5. Poco preparado

San Francisco

Tuvieron que pasar 72 horas para que el resultado estuviera listo, gracias a que era una prueba urgente y que no importaba el costo en el que se incurriera para agilizar la obtención de los datos.

Algo que paso a ser meramente una formalidad, puesto que Olivia se había encargado de desempolvar los álbumes que contenían las fotos de su hijo, ella fue más allá porque saco varias y las coloco en portarretratos, estratégicamente repartidos por la casa.

Asegurándose que cualquiera que posara sus ojos en ellos reconociera la verdad sin tener que irla difundiendo todas las veces que alguien indiscreto osara preguntar. Se visualizó lanzándoles a la cabeza dichos retratos.

Elliot, disfruto mucho del momento en que sus abuelos le mostraron aquellas fotografías, a la vez que le contaban las historias que remitían a aquellos recuerdos.

A Arnold le llenaba de orgullo que su nieto fuera inteligente y a leguas se notaba que su nivel de entendimiento, así como el conversacional no eran del de un niño de su edad. En gran medida lo atribuyo a su padre, porque la forma en que analizaban las situaciones era similar.

A lo mejor él no podía hacer una comparación tan profunda, pero quien si estaba en toda capacidad de hacerlo era su esposa.

Elliot preguntaba sobre su papá y como era su comportamiento de pequeño, él quería compararse con él, no paso mucho tiempo a su lado, ya que Prescott no podía abandonar el puesto.

Eso le inspiro admiración, quería decir que su padre sí se esforzaba en el trabajo, porque estaba la opción de que solo hubiera obtenido el puesto por ser el hijo del dueño.

Cerca de las once de la mañana Leo entro a la oficina de Prescott con un sobre en sus manos, el CEO estaba esperando con algo de impaciencia.

Al abrirlo, primero dejo salir todo el aire contenido, intentando relajarse un poco, al sacar las hojas antes de siquiera mirarlas decidió que, aunque Elliot no fuera su hijo, intentaría proporcionarle una vida cómoda por el recuerdo de su madre. Quizá no a su lado, pero podía correr con sus gastos.

—¿Y bien...? —apuraba Leo a su jefe, porque a él también le corroía la curiosidad.

Prescott levantó la mirada y con media sonrisa solo movió la cabeza en forma afirmativa, Leo quería festejar, solo que recordó que no era el lugar.

—¡Felicidades! —no pudo evitar sentir emoción, él apreciaba a su jefe por ser un humano decente. No importaba que a veces alzara la voz y quién no lo hacía al calor de las emociones, unas que él no demostraba muy a menudo.

—Comunícaselo a mis padres y a Anderson.

En cuanto Leo abandono su oficina el dejo fluir su buen humor, era contradictorio, porque de verdad era grato saber que compartía algo con Sisa y a la vez no, qué pasaría con su vida de ahora en adelante.

Se tomó unos instantes para reorganizar su mente y su estado anímico, de aquella forma no podría volverse a concentrar en su labor. Camino hacia los enormes cristales, una vista de la ciudad y la bahía era a lo que recurría para relajarse y profundizar en sus pensamientos.

No había más, debía adaptarse al hecho de haberse convertido en padre, lo cual no tenía ni la menor idea de cómo afrontarlo. Una especie de cobardía se instaló en su ser, ¿qué pasaba si no era bueno para desempeñar aquel papel?

No pudo seguir con su introspección debido a que Leo le avisaba que la sala para recibir a los italianos estaba lista y ellos venían subiendo, por lo que debían ir a esperar su arribo y tener la cortesía de darles la bienvenida.

Las horas pasaron entre el trabajo y la revisión de resultados del bimestre y él prefería sumergirse en eso tan conocido y que sabía que dominaba. Sin embargo, Ava harta de esperar por él se apareció en su oficina para la hora de la comida.

Con el conocimiento previo de no interrumpir a su amado en horas de trabajo porque siempre regresaba enojada ante su rechazo.

Con la mejor cara y actitud lo invito a salir a comer, odiaba cuando él la hacía comer en esa oficina, que ella tanto culpaba por ser la que se interponía entre su casi inexistente relación con Prescott.

