Ángeles Luna y Dave Ulibarri se conocieron en su adolescencia y comenzaron una historia de amor que cayó en la rutina, los prejuicios, la insatisfacción y por último... la infidelidad.
Dave formaba parte de un club para adultos, dónde las fantasías se hacían realidad. Dominantes, sumisas, exhibicionismo... en ese lugar todo era posible y también privado. Él jamás creyó que su esposa tan inocente y cerrada en temas íntimos acabaría siguiéndolo y por último descubriendo su doble vida.Después de un proceso muy difícil, el divorcio fue efectivo. Ángeles formó una familia con Jacob Spencer, un dominante del club Tentaciones y también su abogado. Dave comenzó una relación y posteriormente una numerosa familia con Tamara, su secretaria.La vida da demasiadas vueltas y cuando Iker Spencer conoció a Audrey Ulibarri, sintió como era atraído por una fuerza invisible hacia ella. Ella tenía todo lo que amaba en una mujer, a excepción de su identidad. Un amor no podría ser posible entre los dos. Para Iker era inconcebible, para Audrey era muy posible.Los dos tenían amigos en común. Sus padres eran socios del club Tentaciones y los amigos de sus padres también, ¿Cómo podrían vivir sin conocerse? Era improbable.Audrey era parecida a su alocada madre. Tamara se había propuesto conseguir a Dave a cómo diera lugar y acabó seduciéndolo hasta que obtuvo lo que tanto quería. Audrey creía que Iker también se rendiría a sus encantos, pero las cosas estaban muy lejos de ser ni remotamente similares a lo que pensó.Alondra era preciosa y cualquier muchacho de la universidad se volteaba para mirarla, pero aunque tenía muchos pretendientes, su corazón solo era de Iker. Suspiraba por él e intentaba conquistarlo sin éxito. Ese muchacho era inalcanzable y tal vez por eso más aún le atraía. Ella estaba acostumbrada a tener todo lo que deseaba, pero aunque finalmente conseguiría casarse con el amor de su vida, ¿Lograría ganar su amor?---------------INICIOAfrodita y Apolo, dos amigos de Iker y también de Audrey veían como morían por estar juntos, pero jamás sucedía nada entre los dos. Para ellos era una relación posible, pero Iker se mantenía reacio. Él creía que sus padres jamás aprobarían una relación con Audrey; eso uniría ambas familias y sería incómodo.Audrey era preciosa y no conocía la timidez, al menos en la mayoría de las situaciones. Ella siempre decía lo que pensaba del modo en que le saliera y cometía alguna travesura. Su personalidad era muy similar a la de su madre, aunque no creía ser mucho más perseverante.Audrey y Afrodita habían ido a la heladería, era un día caluroso y debían ponerse al día con las últimas novedades. Afrodita estaba conociendo un muchacho, pero cuando él pidió la prueba de amor para continuar con ella le había mandado al demonio. Si alguien tenía las cosas claras en su vida, esa era Afrodita.-Siempre te dije que Anthony no te convenía- Era cierto, ella no creía que tuvieran punto en común-No importa, mejor tenerlo lejos, ¿Pensaba que yo caería en su juego? Si claro, que estúpido- Afrodita se veía relajada, muy lejos de lo que una enamorada estaría si terminara su relación. No lo amaba y probablemente no hubiesen podido seguir adelante-Ahora es mi turno. Voy a seducir a Iker- Audrey se había sonrojado y en su rostro se notaba que estaba más que lista para llevar adelante su plan-¿Estás segura?- Afrodita no lo creía apropiado, le parecía demasiado loco y arriesgado-Completamente. Él no podrá resistirse a mi y se que cuando estemos juntos hará lo que fuera por continuar. Él olvidará hasta quienes son nuestros padres, estoy segura- Estaba confiada, segura de si misma y solo necesitaba el día apropiado para hacer realidad su sueño romántico y pasional-Solo espero que todo salga como tú lo esperas, pero aún así estaré para tiAfrodita conocía bien a los dos, pero algo le decía que Iker no caería en la tentación tan fácilmente como Audrey creía, tenía dudas...-Iremos a la fiesta de la universidad. Iker estará allí, estoy segura- Afrodita sabía que se vería envuelta en los planes de su amiga, pero no tenía más opciones que acompañarla. Si todo salía mal, debía apoyarla-Planeaba estudiar ese día-Siempre estudias, nunca haces nada diferente. No sé cómo somos amigas- Bromeó y ella no pudo coincidir más con ese comentarioLas personalidades de las dos amigas eran totalmente opuestas. Audrey era alocada, decidida y no conocía lo que significaba la timidez. Afrodita era tranquila y analizaba las situaciones varias veces antes de tomar una decisión. Nunca había tenido un debate emocional entre su corazón y la razón, nunca se había enamorado.Audrey explicó su plan y Afrodita comenzó a toser por la sorpresa. Lo que haría sería arriesgado y no entendía como hacía su amiga para no sentir la mínima pena, ella estaría muerta de vergüenza...