Esa noche desde su ventana podía ver las luces en aquella mansión que le llamaba tanto la atención, Amy no lograba conciliar el sueño, era su primera noche en ese internado. Todavía no había visto a la primera chica puesto que luego de entrar en el colegio se refugió en su habitación.
Seguía sin gustarle ese colegio, tenía un aura muy sospechosa. No se le negaba lo moderno que era, pero no le agradaba cierta cosa para empezar con el dueño.
La joven suelta un suspiro mientras sigue observando por la ventana, afuera todo estaba tan solitario y silencioso. Aunque no se atrevió a abrir la ventana, aunque no supo porque razón si nadie podría subir un tercer piso por una pared plana.
Niega y luego vuelve a la cama, le pareció cómoda; aunque no era su cama, ni su casa. Extrañaba mucho sus cosas, sin embargo logro traer algunas pertenencias que la hiciera sentir como en casa, pero no era suficiente.
Mira el uniforme colgado de la puerta, el que debía usar al siguiente día, no era de mal gusto, pero era como llevar la ropa de una prisión.
Aquella falda verde de cuadros y esa camisa blanca de manga larga. Amy se da la vuelta en la cama para apreciar las fotografías que había pegado de sus padres en la pared. Sonríe un poco, al menos los vería siempre que se acostara.
—Los extraño mucho —dice, para luego apagar la luz de la lámpara.
[…]
Desde su alcoba tenía una visión al cuarto de su luna, Dimitri bebe un poco de vino al verla parada en la ventana husmeando hasta su propiedad. Se preguntó si ya sabía que esa era su casa.
Llevaba mucho rato viendo por la ventana, y era obvio que estaba viendo hacia sus dominios. Aparte de ser una rebelde era muy curiosa. El castaño detalla sus facciones, aun cuando estaban bastante lejos la podía ver perfectamente.
Hasta que se alejó de la ventana y segundos después apago la luz, ese era el momento de apartarse de allí.
Era bastante difícil mantener quieto a su lobo, cuando llego a él ese aroma que tanto había estado esperando enloqueció. Estaba en casa cuando olio ese requisito aroma a jazmín, recordó ponerse en pie rápidamente sintiendo que su corazón se volvía frenético.
Unos segundos después el aroma de su luna le llego desde el colegio y eso sí que lo extraño, nunca había recibido ese aroma en su vida, y de un momento a otro lo percibió eso significaba que la nueva integrante que iban a recibir ese día era su luna.
Cualquier otro lobo se hubiera extraño mucho de saber que su luna era una humana, pero para esos tiempos era prácticamente normal. Muchos lobos se mezclaban con lunas humanas y él cómo alfa líder sospecho que tendría el mismo destino que sus compañeros.
Pero jamás se imaginó que esta fuese tan solo una niña, él era el lobo de 500 años en vida lobuna ya había dejado de ser un cachorro. Y en apariencia física se veía como un tipo de unos 40 años.
Quizás a vista de muchos sería considerado como un pervertido por desear a una chica de edad muy corta. Pero que se le hacía, la diosa de la luna tenía sus trucos y si esa joven era su luna la iba a ser suya.
Esa tarde no perdió el tiempo para llegar al colegio y seguirla a todas partes, solo necesitaba un momento a solas con ella, para detallarla mejor, hablar con ella y saber más de su persona. Cuando la vio sentarse en el jardín supo que era su oportunidad para conversar con ella.
Su olor a jazmín lo estaba obsesionando, pero más ofuscado quedo cuando miró sus ojos azules. Era toda una belleza, tan hermosa como una rosa recién abriendo sus pétalos. Ella no se imaginó lo que tuvo que hacer para contenerse.
El CEO recuerda bebiendo un poco más de vino. Ese encuentro fue el mejor de su vida, y jamás olvidaría la manera en la que Amy lo observo, esos ojos tan llenos de inocencia fue como un detonante para su libido.
—Sin duda alguna me ha atrapado esa chica de ojos azules.
Se tumba en la cama y mira el techo abovedado de su cuarto, luego muerde sus labios y frunce la mirada. Dimitri se pone en pie de nuevo y vuelve a ver a la recámara de ella. Sonríe y abre de par en par la puerta de su balcón.
Se quita el saco y los zapatos y se sube a la baranda del balcón y termina por saltar desde el mismo, al tocar la grama verde empieza a correr hacia el colegio y a medida que aceleraba se transformó en un enorme lobo marrón de ojos grises.
Dimitri corrió a toda prisa hasta quedar debajo de la ventana de su luna, eleva la mirada y sin miedo a ser descubierto puesto que nadie a esa hora solía salir de sus hogares, el lobo se transformó en humano y comenzó a subir con gran agilidad la pared.
