la altura siquiera de mi capacidad para el odio.Lo veo contener la respiración mientras su pecho se ensancha y le hago un gesto para que me siga.—Ven —le ordeno como si fuera otro de mis hombres—. Deja que te enseñe la justicia
Capítulo 1. La esposa perfectaAcaricio mi vientre con una sonrisa, sé que mi embarazo todavía no se me nota mucho porque apenas tengo cuatro meses, pero estoy tan feliz que solo puedo pensar en eso. No es el primero, y cuando recuerdo que Devon y yo hemos perdido dos embarazos anteriores el miedo me asfixia, pero tengo todas mis esperanzas puestas en que todo saldrá bien con este bebé.Bajo a la cocina y la inundo con el olor del café recién hecho. Dejo el desayuno listo, la mesa impecable, el portafolio ejecutivo de mi esposo está preparado y Bonnie, mi suegra, ya está sentada frente a su taza de té con leche, hojeando la sección financiera del periódico como si entendiera algo.Mi esposo entra al comedor con su traje perfectamente ajustado y ese aire de seguridad del que me enamoré. Me envuelve en un abrazo y acaricia mi vientre saludando al bebé, y luego parece recordar algo del trabajo.—Amor, ¿el informe de TradeLink? ¿Crees que deberíamos movernos rápido? —pregunta mientras aju
CAPÍTULO 2. Una verdad desgarradoraEl dolor es lo primero que siento cuando abro los ojos. No es físico, aunque mi cuerpo esté cansado y entumecido. Es un dolor profundo en mi pecho, como si algo hubiera sido arrancado de mí. Y lo fue. Lo sé incluso antes de escuchar una palabra.—Regina... —La voz de Verónica llega suave, como si estuviera tratando de no romperme más de lo que ya estoy. Cuando mis ojos se enfocan la veo ahí, sentada junto a mi cama, con Ruby a su lado.—No... —murmuro con un susurro ahogado, pero no hace falta que diga más. Ellas lo saben, y yo lo sé. Ruby aprieta mi mano, y Verónica me acaricia el cabello con los ojos llenos de lágrimas—. No puede ser… esto no puede estar pasando…—Estamos aquí contigo, cariño —dice Ruby.—El bebé... —susurro y la palabra se queda flotando en el aire como un eco vacío hasta que Vero niega con la cabeza.—Lo siento tanto, Regina…Las lágrimas vienen sin previo aviso, un torrente que no puedo detener. No me importa quién me ve o cómo
CAPÍTULO 3. Una máscara de traiciónLas luces del edificio parpadean cuando llego a casa, tambaleándome. Cada paso que doy es una tortura, como si mi cuerpo estuviera cargando el peso de todo lo que me han arrebatado. Verónica y Ruby tratan de seguirme, insisten en quedarse conmigo, pero las detengo en seco.—No. —Y mi voz es firme aunque estoy al borde del colapso—. Esto lo tengo que hacer sola.—Regina por Dios… ¡Solo déjame entrar y te juro que voy a sacar a esa mujer a rastras por los malditos pelos del puto edificio! —gruñe Ruby, pero Verónica la detiene porque entiende que esto ya no puede dolerme más y necesito enfrentarlo por mí misma.—Déjala, es más fuerte de lo que crees —le dice a Ruby y luego me mira con una mezcla de preocupación y respeto—. Llámame si necesitas algo, Regina. Lo que sea.Asiento, aunque la verdad es que no planeo llamar a nadie. Esto es entre Bonnie, Devon y yo.Las veo marcharse y solo entonces entro al departamento, pero la calidez habitual del lugar n
CAPÍTULO 4. La noticia más dolorosaEl departamento está en silencio, uno pesado, que me aplasta el pecho cada vez que intento respirar. He perdido la cuenta de cuántos días han pasado desde que me atreví a salir de esta cama. Sé que Ruby y Verónica han venido más veces de las que puedo recordar, pero siempre me niego a verlas. Solo puedo quedarme aquí, bajo las sábanas, con los ojos fijos en el techo mientras mi mente se hunde más y más.Devon intentó consolarme al principio. Lo hizo, o eso quiero creer. La primera noche me abrazó, me prometió que estaría conmigo, que no dejaría que nada malo volviera a pasar. Me dijo que se tomaría unos días libres para cuidarme, para ayudarnos a superar esto juntos.Pero ahora, más de una semana después, lo único que escucho son excusas. Emergencias en el trabajo. Reuniones que no puede cancelar. Cenas con clientes importantes. Al final, siempre me quedo sola con este dolor punzante que me está destrozando. Tengo tres ángeles en el cielo y solo qui
CAPÍTULO 5. El hombre de mis sueñosMis piernas se sienten como gelatina, pero me obligo a mantenerme de pie. Cada palabra que escucho es como un golpe en el estómago.Devon sabía…Sabía lo que su madre estaba haciendo, y no hizo nada para detenerla…Él sabía que estaba matando a mis hijos…Él sabía…Mi cerebro es un tornado de lógica, conexiones y dolor, piezas que encajan de una vez, destrozándome porque no hay nada peor que saber que el hombre a quien más amas en el mundo es responsable de la muerte de tus hijos.Lágrimas silenciosas ruedan por mis mejillas mientras trato de respirar pero sé que no lo lograré. Duele tanto que quiero morirme. Duele tanto que solo quiero odiarlos a los dos. ¡Quiero que paguen! ¡Quiero que paguen por la muerte de mis hijos!En un momento de absoluto odio lo recuerdo: “a veces las palabras son poderosas, señora Finnigan”. Con manos temblorosas saco mi teléfono, se me cae un par de veces pero consigo… de alguna forma consigo ponerlo a grabar audio…Lueg