-Estoy segura de mis sentimientos. Amo a Iker, ¿Por qué debería sentirme avergonzada?-No lo sé, yo no me atrevería a tanto. No sabría ni como seducir, tampoco es que me importe llamar la atención- Se encogió de hombros con desinterés y Audrey quiso arrojarle su cono de helado para saber si habría emoción al menos con eso-¿No sabes seducir? Tu madre es la mejor en pole dance y tú podrías bailar aunque te faltara una pierna sin problemas. Desearía saber moverme así, pero no tengo tus habilidadesAfrodita bailaba, pero jamás en público. Había aprendido la disciplina y la disfrutaba. Bailando allí, con sus músculos tensos por el esfuerzo se sentía relajada, producía un efecto desestresante en ella.-¿Para que debería ir seduciendo hombres si no me interesa ninguno? ¿No crees que sería estúpido?-Muchos mueren por ti. Eres preciosa y tú cabello rojo llama mucho más la atenciónEra cierto, Afrodita era una belleza, muy similar a su padre. Tenía el cabello rojo, piel blanca y unos ojos tan únicos que le quitarían el aliento a cualquier persona. Ella consideraba ser completamente normal, una chica más del montón, pero no tenía conocimiento de cuánto le llamaba la atención al sexo opuesto. No había conocido un hombre que la hiciera sentir única ni tampoco que la hiciera vibrar con solo una mirada. Tampoco estaba apurada por tener nuevas experiencias. El amor llegaría cuando debiera, era todo.-Si claro. Creo que es más posible que Iker pierda la memoria a qué yo me enamore- Se burló sintiendo culpa automáticamenteIker no podía olvidar de quien era hija Audrey, aunque ella se lo había pedido mil veces. Él se negaba rotundamente. Ella lo había besado en una reunión de amigos y los dos habían sentido lo mismo, aunque pronto al reaccionar él se había apartado.-El se olvidará hasta de su nombre. Hasta miré películas para no cometer errores- Afrodita casi escupe el helado. Definitivamente no lo podía creer-No me atrevería a nada de lo que dices-Ya llegará el indicado que te quite la vergüenza...Iker estaba en camino a convertirse en un gran abogado como su padre. Tenía la seriedad requerida para desempeñar un trabajo así. Él ya había tenido múltiples experiencias y sabía que la dominación sería una de sus prácticas favoritas a lo largo de su vida. Le fascinaba el placer que sentía viendo disfrutar a una mujer, llevando sus emociones al límite. Su mejor amigo, Apolo, había comenzado a dirigir el club Tentaciones y le había enseñado algunos de los nuevos elementos que había adquirido para el lugar. Aunque disfrutaba el sexo como un dominante, sabía que podría prescindir de eso sí solo estuviera con Audrey. Si ella no compartía ese gusto, él podría dejarlo, pero era una mujer prohibida y prefería evitarla aunque su cuerpo se sintiera locamente atraído por el de ella. Iker sabía cuántas chicas lo deseaban y que Audrey era una de ellas, razón suficiente para estar alejado de la tentación en persona. La historia de su madre y ex esposo no había sido del todo buena y no quería q
Iker no podía creer que Audrey prácticamente abusara de él. Su cuerpo era precioso, una escultura que deseaba disfrutar hasta el amanecer, pero saber que ella era hija de quien fue el primer esposo de su madre lo detenía. Se maldijo por no ser capaz de rendirse a lo que en verdad deseaba. ¿Cuánto tiempo llevaba amando a esa mujer? Aún podía sentir el sabor de sus labios y si cerraba los ojos podía recordar su cuerpo desnudo. Los gritos de Audrey así como su expresión de dolor no los podría olvidar fácilmente. Ella en verdad quería estar con él y sabía que le había fallado. No tenía idea de cuánto le había costado a ella vencer sus miedos y exponerse de esa manera para acabar siendo rechazada. Imaginaba el gran golpe que le había dado a su autoestima y se sentía aún peor. Él comenzó a beber sin control por la culpa, el remordimiento y el deseo que aún sentía por quien consideraba prohibida. Sentía ganas de correr en dirección a ese cuarto y hacerla suya hasta que ella entendiera cuá
