—¡Madre!— gimió Victoria frustrada, ella no había tardado ni un día, en llevarle la noticia a su esposo. —¿Cómo fuiste capaz?, ¡me traicionaste!—Me juré que no permitiría que arruinaras tu vida, y eso trato cariño. Deben hablar. —Sera mejor que nosotros los dejemos a solas— Ellen sonrió a Brailon y luego a su hija, animandolos. Luego, se marchó junto a su esposo. —Será mejor que nos sentemos, Victoria. —No se tú, pero yo estoy muy bien así. —Siempre tan testaruda. Estoy muy feliz por al noticia, seremos padres, Victoria. Estoy muy, muy feliz. Ahora que estás embarazada, debemos reestructurar nuestras vidas, pensar mejor las cosas. —Estar embarazada, no cambia las cosas, Brailon. —Por supuesto que sí. Vamos a ser padres, debemos estar juntos en esto. —¿Y Julieta?, ¿ y mi padre?, ¿y todo lo que hemos vivido?—Julieta no está embarazada, la confronté y admitió que lo hizo para molestarte y generarte celos Ya le he dejado claro que no la amo y nunca lo haré. En cuánto a tu padre,
—Esto debe ser una broma— la miró confundido. Julieta se metió a la cama.—Ven a mi, Brailon, ésta será nuestra noche, Dame un hijo, mi amor. —Has perdido el juicio, mujer. Sal de mi habitación. —Te estoy dando una oportunidad. Ven a la cama conmigo — dijo con voz tensa. —¿Estás loca?, ¡Sal ahora mismo!, Mañana te irás de esta casa Julieta, estás despedida — Julieta frunció el ceño, completamente enojada por la actitud de él. —¡Vete!— Julieta comenzó a temblar de ira, salió de la cama y lo miró directamente a los ojos. —¿Es muy difícil darme lo que pido?—Lo es, es absurdo. Siempre he sido bueno y considerado contigo, y en más d una ocasión has cruzado la línea, ya basta Julieta, es hora de que esto acabe de una vez. —Tienes razón, vas a pagar todas y cada una de las humillaciones que me has hecho, vas a pagar cada uno de tus rechazos. — Julieta con destreza y en un rápido movimiento levantó la almohada y saco un arma, para apuntarlo con ella.—¿De dónde rayos has sacado eso?— la
Victoria se acercó a la cama con paso firme, cuando llegó hasta él, le tomó la mano y la besó.—Brailon, mi amor... sé que me escuchas, cariño... te amo, te amo muchísimo y te necesito, tu hijo también te necesita, no puedes dejarnos amor, estaríamos perdidos sin ti. No nos abandones, por favor, debemos estar juntos .. yo no puedo, no puedo vivir sin ti. Te amo Brailon McCloskey y si me dejas, si tú me dejas... no podre soportarlo — se deshizo en llanto. Esperó pero no hubo respuesta, ni esa vez, ni las próximas veces, y aquello comenzaba a desesperarle, no estaba segura si realmente el le escuchaba, de hecho, comenzaba a dudarlo. —¡Ayúdeme doctor!— lloró ella un dia— no lo deje morir, así él quiera, no lo deje morir.— y aquel día, su corazón recuperó la paz, cuando estando juntos a él, con el médico intentando darle fuerzas, escuchó un susurro. —Vic...toria...— fue leve, pero lo suficiente como para ser escuchado— Victor...ia...—Ha dicho algo— dijo el médico y ambos se acercaron a
Un año y medio... había transcurrido un año y medio, lleno de felicidad, de buenos momentos, de la alegria constante que de amar y ser amado. Ahora había llegado el día más esperado por ellos, el día de ratificar su amor ante Dios... Victoria se miró al espejo y sonrió ante el recuerdo...Se hallaba en la cama con su esposo, envuelta por sus brazos, recuperando la respiración después de una ardua sesión de pasión, cuando Brailon le dijo; —¡Casate conmigo!— aquello le había ocasionado mucha gracias a Victoria, porque no comprendía el trasfondo de aquella frase. —¿Has olvidado acaso que ya soy tu esposa?— le dijo riendo. —Lo sé pero, déjame jurarte ante Dios que voy a amarte por lo que me quede de vida. Me debes una boda, pero una boda de verdad, quiero una boda enorme, flores en todo el jardín, quiero un gran banquete, un cura, un coro, centenas de invitados, todo, todo en grande, gritarle al mundo que soy muy feliz de tenerte. —Oh, ¿así que una boda por la iglesia?, nunca pensé q
