HOLLYDecidí aventurarme a hacer esto sola, no es la primera vez que lo hago, aunque la primera vez fue a causa de mi hermana.Hoy es para mí.Me recibieron de buena manera, eso era lo importante, la tienda estaba casi repleta de blanco, beige y crema.—Hola soy Liv ¿Buscaba algo en especial? ¿Algún diseñador?Me pasé una mano por el cabello.—La verdad… no tengo la menor idea.—¿Cuándo es la boda?Tragué seco.—En un mes—confesé.—¡Cielo santo!—Solo quiero hacerme a la idea—me apresuré a decir—… despues vendré con mi…—¿Después? —se escandalizó—, oh, no mi cielo, no tienes tiempo, créeme, te ayudaré a escoger el vestido perfecto.Me entregué a su fiel consejo.—¿Cuáles son tus gustos?—Me gustaría resaltar la parte de mis hombros, quizá la falta con caída suave, no quiero nada vaporoso.—¿Prefieres brillos, encaje, bordado? ¿seda, satén, crepé?—Hum… nada de encaje, tampoco bordados—Ya, creo que tengo a la diseñadora perfecta para ti—le llamó a otra chica—, muéstrame los Vivianne W
DAKOTA—Esto es vida—exclamó mi madre tumbándose en un camastro.Ella había contratado a un chico masajista para que estuviera a su lado, un alto hawaiano en bikini rojo.Si me tentaba a buscar un chico así.Coloqué mi coco sobre mi barriguita, mientras me acomodaba los lentes oscuros.Ya teníamos cuatro días aquí, explorando la isla, atiborradnos de comida, nadando, disfrutando del clima, haciendo sesiones de fotos con mi pancita floreada. —Mamá.—Sí, mi amor—emitía sonidos de gusto, cuando Koi (el chico masajista) la untaba en protector solar.—Mañana tenemos que regresar a Chicago.—Ya lo sé—hizo puchero—. Oye Koi, ¿quieres ir conmigo a Chicago?—¡Mamá!—Es una gran oferta, pero tengo familia aquí.—Cuando quieras ir a Chicago, llámame.Koi le sonrió por compromiso y luego se retiró.—¿Estás loca? ¿Por qué le coqueteas a un chico que le llevas casi treinta años?—Yo no te juzgo, tu no me juzgues.Estos cuatro días me la pasé tranquila, llenando mis pulmones de aire fresco, marino,
EROS—Tu cinturón—susurró Darcy.Rápidamente bajé mis ojos hacia donde sus manos se movían para estirar hacia el cinturón de seguridad.—El camino es un poco largo—continuó diciendo, regresando a su asiento.Me quedé helado, mi corazón estaba en un maratón en mi pecho.—Gracias—apenas pude decir.Había cometido la peor de las atrocidades, en dejarme llevar por mis pensamientos creyendo que Darcy haría… algo diferente, cuando solo estaba comportándose generoso.Soy ambicioso.Él solo quería ser mi amigo.Señaló a la lejanía una calle famosa, “Dicen que aquí vive tal actor” “No lo conozco”Una punzada en el pecho me atravesaba, mi mente se debatía preguntándose lo que eso significaba.En cuanto llegamos al lugar Star Wings.Tomé un respiro profundo en cuanto bajamos y vi el letrero.—Es un poco redundante ¿no crees? —le dije a Darcy señalando el letrero.Arqueó la ceja.—¿Estrellas y alas? creo que es una combinación maravillosa, vamos—entramos al lugar—, esta vez yo invito, así que gua
EROS—Eros—tiró de mi—, vamos baja del auto.—Solobaje—hipo—, cuando estén micasa —Eros, ya estamos en tu casa, por favor baja conmigo.Mi cuerpo estaba pesado y lento, saqué las piernas y enfoqué la mirada.—Noo, besta no es mi casa.—El chofer nos trajo a tu casa.—Es de—hipo—, hermano.—Bueno, es hora de entrar—se agachó para conmigo y mi cargó sobre su hombro.—¡Wi! —subiremos al tebecito.—Eros, no entiendo lo que…—¡Chu chu!, el tebecito.—Borracho—solo podía ver el suelo oscuro—, creo que no hay nadie ¿Dónde está tu habitación?—¡Arriba, arriba!, uno, dos, derecha, ¡chu, chu!Comenzó a subir las escaleras, el mareo se hizo más intenso.—Oh, vueltas…—Eros, por favor, no vayas a vomitar.Escuché como abría una puerta.—¿La segunda? —Pórta dýo. —Pórta, pórta—masculló—¿eso es puerta?—Puerta sí.—¿Dos? ¿segunda?—¡Si! ¡chu, chu!, el ten está por entrar.Darcy abrió la puerta y trastabilló para entrar, cerró tras de si, depositándome en la cama con cuidado. Me deslicé por compl
