Esmeralda no logra controlar su cuerpo. Kenton rápidamente aprendió como debía hacer algunas cosas para que ella sintiera el mayor placer. Podrá odiarlo, pero irse insatisfecha luego de un fin de semana... jamás. ¿Qué sucederá con ellos? Gracias por su paciencia!! hoy es el cumpleaños número 13 de mi hijo. No creo poder actualizar más tarde porque le dedicaré toda mi atención. Es el primer cumpleaños en el que su padre no está debido a toda esta situación
El primer fin de semana juntos, decidió Kenton que finalizara unas horas antes. Él sabía que Esmeralda no querría volver a tener intimidad. Ella estaba cansada y también confundida porque tal vez había creído que sentiría lo mismo que aquella primera vez juntos. -¿Te gustaría ir a casa antes?- Le preguntó y sin siquiera pensarlo dos segundos, ella asintió en respuesta -¿Puedo irme?- Creyó que él mentía -Eres demasiada tentación si permaneces aquí y tienes que descansar- Le dió un último beso en los labios y decidió salir del cuarto para darle privacidad para vestirse Esmeralda se puso su ropa sintiendo en su piel el aroma de la costosa colonia de Kenton, pero eso no le molestaba si tenía la posibilidad de irse de inmediato. ¿Que sucedería si se duchaba y él no respetaba su privacidad? Mejor no arriesgarse. Vestida, Esmeralda salió del cuarto. Evitó ver a Kenton a los ojos y se marchó sin pronunciar palabra. Un chófer estaba listo para llevarla al apartamento familiar.
Esmeralda veía en sus compañeros de trabajo la felicidad de laborar hasta el jueves únicamente, ya que el día siguiente era feriado. Al acabar su jornada laboral se fue a toda prisa a su apartamento. No quería que Kenton la mandara a llamar. Ella sentía pánico de tener que encontrarse con su jefe aún más descansado ese fin de semana, porque sin dudarlo, acabaría con ella. -¡Tía tenemos una sorpresa para ti!- Dylan llegó corriendo a su lado en cuanto escuchó que ella llegaba -¿Si? ¿Cuál sería esa sorpresa?- Se agachó a la altura de su sobrino para abrazarlo y darle un beso ruidoso en la mejilla -Mira tía- Dylan señaló atrás de su tía y ella sintió un escalofrío Despacio, Esmeralda se reincorporó y se dió la vuelta para ver a Kenton sonriente extendiéndole una taza de café. -¿Qué hace usted aquí?- Preguntó en voz baja- Dylan cariño, ve a tu habitación -Me gusta tratar asuntos importantes personalmente y si te pedía que fueras a verme para hablar tranquilos te hubieses
El momento de salir de casa había llegado para Esmeralda. Kenton esperaba por ella y sabía que no podría fallarle. Para Esmeralda era difícil ir a cumplir con aquella obligación que acababa siendo placentera, así no lo quisiera. Lourdes la vió marchar y se persignó esperando que de aquel contrato no hubiera secuelas irreparables, aunque estaba convencida de que nada saldría como era esperado. Su intuición no fallaba jamás y quería confiar en que todo sería diferente, pero había señales inequívocas para ella. El trayecto a Esmeralda se le hizo demasiado corto y cuando menos esperó estaba siendo recibida con un beso apasionado de su jefe. -Es un placer que estés aquí. Hoy tengo para ti una sorpresa y espero que la disfrutes- Le habló con un tono extrañamente bajo y misterioso -No me gustan las sorpresas- Quiso defenderse -Se que ésta te gustará. Deberías estar más relajada ahora que ya hemos pasado más tiempo juntos, pero pareces aún más nerviosa que la semana pasada, ¿A
Esmeralda respiraba agitada. Kenton parecía tener la forma ideal para hacerla perder la cordura por completo. No podía creer que él fuera capaz de conseguir que su cuerpo reaccionara del modo en el que lo hacía. -Si me miras así perderé el control- Murmuró con agitación abriendo las piernas temblorosas de ella de par en par -No hagas eso, ¿Cuánto más quieres avergonzarme?- Preguntó recobrando un poco de su vergüenza, intentando cubrirse -No tienes que cubrirte, de ninguna manera. Déjame hacerte sentir bien- Pidió comenzando a tocarla íntimamente con absoluta suavidad, pero eso no fue suficiente Sin más demora, Kenton dirigió su boca a aquella entrepierna que parecía llamarlo. Ella estaba tan mojada, dolorosamente excitada y aunque luchaba por apagar ese fuego que la quemaba por dentro no lo conseguía. Su vergüenza solo aplacaba un poco las sensaciones, pero que difícil era tenerlo a él acariciando cada punto y luego besándolo. -¿Vas a seguir resistiendote?- Le preguntó ba