Victoria atravesó la verja que le daba acceso a su casa, mejor dicho, a la casa de sus padres, en cuanto se estacionó, observó un hermosos convertible negro, estacionando justo en la puerta, ¿Quién podría estar en casa visitando a sus padres?, lo curioso es que no lo conocía. Al entrar a la casa, de topó con Nancy, la señora del servicio. —Niña Victoria, bienvenida a casa. —Querida Nancy—le sonrió amablemente— he visto un auto afuera.—Su padre está reunido con un jóven en el despacho. —¿Un jóven?, ?Sabes de quién se trata?—Segun recuerdo, dijo apedillarse McCloskey. —McCloskey... ¿Dónde está mi madre?—La señora está en la cocina, insistió en preparar ella misma el café para el invitado. —Muchas gracias, Nancy— le sonrió a la mujer antes de marcharse en dirección a la cocina, su madre ya tenía la bandeja preparada. —Hola, Madre.—Cariño—Ellen Comway la abrazó, proporcionándole un beso en la mejilla derecha—llegas temprano. —Si. He visto un auto afuera, Nancy me ha dicho que p
Victoria creyó escuchar mal, rogó por haber escuchado mal. —¿A mí?— preguntó sin aliento.—A ti—asintió él — te Vi por primer vez en una fiesta en casa de los Webber, y aunque no fuimos presentados, supe que algún día volvería a verte. —No... No le entiendo —No Victoria, no hables con este hombre, vete de aquí. —Es muy fácil, le daré a tu padre todo el tiempo que necesita para ponerse al día conmigo, de hecho, podrá cancelar me en pequeñas cuotas, sin más interés, sin lapsos, sin presiones. Siempre y cuando...—¿Siempre y cuando qué?—Te cases conmigo.— declaró tranquilamente. —¿Está usted loco?—preguntó aturdida— yo no puedo casarme con usted. —Si puedes, el trato es sencillo; te casas conmigo, tu padre tiene todo el tiempo que necesite para pagarme y solo podremos divorciarnos cuando Comway haya pagado la totalidad de la deuda. —¡Es una locura!— gimió Antonio. —¡Debe estar bromeando!— gimió Victoria. —No estoy de acuerdo—dijo el padre— no dejaré que uses a mi hija como gara
Conteniendo sus emociones, lo miró de la manera más fría posible. —¿Debería dar las gracias ó gritar de histeria?—Supongo que lo primero, después de todo es un cumplido. —Vaya—dijo sarcástica—Muchas gracias. —No deberías estar siempre a la defensiva, aunque debo reconocer que te ves hermosa y tentadora cuando te enfadas. —Soy la mujer más feliz del mundo por recibir tantos halagos del mismísimo Brailon Mccloskey. —Deja el cinismo, querida. La verdad es que si, muchas estarían felices de estar en tu lugar. —¡Eres un infeliz arrogante!— le dijo enojada, y se sorprendió cuando él dejó escapar una fuerte carcajada, que por un instante logró hacerla encogerse en su asiento, pero instantes después, logrando reponerse, enderezó la espalda con actitud desafiante. —¿Así que soy un arrogante?—Exactamente. ¿Por qué no te quedas con una de esas desesperadas por obtener atención tuya, y me dejas en paz?—¿Realmente es eso lo que te gustaría?—¡Si!—Si hago eso, Antonio pierde su oportunid
—Hija, no sé por qué presiento que te has apresurado con este matrimonio. —Nada de eso, mamá, sé perfectamente lo que hago. Mi matrimonio con Brailon es, la mejor decisión que pude tomar.—No suenas como suena novia muy feliz—su madre la miró con preocupación. —No trates de confundirme, madre. Te agradó Brailon desde que lo viste. —Si, pero...—Mamá, por favor...—De acuerdo—suspiró la mujer—solo quiero que seas feliz. "Este matrimonio no puede hacerme feliz porque no es lo que quiero, porque no conozco a ese hombre despiadado que intenta vengarse, pero no sé de qué"—Seré muy feliz, madre—mintió mientras le sonreía—Brailon es... el hombre de mis sueños. —"De mis pesadillas" quiso decir, aunque había Sido su crush y había fantaseado con conocerlo, ser su novia y a la larga ser su esposa, nunca imagino que el pudiese ser tan cruel... una garantía, una moneda de cambio, eso es lo que era para él. —Apresuremonos tesoro, el novio está esperando. El matrimonio fue sencillo, tal y com