Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Pietro vio a Celeste desde la puerta, permaneció parado en el marco de la puerta por un momento, era noche, estaba agotado, así que lentamente se acercó, no sabía bien qué decir o hacer, para su fortuna ella estaba dormida y a espaldas de la puerta.El hombre caminó hacia ella, inicialmente pensaba en despertarla y hablar largo y tendido, pero, algo hizo que cambiara de opinión. Un peculiar aroma llamó su atención, toda la que, supuestamente, era su habitación, estaba impregnada de un delicioso aroma a rosas, que curiosamente lo relajó.Pietro, sin pensarlo, se quitó los zapatos y el abrigo, luego con sumo cuidado subió a la cama, él no entendía por qué, pero extrañamente sintió ganas de estar a su lado.Tan pronto como subió a la cama, se acercó al diminuto cuerpo de Celeste, hundió su nariz en el espeso cabello de la chica, su nariz tocó la nuca de la chica, haciendo que ella despertara, uno de sus brazos rodeó su cintura, envolviendo con él, la creciente barriguita de embarazada.Ce
Tras esa breve charla, Pietro abrazó a Celeste, ella pudo sentir el calor que emanaba el hombre, cuando, con sus fuertes brazos, terminó envolviéndola, era extraño, hacía muchos meses, que no sentía nada de ello.Aunque bien debía reconocer que el hombre que tenía abrazándole, era completamente diferente al hombre que ella recordaba, su calor, su manera de hacer las cosas, todo él, le parecía tan ajeno a lo que ella ya conocía, pero, una parte de ella sabía que ahí estaba su Pietro.A la mañana siguiente, cuando Celeste se despertó, Pietro ya no estaba en la habitación, eran más de las 10:00 am, la razón de despertar era que su estómago rugía de hambre, se había quedado profundamente dormida ayer y hoy de igual manera, parecía que la presencia de Pietro, la relajaba y provocaba que descansara mejor, olvidándose de comer.Luego de analizar un poco la conversación de horas antes, se levantó, tomó un baño y su intención era salir en búsqueda de alimento, pero, cuando salió del baño, Pietr
En el camino, tal como Pietro lo había dicho, se detuvo en una pastelería y compró un pastel de queso con frutos rojos, luego pasó por fresas y bayas, eso le serviría a Celeste para soportar el camino. Él, por su lado, solo llevaba café, que increíblemente, a pesar de ser el café que siempre recordaba tomar, no le sabía tan bien.- Pietro, ¿No crees que deberías descansar un poco? Apenas ayer saliste del hospital y ya estamos camino a no sé dónde, conduces como si nada hubiera ocurrido. – Dijo Celeste preocupada.- Celeste, sé que el hombre o la versión que conociste de mí es otra, pero si de algo puedo estar seguro es que, por más que lo intente, mientras pueda caminar y moverme libremente, nunca me quedaré quieto, ya fue más de un mes estando en ese espantoso lugar, así que es momento de recuperar mi vida.- Está bien… Y ¿A dónde vamos a ir?- La ciudad se llama Gaeta, ahí está mi casa, Quedé de verme con mi abogado ahí, así que tenemos hora y media para llegar, yo creo que llevamos
- Cuéntame más sobre nosotros… - Dijo Pietro mientras conducía.Celeste lo quedó viendo atónita, pero, entendía que Pietro estaba intentando enlazar sus recuerdos. Ella contó todo lo que habían vivido en Italia y Eslovenia, muchas de las cosas que vivió a su lado, le generaban ciertas emociones que iban desde amor, cariño, hasta el extremo de tristeza o ansiedad.- ¿Qué sucede? – dijo Pietro cuando vio cómo ella cambió el semblante tranquilo a uno más reservadoElla tomó aire y suspiró, con ese suspiro, pretendía dejar salir el nudo en la garganta que llevaba cargando desde que salió de la casa de Pietro en Eslovenia, cuando supuestamente ella pensaba en abandonarlo.- Nada. – Respondió Celeste de manera cortante.- ¿Estás completamente segura? – Dijo Pietro alzando una ceja y haciendo a un lado el auto para detenerse en el camino.Luego de ello, bajó del auto, lo rodeó y abrió la puerta del lado de Celeste, le extendió una mano y la hizo bajar del auto.Era claro que Celeste intentaba