Kenton la vió acostarse sola, cubrirse muy bien con la sábana y desviar la mirada con sus mejillas enrojecidas, estaba avergonzada. -¿Estás bien?- Elevó su rostro para que lo mirara -Esto no estaba en el contrato- Kenton la miró desconcertado -Tener relaciones estaba en el contrato, ¿Que es lo que no estaba?- Preguntó evidentemente confundido mientras repasaba los puntos de aquel documento en su mente -Que yo... haría cosas- Respondió aumentando el sonrojo de sus mejillas -Tienes razón en cierta manera. No había detalles de lo que haríamos y de lo que no. Apenas estoy conociéndote y tú estás aprendiendo de ti misma, ¿Cómo sabremos lo que te gusta si no lo probamos antes?- Ella evitó su mirada comprendiendo que él tenía razón -Tu interés es el de complacerte, yo no pedí nada de esto- Se defendió con un nuevo argumento -Tienes razón, no pediste nada, pero mi placer se obtiene de varias formas. Una de ellas está en verte y escucharte disfrutar; para que eso ocurra debe
Kenton no logró conciliar el sueño mientras que Esmeralda durmió plácidamente debido a la relajación que tener sexo le había otorgado, pero aún más por haberle dicho sus verdades a su jefe. Cuando Esmeralda despertó, lo hizo sola en la cama y se vistió con toda prisa. No quería que él de pronto quisiera tener sexo. La valentía con la que le había hablado se había esfumado. -Estuve pensando en lo que me dijiste - Entró a la habitación de repente mirando a Esmeralda ya vestida -¿Si? ¿Alguna conclusión interesante?- Le preguntó ella sin mostrarse intimidada -Mas de una para ser honesto. Sígueme- La guió fuera del cuarto y la llevó a la sala donde una bandeja con aperitivos esperaba por ellos, así como también una taza humeante de café -Mmm, se ve delicioso- Ignoró lo que dijo con total intención y más aún al ver la mesa. Tener sexo le abría el apetito -¿Tu quieres que Lourdes se quede sola llorando por el recuerdo de un hombre?- Le preguntó haciendo que ella lo viera disg
25 de Diciembre, 19:30 horas. Esmeralda bufaba cansada. Su hermana mayor era obsesiva con los detalles y esa noche estaba más insoportable que nunca. -Solo iré al hotel por mi premio y regresaré. No entiendo por qué debo arreglarme tanto- Se quejó, pero eso no detuvo a Lourdes en su tarea de embellecerla Usando un vestido verde a la altura de las rodillas y unos preciosos tacones negros, Esmeralda observó su imagen en el espejo. Se veía muy bella, pero lo creía excesivo. Dos días atrás, ella había resultado favorecida con uno de los tantos premios que la empresa donde llevaba ocho meses trabajando sorteaba cada año en esas fechas. Ella necesitaba el dinero y sentía que el premio que recibiera le ayudaría a salir de la catastrófica situación económica que atravesaba. Con mucho esmero, finalmente su hermana terminó por estar satisfecha con el resultado y luego de darle un abrigo largo que la protegiera del frío invierno la acompañó a la puerta de entrada. Allí la abrazó
25 de Diciembre 23:35 horas Esmeralda estaba de camino a su apartamento más que avergonzada. Aún en su mente persistía el recuerdo del grandísimo sorteo y lo emocionada que se sintió al ser una de las ganadoras. Ella había comenzado a trabajar en la compañía hacía menos de un año. Al comenzar el mes de diciembre los murmullos y la emoción de sus compañeros de trabajo eran constantes y no comprendía por qué. Samantha, una joven que trabajaba en su departamento de contabilidad le había explicado el por qué la emoción de todos. La empresa Gilmore siempre había destinado dinero a obras de caridad a favor de los niños desprotegidos y con enfermedades graves. Aunque tenían muchísimo dinero para varias vidas, también ayudaban a quien lo necesitara en varias ocasiones. El mes de diciembre era muy esperado por todos. Los sorteos que organizaba la empresa para premiar a los trabajadores por su compromiso y también para motivarlos a donar a obras benéficas eran estupendos. Kenton G