HOLLY—¡Hay, está hermoso!—Pero aún le falta algo—dijo la encargada, trayendo consigo la parte trasera del vestido, y otra de ellas traía el velo.—No quiero llorar—exclamó mi hermana.—No empieces, no es algo triste.—Ya, ya, hija, no derrames lagrimas que es de mala suerte.Escuchamos otro moqueo, este provenía de Cherise, quien se percató de que todas las miradas estaban en ella.—¿Qué? —sorbió la nariz—, para mi es el primer hijo que se casa—se cubrió el rostro— y saber que Holly ahora es como una hija para mi me alegra el corazón.—Mamá, recién nos conocemos—se quejó Rory.Me reí con ganas.—Déjala Rory, cuando tú te cases va a llorar a mares.La marea de estrógeno nos desplazamos hacia un restaurant para el brunch.—Quien lo diría—exclamó Cherise meneando su mimosa—, que pasaría un día de chicas.El resto festejó, había a nuestro alrededor grandes charolas y fuentes de comida, fruta fresca, snack. Las ventajas de tener a las West en el grupo, con solo ver a Cherise los meseros
EROSMe tensé.—¿Por qué no contestabas mis mensajes? —se separó de su motocicleta, se acercó a mí—solo quiero saber cómo estas ¿Qué tal si vamos a dar una vuelta? traje un casco extra.Me obligué a negar con la cabeza.—¿Qué pasa?, vamos, me tomé un descanso de los escenarios, lo que quiero un poco de compañerismo—¿Compañerismo?, retrocedí—. Anda—me tomó del brazo—, ya tengo reservado…—¿Reservado el qué?Di un respingo, Darcy se acercó a nosotros, tenía en la mano un pequeño ramo de flores blancas diminutas.—¿Quién eres tú? —chistó Tibalt. Arrebaté mi brazo—¿Quién es él? —me preguntó.—¿Por qué estas cerca de Eros?—Es mi amigo, vine por él.—Ah, así que vienes por él, acosándolo fuera de su trabajo, él retrocedió, claramente no quiere ir contigo.—Agh, escucha, no sé quién eres, pero si estás aquí para repartir algo, entonces déjalo y lárgate—luego pareció interesado en Darcy—, ah, así que trajiste las flores que pedí—, señaló—, ¿Qué te parecen estas flores? —me preguntó—, las tra
HOLLYAdam tiene… una manera muy particular con consolarme. Metido bajo mi camisón lavanda, me besa despacio los muslos.Contuve mis gemidos con la mano, la casa estaba llena así que no quería que su tonto padre estuviese diciendo comentarios fuera de lugar en el desayuno. Mientras él se entretenía dando lengüetazos, besos y chupetones, yo mordía mi mano para no gritar.Fue entonces cuando mi celular sonó.—Do ntestes—masculló él.Iba a hacerle caso, pero la llamada era insistente, podrían ser mis padres, mi hermana… Estiré el brazo para tomarlo, era un número no identificado, pero tampoco era spam.—¿Quién habla? —contesté empujando la cabeza de Adam.A regaña dientes, Adam sacó la cabeza de mi bata.—Cuelga, estiró la mano.—Soy yo—contestaron del otro lado, su voz hizo clic en mi cabeza, le di un manotazo a Adam y me erguí sorprendida.—¿Eros?—Si.Me llevé una mano al corazón.—¡Ya puedes hablar o dios mío! —tironee de Adam— ¡Adam, es Eros!—No tengo mucho tiempo—dijo rápidamente—
ADAMHay cosas en la vida en las que he sentido tanta rabia, hoy no es la excepción.En cuanto llegamos a la casa, encontré que estaba Nicholas en la sala conversando con mis padres y Dakota.—Que no se enteren.—No dire…—¡Hay por dios! ¿Qué sucedió? —mi madre se levantóDe los dos, Darcy era el que había luchado, pero de cierta manera Eros había terminado con un golpe en el pómulo, del cual comenzaba a cambiar de color.—Eh, no es nada—le contestó Eros como si nada.—¡Hay por dios! —chilló la embarazada, Nicholas a su lado también estaba sorprendido.Dominic se giró hacia nosotros sorprendido, se volcó con una ágil vuelta del sofá, desbarrancándose junto con mi madre hacia Eros.—Puedes hablar—mi madre rodeó a Eros, llorosa—, dios, mi niño, ¡estás hablando”—Pudiste hacerlo—habló Dominic, no encontrando las palabras exactas de consuelo y alegría.Holly me tomó de la mano, llorando por aquella escena conmovedora, Darcy, por otro lado, se recargó en el umbral de la sala, suspirando, m
