“Mi corazón está roto.” Era esa sensación la que literalmente experimentaba… “Dulces, sueños, mi ángel oscuro y libranos del abrazo del dolor.” Tomé mi celular y salí al jardín trasero, subí por las escaleras y llegué a la platabanda. Necesitaba un momento para procesar.Ya a solas volví a mirar la foto, el masoquismo podía más que yo en ese instante; sin embargo, yo debía aferrarme a todo el dolor de esa decepción para liberarme y sacar todo este veneno en mi organismo.Ella era hermosa, era igual de perfecta que él, y yo no tenía el poder de luchar contra aquella diosa que volvía a reclamar su trono. Todos los peores pensamientos se volvían cúmulos en mi mente y a su vez todo comenzaba a tener sentido.“Fui una tonta que creyó en una historia perfecta y tú, Noah, un maravilloso actor.” Borré la imagen, y necesité tener el poder de hacer lo mismo con los recuerdos de mi mente donde estaban impresos él… Pero eso no sucedió.Recibí a Noah en mi corazón como un disparo, dejé que un par
Una llama gemela es mucho más que un simple compañero del alma; es el reflejo más puro y profundo de tu ser. A lo largo de la vida, puedes cruzarte con varias almas gemelas, pero solo existe una llama gemela, aquella que encarna la otra mitad de tu esencia.Contrario a lo que muchos imaginan, no siempre está destinada a ser el gran amor de tu vida. Más bien, es un lazo kármico, una conexión que trasciende el tiempo y el espacio para revelar las capas más ocultas de tu psique. Su propósito no es simplemente brindarte felicidad, sino desafiarte, confrontarte y guiarte a través de las experiencias más transformadoras de tu existencia.Aunque la idea de encontrar a tu llama gemela pueda sonar como un cuento de hadas, la realidad es mucho más intensa. No es un paseo sereno bajo el sol, sino una tormenta que sacude tu alma, un fuego que arde para purificarte y llevarte hacia tu evolución más elevada.Las palabras de su madre resonaban en la mente de Gabriel como un eco lejano mientras obser
Los aplausos desbordantes retumbaban por todos los recovecos del lugar, y mi corazón latía frenético dentro de mi pecho. El cantar ante un público me había permitido eliminar toda la inseguridad y la tristeza de la decepción. Fijé mi vista en la mesa donde estaban mis amigos y mi sangre.En medio de la adrenalina, mis ojos se encontraron con los de Gabriel, que me observaba con la intensidad de un ave de presa. Sus facciones hablaban por sí solas, acortando distancias sin necesidad de palabras. No hizo falta que moviera los labios; yo comprendía perfectamente su lenguaje.“Este camino ha sido siempre nuestro: mío, tuyo, de todos. Ya sea cruel y despiadado o glorioso y resplandeciente, siempre estaré aquí, sosteniéndote y sosteniéndome a mí misma.”No necesitaba preguntarme por qué, justo cuando la tristeza por la condición de mi abuela me ahogaba, el destino me llevó a cruzarme con Noah y Gabriel… a ambos, casi al mismo tiempo.—¡No hace falta decir que la ganadora es la señorita Lucí
“El amor a primera vista no existe”, dictamina la ciencia médica. Una fantasía romántica, dicen, un anhelo idealizado que todos desean vivir. Dos desconocidos se cruzan por azar, sus miradas se encuentran, una chispa los une en un instante, y de pronto creen haber hallado a su otra mitad. Los estudios lo explican con “el efecto halo”, un sesgo cognitivo que distorsiona nuestra percepción, haciéndonos idealizar a alguien por unos cuantos rasgos superficiales.Pero Gabriel mandaba al diablo todas esas teorías. Ningún estudio, por riguroso que fuera, podría definir lo que solo él sabía con certeza absoluta: le bastaron apenas unos microsegundos para enamorarse de Lucía. Y ningún jodido efecto halo lo convencería de lo contrario.Javier, inquieto por el estado de Gabriel, intentó hacerlo entrar en razón. En todos los años de amistad, jamás lo había visto tan perturbado, tan consumido por la ira. Conocer a Lucía había sido para él como un choque electromagnético, una sacudida brutal que lo
