Esmeralda se confió en el sabor dulce de la champaña, ¿Cómo será despertar después de aquella noche y recordar como reclamaba por más y pedía sin vergüenza que no se detuviera? No olviden dejar sus comentarios, me ayudan muchísimo :)
Esmeralda esperaba que aquella vez no terminara. Su cuerpo, inusualmente se sentía ardiente, desesperado, anhelante y sensible, ¿Cuando había disfrutado tanto y hasta aclamado por más con desesperación? ¡Nunca! Kenton se sentía más que extasiado, profundamente excitado con lo ardiente que estaba Esmeralda esa noche. Él había pensado que jamás un momento así ocurriría, pero que placer haberse equivocado. Solo bastaba una dulce champaña para que su hermosa empleada dejara salir su verdadera naturaleza a la superficie y que hermosa había resultado. -Cuanto me gustas. No podría tener suficiente de ti- La miró profundamente a los ojos mientras retomaba sus profundos movimientos -Tenemos fecha para... terminar- Respondió entre gemidos. Sus ojos se ponían blancos al sentir como su orgasmo comenzaba a aproximarse- Así... No pares... por favor Kenton sintió una punzada de decepción y se recriminó a si mismo. Él mismo sabía que tenían fecha de caducidad, ¿Por qué tenía que importarle?
Kenton observaba a Esmeralda esperando que ella asumiera lo que había hecho sin sentir culpas. No había de que avergonzarse, ¿Por qué lo haría? Ella era una adulta y él también, además de muy discreto. -Ya pasó, no es como si pudiera retroceder el tiempo y comportarme decentemente- Dijo finalmente y Kenton sonrió -No existe la decencia en la habitación. Mientras que lo que hagamos sea consensual todo está permitido. Lo disfrutamos los dos. Te arrepientas o no, lo disfrutaste y lo sabes, ¿No sería más sensato arrepentirse si odiabas la experiencia?- Aquello la hizo pensar un momento -Creo que tienes razón- Concluyó finalmente con un intenso rubor cubriendo sus mejillas Lo que Esmeralda no se atrevió a decir fue que aquella noche había disfrutado más que las anteriores. Los orgasmos que había alcanzado la habían hecho vibrar completamente. Los dedos de sus pies se habían contraído y había sentido un fuego abrasador quemándola por dentro. No tenía que arrepentirse de nada, aun
Esmeralda, mientras estaba en la ducha recordaba con detalle todo lo que había hecho y como su cuerpo había reaccionado a los estímulos de Kenton. Se sentía avergonzada, por supuesto, pero había algo más... lo que había hecho eran pequeñas cosas que por su mente habían cruzado en alguna oportunidad y tan rápido como habían llegado las había pretendido olvidar. Recordar haber tenido cierta parte de la anatomía de Kenton en su boca... le resultaba excitante así que quisiera negarlo. Ella había logrado que alguien con tanta experiencia disfrutara al máximo y se estremeciera. No se había sentido como una inexperta. Además de eso, mientras él disfrutaba más, aún más crecía su propia excitación y se esforzaba por hacerlo aún mejor. La posición en la que él la había hecho colocarse era una que en sus cinco sentidos no haría. Eso la avergonzaba aún más que su propia osadía. Si le quedaba esperanza de que su jefe no conociera algún detalle de su vagina, al habérsela puesto a centímetros d
Esmeralda sentía una mayor relajación, aunque también varias molestias físicas por la intensa maratón de sexo a la que Kenton la había sometido. No es que tuviera quejas, en lo absoluto, solo que había comprendido que poder dejarse llevar lo motivaba mucho más. ¿Cuántas veces habían tenido relaciones estando justo a la mitad del contrato? No era capaz de contarlas así lo quisiera. Observó a Kenton mirarla fijamente y eso la puso bastante nerviosa. Tal vez creía que él quisiera hablar de lo que habían hecho y no estaba lista para eso. Aceptar para si misma que dejándose llevar había disfrutado mucho más era factible, pero asumirlo en voz alta no. Buscando aligerar el ambiente intentó bromear. -Así planeas que nos veamos más veces en la semana, ¿Pretendes que no camine?- Ella rió pretendiendo mostrar una relajación que estaba lejos de sentir -Tengo que disfrutarte. Tenemos el tiempo en contra y tú te niegas a continuar- Suspiró y la atrajo a sus brazos -Creo que intentar brom