Para su suerte era de bloques rojos sobresalientes así que tenía como escalar sin problemas. Al llegar a la ventana de ella, con mucho cuidado la abre y entra en su cuarto. Estaba completamente desnudo, pero eso para él no era problema.
No obstante, para ella si lo seria si llegase a despertarse.
Observa a su luna dormir y osa por acercarse a ella, aspira su olor impregnándose de ella. Dimitri saborea sus labios, pero sabe que no es momento para hacerle saber a ella de su existencia. De por sí ya le tenía miedo, no se quería ni imaginar cómo iba a reaccionar el día que le confesara la verdad de su naturaleza. Porque eso tenía que suceder, quisiera o no.
—Eres tan hermosa —susurra, justo cuando ella gira el rostro y queda muy junto al suyo.
El CEO mira sus labios rojos y supo entonces que no se los pintaba. Eran naturales, luego ve aquellas facciones de niña y lo único que le provocaba era morderla y dejar su marca en su piel para que ningún otro lobo intente nada con ella.
Pero sabía que no podía hacerlo, se acerca a sus labios e intenta robarle un beso, luego cierra los ojos y recuerda que todavía era una niña. Los lobos también tenían reglas que cumplir, y aunque él fuese el alfa de todos no podía besar a su luna hasta que cumpliese la mayoría de edad.
—Solo hasta que cumplas los 18 años, esperare un poco más para probar esos labios…
Faltaba muy poco para ello, así que sería paciente con ella. Actuaba como un cachorro de lobo inmaduro, pero imagino que se debía a que su luna le producía esa sensación de desespero y ansiedad.
Eran 500 años sin ella, no había sido una vida fácil de llevar estando solo.
Dimitri se incorpora, suelta el aliento y se encamina hasta la ventana. La abre nuevamente, le echa un vistazo a su luna y luego salta por la misma, al caer en el suelo corre hasta los arbustos y se transforma en lobo.
A varios kilómetros de su casa y del colegio un bosque aguarda por él, los lobos solían reunirse por la noche que era cuando el mundo humano dormía. Nadie sabía de su existencia, dado que nos se dejaban ver con el mundo exterior, los humanos no lo tomarían nada bien.
Desde luego que muchos sospechaban que el bosque mantenía oculto, algo peligroso para ellos, por esa razón los humanos no frecuentaban el mismo, y pocos eran los que salían por las noches.
Dimitri corrió tan rápido como pudo por el bosque hasta llegar al centro del mismo, algunos lobos llegaron al mismo tiempo que él y otro ya estaban allí.
—Mi alfa —lo saludan otros lobos un poco más pequeños que él.
—Ha cambiado algo en ti, puedo sentirlo —le dice su beta.
Ellos eran una manada que había sobrevivido con el paso del tiempo, guerras y mucha muerte. Terminaron arribando a Ascot una localidad de Inglaterra. Les pareció cómoda y agradable, y allí fundaron sus vidas manteniendo en secreto su naturaleza. Con el paso del tiempo los humanos fueron invadiendo sus dominios y ellos optaron por aceptarlos.
Sin embargo, todavía quedaban lobos que no les gustaba emparejarse con humanos, sino con otros lobos. Pero otros, otros si formaron familia con humanos y sus hogares no estaban muy lejos del bosque.
Siempre se reunían en el bosque puesto que no podían mantener encerrados a sus lobos para siempre. Su naturaleza era esa, no la podían evitar.
—Mi luna ha aparecido.
—Eso es una buena noticia, ¿se lo notificaste al consejo de anciano?
Ese era otro problema que tenía Dimitri, el consejo de anciano estaba conformado por tres ancianos que vivían en lo más profundo del bosque, eran lobos que no se mezclaban por nada del mundo con humanos, pero aceptaban que los demás lo hicieran.
Dimitri tuvo que pelear mucho por lograr que ellos aceptaran, todavía recordaba cuando tuvo que quitarle la vida al cuarto de ellos por querer asesinar a una humana por haberse enamorado de uno de la manada.
El alfa creyó que tres ancianos eran suficiente para conformar el consejo.
Sin embargo, los ancianos esperaban fielmente que su luna no fuese humana. Para él deseaban a una loba de sangre pura que pudiera engendrar cachorros sin problemas de que murieran en el transcurso de gestación.
Muchos cachorros habían muerto por la desdicha de que sus madres eran humanas, eran pocos los que sobrevivían. Y era una lástima, puesto que todos deseaban que la manada creciera.
—Aún no se los digo, ella ha aparecido hoy. No he podido hablar con ella todavía.
