DAKOTALa mayoría de nosotros olvidamos nuestra infancia, otros tienen sus recuerdos lindos y muy vividos, otros solo tienen fragmentos de recuerdos.Tengo muchos fragmentos de recuerdos, que pudiesen ser simples.Sé que no conozco a mi padre, que mi madre nunca me habló de él hasta hace poco, pero tampoco me dijo el cómo lucía, ¿Cuántos años tenía? ¿Qué hacía? ¿tenía un hábito?Mi madre siempre se cuidó mucho para que yo nunca conociera a uno de sus hombres; tampoco es como si ella hubiese pasado la mayoría de su vida conmigo.Niñera tras niñera, no me encariñaba de ellas.Uno de esos recuerdos fragmentados y de los que muy rara vez mi inconsciente evoca, es el de unas vacaciones en las que mi madre me llevó a la playa de Carcavelos en Lisboa Portugal. En ese entonces tenía cinco años, mi madre, la niñera y yo habíamos ido a esa playa con la promesa de que nuestros deseos se cumplieran, o eso es lo que, turísticamente, se hablaba de esa playa, el primer baño del año en las aguas tení
HOLLY—Ya es hora de irnos.—Ah, sí, ¿puedes adelantarte al auto con los niños?, necesito un minuto.Dakota salió de la habitación, la escuché hablarles a los niños.Me miré por última vez en el espejo.Hoy era mi último día como soltera, parece que estoy soñando, que tan solo era ayer que no me permitía soñar con vivir este momento.Ahora, estoy de pie frente al espejo, vestida de blanco y mi novio esperándome en la iglesia.Uní mis manos y relaté en mi cabeza una pequeña oración.“Padre, por favor, no dejes que nada malo nos pase, te pido porque este día sea tan lleno de felicidad, es algo que no pensé que quería realmente. Agradezco que me des esta oportunidad, la oportunidad de ser más feliz que nunca”En cuanto terminé, tomé mi celular y lo guardé en las lindas bolsas secretas de mi vestido, me calcé en las zapatillas y bajé al recibidor.—¡No quiero que…! ¡Hum! —escuché estrepito.—Respira profundo, perra.Mi nuca se erizó, terminé de bajar rápidamente. Una mujer vestida de negr
HOLLYNunca pensé que estuviese en una situación en donde tuviese que creer en el milagro. Una chispa divina para sacudir mi poca fe.Lo único a lo que me aferré en ese momento, fue en sobrevivir para mis hijos.Entonces en mi sueño, apareció un extenso jardín, tan verde y bonito, lleno de muchas flores de colores distintos, la hierba se mecía con el frescor del viento, la calidez del atardecer me picaba el cuerpo. Estaba desnuda, caminando por ese prado verdoso y hermoso.—¿Por qué estoy aquí?Recordé entonces, algunas cosas de lo que me había sucedido.Sadie me disparó.¿Morí?Caí de espaldas ante mi impresión.—Estoy muerta—jadee.De pronto tres diferentes maripositas revolotearon sobre mí, estiré la mano, eran hermosas. Aquellas maripositas no rehuyeron de mi mano, sino que se posaron entre mis dedos y la palma de mi mano. Las acerqué para verlas mejor.Sus alitas destilaban pequeños brillos que relucían con las luces doradas y naranjas del cielo.—No puedo morir—murmuré—, mis hij
HOLLYLuego de que intervinieran a Adam en su desmayo y a mí por un repentino bajón de azúcar, todo pasó a la normalidad.Decidimos quedarnos callados sobre la cantidad de bebés que cargaré, decidimos decir, ya que se note más y pasada la boda, que solo estaba embarazada, para el resto será sorpresa.Al fin, nada ni nadie intentará perpetuarnos.Dominic (al fin), dejó de holgazanear y comenzó una ardua búsqueda junto con el FBI para dar con el paradero de todos los que pertenecían a la organización de Xander, incluso salió en las noticias. Pensé que Adam y Nicholas eran los más arrogantes, pero con Dominic, me di cuenta de donde lo había sacado.Al día siguiente de que desperté, pude ver a mis hijos, los pobrecitos habían estado aterrorizados. Lloré con ellos prometiéndoles que nunca más nos volveríamos a separar.Conocimos a la pequeña Aurora y a la pobre y demacrada Dakota.—¡Felicidades a la nueva mami! —Adam me llevó a verla, le llevé flores y una hamburguesa.—¡Amiga! —lloriqueó