Luego de unas horas en carretera, finalmente Pietro y Celeste, llegaron a Gaeta, ya los esperaba el abogado Rizzo.- Hola, Darío… - dijo Pietro al ver al hombre, el cual lucía un poco mayor.Pietro aún no se acostumbraba a ver a todas las personas que conocía con otra apariencia, así que cada vez que veía a alguien, se sorprendía de cómo habían pasado los años sobre ellos.- Señor Pellegrini, tengo lo que me solicito… La casa, aunque me costó, el señor Barzinni terminó aceptando la oferta y me la vendió, la he puesto a nombre de Paloma Barzinni tal como lo pidió, ¿Qué necesita?- ¿Ella ya lo sabe? – Pregunto Pietro con curiosidad?- ¡No! Todo esto saldría a la luz hasta su muerte…- Bien, quiero saber si ¿Podría tomar posesión de ella? ¿Podría vivir en ella ahora mismo?- ¡Sí! Técnicamente, es suya, de hecho, aquí está la llave, la traje por si la pedía.- ¡Muy bien, Darío! Pues eso era todo lo que necesitaba revisar contigo, sin más por el momento, no te quito tu tiempo.- Para nada,
Ven, vamos a sentarnos aquí. – Dijo Pietro mientras la ayudaba a sentarse en el pasto frente al acantilado.- Creo que aún puedo… - Dijo Celeste mientras se acomodaba.- ¿Segura?- Sí…- Supongo que a estas alturas sabes a lo que me dedicaba anteriormente, ¿verdad? – Dijo Pietro con voz llena de resignación.- Sí… - Dijo Celeste con un poco de nervios.- ¿No te da miedo? ¿No has pensado en ello y los bebés? – Preguntó Pietro con nervios.- Pietro, eso fue hace mucho tiempo y tú eras demasiado joven, eso ya está en el pasado y es lo importante. Además de que también sé que no era tu lucha, era la de alguien más…- Sé que suena ridículo, pero yo lo siento como si hubiera ocurrido ayer, esa m*****a sensación es la que me tiene así…- ¿Cómo?- Inquieto… No me deja en paz, es una sensación de pérdida, es como si alguien se hubiera ido, aquí… - Dice Pietro mientras señala con el puño su pecho. – Aquí siento un dolor asfixiante, un dolor como cuando mi madre murió, un dolor permanente, no es
Pietro recorrió el cuerpo de quien sería su esposa, sus manos, al recorrer su cuerpo, sentían como si increíblemente reconocieran cada parte de la chica, tratando de ser lo más cuidadoso posible, la hizo suya, no supo en qué momento, ni cómo, pero él se había quitado su ropa. Sentir el calor con el que era envuelto su miembro, era una placentera sensación, él sentía como si fuese la primera vez que estaba con ella, la miraba, la besaba y sabía que, a partir de ahora, su vida no sería igual, pero lo aceptaba con gusto.Ella, por su parte, realmente se encontraba absorta en él, en esa mirada, en esos ojos cargados de deseo, en aquellas manos al recorrer su cuerpo, Pietro era sumamente cuidadoso con ella, ella podía sentir cómo su nariz se perdía en su cuello, era como si quisiera grabarse en su mente su aroma.De pronto, ella estaba pegada al respaldo de la cama, podía sentir cada embestida que él le daba, podía sentir cómo él probaba de su piel, cómo él se perdía en su nuca, en su cuell
La noche paso rápidamente entre besos y caricias, Pietro olfateaba el cuerpo de Celeste, su aroma a rosas le ofrecía mucha tranquilidad, abrazarla y sentir el movimiento de sus hijos de vez en cuando, le hacía sentir una extraña punzada en el pecho, no era dolor, no era angustia, era otra cosa muy parecida a la felicidad y orgullo.Los primeros rayos del sol se colaron a través de las cortinas, la mañana lucía dorada, Pietro tenía sobre su pecho a Celeste, acariciaba con delicadeza su espalda, su cabello rizado estaba más alborotado que de costumbre, un movimiento en el vientre de Celeste lo despertó.Cuidadosamente, colocó a Celeste en la almohada, la admiraba, acariciaba su vientre, siempre pendiente del movimiento de este, sonreía cuando veía cómo se movía su piel, esos bebés se notaba estaban causando estragos ahí dentro, era seguro que ambos peleaban por un poco de espacio.Mientras tenía su mano en el vientre, aquellos pequeñines se movieron con más ímpetu, tal parecía que ellos