ADAM—Entonces, Darcy—decía mi madre al chico a lado de mi hermano—, dijiste que eres escritor.—Sí, columnista y cronista—dijo como si fuese un militar temeroso ante su sargento.—Guao, que interesante suena eso—masculló sarcástico Dominic.Mi madre le pellizcó un costado.—Vaya—mamá tomó su copa—, entonces, has viajado a varios lugares—Aun no lo suficientes, comencé con mi estado, en Luisiana, recorrí todas las orillas del Misisipi, estuve aquí en Chicago, luego de eso me invitaron a Escocia, mi primer país que recorrí solo, también visité Londres, pero solo un poco, ahora estoy esperando la aprobación de mis agentes para ir a Estrasburgo.—Guao, impresionante ¿también eres fotógrafo?Se encogió de hombros.—Tengo un certificado—le lanzó una miradita a Eros—. De hecho, tomé un par de fotografías a Eros.—¡No, no se las muestres!—¿Por qué? son muy buenas, eres muy hermoso—hubo un silencio en la mesa, ¿dijo hermoso? ¿este tipo quiere que lo mate o qué?, se aclaró la garganta—, para
EROS Solo quería despejarme un momento, esto estaba siendo demasiado abrumador para mí, mis padres conociendo a Darcy. Solo es un amigo, no tengo nada de qué preocuparme.Me mojé el rostro y lo sequé con mi pañuelo.Salí del sanitario decidido a poner buena cara, no tenía nada de qué preocuparme, al fin y al cabo, solo es un amigo.No muy lejos, en el otro corredor, pude ver el vestido que Rory tenía puesto, era inconfundible ya que era purpura. ¿A dónde iba?Miré alrededor pero no había nadie que la siguiese, raro, fui tras ella, no creo que tenga un… amigo, solo ha estado aquí un par de días.No, ella sabe cómo actuar para con un hombre… No, ¡Eros, no pienses mal de ella! es una buena mujer.Qué raro, desapareció del pasillo, pero, ahí solo era la cocina.La seguí, sorteé a los cocineros y a todos los meseros, la vi desaparecer por una puerta de almacén, corrí hacia ella ¿A dónde iba?—Caminen, perras.Me pegué contra la parte trasera de una camioneta de carga, esa voz.—Déjanos i
HOLLY—Holly abre los ojos, amor, por favor, sé que me escuchas, abre los ojos ¡Ábrelos, por favor!Sí, quiero abrirlos, pero me duele, quiero…—Por favor—repetía Adam—, despierta—gimoteó—, te amo.Un sonido sordo me sobresaltó.Al fin, pude abrir los ojos, parpadeé intentando reconocer todo. Adam me sostenía fuerte entre sus brazos, mi cabeza en su hombro. Obligué a mi cerebro mareado a levantar mi mano, la paseé débil por su cabello.Adam atrapó mi mano entre la suya y la besó.Se separó un poco de mí para que pudiese verlo, su rostro enrojecido, gruesas lagrimas cruzando sus ojos, se veía lamentable.—Estoy aquí.Cerró los ojos llevándose mi mano a su boca, besándola con vehemencia.—Sí, mi amor—apretó sus labios de nuevo sobre mi mano y luego se inclinó hacia mí para unir nuestros labios.Sus lágrimas caían sobre mis mejillas.—Espera ¿y Dakota? ¿Rory? —quise incorporarme, pero un fuerte dolor me atenazó la nuca.—Están bien, están bien, no te muevas mucho, pronto llegará la ayuda
EROS Hay una condición que se deriva luego de haber sufrido un traumatismo severo, como el estrés postraumático. Las consecuencias del estrés postraumático suelen ser: insomnio que va de la mano con pesadillas; revivir la situación, retraimiento, asustarse fácilmente. Bueno, esos son los síntomas que he percibido en mí. Sin embargo, hay otro síntoma que aún me tiene demasiado preocupado: mutismo. Según la terapeuta que Adam me recomendó, es un síntoma poco presentado, pero no por ello alejado de la sintomatología del estrés postraumático. Aunque llevo una semana visitando a varios médicos, la respuesta sigue siendo la misma; hablaré hasta que psicológicamente esté preparado para hacerlo. —Vamos, no te desanimes—me dijo Darcy, luego de que salimos de la cita médica de hoy—. Sé que hablarás. La psicóloga me dijo que tomara esto como una oportunidad para poder reconocer mis emociones y expresarla con gestos. Asentí hacia Darcy. Puede que sienta un poco de pena por él, está saliend
