Estimadas lectoras y lectores Espero les gusten los últimos capítulos de esta historia, poco a poco se van abriendo más caminos a un futuro para los hijos.
La noche paso rápidamente entre besos y caricias, Pietro olfateaba el cuerpo de Celeste, su aroma a rosas le ofrecía mucha tranquilidad, abrazarla y sentir el movimiento de sus hijos de vez en cuando, le hacía sentir una extraña punzada en el pecho, no era dolor, no era angustia, era otra cosa muy parecida a la felicidad y orgullo.Los primeros rayos del sol se colaron a través de las cortinas, la mañana lucía dorada, Pietro tenía sobre su pecho a Celeste, acariciaba con delicadeza su espalda, su cabello rizado estaba más alborotado que de costumbre, un movimiento en el vientre de Celeste lo despertó.Cuidadosamente, colocó a Celeste en la almohada, la admiraba, acariciaba su vientre, siempre pendiente del movimiento de este, sonreía cuando veía cómo se movía su piel, esos bebés se notaba estaban causando estragos ahí dentro, era seguro que ambos peleaban por un poco de espacio.Mientras tenía su mano en el vientre, aquellos pequeñines se movieron con más ímpetu, tal parecía que ellos
Unos minutos de plática más tarde, Pietro y Celeste estaban en el hospital, primero fueron a ver al Dr. Wagner, el cual le explicó a Pietro que, efectivamente, conforme fuera conviviendo con las personas de las que se rodeaba en el pasado, poco a poco estarían llegando los recuerdos, era normal.Un motivo de preocupación sería si él comenzara a sentir dolores de cabeza, pero eso ya evidentemente el médico lo consideraba poco probable pero no descartable. La tecnología había avanzado a un nivel superior, por lo que, si sucedía, debía ser muy malo, pero por el momento no había motivo por el cual preocuparse.Una vez fuera de ese consultorio, la pareja se dirigió al consultorio del médico que estaba llevando su embarazo en Lazio. Celeste tenía una ginecóloga en Bassano, pero ante la situación tuvo que buscar un médico en el mismo hospital en el que estaba Pietro internado.- Señorita Celeste. – Dijo el Dr. Esposito. – Es un gusto verla por aquí, veo que ya la acompaña su esposo.- Hola, D
Pierre era un muy buen amigo de Alessia Amato cuando esta vivía en Francia, estudiaron juntos la universidad.Definitivamente, Pierre, como amigo y único mejor amigo de ella, sabía todo sobre Alessia, sabía sobre Gabriele y su loca historia de amor que, no se tragaba por completo.El hombre la conoció desde que ella cambió de carrera, Pierre muchas veces sirvió como paño de lágrimas para Alessia, la mujer en aquel entonces solo lo veía como un amigo y nada más, su mundo giraba en torno a Gabriele.Todos los suspiros y pensamientos eran para ese hombre, cuando sucedió que ella dejó a Gabriele, Pierre se había ido de viaje, jamás se lo dijo, pero su familia era una de las más adineradas en Versalles, el joven quiso pasar desapercibido todo el tiempo, solo quería llevar una vida normal en París.Cuando regresó de Versalles, se topó con la noticia de que Alessia había terminado con Gabriele o él la había terminado. Esa historia se la conocía de memoria, no tenía que ser muy listo para sabe
Massimo revisaba sus pendientes en la computadora, ahora que Pietro había despertado sin recuerdos, tanto Teodore, Aldo y Massimo se hacían cargo de los múltiples negocios de Pietro, era increíble que su hermano hubiese forjado un impero tan grande como aquel.Increíblemente, hoy día Massimo, por decirlo así, trabajaba para su hermano, aunque eso realmente a Massimo no le importaba. Hoy mismo tenía todo lo que necesitaba, un padre sabio, unos hermosos hijos y una nieta que le robaba todo el tiempo que pudiese, sin olvidar, claro, una buena mujer que lo acompañaba en las buenas y en las malas.Massimo no podía sentirse más a gusto con esa vida que hoy día llevaba, sus hijos poco a poco se adaptaban a su nuevo hogar, si bien no era la mansión donde planeaba pasar sus días, este lugar definitivamente se había convertido en un hogar. El hombre se encontraba absorto en sus pensamientos, cuando Laura entró al estudio donde su padre se encontraba.- Papá… ¿Puedo hablar contigo un momento?- ¡
