Al parecer estos dos empezaron con el pie izquierdo. ¿Será esta la última visita a ese apartamento o por diferentes circunstancias debería seguir frecuentando esa dirección? No olviden dejar sus comentarios
Lourdes miraba desde la distancia que aquel invitado indeseado seguía cómodamente trabajando en su sala tal como si fuera su propia oficina. Para ella era un descarado, ¿Qué persona en su sano juicio se quedaba en un lugar donde no fue invitado? Dylan fue a continuar su merienda y la llamó, por lo que fue a ocupar el lugar que le correspondía en la mesa. Previamente a eso, pasó con total intención por el lado del ejecutivo y fingió pisarlo sin querer. -Fíjate por dónde caminas- Gruñó adolorido -Diría que lo lamento pero no es verdad- Lo miró desafiante Kenton y Esmeralda cruzaron miradas desconcertadas debido al comportamiento de esos dos. -Kenton, ¿Recuerdas que me dijiste que podía pedirte lo que necesitara?- Dylan pensaba en hacerle un pedido especial al admirador de su tía -¿Necesitas algo?- Sonrió con simpatía hacia el niño que con esos ojitos podría convencerlo de lo que quisiera -¿Puedes comprarme los globos grandes que venden en el supermercado? Él sabe cual
Alvarito estaba en los brazos del vicepresidente y jugaba con su corbata. La estiraba amenazando ahorcarlo, pero ¿Quien podría culparlo? Los colores llamaban su atención. -Debería tirar más fuerte- Comentó Lourdes sin quererlo en voz alta e hizo que él elevara una de sus cejas -¿Sabes cuántas cosas se pueden hacer con una corbata?- Se acercó a ella que ya se había puesto la blusa -Ahorcarte es una- Cruzó sus brazos y él notó como sus pechos se juntaban aún más -Atar tus manos para desnudarte y hacerte de todo es un mejor uso- Abrió sus labios indignada -Eres un degenerado. Te quiero fuera de mi casa- Se acercó a él y le habló con firmeza esperando que él notara que hablaba en serio -Apasionado, creativo... son palabras que mejor me definen. ¿Eres una mujer libre o tienes a alguien?- No pudo contener la pregunta -Jamás estaré sola, tengo a Dylan y Alvarito- Fue a la sala y él la siguió observando su trasero -¿Tienes un hombre?- Preguntó más que interesado -Eso n
El vicepresidente seguía intentando poner aún más nerviosa a Lourdes. Él no se alegraba de los motivos de su prolongada soltería, pero creía que al tener una abstinencia tan larga sería aún mejor y más placentero llevarla a la cama. Su tamaño, del cual estaba muy orgulloso, sería imposible que no la complaciera y la dejara anhelante de más. -Kenton, ¿Te dije que conseguí el Ferrari para mí colección miniatura?- Le dijo a su amigo que lo miró extrañado -¿El que buscaste por meses?- Preguntó -Ese mismo. Tengo todos los coleccionables de Ferrari- Dijo orgulloso mirando de reojo a Dylan -¿Coleccionas autitos?- El niño se interesó y él internamente sonrió -Desde hace años. Tengo una colección bastante grande, ¿Te gustaría verla?- Lourdes lo pellizcó justo en la pierna y él la detuvo de inmediato -¿Puedo ir?- A Dylan le brillaban sus ojos de emoción -Tengo una habitación con algunas pistas. Te las mostraré, ¿Te gustaría ir mañana? Yo paso a recogerlos y los invito a cena
Lourdes debió reconocer que aquel ejecutivo poderoso y adinerado había dejado su cocina inmaculada. No solamente había lavado los platos, sino que también había limpiado más de lo debido y en poco tiempo. -Fue una noche estupenda, pero es hora de irme. Quiero estar descansado para enseñarle a este niño mis juguetes- le guiñó un ojo a Dylan -Ya quiero que sea mañana- Dijo el pequeño con emoción -También yo. No recibo muchas visitas, pero será estupendo que pasen el día conmigo. Muchas gracias por la invitación Lourdes- Le dió un beso en la mano y se retiró Kenton sabía que se avecinaban problemas. Si Esmeralda le había resultado difícil, no creía equivocarse al pensar que Lourdes sería un reto cien veces peor. -¿Siempre tu amigo es tan estúpido?- Lourdes se dirigió a Kenton -No realmente. Tiene un gran sentido del humor, eso es indiscutible. Muchas veces me saca de quicio, pero no es una mala persona. Nunca lo rechazaron, creo que eso es un reto para él- Analizó la sit
