EROS—Tu cinturón—susurró Darcy.Rápidamente bajé mis ojos hacia donde sus manos se movían para estirar hacia el cinturón de seguridad.—El camino es un poco largo—continuó diciendo, regresando a su asiento.Me quedé helado, mi corazón estaba en un maratón en mi pecho.—Gracias—apenas pude decir.Había cometido la peor de las atrocidades, en dejarme llevar por mis pensamientos creyendo que Darcy haría… algo diferente, cuando solo estaba comportándose generoso.Soy ambicioso.Él solo quería ser mi amigo.Señaló a la lejanía una calle famosa, “Dicen que aquí vive tal actor” “No lo conozco”Una punzada en el pecho me atravesaba, mi mente se debatía preguntándose lo que eso significaba.En cuanto llegamos al lugar Star Wings.Tomé un respiro profundo en cuanto bajamos y vi el letrero.—Es un poco redundante ¿no crees? —le dije a Darcy señalando el letrero.Arqueó la ceja.—¿Estrellas y alas? creo que es una combinación maravillosa, vamos—entramos al lugar—, esta vez yo invito, así que gua
EROS—Eros—tiró de mi—, vamos baja del auto.—Solobaje—hipo—, cuando estén micasa —Eros, ya estamos en tu casa, por favor baja conmigo.Mi cuerpo estaba pesado y lento, saqué las piernas y enfoqué la mirada.—Noo, besta no es mi casa.—El chofer nos trajo a tu casa.—Es de—hipo—, hermano.—Bueno, es hora de entrar—se agachó para conmigo y mi cargó sobre su hombro.—¡Wi! —subiremos al tebecito.—Eros, no entiendo lo que…—¡Chu chu!, el tebecito.—Borracho—solo podía ver el suelo oscuro—, creo que no hay nadie ¿Dónde está tu habitación?—¡Arriba, arriba!, uno, dos, derecha, ¡chu, chu!Comenzó a subir las escaleras, el mareo se hizo más intenso.—Oh, vueltas…—Eros, por favor, no vayas a vomitar.Escuché como abría una puerta.—¿La segunda? —Pórta dýo. —Pórta, pórta—masculló—¿eso es puerta?—Puerta sí.—¿Dos? ¿segunda?—¡Si! ¡chu, chu!, el ten está por entrar.Darcy abrió la puerta y trastabilló para entrar, cerró tras de si, depositándome en la cama con cuidado. Me deslicé por compl
ADAMHolly me había asustado mucho, el haberla encontrado en el suelo me heló la sangre. Me sentí algo aliviado al saber que era por su periodo, a pesar de que ella estaba muriéndose de dolor, mantuvo la calma. La vi tan pálida y débil, ni siquiera podía moverse.No quería moverla anoche, pero me preocupaba un poco los niños, así que me la llevé a casa y le hablé a Michael para que trajera a los niños.—¿Dónde está Holly? —fue lo primero que me dijo al abrir la puerta.Los niños se metieron corriendo buscando a su madre.—Está arriba, cansada—contesté al viejo gruñón.Michael frunció el ceño.—Eso es una falta de respeto, y de obligación…—¿Porqué? —me recargué en el umbral de la puerta—, ella se siente mal, no es porque hubiese estado… ejercitándose conmigo.—Mami ¿Se siente mal? —preguntó Alice.—Sí, cariño—por eso vamos a dejarla dormir ¿sí?—Pero ¿está bien?—Sí, ya tomó un medicamento.—¿Qué tiene mi hija?Me crucé de brazos.—Su periodo.Su ceño fruncido se esfumó.—Ah, tenía ti
HOLLYQuizá fue mi error creer que Adam había… erradicado su mal carácter tan explosivo, pero luego de verlo casi asfixiar al pobre de Darcy, me hizo pensar en qué… necesita terapia.—¿Te encuentras bien? —le pregunté al pobre chico luego de ver como Adam subía como fiera por las escaleras.—Eh, si—se sobó el cuello—, fue mi culpa, debí haberme presentado antes.—Tal vez sí—le serví una taza de café—. Dime ¿por qué Eros terminó borracho?—Eso… eso fue un accidente.—¿Y cómo puede ser eso un accidente?Se hundió más en su asiento.—Alardeé con Eros sobre el haber hecho un reto en ese bar que fuimos y él quiso hacerlo… debí haberlo persuadido más… pero estaba tan determinado.Contuve una risa.—Estás presenciando el encanto de los West.—Recién me entero de eso.Tomé aire.—Bueno, al menos Eros ya experimentó su primera borrachera, me alegra que haya sido contigo, no lo dejaste ahí.—No podría dejarlo nunca… así.Hasta me emocioné con dichas palabras, que chico.Poco después escuché un
