Estimadas lectoras y lectores Espero que les gusten los últimos capítulos del libro, ya nos vamos encaminando al final de esta bella historia.
Días después de que Pietro fuese a Gaeta, finalmente, llevaría a Celeste a su casa en Bassano, el viaje auguraba que sería refrescante. Desde que ambos habían viajado a Gaeta, la relación poco a poco se iba fortaleciendo, aquella mujer, aunque de vez en cuando se veía sorprendida por alguna actitud extraña o diferente de Pietro, lucía más relajada.- Pietro, ¿Estás seguro de que quieres que vayamos manejando a mi casa? – Preguntó Celeste con preocupación.- ¡Claro! El camino seguramente debe ser interesante, además, son solo 5 horas, de vez en cuando pararemos, para descansar y, si vemos, algún lugar interesante, pues podemos quedarnos ahí. – Dijo Pietro mientras la abrazaba por detrás y posaba sus manos en su abultada pancita de embarazada.- Está bien… Pero… Debemos parar para que estire las piernas, ya vez que por las tardes normalmente se me hinchan.- Sí… Tú, tranquila, por cierto, ya subí al auto la transportadora, ese Spike, es hora de que se venga a vivir con nosotros como Dio
Aldo y Paloma desayunaban en casa, él podía ver cómo poco a poco era más evidente aquella hermosa pancita.De repente, se sentía intimidado por el carácter tan característico de quien sería su suegro, si bien, en el pasado habían convivido, la situación era diferente, ya que prácticamente él era un joven hambriento de conocimientos y Marcó era el dueño del grupo Pellegrini.Hoy día, Marco no era su jefe, era su suegro, un padre celoso y preocupado, era evidente, su hija, su primera hija de buenas a primeras, estaba casada y embarazada.Él había prometido fijar una fecha para la boda, era comprensible que aún no lo hiciera, con todo el tema de salud de Pietro, las cosas se habían complicado demasiado, pero ya era hora de hacer las cosas de la manera correcta.- Paloma… ¿Cuándo te gustaría que nos casáramos? - Preguntó Aldo con gran curiosidad.- ¿Cómo? - Dijo ella casi atragantándose.- Sí, recuerda que debemos fijar una fecha para nuestra boda y quiero saber cuándo te gustaría que lo
Massimo veía cómo sus hijos poco a poco iban llegando a la mesa, hoy habían hecho un pícnic en el jardín, era entre semana y sonaba raro, pero, había sido mucho tiempo separados que disfrutaban de esos pequeños momentos de felicidad.- Papá, ¿Cuándo podemos ir a las Maldivas? - Preguntó Paolo con gran interés y de la nada.- ¿Las Maldivas? ¿Por qué el interés? - Respondió Massimo un poco intrigado.- Paolo tenía novia ahí y no se despidió de ella, papá. Después del secuestro de los niños, tuvimos que salir huyendo rápidamente de ahí. - Dijo Laura de manera pensativa.- ¡Laura! - Dijo Paolo apenado.- ¡Oh, ya veo! No lo sabía, hijo, podemos ir, solo déjame organizarme y, si tú gustas, te puedo llevar el fin de semana. - Dijo Massimo en un tono suave.Por un momento, recordó que, casi a su edad, él conoció a su madre, de la que pasó muchísimos años enamorado. El hombre entendía que era una edad complicada y en esa etapa, el amor se vivía de manera completamente diferente a la de ahora,
Massimo estaba en casa, revisaba sus pendientes, debía dejar todo listo, tal como lo había dicho hace un par de días, acompañaría a Paolo a las Maldivas, por lo que, debía dejar revisados todos los documentos que requerían su atención. Su mente se vio distraída cuando alguien tocó a la puerta, su sorpresa fue grande al ver a su hija, Paloma, de primera vista, la primera imagen que vino a la mente fue como si viera a Guadalupe de joven.- ¡Hola, Massimo! ¿Interrumpo algo? – preguntó Paloma, aún parada en la entrada.- ¡Hola, mi niña! ¡No, no! ¡Pasa! ¡Pasa! Solo estoy revisando unos pendientes que quiero dejar cerrados antes de salir de viaje. – Dijo Massimo levantándose de su asiento.- ¿Vas a salir de viaje? – preguntó Paloma con curiosidad.- ¡Sí! Voy a las Maldivas, Paolo quiere que lo lleve… - Dijo Massimo tranquilamente.- ¡Oh, ya! Seguramente es por Amina, ¿Verdad? – Dijo Paloma levantando una ceja.- ¿Así que se llama Amina? – preguntó Massimo dibujando una sonrisa y caminando h