HOLLY—¡Hay, está hermoso!—Pero aún le falta algo—dijo la encargada, trayendo consigo la parte trasera del vestido, y otra de ellas traía el velo.—No quiero llorar—exclamó mi hermana.—No empieces, no es algo triste.—Ya, ya, hija, no derrames lagrimas que es de mala suerte.Escuchamos otro moqueo, este provenía de Cherise, quien se percató de que todas las miradas estaban en ella.—¿Qué? —sorbió la nariz—, para mi es el primer hijo que se casa—se cubrió el rostro— y saber que Holly ahora es como una hija para mi me alegra el corazón.—Mamá, recién nos conocemos—se quejó Rory.Me reí con ganas.—Déjala Rory, cuando tú te cases va a llorar a mares.La marea de estrógeno nos desplazamos hacia un restaurant para el brunch.—Quien lo diría—exclamó Cherise meneando su mimosa—, que pasaría un día de chicas.El resto festejó, había a nuestro alrededor grandes charolas y fuentes de comida, fruta fresca, snack. Las ventajas de tener a las West en el grupo, con solo ver a Cherise los meseros
EROSMe tensé.—¿Por qué no contestabas mis mensajes? —se separó de su motocicleta, se acercó a mí—solo quiero saber cómo estas ¿Qué tal si vamos a dar una vuelta? traje un casco extra.Me obligué a negar con la cabeza.—¿Qué pasa?, vamos, me tomé un descanso de los escenarios, lo que quiero un poco de compañerismo—¿Compañerismo?, retrocedí—. Anda—me tomó del brazo—, ya tengo reservado…—¿Reservado el qué?Di un respingo, Darcy se acercó a nosotros, tenía en la mano un pequeño ramo de flores blancas diminutas.—¿Quién eres tú? —chistó Tibalt. Arrebaté mi brazo—¿Quién es él? —me preguntó.—¿Por qué estas cerca de Eros?—Es mi amigo, vine por él.—Ah, así que vienes por él, acosándolo fuera de su trabajo, él retrocedió, claramente no quiere ir contigo.—Agh, escucha, no sé quién eres, pero si estás aquí para repartir algo, entonces déjalo y lárgate—luego pareció interesado en Darcy—, ah, así que trajiste las flores que pedí—, señaló—, ¿Qué te parecen estas flores? —me preguntó—, las tra
HOLLYAdam tiene… una manera muy particular con consolarme. Metido bajo mi camisón lavanda, me besa despacio los muslos.Contuve mis gemidos con la mano, la casa estaba llena así que no quería que su tonto padre estuviese diciendo comentarios fuera de lugar en el desayuno. Mientras él se entretenía dando lengüetazos, besos y chupetones, yo mordía mi mano para no gritar.Fue entonces cuando mi celular sonó.—Do ntestes—masculló él.Iba a hacerle caso, pero la llamada era insistente, podrían ser mis padres, mi hermana… Estiré el brazo para tomarlo, era un número no identificado, pero tampoco era spam.—¿Quién habla? —contesté empujando la cabeza de Adam.A regaña dientes, Adam sacó la cabeza de mi bata.—Cuelga, estiró la mano.—Soy yo—contestaron del otro lado, su voz hizo clic en mi cabeza, le di un manotazo a Adam y me erguí sorprendida.—¿Eros?—Si.Me llevé una mano al corazón.—¡Ya puedes hablar o dios mío! —tironee de Adam— ¡Adam, es Eros!—No tengo mucho tiempo—dijo rápidamente—
ADAMHay cosas en la vida en las que he sentido tanta rabia, hoy no es la excepción.En cuanto llegamos a la casa, encontré que estaba Nicholas en la sala conversando con mis padres y Dakota.—Que no se enteren.—No dire…—¡Hay por dios! ¿Qué sucedió? —mi madre se levantóDe los dos, Darcy era el que había luchado, pero de cierta manera Eros había terminado con un golpe en el pómulo, del cual comenzaba a cambiar de color.—Eh, no es nada—le contestó Eros como si nada.—¡Hay por dios! —chilló la embarazada, Nicholas a su lado también estaba sorprendido.Dominic se giró hacia nosotros sorprendido, se volcó con una ágil vuelta del sofá, desbarrancándose junto con mi madre hacia Eros.—Puedes hablar—mi madre rodeó a Eros, llorosa—, dios, mi niño, ¡estás hablando”—Pudiste hacerlo—habló Dominic, no encontrando las palabras exactas de consuelo y alegría.Holly me tomó de la mano, llorando por aquella escena conmovedora, Darcy, por otro lado, se recargó en el umbral de la sala, suspirando, m