ADAMHay cosas en la vida en las que he sentido tanta rabia, hoy no es la excepción.En cuanto llegamos a la casa, encontré que estaba Nicholas en la sala conversando con mis padres y Dakota.—Que no se enteren.—No dire…—¡Hay por dios! ¿Qué sucedió? —mi madre se levantóDe los dos, Darcy era el que había luchado, pero de cierta manera Eros había terminado con un golpe en el pómulo, del cual comenzaba a cambiar de color.—Eh, no es nada—le contestó Eros como si nada.—¡Hay por dios! —chilló la embarazada, Nicholas a su lado también estaba sorprendido.Dominic se giró hacia nosotros sorprendido, se volcó con una ágil vuelta del sofá, desbarrancándose junto con mi madre hacia Eros.—Puedes hablar—mi madre rodeó a Eros, llorosa—, dios, mi niño, ¡estás hablando”—Pudiste hacerlo—habló Dominic, no encontrando las palabras exactas de consuelo y alegría.Holly me tomó de la mano, llorando por aquella escena conmovedora, Darcy, por otro lado, se recargó en el umbral de la sala, suspirando, m
HOLLYUna cuenta regresiva que comienza con tres.Salí de la clínica, apenas pude sacarme los análisis de embarazo, pero estaba confiada de que no fuesen positivos, mi ciclo estaba normal, fuera de mi periodo doloroso, el resto estuvo normal, como mi periodo fértil.Me entró una llamada, así que guardé el sobre en la bolsa y contesté, debía ir a la escuela, ya que hoy la chica que me cubría estaba enferma.Pasé a una tienda por unas deliciosas galletas oreo que se me antojaron y un cartoncillo de leche.De paso, me compré un ramo de rosas blancas pintadas de azul para alegrar más mi mañana. Ir al trabajo de nuevo me relajó.Llegue a la escuela como si mi rutina no hubiese cambiado, me gustaba que esta chica que me cubrió hubiese hecho un muy buen trabajo, además, era ordenada y tenía todo muy limpio y fresco.Me pasé la mañana haciendo documentación mientras chopeaba mis galletas en la leche y mi taza favorita de nube.Así la mañana se me pasó volando, faltaba una hora para salir de c
DAKOTAHace tres días disfrutamos de una comida en familia, hace tiempo, cuando me reunía con los Austen, apenas éramos pocos; pero ese día fuimos muchos y extrañamente se sentía bien. Fue la calma antes de la tormenta.Ayer Nicholas y yo fuimos a mi revisión ginecológica, volvió a ver a Aurora. Pero hoy, estoy de los nervios con Holly.Hoy es el gran día.La boda de tu mejor amiga, debe ser un día de felicidad, lágrimas y caos, sobre todo caos.Estábamos en la casa de Holly, disfrutándola por última vez. Terminé de maquillarla, así que le ayudé a colocarse el vestido.—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —me senté y ella se acercó para que le subiese el cierre.—¿Qué dices? después de todo lo que pasamos, no pienso echarme para atrás—suspiró acomodándose el velo—. Te lanzaré el ramo, tu eres la que falta. —No se si el matrimonio sea para mí—confesé.—Hay por favor, estás embarazadísima de él, estás viviendo con él, te dio todo lo que tiene, y aun así no piensas casarte.—Peque
DAKOTALa mayoría de nosotros olvidamos nuestra infancia, otros tienen sus recuerdos lindos y muy vividos, otros solo tienen fragmentos de recuerdos.Tengo muchos fragmentos de recuerdos, que pudiesen ser simples.Sé que no conozco a mi padre, que mi madre nunca me habló de él hasta hace poco, pero tampoco me dijo el cómo lucía, ¿Cuántos años tenía? ¿Qué hacía? ¿tenía un hábito?Mi madre siempre se cuidó mucho para que yo nunca conociera a uno de sus hombres; tampoco es como si ella hubiese pasado la mayoría de su vida conmigo.Niñera tras niñera, no me encariñaba de ellas.Uno de esos recuerdos fragmentados y de los que muy rara vez mi inconsciente evoca, es el de unas vacaciones en las que mi madre me llevó a la playa de Carcavelos en Lisboa Portugal. En ese entonces tenía cinco años, mi madre, la niñera y yo habíamos ido a esa playa con la promesa de que nuestros deseos se cumplieran, o eso es lo que, turísticamente, se hablaba de esa playa, el primer baño del año en las aguas tení
