EROSVimos a Holly marcharse enfurruñada, seguido, las dos empleadas entraron a la casa, saludaron y prosiguieron con los preparativos del almuerzo.—¿Crees que esté bien? —preguntó afligido Darcy.—Sí, ya se arreglarán, no te preocupes—mascullé.La cabeza me punzaba.Darcy comenzó a frotarme la espalda.—Ya pasará, es tu primera borrachera.—Será la última—jadee sosteniéndome la cabeza—. Dime que no hice algo humillante.—Tranquilo, tu dignidad está intacta, impresionaste a muchos en el bar.—Ahg—apreté los dientes, un dolor me atenazó el estómago—, creo que voy a…Me bajé a prisas y corrí hacia el baño más próximo, vomitando.—Tranquilo, tranquilo.La profundidad del café, mis jugos gástricos y el maldito alcohol salieron de mí, me temblaba todo el cuerpo. Cuando al fin terminé, me ayudó a levantarme, el cuerpo lo sentía demasiado débil.—Necesitas suero y una sopa de resaca.—¿Eso existe?—Todo existe ahora—pasó mi brazo por sus hombros—. Necesitas agua, yo me encargaré de lo demás
ADAM—Los veo en la tarde mis tesoros—Holly beso a los niños—, pórtense bien, no se alejen de Adam, recuérdenle que no les compre dulces ni gaseosas.—Sí, mami.—Bien—jadeó ella—. Bye Rory, diviértete.—Claro.Luego se volvió hacia mí.—Adiós—se bajó del auto y yo tras ella.—De verdad piensas irte así.Se acomodó el abrigo.—No me digas que no tienes suficiente.¿Suficiente?, nunca tendré suficiente de ella.La arrastré del abrigo hacia mí, su cuerpo chocando con el mío con brusquedad.—Te gusta tentar a la suerte ¿verdad? —la tomé de la coleta y la besé.Manoteó un poco en mi pecho, pero terminó pro deslizar sus brazos en mis hombros.—Estamos dando un espectáculo.—Ah como lo veo, solo le mostramos a los niños cuanto nos amamos.Chasqueó la lengua.—Desvergonzado, cuida a los niños.—Lo haré… pasamos por ti para comer.—No lo creo—cabeceo—. Hay mucho trabajo, entraremos la próxima semana.—La cena entonces.—Sí, la cena suena bien.Le di otro beso, esta vez más prolongado.—Ya… ya
HOLLYEl repiqueteo de los tacones de Dakota estaba poniéndome un poco ansiosa.Intenté concentrarme en el trabajo, ella se detuvo por unos momentos. Le eché un vistazo por sobre los lentes y la pantalla de mi laptop. La vi nerviosa, estaba llevándose unos dedos a la boca, mordisqueándose las uñas sin romperlas.Continúe tamborileando los dedos sobre el teclado, pero ella continuó con su repiqueteo.Dejé los lentes a un lado. —Bien, escúpelo ¿Qué te pasa?—Nada—se irguió lentamente—. Mira este documento, está bien el contexto o le digo a mi docente que lo cambie…—Oye, no… espera, deja eso un momento—me levanté para encender la cafetera y preparar un poco de té—¿Qué te pasa?, no has hablado de tu viaje a Hawái y tampoco sobre lo que estás pasando… ¿estás asustada por el bebé?—No, no es por Aurora… es que… es que ya no puedo usar mis pantalones, ni mis faldas, ahora tengo que usar leggins y deportivas.Me solté a reír.—Pero es cómodo—serví las tazas con té de manzanilla—. Pero, por
HOLLYTuve que detenerme un momento para comprarle una crepa a Dakota y calmarla, se lo que se siente estar tan sensible y la verdad es que se lo debo, la amo tanto por estar conmigo durante mi embarazo y no dejarme en los momentos difíciles.—Espero que la pequeña Aurora no nazca con diabetes.—Hum—saboreó su crepa—. Lo que me costará bajar de peso, llevo siete kilos.—Necesitas una buena dieta.—Ya lo sé, no me lo tienes que repetir.Conduje el camino a casa.—También tengo algo que decirte.—Soy toda oídos—solo escuchaba su masticar.—La doctora—comencé removiéndome en el asiento—, me dijo que… puede que me quede embarazada de nuevo de mellizos.La vi, resaltó sus ojos, abiertos por la sorpresa.—¿Qué? ¿Cómo puede ser eso medible?Cabecee.—Sabes que he estado en constante chequeos… y… hum, perdí mi dispositivo.Me miró con las mejillas rebosantes.—¿Cuándo?—En Grecia, cuando los autos chocaron—ya le había contado todo—, al parecer uno de los cristales se enterró justo en donde es