Marco había tratado de mantener un poco alejada a Valeria de toda la crisis que Pietro atravesaba, el hombre, no podía negar que se alegraba por su amigo, se alegraba de que él hubiera despertado, incluso se sentía un tanto más tranquilo.Todo ello lo tenía un poco distraído, pero no era por celos, era más que nada por respeto, respeto al tratamiento de Valeria. Él prefería ocultarle la situación, por lo que les había pedido a todos, mantener a su esposa ajena a aquel tema.Era curioso, pero necesitaba que Valeria se mantuviera tranquila, luego de aquella penosa situación, en la que por su culpa echaron a Valeria Pietro del psiquiatra. Una vez que Valeria y Marco regresaron, él buscó al mejor psiquiatra para su esposa, si algo tenía razón la anterior doctora, era que no debía abandonar las terapias.El avance era enorme, incluso más que cuando la internaron, ella estaba trabajando en varias heridas de su niñez, de su adolescencia y juventud, además de que, estaba trabajando en todo lo
Una vez que Aldo y Paloma salieron de casa, Valeria dio un largo suspiro de alivio, sabía lo difícil que era para Marco asimilar que su nena, estaba embarazada y que ya tenía pareja. Si alguien le hubiese dicho todo lo que sucedería en poco más de un año, él seguramente jamás hubiera querido venir a Italia.Lo único bueno y más gratificante para Marco, fue que por fin se le había hecho justicia a todo el apellido Barzinni. La ayuda de Pietro y ese hombre de apellido Moretti, habían hecho que los Barzinni dejaran las sombras de un apellido manchado por tantas porquerías que los Amato y Pellegrini hicieron en el pasado.- Marco, mi vida… - Dijo Valeria mientras se sentaba en su regazo.- ¿Qué sucede cielo? – Preguntó Marco de manera apacible, mientras la observaba y abrazaba.- ¿Cuál es el plan ahora? ¿Has pensado en qué haremos a partir de ahora? Sé que han sido varios cambios importantes, sé que no esperábamos que Paloma se embarazara y mucho menos que tuviera una pareja, pero, una vez
Días después de que Pietro fuese a Gaeta, finalmente, llevaría a Celeste a su casa en Bassano, el viaje auguraba que sería refrescante. Desde que ambos habían viajado a Gaeta, la relación poco a poco se iba fortaleciendo, aquella mujer, aunque de vez en cuando se veía sorprendida por alguna actitud extraña o diferente de Pietro, lucía más relajada.- Pietro, ¿Estás seguro de que quieres que vayamos manejando a mi casa? – Preguntó Celeste con preocupación.- ¡Claro! El camino seguramente debe ser interesante, además, son solo 5 horas, de vez en cuando pararemos, para descansar y, si vemos, algún lugar interesante, pues podemos quedarnos ahí. – Dijo Pietro mientras la abrazaba por detrás y posaba sus manos en su abultada pancita de embarazada.- Está bien… Pero… Debemos parar para que estire las piernas, ya vez que por las tardes normalmente se me hinchan.- Sí… Tú, tranquila, por cierto, ya subí al auto la transportadora, ese Spike, es hora de que se venga a vivir con nosotros como Dios
Aldo y Paloma desayunaban en casa, él podía ver cómo poco a poco era más evidente aquella hermosa pancita.De repente, se sentía intimidado por el carácter tan característico de quien sería su suegro, si bien, en el pasado habían convivido, la situación era diferente, ya que prácticamente él era un joven hambriento de conocimientos y Marcó era el dueño del grupo Pellegrini.Hoy día, Marco no era su jefe, era su suegro, un padre celoso y preocupado, era evidente, su hija, su primera hija de buenas a primeras, estaba casada y embarazada.Él había prometido fijar una fecha para la boda, era comprensible que aún no lo hiciera, con todo el tema de salud de Pietro, las cosas se habían complicado demasiado, pero ya era hora de hacer las cosas de la manera correcta.- Paloma… ¿Cuándo te gustaría que nos casáramos? - Preguntó Aldo con gran curiosidad.- ¿Cómo? - Dijo ella casi atragantándose.- Sí, recuerda que debemos fijar una fecha para nuestra boda y quiero saber cuándo te gustaría que lo h