HOLLY—Ya es hora de irnos.—Ah, sí, ¿puedes adelantarte al auto con los niños?, necesito un minuto.Dakota salió de la habitación, la escuché hablarles a los niños.Me miré por última vez en el espejo.Hoy era mi último día como soltera, parece que estoy soñando, que tan solo era ayer que no me permitía soñar con vivir este momento.Ahora, estoy de pie frente al espejo, vestida de blanco y mi novio esperándome en la iglesia.Uní mis manos y relaté en mi cabeza una pequeña oración.“Padre, por favor, no dejes que nada malo nos pase, te pido porque este día sea tan lleno de felicidad, es algo que no pensé que quería realmente. Agradezco que me des esta oportunidad, la oportunidad de ser más feliz que nunca”En cuanto terminé, tomé mi celular y lo guardé en las lindas bolsas secretas de mi vestido, me calcé en las zapatillas y bajé al recibidor.—¡No quiero que…! ¡Hum! —escuché estrepito.—Respira profundo, perra.Mi nuca se erizó, terminé de bajar rápidamente. Una mujer vestida de negr
HOLLYNunca pensé que estuviese en una situación en donde tuviese que creer en el milagro. Una chispa divina para sacudir mi poca fe.Lo único a lo que me aferré en ese momento, fue en sobrevivir para mis hijos.Entonces en mi sueño, apareció un extenso jardín, tan verde y bonito, lleno de muchas flores de colores distintos, la hierba se mecía con el frescor del viento, la calidez del atardecer me picaba el cuerpo. Estaba desnuda, caminando por ese prado verdoso y hermoso.—¿Por qué estoy aquí?Recordé entonces, algunas cosas de lo que me había sucedido.Sadie me disparó.¿Morí?Caí de espaldas ante mi impresión.—Estoy muerta—jadee.De pronto tres diferentes maripositas revolotearon sobre mí, estiré la mano, eran hermosas. Aquellas maripositas no rehuyeron de mi mano, sino que se posaron entre mis dedos y la palma de mi mano. Las acerqué para verlas mejor.Sus alitas destilaban pequeños brillos que relucían con las luces doradas y naranjas del cielo.—No puedo morir—murmuré—, mis hij
HOLLYLuego de que intervinieran a Adam en su desmayo y a mí por un repentino bajón de azúcar, todo pasó a la normalidad.Decidimos quedarnos callados sobre la cantidad de bebés que cargaré, decidimos decir, ya que se note más y pasada la boda, que solo estaba embarazada, para el resto será sorpresa.Al fin, nada ni nadie intentará perpetuarnos.Dominic (al fin), dejó de holgazanear y comenzó una ardua búsqueda junto con el FBI para dar con el paradero de todos los que pertenecían a la organización de Xander, incluso salió en las noticias. Pensé que Adam y Nicholas eran los más arrogantes, pero con Dominic, me di cuenta de donde lo había sacado.Al día siguiente de que desperté, pude ver a mis hijos, los pobrecitos habían estado aterrorizados. Lloré con ellos prometiéndoles que nunca más nos volveríamos a separar.Conocimos a la pequeña Aurora y a la pobre y demacrada Dakota.—¡Felicidades a la nueva mami! —Adam me llevó a verla, le llevé flores y una hamburguesa.—¡Amiga! —lloriqueó
EROSEl declive de los eventos fue… catastrófico.Se alzó una búsqueda exhaustiva para dar con Holly y los niños, hasta que Adam los encontró.Nunca pensé que a alguien como Holly le pudiese pasar ese tipo de cosas. Quien diría que su sangre corrió solo por estar con mi hermano, por terminar en esta familia maldita.Entonces recordé al chico a mi lado, ese rubio de cristalinos ojos, (he pensado que son grises)—¿Te encuentras bien? —me preguntó, tomó mi mano entre la suya.—Si—contesté quedo.Holly ya había salido de la cirugía y estaba estable, Dakota había dado a luz y todo fue bien. Después del caos viene la paz.Mi madre decidió quedarse en el hospital, al igual que Rory. Dominic dijo que debía hacerse cargo de limpiar.Los padres de Holly también se quedaron y su hermana se llevó a los niños.—Toc, toc ¿Qué es lo que piensas? —instó a que lo mirara.—Yo… no sé si…—negué con la cabeza.—¿Qué pasa? —Exhalé—¿Por qué no vamos a que descanses?, parece que estas muy agotado.—Darcy tie