Iker estaba en camino a convertirse en un gran abogado como su padre. Tenía la seriedad requerida para desempeñar un trabajo así.
Él ya había tenido múltiples experiencias y sabía que la dominación sería una de sus prácticas favoritas a lo largo de su vida. Le fascinaba el placer que sentía viendo disfrutar a una mujer, llevando sus emociones al límite. Su mejor amigo, Apolo, había comenzado a dirigir el club Tentaciones y le había enseñado algunos de los nuevos elementos que había adquirido para el lugar.Aunque disfrutaba el sexo como un dominante, sabía que podría prescindir de eso sí solo estuviera con Audrey. Si ella no compartía ese gusto, él podría dejarlo, pero era una mujer prohibida y prefería evitarla aunque su cuerpo se sintiera locamente atraído por el de ella.Iker sabía cuántas chicas lo deseaban y que Audrey era una de ellas, razón suficiente para estar alejado de la tentación en persona. La historia de su madre y ex esposo no había sido del todo buena y no quería que ellos tuvieran que verse nuevamente. ¿Que clase de loco querría eso?Iker disfrutaba mucho del placer que el cuerpo femenino le otorgaba a sus ojos. Desnudar una joven era una tarea que de verdad disfrutaba y también al saber que podía obtener todo lo que veía. ¿Podía existir más placer? No lo creía posible. En cada cuerpo que descubría imaginaba a Audrey, aunque fácilmente podría conseguir aquella ansiada primera vez juntos.*Audrey comenzaba a probarse la ropa que se pondría para estar con Iker por primera vez. Sabía que aunque muchas mujeres dijeran que la primera vez dolía o que era horrible, juntos sería un momento único porque de verdad amaba a ese hombre.Se preparó para el gran día a medida que el tiempo avanzaba. Fue a una sesión de depilación acompañada de su mejor amiga, Afrodita, y entró al lugar que se llevaría varios quejidos de dolor suyos.Afrodita creía que todo aquello era innecesario. Si Iker la amaba y ella estaba tan segura de entregarse sin reservas, ¿Por qué debía prepararse y producirse tanto? Era absurdo, una perdida de tiempo y un sufrimiento innecesario.Audrey salió después de aquel cubículo con el sudor corriendo por su rostro y verdaderamente aliviada de que todo hubiese acabado.-Si quieres puedes entrar tu, estoy segura de que lo necesitas- Afrodita abrió su boca asombrada y se sonrojó-No me hace falta, gracias por el ofrecimiento- sonrió con incomodidad y se puso de pie lista para marcharse con su alocada amiga-¿Cómo te fue?- Le preguntó a Audrey al salir-Solo me faltó depilar pocas zonas, pero creeme que en las más necesarias tengo piel de bebé- Afrodita captó el doble sentido en las palabras de su amiga y una mueca de dolor se plasmó en su rostro-Solo espero que Iker valga la pena porque si hiciste todo esto por nada...- Alondra la miró sorprendida, ¿Cómo podía pensar en eso? Además era su amiga, ¿Cómo se le ocurría creer que el podría rechazarla? ¿O es que ella creía que Iker no tenía experiencia? Lo que sea que ella creyera era absurdo completamente-Créeme que vale la pena. Entre Iker y yo ocurrirá, estoy segura. He pensado tantas veces como sería entregarme a él y también en lo que sentiría al sentirlo disfrutar mi cuerpo- Suspiró- Seguro será mágico-No se cómo puedes imaginar todo eso. Yo sigo teniendo virgen hasta el pensamiento- Afrodita comenzó a reír y Audrey la imitó-A mi solo me queda virgen el cuerpo, mi pensamiento está pervertido- Le guiño el ojo a su amiga y rió-Lo se- Afrodita rió sabiendo que su amiga estaba completamente locaElla creía que la primera vez debía ser entregada al hombre indicado que no despertara en ella emociones negativas. También pensaba en que tenía que ocurrir con amor de manera espontánea. No sé creía capaz de planear todo lo que Audrey hacia, ¿Que sentido tenía? Si no sucedía naturalmente le parecía desagradable. Pero de todas maneras Audrey no tenía sus mismos pensamientos y eso lo respetaba. ¿Será para Afrodita realmente como ella cree o su primera vez será opuesta a lo que considera correcto?