—¿Es humana? —los demás lobos presentes los miraron a ambos esperando la respuesta.
—Sí, lo es. Y tan solo es una niña.
—¿Una niña humana? ¿Estás seguro de eso?
—Completamente seguro.
—A ellos no les agradara eso. Esperaban a una loba como esposa del alfa. Hasta sabes que la hija de Lester estaba siendo preparada para ti en caso de que este año pasara y tu luna no apareciera.
—A mí no me interesa Tania, yo quiero es a mi luna.
Su beta sacude el hocico.
—Pero es una niña, ellos no esperaran tanto tiempo hasta que se haga adulta. Sabes que no la puedes tocar.
—Se volverá mayor de edad en pocos días.
Laín rodea a su alfa mientras piensa las posibilidades de que la luna de su alfa sea aceptada.
—Te apoyare contra todo, lo sabes.
—Lo sé, pero soy el alfa de esta manada. Y esos ancianos no pueden hacer nada contra mis decisiones. Si me los gano de enemigos no me importa, esa luna es mía aun cuando sea prohibida.
Dimitri era consciente de que tenía un gran problema cuando los ancianos descubrieran que su luna era una humana y encima una niña. Era muy posible que ella no fuese aceptada por ellos.Aunque él fuese el alfa de todos, incluyendo esos viejos decrépitos; y era más que claro que le traería conflictos con algunos de las manadas. Intuía que los ancianos tomarían carta en el asunto y pondrían en su contra a muchos lobos de la manada y todo por desear a su luna una humana.El lobo gruñe, así tenía que luchar contra todos lo haría, pero no iba a permitir que lo alejaran de su luna. Llevaba tanto tiempo esperándola, paso por tantas cosas solo, y ahora que ella había aparecido en su vida no pretendía hacerla a un lado por darle placer a un montón de viejos lobos.—Yo me encargare de esto solo, no quiero que te metas. Podría causarte problemas con tu familia humana, será mejor que te mantengas al margen de esto Laín.—De acuerdo alfa, será como usted ordene.El lobo gris le gruñe bajando un po
Dimitri observó el encuentro que tuvo su luna con aquel muchacho y eso lo hizo enfurecer, sus dientes chirriaban y su sangre hervía, su lobo interno estaba a un paso de salir a la luz. Desde el otro lado de la cancha pudo ver claramente como esos dos rozaron sus manos.No toleraba que otro hombre la tocara, eso no pensaba permitirlo. Aunque su internado fuese mixto no permitía ese tipo de comportamientos entre las chicas y los chicos, por esa razón los dormitorios de los jóvenes estaban en el ala oeste, bastante retirado de las habitaciones de las chicas.No obstante, no podía evitar que ellos no tuvieran ese tipo de encuentros de esa índole en cualquier parte de la escuela. Sin embargo, Amy era su luna, era suya y no estaba dispuesto a permitir que nadie se robara su corazón.Dimitri siguió observando a los jóvenes hasta que se adentraron en su salón, bueno, todos lo hicieron. Él comenzó a caminar con pasos firmes, rodeando la cancha pareciendo apacible. Pasaba salón tras salón hasta
La directora pareció titubear sobre el asunto a pesar de haber asentido.Mientras que Amy imploraba porque se quedara con ella, prefería mil veces el regaño de esa gruñona a tener que ver la cara del dueño de esa institución.—No se preocupe que la señorita Grey entenderá muy bien las reglas de la institución —insiste con voz ronca, cosa que causo escalofríos en el cuerpo de Amy.—Claro, por supuesto señor McBride —la mujer se puso en pie con una sonrisa abierta —. Usted está capacitado para este tipo de inconvenientes —añade poniéndose en pie.Amy se quedó sentada como estatua en la silla, es que ni se atrevió a mirar hacia atrás puesto que sabía que ese hombre la estaba viendo. Es que podía sentir como si le estuviera respirando en la nuca.En eso siente que él empieza a caminar rodeando su silla, la pelinegra se tensa y mantiene la miraba baja. Para ese entonces, se habían quedado completamente solos; era como la primera vez cuando lo conoció.—Entonces, ¡has comenzado una pelea!