—Anda, ya tengo las reservaciones y así podemos hablar —eso era lo que menos deseaba hacer Prescott, sí, quería tiempo, pero para él.

Ambos salieron rumbo a un bistró que según palabras de Ava le encantaría a Prescott, y es que al menos ella sabía de lugares que resultaban ser buenos.

La intención de Ava era saber qué pasaba con el niño, en verdad era su hijo, porque eso lo cambiaría todo.

—Me dirás por fin si es cierto que ese niño es tuyo —le cuestiono sin nada de tacto.

—¿Cambiaría algo en nuestra relación? —Ava no quería admitirlo, no le agradaba para nada la idea, pero de ser honesta sería la forma en que Prescott podría deshacerse de ella. Y por ningún motivo tenía permitido terminar esa relación.

Prescott era un gran partido, educado, guapo, con el nivel de vida que ella no quería perder y que gracias a su tío pasaría, si ella no aseguraba una colaboración entre sus empresas.

—Claro, yo tendría que hacerme a la idea y convivir con él —a Prescott le brillaron los ojos, el salir con ella y que estuvieran comprometidos era más por los negocios que compartían, ella era hermosa y educada, solo que también tenía un lado que no terminaba de gustarle.

—Tomate un tiempo, medítalo y tal vez te des cuenta de que terminar nuestra relación sería lo mejor.

—No seas tan drástico, no podemos solo decidirlo sin involucrar a nuestras familias. Además, yo podría ayudarte con el niño, ya que dijo que no tiene a su madre.

Ava en su afán de aferrarse a Prescott estaba dispuesta a utilizar cualquier estrategia que la ayudará a seguir a su lado, no importaba si tenía que volverse la más cariñosa madrastra de la historia.

Eso era algo que Prescott había pasado por alto, ciertamente el niño acababa de perder a su madre y él con su incapacidad emocional momentánea temió que Ava tenía un buen punto.

No ahora, pero en un futuro cercano, Elliot tendría que pertenecer a una familia, le tendría que dar una madrastra.

Lo que había visto como una oportunidad para dejar a Ava termino por llevarle a considerar de manera seria el formar una familia.

Al volver a casa, Prescott iba estresado, por el trabajo y por lo poco preparado que se sentía para comenzar con su papel de padre.

En cuanto el auto se detuvo y descendió una fuerza, lo impacto, Elliot se abrazó a sus piernas y volteo su cabeza hacia él, tenía una risa plasmada en el rostro y también sus ojos tenían un cúmulo de lágrimas sin derramar.

Prescott se agachó para alzarlo en sus brazos —¿qué sucede? —quiso indagar.

—¡Estoy feliz!, porque eres mi papá —le extraño que esa fuera la cara de un niño con dicha emoción.

—No lo parece —Elliot negó con la cabeza y se abrazó a su cuello, acercándose más a su padre.

Prescott sintió ternura al recibir aquel gesto de afecto, fue algo ajeno y desconocido, una especie de calor y confort envolvió su pecho, solo pudo recargar su cabeza junto a la del niño y darle unas palmadas en la espalda.

Los padres de Prescott llegaron de inmediato y se les quedaron viendo, como recordando aquella escena, a lo que de inmediato, Olivia saco el celular y clic, de un tirón dejo el disparador para que tomara tantas fotos como lo permitiera el momento antes de que esos dos se separaran.

Sin bajar a Elliot de sus brazos comenzó a caminar, ya en el interior pudo ver que esa no era su casa, al menos no la que había dejado por la mañana, el lugar se encontraba adornado con distintas cosas, al parecer simplemente sacaron la decoración de todas las festividades.

—Lo siento hijo, no teníamos los adornos apropiados para celebrar, Elliot propuso no gastar dinero y solo usar lo que ya teníamos.

Todos comenzaron a reír, principalmente Prescott, sus preocupaciones las guardaría para sus momentos de soledad, a él jamás se le hubiera ocurrido que debían celebrar.

La mesa por igual tenía una gran variedad de comida, Olivia le susurro a su hijo que Elliot había participado en la preparación de absolutamente todo, dando indicaciones de que hacer y realizando algunas otras actividades.

Ese día celebraron la entrada de un nuevo miembro a la familia Kingsley Harrington, y que Prescott se volvía papá.

Sandy Co

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