Lourdes miraba al ejecutivo sentado sobre la mullida alfombra jugando junto a Dylan en las pistas enormes e intrincadas que había en esa habitación. Solo ver la sonrisa de su hijo hizo que creyera de que había valido la pena ir allí, pese a la incomodidad que le generaba. -¡Gané!- Gritó Dylan y agitó sus manos a modo de celebración -No me lo puedo creer- El empresario estaba sorprendido porque su coche se había salido de la pista otorgándole una considerable ventaja a Dylan -No puedes ser bueno en todo- Lourdes comentó mordaz e hizo silencio al ver la sonrisa maliciosa de ese hombre que le crispaba los nervios -Tengo muchos talentos. Con gusto te los mostraría- Le guiñó el ojo haciéndole saber la doble intención que escondían sus palabras -Ya te lo dije y lo repito, estoy bien con mis dos hombrecitos- Mordió su labio para contener la rabia -Lo entiendo perfectamente, pero además de madre eres mujer, ¿Tienes a alguien que cumpla como el hombre que necesitas al menos de
El vicepresidente le preguntó a su invitada si le apetecía beber una copa. No había mucho que hacer. Entendía perfectamente que ella quería irse, pero la lluvia caía de manera torrencial y no era recomendable salir con dos niños pequeños de esa manera. La preocupación de él también llegaba al entender que en la zona donde ella vivía existían muchas calles que se inundaban con la lluvia. -No voy a beber para acostarme contigo- Dijo a la defensiva y él sintió profunda molestia -¿Crees que necesito emborracharte para llevarte a la cama? Qué equivocada estás- Se puso frente a ella y se acercó tanto que sus alientos se mezclaron- Cuando lo hagas, porque se que sucederá, será porque me deseas sin siquiera haber bebido una gota de alcohol -No confío en ti- Quiso justificarse -Me alegra que me lo recuerdes cada cinco minutos. ¿Sabes por qué te ofrecí una copa?- Ella negó- Para que te relajes un poco. Si aún no sucedió, las calles cercanas adónde vives tienen que estar inundándose.
Lourdes sentía como su autocontrol la abandonaba gradualmente. ¿Cuánto hacía que no recibía un beso de un hombre? Aún recordaba el último y las últimas palabras que había hablado con el padre de sus hijos. Lo que ese ejecutivo la hacía sentir era algo que creía que había muerto hacía mucho tiempo. Cuando ella sintió una mano ascendiendo hacia su pecho fue cuando ella lo apartó tan fuerte que lo tiró al suelo. Realmente estaba nerviosa. -Espera, creí que estábamos bien- Se levantó confundido y la tomó del brazo cuando ella quiso ir al cuarto donde dormían sus hijos -No te dije que me besaras. Me agarraste del cabello, ¿Cómo esperabas que me alejara? No tuve oportunidad- Reclamó diciendo parte de la verdad, porque lo que jamás admitiría era que disfrutó el beso por el tiempo que duró -Pudiste morderme o empujarme igual. Además me correspondiste. No puedo creer que no seas capaz de reconocerlo cuando los dos sabemos que es así- Reclamó manteniendo la calma para evitar que h
Lourdes no podía creer lo que su hermana le había dicho, ¿Debía probar a ver qué sucedía? Él iba demasiado rápido y apenas acababa de conocerlo. Comprendía los Reels que había leído sobre los hombres de más de treinta años sobre que no andaban con juegos e iban por todo. Mientras los veía reía pero al conocer a alguien así se dió cuenta de que no solamente fueron creados para entretener, sino que contenían verdades. Dormir en una cama tan cómoda aunque no fuera la suya no fue muy difícil, pero que su mente estuviese relajada y pudiera proporcionarle un sueño "normal" eso era más que imposible. Veía al empresario allí, a punto de besarla, teniéndola atada con su corbata y fue ahí cuando despertó sobresaltada. "-Tengo que dejar de escucharlo o voy a volverme loca"- Se repitió mentalmente, pero aún así tenía el presentimiento de que esos sueños serían algo recurrente Volver a dormir fue un reto y tal vez por el cansancio junto al estrés de la situación especial en la que se encon