Aunque a Martín no le convenció la idea de que me quedará a pasar la noche no tuvo más opción que irse, sabía bien que esto era obra de la doctora que me había checado, ella se coló en mi cuarto una vez que estuve sola y me sonrió.

_ Disculpa por no haberme presentado antes, soy la tía de Martín _ me sorprendí _ no es lo que piensas, fui buena amiga de su padre, no lo soy de sangre pero sí de corazón. Llegué a conocer a Joy tan bien que sabía de lo que era capaz y lo que no, créeme que lo que me dices que te hizo tu marido te lo creo porque ya vi ese comportamiento en mi difunto amigo.

_ ¿Qué ha dicho? ¿Acaso el padre de Martín era igual que él? Cuando lo conocí jamás dijo mucho de su familia, lo único era que venía de padres divorciados y que ambos habían fallecido hace cierto tiempo.

_ Joy no se encuentra muerto _ la doctora bajó la cabeza _ él se encuentra en un psiquiátrico cumpliendo una condena, hay alguien que te puede contar mejor las cosas que yo, espera un momento por favor.