Noah no encendió el coche hasta asegurarse de que yo hubiera abierto la puerta de mi casa. Apenas puse un pie dentro, él arrancó con la firme promesa de que nuestra conversación aún no había terminado.Estaba a punto de cerrar cuando, de repente, Javier apareció como un fantasma, sobresaltándome. Agradecí que el susto se desvaneciera rápido y, sobre todo, que él estuviera ahí; su presencia evitaría que mi madre hiciera preguntas. Últimamente odiaba tener que dar explicaciones. Quizás debía aceptar que la idea de Verónica de alquilar un departamento era cada vez más tentadora.—Estábamos preocupados por ti —dijo Javier, acercándose. Abrí los labios para responder, pero en ese instante Gabriel emergió de las sombras.Sus ojos ansiosos se clavaron en los míos, esperando algo, un desafío quizás. Sentí el peso de su decepción, pero también su alivio de verme sana y salva.—¿Qué hacen ahí afuera? ¡Ya es tarde, pasen! —intervino mi madre al notar nuestra presencia.—Tía, vinimos a traer a Lu
¿Creen en las premoniciones? ¿Les ha sucedido que sueñan y ese sueño de cierta manera se vuelve realidad?, aunque no de forma "literal". Lo que trato de afirmar es que nuestro subconsciente nos proporciona señales que a veces no sabemos identificar. Por ende, para evitar que la historia sea tan compleja, con mis explicaciones (que en vez de aclarar oscurecen), aquí les relato mi sueño y saquen ustedes mismos sus propias conclusiones.Desde pequeña siempre he tenido una utopía repetitiva donde la escena se centra en una mansión. En esa residencia se encuentra un balcón; oigo que de ese lugar provienen gritos desesperados de un hombre, quien me llama por mi nombre.Ese extraño que me llama, me pide ayuda, puedo ver su figura en cuclillas dándome la espalda. A continuación, aparece una escalera en forma de caracol. ¡No comprendo cómo puedo contemplar todo lo que está ocurriendo arriba cuando estoy en la planta baja!, supongo que es el poder de los sueños que hacen de lo imposible lo posi
Hoy es un día cualquiera, o mejor dicho un día más donde me las ingenio para lograr que me alcance los ingresos. Me levanto muy temprano junto a mi mamá, lo primero que hago es darme una ducha fría, luego prepararme un café cargado para terminar de espantar el sueño. Me observo al espejo y me detallo. Mis ojeras parecen estar en una revolución conmigo, por lo que procuro mi corrector de ojera. Me evaluó y me detalló nuevamente; para ser sincera, soy el ejemplo perfecto del famoso dicho que cita lo siguiente: "No soy hermosa, pero tampoco fea que asusta", a mi favor podía señalar que soy llamativa y aceptable a mi juicio, y no lo digo solo yo, tengo fuentes que lo confirman. No puedo evitar reírme mientras lo pienso. Me dicen que soy «llamativa», pero creo que esto se debe a mi forma de ser. Me considero sumamente polifacética y adoro diversas técnicas musicales, y señalan que mi voz es excepcional. También puedo añadir a mi lista de dones, que soy muy brillante, con las matemáticas y
Mi madre y mi abuelo habían pasado la noche junto a la abuela, mi tío Gilberto, el único hermano de mi mamá, ya estaba en camino al hospital; él vivía en otra ciudad y no le era fácil llegar con la prontitud requerida, así que tardaría un poco. En consecuencia, no pude asistir a la universidad, debía hacer la suplencia a mi madre; a mi favor, tenía el privilegio de contar con mi mejor amiga Verónica, ella me proporcionaría los apuntes y grabaría la clase para que pudiera observarla, una preocupación menos.El insomnio había sido intenso, y durante toda la noche no tuve la oportunidad de ponerme en pie, reflexionando acerca de mi abuela y suplicando a Dios y a los santos que se tratara de un simple desmayo debido a la carencia de vitaminas o el exceso de cansancio asociado a su edad. Hace dos meses había cumplido 73 años de edad, sin embargo, a pesar de su prolongada edad, mi abuela se veía rozagante, una mujer fuerte que desbordaba energía, pero ayer al verla tan pálida y arrastrada e