EROS—Buenas tardes, joven West—saludaron al unísono las de recepción.—Buenas tardes, necesitaré un pase de visitante.—Enseguida—una de las chicas escaneó el pase para su registro y me lo dio, lo pase a Darcy.—Úsalo.—No me sacarán si permanezco contigo ¿verdad?—Por supuesto que no.Lo conduje hacia el ascensor.—Me imaginaba el edificio un poco más… pequeño.—¿Por qué sería pequeño?Darcy se encogió de hombros.—No lo sé, solo lo imaginé—se meció por los talones—. Sin tu traje pareces un chico ordinario.Solté un poco de aire.—Dicen que el traje es la armadura de un oficinista, o un buen caballero, no recuerdo cómo iba.—¿Eso fue un chiste? ¿Acabas de decir un chiste?—Tampoco te emociones tanto.Llegamos a mi piso, justo cuando las puertas se abrieron mi secretaria se precipitó a levantarse y alcanzarme.—Buenas tardes, joven West.—Despacio—extendí mi mano para alcanzarla—. Respira y dime.Tras de mí, Darcy carraspeó.Lucia, mi secretaria, apenas lo miró y regresó su vista a m
ADAMEros llegó a casa, mirándome amenazante.—No me mires así, tenía que deshacerme de ella.—Tu vida privada está entorpeciendo mucho la imagen del corporativo.Coloqué mis puños en las caderas.—No es cierto—él reparó en el delantal que tenía puesto—. Aquí no es el corporativo.—Como sea, tienes suerte de que vaya a salvar tu maldito trasero.—Oliva no hará nada—lo invité a tomar asiento en la mesa—, la conozco, aprobaré el cheque que hayas expedido, más una cantidad de la cual no podrá protestar, nuestros abogados harán de todo—le serví un poco de comida—, lo que ella tenga en mente no podrá proceder. No te devanes tanto los sesos por eso.—No es lo que me preocupa—tomó el tenedor y probó la pasta—. Hay un par de cosas que no me agradan de ella—prosiguió—. Como la campaña de hace dos años. —¿Qué pasa con eso?—Sabías que la campaña que ella lideró tenía muchos inversores que trabajaron para Xander.Me quedé pasmado.—No.—De hecho, ella también estuvo trabajando en Xtracción, un
ADAMMe aclaré la garganta, si no dejaba de verla iba a tener un problema mayúsculo; le serví un poco de la pasta que le había dado a Eros, luego le rocié la salsa tzatziki. Fui a sentarme a su lado. Ella tomó el tenedor, pero se lo arrebaté.—Yo lo haré.—Señor West, va a malcriarme mucho.—Lo haré mucho más—enredé la pasta y le di en la boca—¿Por qué hasta ahora te pusiste ese pijama?—Oh, es que estaba—masticó—, entre la ropa de los niños—la crema estaba untada en sus labios—Lo vi y me la puse—meció su cabeza, las orejas de su pijama se mecieron también—¿Qué tal? ¿te gusta?¿Puede un hombre entrar en pánico cuando una mujer luce así? Tiré de ella hacia mí, le lamí los labios.—Me encanta.Se rio en mi boca.—¿De verdad? —¿en serio estaba haciendo una expresión tan ingenua? — ¿te compro una? están calentitas.—No gracias, me gusta verte—enredé el tenedor en la pasta y le di de comer—¿Los niños ya se durmieron?Pescó el tenedor con su linda boca, asintió con la cabeza.—¿Eros ya lle
HOLLY—Espera, Adam, no seas imprudente—intenté correr tras él, pero era demasiado rápido para mis piernas cortas, maldición.—¿Por qué no pueden ser como las personas decentes y llamar cuando van a venir? —abrió de un tirón la puerta—¿Qué demonios hacen aquí? —chistó Adam.—¡Hola, hijo! —Cherise entró primero, abrazando a Adam.Tras ella, Dominic se hizo presente, apenas y llegué, tomé aire.—No puede ser, hijo—bramó Dominic— ¿tienes una hija adolescente de la cual no sabíamos.—¡¿Qué?! —Adam se separó de Cherise.—¡No!, soy yo—me quité el gorro con orejas de conejo—Holly.—Oh—Dominic hizo una mueca burlona—, juego de roles, son un par de pervertidos.Los colores inundaron mi rostro.—Deja tus comentarios estúpidos para ti, ¿Qué diablos hacen en mi casa?—Hay hijo, quería venir a ver a todos mis hijos, ¿Cómo puede una madre estar tan lejos de sus hijos?—Eso lo hubieses pensado antes de dejar venir solos a Eros y a Rory.—Esos pequeños granujas se vinieron sin mí, además tuve que hac