Guadalupe estaba parada en el balcón de la habitación en la que dormía desde hace 3 años. No quiso encender las luces, para que con la oscuridad de la noche se cubrieran las lágrimas que rodaban por sus mejillas.“¡Esto se acabó! No puedo seguir así, no puedo más” – Pensaba mientras observaba hacia el frente.De pronto la luz de un auto la sacó de sus pensamientos, su amado esposo regresaba a casa y sabía muy bien lo que sucedería. Su esposo Massimo Pellegrini era el presidente del Conglomerado Pellegrini, el cual es de los más importantes de la provincia de Lazio, hoy por la mañana había olvidado un folder lleno de documentos que, al pensar por Emma y Guadalupe, posiblemente utilizaría y tendría problemas si no los tenía.Trato en varias ocasiones llamarle vía telefónica para comunicarle sobre sus documentos, pero al no recibir repuesta, salió de la mansión con la misión de llevar aquellos ella misma, solo le aviso a Emma Fiore, su ama de llaves.Emma, no contesta Massimo ¿Estás segur
Guadalupe estaba cansada de tanto llorar, mientras se ponía el pijama vio un gran hematoma en el estómago, este lo produjo el golpe que le había asestado su marido durante el día. Una lágrima rodó por su mejilla, pero prefirió no pensar más en el tema, no era la primera vez que esto sucedía, así que no era nuevo ver su piel con marcas, se recordaba así misma que todo esto era por su abuelo y no podía decepcionarlo.Cuando pudo quedarse dormida, se perdió en un sueño oscuro que el cual se llenó de luz, de pronto comenzó a ver pequeños cortos de lo que sería su vida, eran breves, pero cada uno de ellos le dejaba un hueco en el corazón. Su vida no cambiaría para bien, al contrario, a pesar de los esfuerzos que hiciera, se quedaría sola y sin familia; su abuelo fallecería en la cárcel, Massimo y Alessia vivirían felices después de haber entregado a la familia de Guadalupe a la embajada. Ella, al final, terminaría viviendo en la calle, pasando hambre y no pudiendo alimentar a su pequeño be
Guadalupe estaba recostada tratando de calmarse y encontrar las mejores palabras para hablar con la abuela y explicarle que lo único viable en su matrimonio era el divorcio. De pronto su teléfono sonó y un mensaje de texto apareció en pantalla. — ¿Qué tal la escena de ayer? Sabes, no es la primera vez que pasa, lo hacemos una o dos veces al día, tu marido es insaciable. Normalmente, esto pasa en parejas que se aman de verdad. Seguramente tú no lo sabes porque tu matrimonio es solo una farsa y la única que está feliz, así eres tú. El mensaje aparecía como pie de una foto muy comprometedora entre ella y su marido. Toda la tranquilidad que había estado mostrando Guadalupe se rompió y comenzó a llorar desesperadamente, él nunca la había tocado de esa manera, ella no seguía siendo virgen, pero, él ni siquiera la deseaba como se veía en la foto con Alessia.De pronto, entro en crisis y comenzó a tirar todo lo que se encontraba en su tocador, rompió el espejo haciendo que el piso se llenar
Después de lo que pareció un largo viaje, la ambulancia llegó al hospital, Guadalupe estaba pálida e inconsciente. Los paramédicos dijeron: — La señorita ha perdido demasiada sangre, esperemos que aún podamos hacer algo. — Debemos de, es una mujer muy joven, no puede morir así. — No tengo idea de qué debió pasar por su cabeza para decidir quitarse la vida, es una mujer muy joven. — Dijo unos de los médicos. Mientras tanto, Guadalupe, en su subconsciente luchaba contra una realidad muy diferente, se vio envuelta en la misma pesadilla. Guadalupe estaba encerrada en una mansión, estaba sola y con el vientre hinchado, estaba embarazada, al menos su vientre mostraba un avanzado estado de gestación, derramaba lágrimas y pedía que la dejaran salir, se veía angustiada. A su lado estaba Emma, quien trataba de consolarle. — Señora, ¡Tranquila, el bebé, no debe recibir todo esto! — Emma quiero irme, por favor, solo quiero irme lejos, ¿por qué Massimo me encerró aquí? ¡Quiero irme! Él me tr