EROSVimos a Holly marcharse enfurruñada, seguido, las dos empleadas entraron a la casa, saludaron y prosiguieron con los preparativos del almuerzo.—¿Crees que esté bien? —preguntó afligido Darcy.—Sí, ya se arreglarán, no te preocupes—mascullé.La cabeza me punzaba.Darcy comenzó a frotarme la espalda.—Ya pasará, es tu primera borrachera.—Será la última—jadee sosteniéndome la cabeza—. Dime que no hice algo humillante.—Tranquilo, tu dignidad está intacta, impresionaste a muchos en el bar.—Ahg—apreté los dientes, un dolor me atenazó el estómago—, creo que voy a…Me bajé a prisas y corrí hacia el baño más próximo, vomitando.—Tranquilo, tranquilo.La profundidad del café, mis jugos gástricos y el maldito alcohol salieron de mí, me temblaba todo el cuerpo. Cuando al fin terminé, me ayudó a levantarme, el cuerpo lo sentía demasiado débil.—Necesitas suero y una sopa de resaca.—¿Eso existe?—Todo existe ahora—pasó mi brazo por sus hombros—. Necesitas agua, yo me encargaré de lo demás
ADAM—Los veo en la tarde mis tesoros—Holly beso a los niños—, pórtense bien, no se alejen de Adam, recuérdenle que no les compre dulces ni gaseosas.—Sí, mami.—Bien—jadeó ella—. Bye Rory, diviértete.—Claro.Luego se volvió hacia mí.—Adiós—se bajó del auto y yo tras ella.—De verdad piensas irte así.Se acomodó el abrigo.—No me digas que no tienes suficiente.¿Suficiente?, nunca tendré suficiente de ella.La arrastré del abrigo hacia mí, su cuerpo chocando con el mío con brusquedad.—Te gusta tentar a la suerte ¿verdad? —la tomé de la coleta y la besé.Manoteó un poco en mi pecho, pero terminó pro deslizar sus brazos en mis hombros.—Estamos dando un espectáculo.—Ah como lo veo, solo le mostramos a los niños cuanto nos amamos.Chasqueó la lengua.—Desvergonzado, cuida a los niños.—Lo haré… pasamos por ti para comer.—No lo creo—cabeceo—. Hay mucho trabajo, entraremos la próxima semana.—La cena entonces.—Sí, la cena suena bien.Le di otro beso, esta vez más prolongado.—Ya… ya
HOLLYEl repiqueteo de los tacones de Dakota estaba poniéndome un poco ansiosa.Intenté concentrarme en el trabajo, ella se detuvo por unos momentos. Le eché un vistazo por sobre los lentes y la pantalla de mi laptop. La vi nerviosa, estaba llevándose unos dedos a la boca, mordisqueándose las uñas sin romperlas.Continúe tamborileando los dedos sobre el teclado, pero ella continuó con su repiqueteo.Dejé los lentes a un lado. —Bien, escúpelo ¿Qué te pasa?—Nada—se irguió lentamente—. Mira este documento, está bien el contexto o le digo a mi docente que lo cambie…—Oye, no… espera, deja eso un momento—me levanté para encender la cafetera y preparar un poco de té—¿Qué te pasa?, no has hablado de tu viaje a Hawái y tampoco sobre lo que estás pasando… ¿estás asustada por el bebé?—No, no es por Aurora… es que… es que ya no puedo usar mis pantalones, ni mis faldas, ahora tengo que usar leggins y deportivas.Me solté a reír.—Pero es cómodo—serví las tazas con té de manzanilla—. Pero, por
HOLLYTuve que detenerme un momento para comprarle una crepa a Dakota y calmarla, se lo que se siente estar tan sensible y la verdad es que se lo debo, la amo tanto por estar conmigo durante mi embarazo y no dejarme en los momentos difíciles.—Espero que la pequeña Aurora no nazca con diabetes.—Hum—saboreó su crepa—. Lo que me costará bajar de peso, llevo siete kilos.—Necesitas una buena dieta.—Ya lo sé, no me lo tienes que repetir.Conduje el camino a casa.—También tengo algo que decirte.—Soy toda oídos—solo escuchaba su masticar.—La doctora—comencé removiéndome en el asiento—, me dijo que… puede que me quede embarazada de nuevo de mellizos.La vi, resaltó sus ojos, abiertos por la sorpresa.—¿Qué? ¿Cómo puede ser eso medible?Cabecee.—Sabes que he estado en constante chequeos… y… hum, perdí mi dispositivo.Me miró con las mejillas rebosantes.—¿Cuándo?—En Grecia, cuando los autos chocaron—ya le había contado todo—, al parecer uno de los cristales se enterró justo en donde es