Estimadas lectoras y lectores Este primer vals junto con el baile bien cargado de momentos dignos de recordar para cada uno de nuestros amados personajes.
Luego de algunas piezas de baile aquí y algunas por ahí, la feliz pareja salió de aquella fiesta camino a lo que sería su luna de miel, en donde una sorpresa especialmente preparada por Aldo le esperaba a su ahora esposa ante todos.Entre aplausos, felicitaciones y buenos deseos, la pareja se despidió y salió del lugar.Enzo se quedaría en casa con el abuelo Pietro, pero, en un último cambio de planes, el niño pidió quedarse en casa de los Barzinni con Gio, ya que había mucho que organizar, mucho que planear antes de que Gio y Enzo se fuesen a México.Poco a poco los invitados fueron regresando a la fiesta o se fueron retirando, como el caso de Teodore, Fátima y Ali, mismo caso con Aurora y su familia.- Matteo, ¡Viejo rancio! Yo te veía en alguna playa paradisiaca, me da gusto que hayas podido venir. - Dijo Teodore acercándose al hombre.- Teodore, ¡Qué milagro, hombre! Creía que ya habías estirado la pata, digo, somos contemporáneos… - Dijo en respuesta ante lo primero.- No aún no,
De regreso en la fiesta, de a poco se fueron retirando los invitados hasta donde solo quedaron la familia Barzinni y los D’Angelo.- Matteo, fue una agradable sorpresa verte luego de tanto tiempo… - Dijo Marco acercándose al hombre.- ¡Lo mismo digo, Marco! Me da gusto que todo vaya viento en popa, me da gusto verte tranquilo a lado de tu esposa. – Dijo Matteo, mirando cómo los años casi no pasaban por Valeria, quien estaba a lo lejos.Ha sido una noche larga, pero buena. Hace muchísimo tiempo que las familias no se reunían de esta manera.- ¿Qué hizo mi hija para traerte? – Preguntó Marco, intrigado.- Tu Palomita y Laura, me contactaron por correo y luego hablamos por teléfono. Sinceramente, este par tiene muy buenos métodos de convencimiento.- ¿Qué te dijeron?- Digamos que hicieron uso de la nostalgia que siento por Massimo y por Pietro.- Matteo, te haces el difícil, pero bien sabes que siempre los viste como tus hijos. Bueno, en el caso de Massimo más, todos sabemos la historia
Una vez que Marco se despidió, Valeria trajo el bambineto con los niños a su lado; venían platicándole cómo sería la vida en México. Los niños coincidían en que debían vivir juntos, así todo sería más fácil.Para ellos, el hecho de que fuesen a vivir en México solo significaba que sus aventuras nunca terminarían y Valeria sabía que en gran medida así sería.- Mamá, ¿Verdad que Enzo puede vivir en nuestra casa?- ¿Cómo cariño?- Sí, Enzo, podría vivir en nuestra casa, así tú nos cuidarías y mi hermana y su papá, pueden cuidar a la beba…- ¡Cariño! Todos los niños necesitan a sus papás. Enzo necesita a su papá y ahora Paloma será su mamá. Es claro que Enzo será siempre bienvenido en casa, pero él debe estar en casa de sus papás.- Gio, tal como dice tu mamá, todos necesitamos de nuestros padres, así como tú nos tienes a nosotros. Enzo tiene a Aldo y Paloma.- Mmm… Bueno, pero podremos hacer pijamadas y así, ¿Verdad?- ¡Claro que sí, mis niños! – Dice Marco acercándose a su familia. – Bi
Luego de salir de la fiesta, Aldo y Paloma se dirigieron al aeropuerto, donde ya un avión los esperaba.Paloma no había visto nada de la luna de miel, esa parte la había tomado Aldo y había sido muy hermético en el tema.Cuando descendieron del auto, el hombre la llevó dentro del avión, tomando todas las precauciones. Ella podía volar por su avanzado embarazo.Tras casi dos horas de vuelo, Aldo y Paloma por fin vislumbraban el lugar donde sería la luna de miel.Paloma veía por la ventana, hasta que la luz de un monumento muy conocido la sobresalió.- ¿PARIS? – preguntó Paloma emocionada.- Cuando llegaste a Italia, supuestamente estabas ahorrando para venir, ¿No? – Dijo Aldo recordando una de sus tantas pláticas.- ¡SÍ! ¡WOW! Esto es… Es… - Trataba de hablar la chica, pero no podía articular palabra. – Es el mejor regalo que me pudiste dar…Aldo solo miraba cómo su esposa le veía con ojos llenos de ilusión.- Todo lo que sea por ti y los niños… Créeme que nunca será descartado.- ¡Grac
