ActualidadSan FranciscoPrescott se quedó pensativo fuera de la habitación que le asigno a Sisa, en el estado anímico en el que se encontraba, no sería bueno dejarla sola, así que lo primero sería avisar a sus padres que la madre de Elliot había llegado y sería alojada en su departamento.Así lo hizo, solo que Olivia, su madre algo confundida, le cuestiono por qué no la llevo directo para presentárselas y así Elliot podría verla también.—¿Acaso ya estás pensando en hacerle otro hermano a Elliot? —Prescott solo se carcajeó, su madre era muy ocurrente.—Claro que no, es que debemos arreglar ciertos temas antes de que le permita acercarse a Elliot. Tengo la impresión de que ella solo vino por él y se lo llevara con o sin mi consentimiento.—¡Oh, no! Eso sí que no, apenas estoy empezando a disfrutar de mi nieto.—Por el momento empezamos mal, no puedo dejarla aquí sola. Quizá mañana la llevé.Se fue a descansar a su recámara, tomo una ducha en la que se quedó ido bajo el agua de la rega
San Francisco ¿Qué más podría querer un niño? Justo en ese instante, Elliot está disfrutando de una felicidad amplificada, lo tenía todo, familia, salud, muchos juguetes, la biblioteca del abuelo que le dijo sería suya. Todo estaba perfecto, con la excepción de la mujer que se la pasaba haciéndole caras, esa era Ava, que con tan solo haberla visto dos veces, el niño dedujo que no era una buena persona. La pareja se fue porque Prescott debía seguir trabajando y por ningún motivo dejaría a su prometida en su casa, él no era tonto, qué mujer le gustaría ver a la ex, no quería problemas. Elliot no tardo en pedir la autorización de su abuela para llevar a su mamá y mostrarle la magnífica habitación que le habían diseñado. Sisa miró con asombro todo lo que ahora su hijo poseía, Elliot le explicaba sobre todos los objetos, al menos ellos le mostraban aprecio, sobre todo los abuelos, su interacción le pareció peculiar. Ellos miraban a su hijo de forma diferente y le trataban con aprecio,
San FranciscoLos días posteriores Sisa pasa tiempo con Elliot y sus abuelos, son una mezcla insólita, cuando la abuela es la que mima a su nieto, el abuelo pone orden y cuando es el caso contrario, Olivia es quien establece los límites.Ambos hacen un equipo formidable, en cuanto a Prescott, es poca la interacción que tiene con su hijo, debido al trabajo, pero encuentra que tan solo llegar a casa, Elliot enfoca toda su atención en ese hombre dejando de lado todo lo demás.Prescott solo abandona la habitación del niño una vez que este termina dormido y luego él y Sisa se despiden para ir al departamento.Ya no se han presentado nuevos desastres, porque Sisa se prometió no tocar nada, ni intentar hacer cosas que ella sabe, no están en su repertorio limitado de habilidades.Por su parte, Prescott es ignorado una vez que ambos cruzan la puerta de la casa de sus padres, ya que Sisa concentra su atención en su teléfono, y es que su trabajo la requiere, sus colaboradores le informan de los m
San FranciscoUn taxi para frente a Sisa, ella lo aborda y da la dirección para que la lleve a su destino, en lo que ella se da ánimos para hacer lo que a continuación sería un momento muy difícil.Al bajar le pide al taxista que le dé unos minutos, ella corre a la puerta y anuncia su visita, el personal que ya la conoce la deja pasar sin siquiera pedir autorización, ya que al parecer esa era la orden, ella podía ir y venir a placer.Pide indicaciones del paradero de su hijo, que a estas horas ya se encuentra despierto, ella se dirige a su habitación y en cuanto lo ve se abalanza sobre él y usando mucha fuerza lo toma en sus brazos, le deja un beso en la cabeza.—¿Qué pasa? Es muy temprano... —repela el niño.—Lo sé, solo vine a verte antes de irme. Aprovecha el tiempo que estarás con tu padre. —Sisa coloca sus manos en las mejillas del niño y lo acerca para llenarlo de besos.Una acción en extremo rápida, otro abrazo y se obliga a soltarlo y salir a toda velocidad, porque siente que d