*Llegó el día de la fiesta y Audrey siente como las palmas de sus manos sudan. Sabe que ese día marcará un antes y un después en su vida. Está convencida de que estar juntos le dará la seguridad a Iker de afrontar sus verdaderos sentimientos. Ella podría jurar que esa primera vez será memorable porque sabe que los dos sienten lo mismo, aunque él se niegue a reconocerlo.Ella asistió a la fiesta y aunque había decidido ponerse una lencería súper sexy, creyó que su desnudez sería aún mejor que cualquier prenda. Estaba decidida a dejar todos sus miedos y temores fuera del cuarto, así como también sus inseguridades.-¿Estás segura de lo que harás?- Afrodita le preguntó con cuidado y Audrey solo sonrió-Nunca estuve tan segura de algo antes en mi vida- De verdad estaba decidida, pero Afrodita sentía que nada saldría bien esa noche. Tenía el presentimiento de que aquello sería un error, pero ¿Cómo haría para quitarle una idea a su amiga de la cabeza?-Te deseo suerte- Le dijo con sinceridad-No creo necesitarla. Iker no podrá resistirse a todo esto- Señaló su cuerpo con una sonrisa pícara y Afrodita pensó hasta donde sería capaz de llegar su amiga por amor*Afrodita visualizó a Iker hablando con algunos muchachos y se mordió el labio inferior mientras volvía a secar sus palmas sudorosas en su ropa.-¿Podemos hablar?- Se acercó con cuidado y notó que Iker, así no lo quisiera, la había observado más que antes. Se sintió poderosa por causar tal atracción con su look-¿Necesitas algo?- Iker le preguntó cuando notó que ella fingia estar preocupada por algo-Es Afrodita, se embriagó y casi acaba con un chico en uno de los cuartos- Iker la miró asombrado y su instinto de protección afloró en un instante-¿En qué cuarto está? ¡Habla!- Exigió dirigiéndose a las escaleras seguido de Audrey-En el último allí- Señaló y corrió detrás de IkerAl llegar allí, él abrió la puerta violentamente imaginando que podría encontrar cualquier tipo de situación. Afrodita jamás bebía en exceso, era una chica tranquila y dulce, aún muy inocente para muchas situaciones. Sabía que cualquiera de allí no dejaría pasar oportunidad.-¿Dónde está?- Iker le preguntó a Audrey que cambio su expresión y sonrió con maldad-Perdóname por engañarte, pero tenemos mucho de que hablar aquí- Cerró con seguro y guardó la llave dentro de su ropa-Audrey, ¿Que crees que estás haciendo?-Te amo y quiero demostrártelo- Aquella confesión lo dejó inmóvil y ella aprovechó para lanzarlo a la cama e inmovilizar sus manos rápidamente-Audrey suéltame. No sabes lo que haces- Estar inmóvil era excitante y también atemorizante-Lo descubriremos juntos- Audrey dejó que su ropa cayera y luego comenzó a quitarse la interior. Iker no perdía detalle de aquel cuerpo divino que mostraba glorioso su desnudez-No, detente- Pidió sabiendo que su cuerpo aclamaba por continuarAudrey hizo silencio y se sentó sobre Iker para comenzar a desvestirlo con rapidez. Sus manos temblaban de expectativa por descubrir más, mucho más. Cuando él tuvo su pantalón abajo al igual que su ropa interior, ella lo besó y él en un último intento logro liberarse. Iker se vistió apresurado apartando a Audrey de un empujón y salió de aquel cuarto escuchando los gritos de ella.Iker no podía creer que Audrey prácticamente abusara de él. Su cuerpo era precioso, una escultura que deseaba disfrutar hasta el amanecer, pero saber que ella era hija de quien fue el primer esposo de su madre lo detenía. Se maldijo por no ser capaz de rendirse a lo que en verdad deseaba. ¿Cuánto tiempo llevaba amando a esa mujer? Aún podía sentir el sabor de sus labios