ADAMHolly me había asustado mucho, el haberla encontrado en el suelo me heló la sangre. Me sentí algo aliviado al saber que era por su periodo, a pesar de que ella estaba muriéndose de dolor, mantuvo la calma. La vi tan pálida y débil, ni siquiera podía moverse.No quería moverla anoche, pero me preocupaba un poco los niños, así que me la llevé a casa y le hablé a Michael para que trajera a los niños.—¿Dónde está Holly? —fue lo primero que me dijo al abrir la puerta.Los niños se metieron corriendo buscando a su madre.—Está arriba, cansada—contesté al viejo gruñón.Michael frunció el ceño.—Eso es una falta de respeto, y de obligación…—¿Porqué? —me recargué en el umbral de la puerta—, ella se siente mal, no es porque hubiese estado… ejercitándose conmigo.—Mami ¿Se siente mal? —preguntó Alice.—Sí, cariño—por eso vamos a dejarla dormir ¿sí?—Pero ¿está bien?—Sí, ya tomó un medicamento.—¿Qué tiene mi hija?Me crucé de brazos.—Su periodo.Su ceño fruncido se esfumó.—Ah, tenía ti
HOLLYQuizá fue mi error creer que Adam había… erradicado su mal carácter tan explosivo, pero luego de verlo casi asfixiar al pobre de Darcy, me hizo pensar en qué… necesita terapia.—¿Te encuentras bien? —le pregunté al pobre chico luego de ver como Adam subía como fiera por las escaleras.—Eh, si—se sobó el cuello—, fue mi culpa, debí haberme presentado antes.—Tal vez sí—le serví una taza de café—. Dime ¿por qué Eros terminó borracho?—Eso… eso fue un accidente.—¿Y cómo puede ser eso un accidente?Se hundió más en su asiento.—Alardeé con Eros sobre el haber hecho un reto en ese bar que fuimos y él quiso hacerlo… debí haberlo persuadido más… pero estaba tan determinado.Contuve una risa.—Estás presenciando el encanto de los West.—Recién me entero de eso.Tomé aire.—Bueno, al menos Eros ya experimentó su primera borrachera, me alegra que haya sido contigo, no lo dejaste ahí.—No podría dejarlo nunca… así.Hasta me emocioné con dichas palabras, que chico.Poco después escuché un
EROSVimos a Holly marcharse enfurruñada, seguido, las dos empleadas entraron a la casa, saludaron y prosiguieron con los preparativos del almuerzo.—¿Crees que esté bien? —preguntó afligido Darcy.—Sí, ya se arreglarán, no te preocupes—mascullé.La cabeza me punzaba.Darcy comenzó a frotarme la espalda.—Ya pasará, es tu primera borrachera.—Será la última—jadee sosteniéndome la cabeza—. Dime que no hice algo humillante.—Tranquilo, tu dignidad está intacta, impresionaste a muchos en el bar.—Ahg—apreté los dientes, un dolor me atenazó el estómago—, creo que voy a…Me bajé a prisas y corrí hacia el baño más próximo, vomitando.—Tranquilo, tranquilo.La profundidad del café, mis jugos gástricos y el maldito alcohol salieron de mí, me temblaba todo el cuerpo. Cuando al fin terminé, me ayudó a levantarme, el cuerpo lo sentía demasiado débil.—Necesitas suero y una sopa de resaca.—¿Eso existe?—Todo existe ahora—pasó mi brazo por sus hombros—. Necesitas agua, yo me encargaré de lo demás
ADAM—Los veo en la tarde mis tesoros—Holly beso a los niños—, pórtense bien, no se alejen de Adam, recuérdenle que no les compre dulces ni gaseosas.—Sí, mami.—Bien—jadeó ella—. Bye Rory, diviértete.—Claro.Luego se volvió hacia mí.—Adiós—se bajó del auto y yo tras ella.—De verdad piensas irte así.Se acomodó el abrigo.—No me digas que no tienes suficiente.¿Suficiente?, nunca tendré suficiente de ella.La arrastré del abrigo hacia mí, su cuerpo chocando con el mío con brusquedad.—Te gusta tentar a la suerte ¿verdad? —la tomé de la coleta y la besé.Manoteó un poco en mi pecho, pero terminó pro deslizar sus brazos en mis hombros.—Estamos dando un espectáculo.—Ah como lo veo, solo le mostramos a los niños cuanto nos amamos.Chasqueó la lengua.—Desvergonzado, cuida a los niños.—Lo haré… pasamos por ti para comer.—No lo creo—cabeceo—. Hay mucho trabajo, entraremos la próxima semana.—La cena entonces.—Sí, la cena suena bien.Le di otro beso, esta vez más prolongado.—Ya… ya