A la mañana siguiente, luego de que Laura había llegado a la conclusión de que, ella no quería que su hija, Adele, viviera lo mismo que ahora iba a vivir Paolo.Buscó entre sus cosas una libreta, en ella aún guardaba los datos de contacto que en algún momento Adrien le había escrito, ¿Por qué aún lo hacía? Ni ella misma tenía una respuesta para eso.Una vez que encontró lo que buscaba, tomó su móvil y digito el número, su estómago comenzó a sentirse revuelto, una serie de extrañas emociones comenzaron a invadir a Laura, ella trató de reprimirlas.Escuchaba como el teléfono intentaba enlazar la llamada, pero pareciera como si el destino le dijera que no hiciera aquello, la llamada no fue respondida.Laura lanzó un suspiro y luego dejó botado el móvil en su tocador. Eran las 5:40 am, era obvio, ¿Quién llama a estas horas, Laura? Se regañó mentalmente, pero la verdad era que casi no había pegado el ojo por la noche, así que lo primero que hizo al abrir los ojos fue llamar a Adrien.Regres
Ahora la parte complicada de todo esto era que debía hablar con su padre de su decisión. Él, cómo su padre, sabía que no respondería bien, pero debía entender que ella no quería que su hija algún día se viera como ahora Paolo.Con todo el tema de la boda celebrada en casa de su abuelo, sabía que todos ahora estaban dormidos y muy cansados.Asegurándose de que Adele estaba bien y arropada, salió de su habitación al ya no poder dormir, se dirigió a la cocina por un vaso con agua, sabía que si hoy ya había quedado de verse con Adrien, la plática padre e hija se debía dar sí o sí, en las primeras horas del día.Al llegar a la cocina, se topó con la persona con la que necesitaba hablar, Massimo tomaba una taza de café. Estaba perdido en sus pensamientos, era evidente que no había dormido bien, pero no quería incomodar a Diana, su mente estaba sumergida en lo que vendría ahora que la boda de Aploma había pasado.- Papá… - Dijo Laura, sacándolo de su ensueño.- Laura, hija… ¿Qué sucede?- ¿Qu
Massimo abrazó a su hija, sonrió ante el hecho de ver cómo su hija de a pocos iba creciendo y mostrando la madurez de la que estaba hecha. Era increíble, ver y sentir cómo su hija, aquella niña que por mucho tiempo estuvo olvidada, se aferraba a su presencia y tenía claro quién era y lo que quería.- Papá, hoy voy a ir a ver a Adrien… - Dijo mientras volvía a dar un sorbo a su café.- ¿Por? – Dijo Massimo un tanto sorprendido.- ¿Cómo que por qué? Tengo que hablar con él antes de que conozca a mi hija, debo dejarle claros varios puntos, pero uno en particular, mi hija es una beba y no voy a permitir que su esposa venga a querer hacerla menos, si él quiere conocerla, deberá asegurarme una relación respetuosa.- Está bien… No sabía que el tipejo estuviese casado… - Dice Massimo con sorpresa.- Recién me enteré, no debe tener mucho, pero conozco a la mujer con quien se casó y no es una buena persona… - Dijo Laura con precaución.- ¿Cómo es que sabes de ella?- Ella me molestaba en la escu
Por segundos, Laura se paralizó cuando volteó y vio a quien venía gritando y maldiciéndoles; luego, reaccionó, esta vez no iba a permitir que ella viniera y le hiciera una escena.- ¡ADRIEN! ¿Así que es por esto que andas como idiota? – Decía en voz alta Alice Giorgi, ofuscada.- ¡Alice! – Dijo Adrien poniéndose frente a la mujer.- ¡Tú quítate de en medio! - Dijo mientras empujaba a su marido. - Esto es con ella… ¿Qué? ¿Acaso, tú, idiota, ahora quitas maridos? ¡Eres una zorra! Y tu imbécil, espera a ver lo que iré a hablar con tus padres… ¡Quítate! - Dijo volteando a ver a su esposo.- Alice, ¡Para! ¡Basta! Contrólate… - Decía Adrien a Alice mientras trataba de sostenerla.Laura, quien aún estaba en shock, recordando todas las malas jugadas que le hizo pasar en el colegio junto con Antonia, solo podía escuchar todas las maldiciones que la mujer le dirigía.- ¡Eres un completo idiota! ¡Infeliz! ¿Acaso crees que no sé qué tienes una maldita escuincla con ella? Solo te digo una cosa: a