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James

Algo dentro de mi me tiene inquieto, es como un mal presentimiento. Trato de calmar mis nervios recordando el rostro sonriente de Eli, sus locuras, sus retos. 

“ Dios solo te pido que ella esté bien.”

— Doblando la esquina hay un hotel, ahí los dejé, en la habitación veinte. — Es cucho que dice la escoria de Alex.

—Por lo que veo la policía no ha llegado.— exclama Miguel, quien hace unos minutos llamó y denunció el secuestro de Eli.

Al llegar, Damian todavía no había terminado de aparcar bien el carro cuando me lancé por la puerta y corriendo llegué al ascensor. Fui hasta la habitación veinte y sin pensarlo le di una patada a la puerta obligándola a ceder y abrirse de una vez.

Juro por mi vida que esperaba encontrar muchas cosas menos el ver un cuarto destruido por completo, vidrios esparcid

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