Amelia. Ver cómo Edric se despedía de Maxi y le susurraba cosas, solo me aceleraba el corazón, pero una vez que se subió al auto, y nos envió un adiós con su mano, fue algo liberador para mí.Además, ya había dejado un par de amenazas hacia mí, que solo me revolvieron el estómago, pero estar una semana sin él, quizás sería el alivio más grande que había experimentado.—Extrañaré mucho a papá… —Máximo me hizo pasar un trago con amargura y luego se recostó a mí—. ¿Me llevarás tú al colegio?Me agaché de inmediato.—Por supuesto… y te recogeré también, ya que mamá irá a trabajar, pero me arreglaré el horario para estar para ti… —su sonrisa hizo sacar unas mías, y luego su boca se curvó más para notar que cada vez él tenía más ademanes de Ares.Por supuesto, yo lo podía notar porque sabía todo, e instando a Maxi a que entrara a la casa, le pedí que se comiera su desayuno, mientras yo me iba a arreglar.No sé, pero se sentía bien no tener ese par de ojos a mi espalda, y me miré al espejo
Amelia. Eran las ocho de la noche, pero para mí era como la una de la mañana en medio del desespero, la incertidumbre, y el nudo de nervios que tenía en mi estómago.Mi uña estaba acabada, y no dejaba de dar vueltas en mi habitación, mirando el teléfono, para ver si Emily enviaba una señal.Así que volví a escribir.“¿Nada?”Pero en medio del mensaje, recibí una llamada de Edric, que me volvió el corazón añicos.Esperé al menos tres tonos, y tomé el aliento.—Hola…—Amelia… —pasé el trago.—Dime…—He ordenado que entren unos hombres al cambio de seguridad, baja y recíbelos y que se pongan en sus puestos…—¿Nuevos hombres? De que se trata…—De la seguridad de la casa… he contratado más… —mi ceño se frunció visiblemente, y luego asentí.—De acuerdo, estaba por meterme a la cama, pero…—¿Tan temprano?—Sí. Estoy cansada…—Bien… ¿Cómo está Maxi?—También está cansado, hoy tuvo natación, así que sabes cómo llega.—Perfecto, una cosa más…—¿Qué es?—Te amo…Apreté el móvil, y solo miré la
Amelia. Ares tomó mi cuello con delicadeza, y unió su rostro con el mío sin dejar de mirarme a los ojos. Como si tuviéramos la conexión de toda la vida de nuevo. Yo quería gritar entre la emoción y la nostalgia que me sacaba esto. Y aunque estaba excitada y extasiada por vivir este momento, sabía que mi mayor emoción, era este corazón que volvía a latir de verdad. Con fuerza, con amor, con esa emoción que había olvidado. No había dejado de amar a Ares ni un solo segundo. No había dejado de desearlo, de anhelarlo, y antes de que incluso me besara, tuve que abrazarlo con fuerza, como si no quisiera despegarme de él nunca más. Sentí cómo su cuerpo se tensó un poco, no se esperaba esta reacción, y traté de amortiguar un sollozo, y retener las lágrimas, pero cuando él tomó mi rostro en sus manos para mirarme, tuve que hacer que mi corazón se endureciera de nuevo. —¿Qué ocurre? —preguntó en susurro. Negué varias veces. —Estoy emocionada de verte de nuevo, pensé que… —Ares restregó s
Ares Miller. No fue como la primera, ni la segunda, ni mucho menos aquella noche de rapidez y de deseo descontrolado. Esta vez era como si el tiempo se detuviera teniendo misericordia de mí, de todos mis sentidos contrariados, de mis restricciones, y la rabia contenida durante tanto tiempo, que de alguna forma había cambiado. Un hombre no describía a ciencia cierta sus sentimientos. Teníamos palabras cortas, como si o no, y básicamente, en la mayoría de veces, prefería uno mostrar de lo que estábamos hechos. Sin embargo, había una necesidad extraña en mí de decirle estas cosas mientras la hacía mía, y una necesidad muy importante de saber que a pesar de todas las mierd@s, Amelia me pertenecía. Pero el hecho de que declarara esas palabras, que no tenía nada que ver con sus acciones, inmediatamente me desconcertó. —Te amo, Ares… —sus ojos se cristalizaron como si tuviera un montón de cosas escondidas en ellos, mientras mi cuerpo, se dejaba ir dentro de ella como nunca. No podía ne