JapónEn cuanto cerraron la puerta del avión, Sisa sintió una desesperación, en ese instante supo que por un largo tiempo no vería a su niño, su determinación, así como la entereza que mostró al despedirse se derrumbó, sus manos temblaban.Las cerro en puños, no creía lo que le había pasado, ella suponía que, si no se metía con nadie y era buena persona, las cosas malas nunca tocarían a su puerta. Pensó que había sido suficiente con el sufrimiento previo.La mayor parte del vuelo ella dejó de percibir el mundo exterior, su mirada estaba perdida, las asistentes de vuelo se preocuparon cuando ella no les respondía, duro horas en la misma posición, hasta que ella misma se levantó de su asiento.Fue a pedir una almohada y manta para poder descansar, lo que casi le provoca un infarto a la pobre mujer que la atendió....Miranda la esperaba, verla le causo alivio, al menos podría cuidarla y estaba a su alcance, desde que se enteró de todo el embrollo ella se sintió peor que mierda. De no ha
San FranciscoYa no tenía razones para regresar a su departamento, excepto que solo por un día más se escondería allí, no quería tener que contestar preguntas a las que él todavía estaba tratando de darles respuesta.Lo sentía mucho por Elliot quien seguramente también querría algo de consuelo, él mismo deseaba escuchar que alguien le dijera que todo se arreglaría.Al día siguiente, se levantó más temprano y fue a la casa de sus padres, notablemente con algo más de control sobre lo que pasaba y con la mente clara enfrento las múltiples preguntas.Lo más preocupante es que alguien tuviera la audacia de interferir en la empresa.—¿Debes tener un plan? —Prescott miro con severidad a su madre.—Más que eso, tengo un posible culpable y en verdad espero estar equivocado. Pero realizando un descarte. ¿Quién ganaría algo con esta situación? —Arnold asintió aprobando el razonamiento de su hijo —. Les voy a pedir que tomen distancia de Ava y su familia, limitemos nuestra interacción a los negoc
San FranciscoHablar de todo el torbellino que volteo de patas su vida, le trajo alivio a Prescott, su próxima cita la dejaron abierta, hasta podríamos alegar que la psiquiatra anhelaba que fuera más pronto que tarde.El desenvolvimiento de la vida de su paciente tomo un rumbo bastante interesante, lo único que le aconsejo fue examinar detenidamente su sentir con respecto a todo, la siguiente vez esperaba saber con mayor precisión todo lo que él percibía.En cuanto a Prescott, el haber exteriorizado todo, incluso algunos de los pensamientos que no compartió con nadie, fue de gran ayuda, se asombró al haber escuchado salir de su boca la descripción que le proporciono a la psiquiatra.Ya que en sus palabras todo era subjetivo y cargado de esa atracción que alego sentir por ella.Al abandonar el edificio y encaminarse de nuevo a la casa de sus padres, no paro de pensar en las observaciones de la doctora Boyce. Analizar hasta qué punto su culpabilidad lo llevaría a estar cerca de Sisa, o
JapónBasta de lloriqueos, Miranda anima a su amiga para que hagan lo que deben.Miranda, al sentir una terrible impotencia, su primera acción es acudir con alguien que les pueda asesorar en cuanto lo que se puede hacer con respecto a la custodia de Elliot.Llamando y pidiendo ayuda del amigo del conocido, es que encontraron a un abogado que venía de Nueva York y que al menos les daría una guía, ya que según los comentarios que obtuvo con respecto a su reputación, él solía enfrentarse con los grandes en la gran manzana.…—Tomen asiento, pónganse cómodas. Me dieron un panorama general del tema, de una vez les informo que no es mi fuerte, pero intentaré ayudarles.—¡Gracias! De hecho, tampoco es que nuestra intención sea ir de inmediato a enfrascarnos en una batalla. Primero queremos saber nuestras posibilidades y lo que podemos hacer. —Aclaro Miranda.—Entiendo que firmo un documento en donde cedía la custodia del menor —Sisa asintió.—No se mortifique, se puede revocar pidiendo la an