HOLLYUna cuenta regresiva que comienza con tres.Salí de la clínica, apenas pude sacarme los análisis de embarazo, pero estaba confiada de que no fuesen positivos, mi ciclo estaba normal, fuera de mi periodo doloroso, el resto estuvo normal, como mi periodo fértil.Me entró una llamada, así que guardé el sobre en la bolsa y contesté, debía ir a la escuela, ya que hoy la chica que me cubría estaba enferma.Pasé a una tienda por unas deliciosas galletas oreo que se me antojaron y un cartoncillo de leche.De paso, me compré un ramo de rosas blancas pintadas de azul para alegrar más mi mañana. Ir al trabajo de nuevo me relajó.Llegue a la escuela como si mi rutina no hubiese cambiado, me gustaba que esta chica que me cubrió hubiese hecho un muy buen trabajo, además, era ordenada y tenía todo muy limpio y fresco.Me pasé la mañana haciendo documentación mientras chopeaba mis galletas en la leche y mi taza favorita de nube.Así la mañana se me pasó volando, faltaba una hora para salir de c
DAKOTAHace tres días disfrutamos de una comida en familia, hace tiempo, cuando me reunía con los Austen, apenas éramos pocos; pero ese día fuimos muchos y extrañamente se sentía bien. Fue la calma antes de la tormenta.Ayer Nicholas y yo fuimos a mi revisión ginecológica, volvió a ver a Aurora. Pero hoy, estoy de los nervios con Holly.Hoy es el gran día.La boda de tu mejor amiga, debe ser un día de felicidad, lágrimas y caos, sobre todo caos.Estábamos en la casa de Holly, disfrutándola por última vez. Terminé de maquillarla, así que le ayudé a colocarse el vestido.—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —me senté y ella se acercó para que le subiese el cierre.—¿Qué dices? después de todo lo que pasamos, no pienso echarme para atrás—suspiró acomodándose el velo—. Te lanzaré el ramo, tu eres la que falta. —No se si el matrimonio sea para mí—confesé.—Hay por favor, estás embarazadísima de él, estás viviendo con él, te dio todo lo que tiene, y aun así no piensas casarte.—Peque
DAKOTALa mayoría de nosotros olvidamos nuestra infancia, otros tienen sus recuerdos lindos y muy vividos, otros solo tienen fragmentos de recuerdos.Tengo muchos fragmentos de recuerdos, que pudiesen ser simples.Sé que no conozco a mi padre, que mi madre nunca me habló de él hasta hace poco, pero tampoco me dijo el cómo lucía, ¿Cuántos años tenía? ¿Qué hacía? ¿tenía un hábito?Mi madre siempre se cuidó mucho para que yo nunca conociera a uno de sus hombres; tampoco es como si ella hubiese pasado la mayoría de su vida conmigo.Niñera tras niñera, no me encariñaba de ellas.Uno de esos recuerdos fragmentados y de los que muy rara vez mi inconsciente evoca, es el de unas vacaciones en las que mi madre me llevó a la playa de Carcavelos en Lisboa Portugal. En ese entonces tenía cinco años, mi madre, la niñera y yo habíamos ido a esa playa con la promesa de que nuestros deseos se cumplieran, o eso es lo que, turísticamente, se hablaba de esa playa, el primer baño del año en las aguas tení
HOLLY—Ya es hora de irnos.—Ah, sí, ¿puedes adelantarte al auto con los niños?, necesito un minuto.Dakota salió de la habitación, la escuché hablarles a los niños.Me miré por última vez en el espejo.Hoy era mi último día como soltera, parece que estoy soñando, que tan solo era ayer que no me permitía soñar con vivir este momento.Ahora, estoy de pie frente al espejo, vestida de blanco y mi novio esperándome en la iglesia.Uní mis manos y relaté en mi cabeza una pequeña oración.“Padre, por favor, no dejes que nada malo nos pase, te pido porque este día sea tan lleno de felicidad, es algo que no pensé que quería realmente. Agradezco que me des esta oportunidad, la oportunidad de ser más feliz que nunca”En cuanto terminé, tomé mi celular y lo guardé en las lindas bolsas secretas de mi vestido, me calcé en las zapatillas y bajé al recibidor.—¡No quiero que…! ¡Hum! —escuché estrepito.—Respira profundo, perra.Mi nuca se erizó, terminé de bajar rápidamente. Una mujer vestida de negr