y si cerraba los ojos podía recordar su cuerpo desnudo. Los gritos de Audrey así como su expresión de dolor no los podría olvidar fácilmente. Ella en verdad quería estar con él y sabía que le había fallado. No tenía idea de cuánto le había costado a ella vencer sus miedos y exponerse de esa manera para acabar siendo rechazada. Imaginaba el gran golpe que le había dado a su autoestima y se sentía aún peor. Él comenzó a beber sin control por la culpa, el remordimiento y el deseo que aún sentía por quien consideraba prohibida. Sentía ganas de correr en dirección a ese cuarto y hacerla suya hasta que ella entendiera cuá
Iker se sentía perdido. Sabía que proveniendo Alondra de dónde lo hacía, ni sus propios padres podrían ayudarlo. Ellos eran unos buenos abogados con muchas influencias, pero el juez tenía aún más contactos. Su futuro suegro había sido muy claro con lo que le había dicho, él debería responder por sus actos y si no lo hacía sus padres perderían todo por lo que tanto habían trabajado. Su futuro mismo pendía de un hilo. Alondra se encontraba más que feliz por lo que había sucedido. Iker no la amaba y realmente aquella única vez que lo habían hecho, aunque no era tal y como la soñaba, había ocurrido. Se imaginaba entrando a la iglesia con un lujoso vestido blanco y luego tener una luna de miel en la que él le hiciera el amor con dulzura y pasión. Iker se fue de la casa de sus futuros suegros, se sentía preso allí. Alondra había querido besarlo, pero él simplemente no podía soportar eso. Se sentía miserable por dañar a una buena mujer, pero se sentía aún peor por tener la duda de que hubi
Los días transcurrían para una muy desanimada Audrey. Debía ir a la universidad, pero no tenía ánimos para hacer eso. Su mente volvía a recordar el momento de mayor humillación en su vida. Recordaba cada minuto que había tenido en el cuarto con Iker y como él la había rechazado. Ella había mirado su cuerpo frente al espejo buscando defectos que pudieran hacer que el huyera al verla completamente desnuda. En su mente solo ella podía ser la culpable de lo ocurrido. Afrodita estaba cansada de ver mal a Audrey. Ella podía notar como varios muchachos centraban su mirada en ella, pero si a su amiga solo le interesaba Iker, no sabía cómo hacer que notara lo que todos veían. La sonrisa y la alegría de Audrey se opacaron luego de la que creyó su peor noche. Dave y Tamara, sus padres, estaban preocupados porque ella no parecía su alocada hija. Antes solo bromeaba desde que abría sus ojos hasta que se iba a dormir y parecía llevar una gran sonrisa tatuada en sus facciones, ¿Quien pudo haber bo
Tener dos mejores amigos en común hacía aún más difícil la relación entre Audrey e Iker. Apolo no era alguien que se anduviera con rodeos al momento de decir las cosas, mucho menos Afrodita. Afrodita Ferro era tal vez un poco más dulce de lo que Apolo podría ser, pero aunque usara palabras más suaves era súper directa al hablar y eso estaba por comprobarlo Iker. Iker y Afrodita se habían criado juntos. Sus madres eran amigas. Tiziano y Mariela, los padres de Afrodita eran los padrinos de Iker. Al compartir tanto tiempo juntos, las dos familias, habían creído que sus hijos probablemente acabarían enamorados, pero eso jamás sucedió. Los dos se vieron siempre como hermanos y jamás tuvieron pensamientos que no fueran de ese tipo. Afrodita no había conocido el amor y tampoco tenía interés en hacerlo. Lo que sus amigos estaban viviendo resultaba aterrador. Ella prefería mil veces enfocarse en su futuro y pensar en desilusiones amorosas después. Luego del ejemplo de su madre dónde debió t
