Amargo sabor de boca
Aldo, en varios momentos de la charla, le comentó a su padre si quería ver a Celeste, pero él se había negado en todo momento, parecía enojado cada vez que le mencionaba a la chica, pero cada vez que hablaba de su madre, le brillaba algo en los ojos, pero esa parte solo se la guardaría para él.

- Celeste, ¿Por qué no vas a casa? Papá, está dormido, ya lo has visto, está despierto y bien, tú debes descansar en una cama cómoda, los bebes, merecen un descanso.

Celeste debía admitir que necesitaba descansar, su espalda le estaba matando al igual que los pies. Aldo había habilitado la casa en Parioli, para él y la familia, por lo que no era necesario pasar la noche en un hotel. Celeste, ya cansada, decidió que sí, si era el momento de ir a descansar por fin en una cama, solo iría a darse un baño y dormir un poco.

Aunque antes de irse le dijo a Aldo que pasaría a ver a Pietro, aunque estuviera dormido. Aldo, sin pensarlo dos veces, asintió en forma de aceptación, ya que Diana se quedaría en
Alut

Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...

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