Hola chicas perdón por la demora. Cómo saben estoy con problemas personales bastante serios. Ayer fui notificada de una denuncia falsa y hace tres días de algo que hizo su hermana en mi contra. Espero que todo se calme pronto y que mi vida vuelva a la normalidad. Espero que les guste el capítulo :)
Esmeralda se preparaba para ir a casa de Kenton. Estaba motivada porque ya había llegado a la quinta semana desde que había comenzado el contrato sexual. En la que sería su cuarta semana juntos, ella tuvo su periodo y por eso no debió verlo, logrando así descansar. Lourdes observaba a su hermana con el paso de los días y también evitaba hacerle preguntas sobre lo que con Kenton ocurría. Ella esperaba que fuera Esmeralda quien le dijera algo que la agobiaba o al menos las dudas que pudiera tener. -Será el quinto fin de semana, ¿Cómo estás con eso?- Le preguntó mientras cogía su abrigo -El tiempo pasará rápido. Él me desagrada solamente cuando habla, así que mientras se mantenga en silencio todo estará bien- Bromeó intentando tranquilizar a Lourdes -Quisiera decirte que te creo, ¿Sabes? Pero... no sé... hay cosas que me causan inquietud- Dijo más que convencida -Todo estará bien. No debes preocuparte por nada. Soy una adulta y él no me lastima ni me maltrata. Es hora de ir
Esmeralda miró a Kenton con cierta extrañeza. Ella sabía bien los motivos que lo habían llevado a querer estar en la habitación de hotel donde ella lo rechazó al ganar aquel sorteo. Lo que no comprendía era por qué quiso ir nuevamente. -No preguntaré que hacemos aquí porque sería estúpido, pero creo que tengo derecho a una pregunta- Lo miró casi sin pestañear -No debes pedirme permiso para preguntar lo que desees- Fue claro al respecto -¿Por qué todo esto?- Abrió sus brazos señalando la decoración de la habitación- ¿No es algo así lo que hacen para una luna de miel o noche especial entre parejas? -Quería tener un detalle contigo, pero tranquila que no se oculta nada romántico detrás de mis intenciones- Aseguró y ella soltó el aire contenido Esmeralda sabía que Kenton deseaba continuar cuando acabara aquel contrato, pero... ¿Por qué querría hacer algo así? Además ya tenía a su vampiro de plástico con quién quitarse las ganas, quien seguramente tenía mucha más experiencia y
Esmeralda esperaba que aquella vez no terminara. Su cuerpo, inusualmente se sentía ardiente, desesperado, anhelante y sensible, ¿Cuando había disfrutado tanto y hasta aclamado por más con desesperación? ¡Nunca! Kenton se sentía más que extasiado, profundamente excitado con lo ardiente que estaba Esmeralda esa noche. Él había pensado que jamás un momento así ocurriría, pero que placer haberse equivocado. Solo bastaba una dulce champaña para que su hermosa empleada dejara salir su verdadera naturaleza a la superficie y que hermosa había resultado. -Cuanto me gustas. No podría tener suficiente de ti- La miró profundamente a los ojos mientras retomaba sus profundos movimientos -Tenemos fecha para... terminar- Respondió entre gemidos. Sus ojos se ponían blancos al sentir como su orgasmo comenzaba a aproximarse- Así... No pares... por favor Kenton sintió una punzada de decepción y se recriminó a si mismo. Él mismo sabía que tenían fecha de caducidad, ¿Por qué tenía que importarle?