Alondra quería vivir un amor pleno que la hiciera sentir completa. Había querido tanto tiempo a Iker, que estar a su lado le resultaba increíble aunque él se resistiera. Nada podría borrar su sonrisa ni opacar la felicidad que le causaba estar junto a él y saber que unirían sus vidas para siempre. Iker se siente desdichado y cada día que pasa le resulta un infierno, porque es un día menos de soltería. Piensa en quien tanto ama y en cómo estaría ella sabiendo la verdad. Tiene conocimiento, por su amiga sobre muchas cosas, pero aún así no sabe exactamente lo que Audrey debe de estar sintiendo. Alondra está envuelta en una fantasía donde solamente ella se imagina ser feliz. Para Iker es una realidad que aquel matrimonio está destinado al fracaso, pero le intriga saber cuánto tiempo bastará para que su futura esposa se convenciera de eso.Apolo está más que estresado y preocupado, un delincuente ha cometido atrocidades en el club y la policía está más interesada en conseguir la clausura
Afrodita seguía impresionada por lo que había ocurrido. Le había dado alegría ver a esos hombres en el suelo haciendo gestos de dolor. Ellos se merecían aquellos golpes porque del modo en que las habían tratado era inaceptable. Audrey aún deseaba ver algunas cosas, pero Afrodita caminaba con temor de que alguien más pudiera interceptarlas. -Deberíamos volver- Intentó que su amiga quisiera marcharse. Estaba asustada -Aún no acabamos de comprar. Me dijiste que necesitabas jeans, ¿No te acuerdas?-Tengo miedo. Si ese hombre no hubiese aparecido no quiero pensar en lo que habría pasado con nosotras- Solo de pensar en eso su piel se erizaba por temor -Hemos venido aquí muchas veces. No puedes sentir miedo ahora solo por una mala experiencia- Audrey comprendía el susto del momento, pero imaginaba que ella seguiría atemorizada por algunas semanas -No quiero perder la virginidad siendo tomada por la fuerza. Cuando tenga pareja será alguien que me haga sentir segura y protegida, no antes-
Iker se sentía más que deprimido. Él había intentado cancelar aquella absurda boda sin éxito alguno y las sugerencias que le habían dado para lograrlo tampoco habían servido. Alondra le había pedido dirigirse a una dirección y debido a su insistencia había confirmado su presencia en ese lugar. La joven enamorada había planeado, con ayuda de una de sus futuras damas de honor, tener un atardecer romántico y pasional con su futuro esposo. Le habían dicho que el sexo era muy efectivo para enloquecer y tener a sus pies a su hombre. Era inexperta, pero con un poco de práctica seguro mejoraría. Además... Iker no era un hombre que cediera el control, por lo que debía dejar todo en sus manos y ese no era un problema. Una de las damas aún no se mudaba al apartamento que sus padres le habían obsequiado, por lo que Alondra había decorado aquel lugar para que Iker se sintiera halagado. Ella se pondría una bata que tenía transparencias y debajo un conjunto de lenceria sensual. Imaginaba una noch
Salvador había llegado a su trabajo con una sonrisa en los labios. Le habían enseñado desde pequeño a ayudar al prójimo y el acababa de hacer una buena acción al salvar a dos damiselas en apuros. Eran mujeres muy bellas y él comprendía perfectamente cómo los imbéciles que golpeó habían fijado su atención en ellas. Lo que no aprobaba era el modo de acercarse. Eran las mujeres más bellas del centro comercial, ¿Cómo no mirarlas? -Tal vez algún día volveremos a vernos- Dijo para si mismo antes de comenzar a trabajar Él había tenido algunas relaciones que habían fracasado por diferentes razones. Tenía bien en claro que tampoco había luchado por conservar esas parejas. Aunque creyó estar enamorado algunas veces, luego comprendió que eso no había sucedido nunca. No había sentido la ausencia de ninguna de esas mujeres, ni tampoco había tenido tiempo para extrañarlas. Algo que había fallado en sus relaciones fue el sexo, al menos para él mismo. En la primera relación que llegó a considerar