EROS—Aquí vivo con mis tíos, ya solo me queda semana y media, claro.Era un edificio gris, no tenía tantos pisos como para ser muy alto, el portero saludó a Darcy dejándonos pasar.—¿Dónde están ellos?Subimos las escaleras—Eh… trabajando, creo, mis primos están en la escuela y yo… yo solo yendo y viniendo, a veces dicen que soy un vago.—Sí, lo creo.—¡No!, tu también lo crees, eres malo.—Bueno, dijiste que te gusta recorrer el mundo ¿no?—¿Recuerdas lo que dije?—Solo un poco, aun me duele la cabeza.—Tranquilo, me cambiaré rápidamente y saldremos por esa sopa.Me llevó hasta el departamento de sus tíos, era pequeño en comparación a lo que acostumbraba.—Espera, no tardo.—Si.Salió corriendo hacia una de las habitaciones. Me senté con cuidado en el sillón principal, estaba algo sumido y desgastado. Decidí no ponerme a husmear, extraje mi celular y comencé a editar un poco de trabajo, leer un par de documentación que dejé pendiente.Me concentré tanto que no me percaté de la hora
HOLLYHa sido un día bastante extraño y apenas son las cuatro de la tarde.Dakota estaba entusiasmada con ver todo el diseño y los planos sobre mi boda, sinceramente no sabía que todo esto hacían las agencias, era abrumador.—En un mes ya hará calor—decía Daky.—Por eso será en el jardín—señalé el lugar que la agente diseño—, me gusta la idea de que las sillas se encuentren aquí.—Ya hemos apartado la fecha para la boda religiosa en la Iglesia del Santo Nombre.—¡Que! ¿el Santo Nombre?... pero no soy ninguna celebridad o algo así.—De hecho, eres una celebridad local.—Pero nadie sabe mi nombre real.—Entonces no le gusta la idea de la iglesia.—Sí, está bien… solo me sorprendió.—Bien, entonces, ¿Qué tipo de flores prefiere? —me mostró varias opciones para el ramo—, tonos pastel y tonos más vibrantes. Elegante y alegre.—Hug, no me decido, me gustan estos dos—señalé unos en tonos pastel y otro vibrante.—El vibrante va contigo.—Ush, estás diciendo que no soy elegante.—Para nada.—G
EROS—Buenas tardes, joven West—saludaron al unísono las de recepción.—Buenas tardes, necesitaré un pase de visitante.—Enseguida—una de las chicas escaneó el pase para su registro y me lo dio, lo pase a Darcy.—Úsalo.—No me sacarán si permanezco contigo ¿verdad?—Por supuesto que no.Lo conduje hacia el ascensor.—Me imaginaba el edificio un poco más… pequeño.—¿Por qué sería pequeño?Darcy se encogió de hombros.—No lo sé, solo lo imaginé—se meció por los talones—. Sin tu traje pareces un chico ordinario.Solté un poco de aire.—Dicen que el traje es la armadura de un oficinista, o un buen caballero, no recuerdo cómo iba.—¿Eso fue un chiste? ¿Acabas de decir un chiste?—Tampoco te emociones tanto.Llegamos a mi piso, justo cuando las puertas se abrieron mi secretaria se precipitó a levantarse y alcanzarme.—Buenas tardes, joven West.—Despacio—extendí mi mano para alcanzarla—. Respira y dime.Tras de mí, Darcy carraspeó.Lucia, mi secretaria, apenas lo miró y regresó su vista a m
ADAMEros llegó a casa, mirándome amenazante.—No me mires así, tenía que deshacerme de ella.—Tu vida privada está entorpeciendo mucho la imagen del corporativo.Coloqué mis puños en las caderas.—No es cierto—él reparó en el delantal que tenía puesto—. Aquí no es el corporativo.—Como sea, tienes suerte de que vaya a salvar tu maldito trasero.—Oliva no hará nada—lo invité a tomar asiento en la mesa—, la conozco, aprobaré el cheque que hayas expedido, más una cantidad de la cual no podrá protestar, nuestros abogados harán de todo—le serví un poco de comida—, lo que ella tenga en mente no podrá proceder. No te devanes tanto los sesos por eso.—No es lo que me preocupa—tomó el tenedor y probó la pasta—. Hay un par de cosas que no me agradan de ella—prosiguió—. Como la campaña de hace dos años. —¿Qué pasa con eso?—Sabías que la campaña que ella lideró tenía muchos inversores que trabajaron para Xander.Me quedé pasmado.—No.—De hecho, ella también estuvo trabajando en Xtracción, un