Ares Miller. —¿Te has vuelto loco? —miré la laptop intentando concentrarme en lo que estaba haciendo y sin mirar a Anthony, pregunté:—¿En el informe…? ¿Cuál es el tipo de sangre de Edric Rausing?—A POSITIVO —Anthony miró los papales, un poco distraído.—¿El de Amelia?—O NEGATIVO…—Arregla una reunión con Collins… en unos días tal vez… —me agité un poco.—¿Cuál es la razón? —se puso un poco alerta, pero negué no dándole importancia.Si había alguien que me conocía, ese era él.—Solo quiero hablar unas cosas con él antes de que lo envíes a la mierd@…—Trata de no matarlo… no quiero hacer el papeleo.—Lo necesito vivo…El tipo de sangre de Amelia, no era O NEGATIVO, y mirando el informe del hospital, y los resultados que pasaron, marcaba su tipo de sangre como AB POSITIVO.Así que había una incongruencia en el informe.—¿Necesitas saber algo en especial? —negué hacia Anthony, sabía que estaba interesado por mis preguntas.—Solo quiero una reunión con Collins, ya te lo dije…Y tenía u
Amelia. —¡Wooow! Encontré la casa de mi amigo Lucio… Mira mamá…Me giré, pero era inevitable que mis labios no temblaran.Ares no podía saber que Máximo era su hijo, al menos no por ahora.—¿Qué es lo que haces? Nunca te di autorización, y este hombre será despedido por Edric… eso sin contar a lo que él puede hacer… tú… tú no sabes…—No sabrá nada… Casi me reí frenética—No sabes lo que él hace con Maxi… Tú… —¿Qué hace? —Ares me miró con atención, y yo negué. —No vuelvas a inmiscuirte en las cosas de mi hijo, te lo pido… mantente alejado —casi susurraba, pero él me cortó.—¿Maxi? —Máximo dejó el aparato y se acercó un poco cuando él lo llamó mientras yo solo era un manojo de nervios.—Aquí estoy… —¿Quieres comer algo…?—¡Pollo y papitas…! —Ares sonrió asintiendo.—Lo imaginé… Conozco un lugar donde son especialistas en pollo y papitas… Mi hijo sonrió asintiendo y luego desvaneció el gesto cuando su mirada vino a mí. —¿Estás preocupada, mamá? He hecho la promesa, guardaré el sec
Ares Miller. —General… —Entra al auto… vamos a otra parte… Amelia y su hijo ya se habían ido, mientras Jonas se metió en el auto y arranque con urgencia. Utilicé una sola mano para la palanca y el volante, entre tanto, metía el lapicero lleno de la muestra de Máximo. ~ —Aucchhhss… —¿Qué pasa? —Algo me picó… —¿Sí? —Máximo asintió y escondí el lapicero en la chaqueta—. Déjame ver… El chico extendió su mano, el hoyuelo se llenó de dos grandes gotas de sangre, porque la punción no fue una picadura normal. Este lapicero podía extraer unos mililitros en segundos, y esperaba que fuera suficiente para la muestra. Restregué el dedo en su piel y luego saqué un hielo. —Te aliviará… —Gracias… —Máximo me sonrió, y me lo quedé mirando por largo rato. Con mi mano batí su cabello oscuro, y luego le alcé su barbilla. —Recuerda que tenemos un trato… —él asintió serio. —Sí… lo recuerdo… —Bien… confió en ti. ~ Pasé un trago al recordar lo ocurrido en la mesa, y como Jonas había enviado
Amelia. —No me va a perdonar… —Emily se tomó del pelo y negó.Al día siguiente de la noche con Ares, le había pedido a mi amiga que me acompañara a la empresa, y desde que me tomé las copas con Ares, ya habían pasado dos días.Nuestras noches eran largas, apasionadas, e increíblemente, aunque ya nos habíamos consumido hasta el alma, yo sentía una fuerte necesidad de él cada día.—¿Cuándo llega Edric?—Dijo que el sábado por la tarde… y Ares lo confirmó, porque termina su trabajo en Washington.—Entonces…Asentí.—Esta será nuestra penúltima noche, sí…—¡Dios, Amelia…! Yo como tú… se lo confieso todo… —me limpié las lágrimas u negué.Ambas estábamos en el café privado de la empresa, porque en una hora, debía reunirme con Ares y su abogado.—No me va a perdonar… —repetí, entonces Emily tomó mis manos.—Pero debes decírselo… —asentí.—Esperaré la última noche…—Díselo hoy, amiga —pero negué de nuevo.—No… hoy no Emi, no me siento preparada. Yo… necesito un poco más de tiempo… le diré pr