EROSLucia ya estaba esperándome para cuando llegué a la oficina.—Buenos días, joven West.—Buen día, señorita Lucia, ¿Qué hay en la agenda?—Tiene una junta las nueve… ha… vino un repartidor y…Abrí la puerta de mi oficina, me quedé pasmado cuando vi mi escritorio.—Eso…—Los trajo el repartidor hace solo unos minutosMe acerqué, depositando mi maletín en el escritorio, aquellas flores desprendían un olor agradable, eran algo robustas, estaban en un florero de cristal, no eran rosas, eran más grandes, debajo del florero había una pequeña tarjeta blanca. Me di cuenta de que mis manos temblaban un poco cuando tomé aquella tarjeta.—¿Se siente bien? —habló despacio Lucia.—Sí, estoy bien.Desdoblé aquella tarjeta, había un código QR, me pareció aún más extraño.Saque mi celular para rastrear el código, me direccionó enseguida a una página de un sitio web de flores:La flor de Loto representa la naturaleza e inocencia del corazón, el cual siempre acaba anteponiendo los sentimientos a la
HOLLY—Dakota—hablé con calma—, quieres decir que me mandaste un mensaje urgente, solo porque Aurora no deja de moverse.—Si—chilló—, siento como si fuese un alíen dentro de mi ¡mira! —señaló, unas pequeñas protuberancias se marcaban en su barriga—¿Cómo hago para tranquilizarla?Respiré profundo y me agaché para con su barriga.—Bebé, por favor, deja en paz a mamá—la acaricié—, sé que quieres salir ya, pero aun te falta un par de meses.—¡Está calmándose!—Tienes que hablarle siempre, quizá lo hace para llamar tu atención.—Es eso o quiere que su padre le hable—suspiró acariciando también su pancita—esta mañana desperté con un osito de peluche a mi lado, ese—le cubrió los costados de su pancita como si fuesen sus oídos—, malnacido—masculló la palabra—, sigue metiéndose al departamento como le vienen en gana, parece un ninja, ni siquiera noto su presencia.Jadee.—Anoche llegaron… nuestros suegritos.—Hay mierda.—Sí, escuché la conversación que Adam tenía con ellos, al parecer Dominic
DAKOTA—¿Estás diciéndome que ellos son los padres de Adam? —chistó la madre de Holly.—Así es—contesté, mi madre también estaba vigilando los movimientos de la pareja.—¿Cuándo vamos a conocerlos?—¿Les hablamos?—Hay, Mary, ¿Cómo preguntas eso? están a punto de convertirse en nuestros consuegros, ¿Cómo preguntas eso?—Es diferente, son personas millonarias.—Tu eres una actriz.—Y tu una cantante retirada, ninguna de las dos somos millonarias.—Sabes que, ya me cansé de tus dudas, si no vienes conmigo iré sola.—Esperen ¿A dónde van?Ambas madres se levantaron.—Vamos a hablar con ellos.—No, esperen—pero ya estaba yendo.Fui tras ellas.—¡Hola! ustedes deben ser los padres de los chicos West ¿cierto?Cherise las miró confundidas.—Cherise, Dominic, les presento a mi madre.—Marilin Sparrow—extendió la mano mi madre.—Y ella es la madre de Holly.—Alba Montalvo de Austen.Cherise soltó un grito entusiasmada, sobresaltándonos, se levantó para abrazar a ambas madres.—No saben el gust
HOLLYNo creí que tuviese ya a un grupo de fan, Rain se había encargado de mandarlos bajo el escenario, adecuó una pared para tomarme fotos con ellos.¿Cuántas veces tenía que decirle que no quería ser famosa?—Gloria ¿Cuándo vendrás de nuevo?—Gloria, te adoro.—Gloria, queremos una noche de romance.—Gloria, un autógrafo.—Gloria, tenemos un grupo de fans y te queremos dar eso—una cajita musical en forma de tocadiscos.—Es hermosa.Recibí muchas rosas, autografié unas fotos que nos sabía que existían de mí. Cuando la bola de fans descendió, un par de pequeñitos corrieron hacia mi estampándose conmigo.—¡Mami!—Mami que bonita estás.Me agaché para con ellos.—Gracias mis amores, pero ¿Qué hacen aquí?—Adam le dijo al abuelo que nos trajera, dijo que era una sorpresa para ti mami.—¿Verdad que te sorprendí? —Adam apareció junto a nosotros, desde aquí abajo, estaba deslumbrante, con su traje negro, el cabello estirado hacia atrás, y un ramo de peonias rojas.¿En qué momento se peinó?