El final del día escolar de Amy lo paso en modo tranquilo, bueno, se podría decir algo calmado ya que la pedante de Jena Risis no dejaba de mirarla con cara de odio. Y no era para menos tenía el cache rojo por el golpe que le había dado.Pero no se arrepentía, se lo tenía bien merecido por ser una perra molesta. Lo único malo de aquello es que tuvo que enfrentarse a ese hombre, Dimitri y eso fue lo que no le gusto. Es que de solo recordarlo se le erizaba todo el cuerpo.Conmemorar esos ojos grises la ponía tan nerviosa… Amy niega al cerrar su cuaderno, la clase ya había terminado y al fin podía refugiarse en su cuarto donde nadie la iba a molestar. La joven se pone en pie, recoge su mochila y al dirigirse a la puerta observa a la molesta de Jena y Lina salir por la misma sin quitarle los ojos de encima.Amy pone los ojos en blanco y avanza intentando ignorarlas.Al salir del salón camina decidida a su habitación, ya había casi anochecido y estaba hambrienta. Subiría, se ducharía y lue
Correr por el bosque le servía de mucho para aliviar sus pesares, tener a Amy tan cerca y no poder tenerla como quiere era una tortura. La deseó por tanto tiempo que ahora que la tenía a tan solo un paso no podía si quiera besarla.Dimitri corrió más rápido por el bosque, esquivando arbustos y rocas. El lobo llego hasta una pequeña loma de piedras mientras seguía pensando en su luna y en la manera de esperar a por ella sin tocarla y querer devorarla.Se detiene sobre una loma de piedras y sacude el hocico al ver algunos lobos en aquel espacio secreto que usaban para ellos.La manada al distinguir su presencia giran para verlo y baja un poco sus orejas en señal de obediencia.—¿Están listo para ir a cazar?De vez cuando toman un día para cazar en lo profundo del bosque, en donde los humanos no alcanzaban a llegar. Eso les servía de practica para no perder la costumbre de sus raíces, eran enormes lobos, lo que ellos hacían era cazar.Pero con el paso de los años esas costumbres se fuero
Después de una buena cacería Dimitri regreso a la civilización, pero antes de regresar a su casa diviso la habitación de Amy a lo lejos. Las luces estaban apagadas, y era normal por la hora que era.El lobo redirige sus pasos y se encamina hasta el colegio justo hasta el cuarto de ella. Vuelve a su forma humana y con agilidad escala la pared, encuentra la ventana cerrada, pero conociendo su colegio de hace años sabia como abrirla.Dimitri se cuela en el cuarto de su luna aproximándose hasta la cama, se arrodilla a su lado y admira la belleza de su rostro, tan solo era una chica indefensa que lo cargaba loco. Su lobo interior moría de ganas por estar con ella, saborear su piel, probarla, morderla, hacerla suya.Pero su parte racional le decía que debía esperar a que ella cumpliera la mayoría de edad. El castaño observa los rojizos labios de su luna y relame los suyos propios, de pronto se ve acercándose a ella lentamente mirando únicamente su boca entre abierta.Cuando ya estaba a pun
Su sangre hervía en esos momentos, es que verla cerca de Esteban lo enfurecía. Todavía no sabía cómo es que se había contenido para no despedazar a ese chico al intuir sus intenciones con su luna.Dimitri estaba loco porque ella cumpliese los 18 años de una vez para no tener que estar en esa situación. No tocarla o marcarla lo cabreaba, puesto que cualquier humano puede intentar querer algo con ella.[…]Al terminar la última clase, Amy se encamino hasta el comedor. Esa noche comería primero y luego subiría a descansar, pero de la nada la fastidiosa de Jena Risis y su antipática amiga Lina aparecen quedando en medio del camino.La pelinegra se detiene al ver a ambas entrometidas.—Te he visto hoy con Esteban, ¿es que mi mensaje no te quedo claro?—¿Por qué no vas y le reclamas personalmente a él?, que culpa tengo yo de que él me siga a todas partes.—Él te sigue porque tú eres una maldita zorra, seguramente le has dado miradas y por esa razón anda detrás de ti como un perro faldero.—
Dos días después… No había vuelto a verlo más y eso le pareció bastante extraño, Amy se encontraba en las gradas de la cancha con muy pocos ánimos de practicar algún ejercicio. Y menos ese día, estaba cumpliendo 18 años y lo tuvo que pasar encerrada en el colegio. Baja la mirada y ve sus zapatillas deportivas, era el peor día de su vida. Al menos ese molesto del señor McBride no la estuvo incomodando por esos días. Quizás la amenaza de acusarlo sirvió de algo. —¿Dando lastima? —Amy cierra los ojos al escuchar la voz de Jena —. La niña de ojos azules está dando lastima en el rincón solo porque esta de cumpleaños, ¡solo quieres llamar la atención de todos! ¿No es así? —¿No tienes a otra persona a quien molestar? ¿O ir a jugar con tus mascotas, las serpientes? —la pelinegra levanta la mirada. —No creas que le darás lastima a los chicos, a ellos no les importa tu estado de ánimo —Jena sonríe en compañía de Lina —. Ni a nosotras tampoco—añade, para terminar de reírse. —Eres un asco… s