Kenton observaba a Esmeralda esperando que ella asumiera lo que había hecho sin sentir culpas. No había de que avergonzarse, ¿Por qué lo haría? Ella era una adulta y él también, además de muy discreto. -Ya pasó, no es como si pudiera retroceder el tiempo y comportarme decentemente- Dijo finalmente y Kenton sonrió -No existe la decencia en la habitación. Mientras que lo que hagamos sea consensual todo está permitido. Lo disfrutamos los dos. Te arrepientas o no, lo disfrutaste y lo sabes, ¿No sería más sensato arrepentirse si odiabas la experiencia?- Aquello la hizo pensar un momento -Creo que tienes razón- Concluyó finalmente con un intenso rubor cubriendo sus mejillas Lo que Esmeralda no se atrevió a decir fue que aquella noche había disfrutado más que las anteriores. Los orgasmos que había alcanzado la habían hecho vibrar completamente. Los dedos de sus pies se habían contraído y había sentido un fuego abrasador quemándola por dentro. No tenía que arrepentirse de nada, aun
Esmeralda, mientras estaba en la ducha recordaba con detalle todo lo que había hecho y como su cuerpo había reaccionado a los estímulos de Kenton. Se sentía avergonzada, por supuesto, pero había algo más... lo que había hecho eran pequeñas cosas que por su mente habían cruzado en alguna oportunidad y tan rápido como habían llegado las había pretendido olvidar. Recordar haber tenido cierta parte de la anatomía de Kenton en su boca... le resultaba excitante así que quisiera negarlo. Ella había logrado que alguien con tanta experiencia disfrutara al máximo y se estremeciera. No se había sentido como una inexperta. Además de eso, mientras él disfrutaba más, aún más crecía su propia excitación y se esforzaba por hacerlo aún mejor. La posición en la que él la había hecho colocarse era una que en sus cinco sentidos no haría. Eso la avergonzaba aún más que su propia osadía. Si le quedaba esperanza de que su jefe no conociera algún detalle de su vagina, al habérsela puesto a centímetros d
Esmeralda sentía una mayor relajación, aunque también varias molestias físicas por la intensa maratón de sexo a la que Kenton la había sometido. No es que tuviera quejas, en lo absoluto, solo que había comprendido que poder dejarse llevar lo motivaba mucho más. ¿Cuántas veces habían tenido relaciones estando justo a la mitad del contrato? No era capaz de contarlas así lo quisiera. Observó a Kenton mirarla fijamente y eso la puso bastante nerviosa. Tal vez creía que él quisiera hablar de lo que habían hecho y no estaba lista para eso. Aceptar para si misma que dejándose llevar había disfrutado mucho más era factible, pero asumirlo en voz alta no. Buscando aligerar el ambiente intentó bromear. -Así planeas que nos veamos más veces en la semana, ¿Pretendes que no camine?- Ella rió pretendiendo mostrar una relajación que estaba lejos de sentir -Tengo que disfrutarte. Tenemos el tiempo en contra y tú te niegas a continuar- Suspiró y la atrajo a sus brazos -Creo que intentar brom
Kenton sonreía perdido en sus pensamientos. Esmeralda era fantástica y única, ¿De que manera podría retenerla a su lado? La necesitaba. El vicepresidente y mejor amigo del CEO entró a la oficina sin golpear como era costumbre y notó que fue ignorado, o mejor dicho, no fue visto. Observó como Kenton extrañamente sonreía y no fue difícil adivinar quien sería el motivo porque la había visto marchar. Kenton volvió en si y no se molestó por ver allí a su mano derecha; estaba de excelente humor. -¿Tengo razón en lo que ví?- Le preguntó su amigo con una seriedad única -No se que fue lo que viste, ¿De que hablas? La reunión con el inversionista chino fue cancelada debido a que él aún no logró salir del aeropuerto. ¿No ves las noticias? Hubo inundaciones allí...- Fue callado con un ademán -Se lo que está sucediendo en China. Tengo que estar informado así como ya averigüé los daños patrimoniales que sufrió para saber si es viable o no seguirlo considerando para un futuro cercano,
Un nuevo fin de semana llegó y Kenton ya no podía soportar el deseo que albergaba por Esmeralda. Ella no sabía realmente si ir o no, porque sentía ciertas molestias en su zona abdominal, lo que anunciaba que su periodo llegaría pronto. Al revisar el calendario notó que probablemente en tres o cuatro días llegaría y por eso tomó un analgésico antes de irse. Kenton había enviado a un chofer y la dirección a la que fue dirigida fue a una de sus lujosas viviendas. Ella se sintió más tranquila de no tener que ir al cuarto de hotel, porque allí todo parecía subir de intensidad al punto de desconocerse a si misma. Kenton sentía que sus manos sudaban por la ansiedad, estaba impaciente. Cada noche después de haber estado en el hotel ella se había aparecido en sus sueños y desde entonces sufría erecciones matutinas que lo obligaban a masturbarse como un adolescente gimiendo su nombre al correrse. Al abrirse la puerta, él se aproximó deprisa para recibirla. Se obligó a calmarse, lo prime