Kenton sonreía perdido en sus pensamientos. Esmeralda era fantástica y única, ¿De que manera podría retenerla a su lado? La necesitaba. El vicepresidente y mejor amigo del CEO entró a la oficina sin golpear como era costumbre y notó que fue ignorado, o mejor dicho, no fue visto. Observó como Kenton extrañamente sonreía y no fue difícil adivinar quien sería el motivo porque la había visto marchar. Kenton volvió en si y no se molestó por ver allí a su mano derecha; estaba de excelente humor. -¿Tengo razón en lo que ví?- Le preguntó su amigo con una seriedad única -No se que fue lo que viste, ¿De que hablas? La reunión con el inversionista chino fue cancelada debido a que él aún no logró salir del aeropuerto. ¿No ves las noticias? Hubo inundaciones allí...- Fue callado con un ademán -Se lo que está sucediendo en China. Tengo que estar informado así como ya averigüé los daños patrimoniales que sufrió para saber si es viable o no seguirlo considerando para un futuro cercano,
Un nuevo fin de semana llegó y Kenton ya no podía soportar el deseo que albergaba por Esmeralda. Ella no sabía realmente si ir o no, porque sentía ciertas molestias en su zona abdominal, lo que anunciaba que su periodo llegaría pronto. Al revisar el calendario notó que probablemente en tres o cuatro días llegaría y por eso tomó un analgésico antes de irse. Kenton había enviado a un chofer y la dirección a la que fue dirigida fue a una de sus lujosas viviendas. Ella se sintió más tranquila de no tener que ir al cuarto de hotel, porque allí todo parecía subir de intensidad al punto de desconocerse a si misma. Kenton sentía que sus manos sudaban por la ansiedad, estaba impaciente. Cada noche después de haber estado en el hotel ella se había aparecido en sus sueños y desde entonces sufría erecciones matutinas que lo obligaban a masturbarse como un adolescente gimiendo su nombre al correrse. Al abrirse la puerta, él se aproximó deprisa para recibirla. Se obligó a calmarse, lo prime
Con suma lentitud los días transcurrían para Esmeralda que consideraba que su tiempo junto a Kenton parecían no tener final. A él le parecía que su tiempo juntos escapaba de sus manos; los días parecían ir muy deprisa y su ansia por retener a su hermosa empleada no hacía más que aumentar. Kenton buscaba la manera de poder continuar aquella aventura pasional junto a Esmeralda, aunque no sabía cómo lograrlo. Íntimamente la satisfacía de cada manera, además la trataba super bien, ¿Qué más le hacía falta? Durante una de las tantas noches solitarias, el empresario tuvo un sueño que cambiaría más de una vida. En su mente aquello estaba mal, pero estaba seguro de hacer lo que fuera con tal de conservar a Esmeralda a su lado. Tal vez si lo hubiese hablado con su amigo él le habría quitado la idea de la mente dándole buenos consejos, pero no lo hizo. (.....) El día previo a un nuevo fin de semana juntos, Kenton fue a visitar a Dylan. El niño lo había llamado quitándole el teléfono a
Dos días antes... Lourdes se vistió rápidamente. Ser madre soltera no era una tarea facil y más teniendo en consideración la edad de su hijo más pequeño. Ella había bañado y arreglado prolijamente a sus niños, mientras que ella se había vestido de forma sencilla y amarrado su cabello en una coleta simple. Normalmente, Lourdes revisaba su billetera para comprobar que tenía dinero y todo lo que necesitaba. Le había ocurrido cuando Dylan era más pequeño, que él había quitado todo el contenido de su bolso y al ir a comprar había descubierto que no tenía dinero ni sus documentos; debiendo así dejar toda la compra y volver a casa. Después de aquel suceso, ella siempre revisaba todo minuciosamente. Aún en el apartamento había mercadería por montones, pero Dylan deseaba comer unos bocaditos de pescado que vendían en el supermercado que estaba cerca. Gracias a la compra tan generosa de Kenton, ella había logrado ahorrar bastante dinero y le apetecía poder comprar algunas cosas que norma