EROSEl declive de los eventos fue… catastrófico.Se alzó una búsqueda exhaustiva para dar con Holly y los niños, hasta que Adam los encontró.Nunca pensé que a alguien como Holly le pudiese pasar ese tipo de cosas. Quien diría que su sangre corrió solo por estar con mi hermano, por terminar en esta familia maldita.Entonces recordé al chico a mi lado, ese rubio de cristalinos ojos, (he pensado que son grises)—¿Te encuentras bien? —me preguntó, tomó mi mano entre la suya.—Si—contesté quedo.Holly ya había salido de la cirugía y estaba estable, Dakota había dado a luz y todo fue bien. Después del caos viene la paz.Mi madre decidió quedarse en el hospital, al igual que Rory. Dominic dijo que debía hacerse cargo de limpiar.Los padres de Holly también se quedaron y su hermana se llevó a los niños.—Toc, toc ¿Qué es lo que piensas? —instó a que lo mirara.—Yo… no sé si…—negué con la cabeza.—¿Qué pasa? —Exhalé—¿Por qué no vamos a que descanses?, parece que estas muy agotado.—Darcy tie
La lista de cosas que me hacen feliz, pensé que era reducida. triunfóEl día de mi boda fue todo un acto de caos, pero, pasó como una terrible pesadilla.Me veo en el espejo nuevamente, con un vestido que yo no elegí, con una boda ahí afuera que yo no planee. Puede que sea suerte el tener una familia que haya pensado en ello, quizá no iba a decidir la fecha de la boda, tal vez podía darle largas, esperando lo peor.Aún tengo miedo, de lo que pueda pasar.Tampoco pretendo ponerme caprichosa, yo si me quiero casar con Adam.Me veo muy bonita en este vestido.Decidí hacerme un peinado sencillo, con el cabello suelto una trenza cruzándose en la coronilla.Unos toquidos me llamaron.—¿Quién es? —pregunté, mi voz sonó algo nerviosa.—Soy yo—contestó Adam. Me acerqué a la puerta—. No abras—se apresuró a decir.—No iba a hacerlo—mentí, apenas rosando la perilla con la punta de los dedos.—Solo quiero hablar contigo antes de bajar—la puerta se movió un poco, quizá estaba recargado en ella—¿Qué
ADAM—Se siente un poco raro bailar con tu hermano mayor.—¿Raro bueno o raro bueno?—Raro bueno—dijo ella, dio una vuelta—, es lindo, además, pienso que serás un buen papá.—Suenas como si no fueras a verlo.—Ah, pero ¿piensas que me quedaré siempre en su casa?, papá dijo que está pensando en adelantar su retiro y que, o nos vamos a la casa de mamá en Nueva York o busca algo por aquí cerca.Me reí por lo bajo.—Ellos pueden irse, tu puedes quedarte.—Ah, pero, tengo que recuperar el tiempo perdido con mis padres ¿no?, voy a molestarlos.—Si, hazlo, les hace mucha falta.La música se detuvo y regresamos a la mesa.—¿Dónde está Holly? —pregunté en cuanto no la vi.—Ah, fue a la casa…¿A la casa? ¿y si puedo meterle mano un poco?Ese vestido que escogí para ella le sienta muy bien a sus deliciosas curvas.—Iré por ella—le dije a Rory.Caminé hacia la casa.—Holly—la llamé—, déjame meterte la mano antes de que regresemos.Escuché voces provenir de la puerta principal.—… no tienes el des
HOLLYHoy Adam estaba muy entusiasmado, no digo que no lo esté siempre, pero…Me retorcí.Ni siquiera puedo pensar correctamente.Mis labios vaginales estaban más que húmedos, se movió un poco deslizando su lengua caliente por mis muslos, chupando con fuerza, mirándome fijamente. Eché la cabeza hacia atrás, este hombre me arrastraba al cielo.Estiré mis manos hacia su cabello, pegándolo a mí de nuevo, su lengua lujuriosa de adentraban en mí, salía para torturarme mi botón sensible y luego de nuevo dentro. Quería arrancarme el vestido ya; un picor diferente tras la nuca, mis mejillas picaban, mi cuello, pecho y pezones, me arrastró a un temblor, descendiendo por mi cuerpo serpenteante. Vibrante, estallando en mi vagina, una oleada de placer.Vi fugases destellos blancos cada vez que parpadeaba.—… Holly—escuché como si fuese eco de fondo.Mi vagina palpitaba, mi cuerpo aun picaba. Adam me levantó en vilo, me encogí ante su toque. Me retiró el cabello del rostro, me besó, esperando paci