Iker se sentía perdido. Sabía que proveniendo Alondra de dónde lo hacía, ni sus propios padres podrían ayudarlo. Ellos eran unos buenos abogados con muchas influencias, pero el juez tenía aún más contactos. Su futuro suegro había sido muy claro con lo que le había dicho, él debería responder por sus actos y si no lo hacía sus padres perderían todo por lo que tanto habían trabajado. Su futuro mismo pendía de un hilo. Alondra se encontraba más que feliz por lo que había sucedido. Iker no la amaba y realmente aquella única vez que lo habían hecho, aunque no era tal y como la soñaba, había ocurrido. Se imaginaba entrando a la iglesia con un lujoso vestido blanco y luego tener una luna de miel en la que él le hiciera el amor con dulzura y pasión. Iker se fue de la casa de sus futuros suegros, se sentía preso allí. Alondra había querido besarlo, pero él simplemente no podía soportar eso. Se sentía miserable por dañar a una buena mujer, pero se sentía aún peor por tener la duda de que hubi
Los días transcurrían para una muy desanimada Audrey. Debía ir a la universidad, pero no tenía ánimos para hacer eso. Su mente volvía a recordar el momento de mayor humillación en su vida. Recordaba cada minuto que había tenido en el cuarto con Iker y como él la había rechazado. Ella había mirado su cuerpo frente al espejo buscando defectos que pudieran hacer que el huyera al verla completamente desnuda. En su mente solo ella podía ser la culpable de lo ocurrido. Afrodita estaba cansada de ver mal a Audrey. Ella podía notar como varios muchachos centraban su mirada en ella, pero si a su amiga solo le interesaba Iker, no sabía cómo hacer que notara lo que todos veían. La sonrisa y la alegría de Audrey se opacaron luego de la que creyó su peor noche. Dave y Tamara, sus padres, estaban preocupados porque ella no parecía su alocada hija. Antes solo bromeaba desde que abría sus ojos hasta que se iba a dormir y parecía llevar una gran sonrisa tatuada en sus facciones, ¿Quien pudo haber bo
Tener dos mejores amigos en común hacía aún más difícil la relación entre Audrey e Iker. Apolo no era alguien que se anduviera con rodeos al momento de decir las cosas, mucho menos Afrodita. Afrodita Ferro era tal vez un poco más dulce de lo que Apolo podría ser, pero aunque usara palabras más suaves era súper directa al hablar y eso estaba por comprobarlo Iker. Iker y Afrodita se habían criado juntos. Sus madres eran amigas. Tiziano y Mariela, los padres de Afrodita eran los padrinos de Iker. Al compartir tanto tiempo juntos, las dos familias, habían creído que sus hijos probablemente acabarían enamorados, pero eso jamás sucedió. Los dos se vieron siempre como hermanos y jamás tuvieron pensamientos que no fueran de ese tipo. Afrodita no había conocido el amor y tampoco tenía interés en hacerlo. Lo que sus amigos estaban viviendo resultaba aterrador. Ella prefería mil veces enfocarse en su futuro y pensar en desilusiones amorosas después. Luego del ejemplo de su madre dónde debió t
Alondra quería vivir un amor pleno que la hiciera sentir completa. Había querido tanto tiempo a Iker, que estar a su lado le resultaba increíble aunque él se resistiera. Nada podría borrar su sonrisa ni opacar la felicidad que le causaba estar junto a él y saber que unirían sus vidas para siempre. Iker se siente desdichado y cada día que pasa le resulta un infierno, porque es un día menos de soltería. Piensa en quien tanto ama y en cómo estaría ella sabiendo la verdad. Tiene conocimiento, por su amiga sobre muchas cosas, pero aún así no sabe exactamente lo que Audrey debe de estar sintiendo. Alondra está envuelta en una fantasía donde solamente ella se imagina ser feliz. Para Iker es una realidad que aquel matrimonio está destinado al fracaso, pero le intriga saber cuánto tiempo bastará para que su futura esposa se convenciera de eso.Apolo está más que estresado y preocupado, un delincuente ha cometido atrocidades en el club y la policía está más interesada en conseguir la clausura
Afrodita seguía impresionada por lo que había ocurrido. Le había dado alegría ver a esos hombres en el suelo haciendo gestos de dolor. Ellos se merecían aquellos golpes porque del modo en que las habían tratado era inaceptable. Audrey aún deseaba ver algunas cosas, pero Afrodita caminaba con temor de que alguien más pudiera interceptarlas. -Deberíamos volver- Intentó que su amiga quisiera marcharse. Estaba asustada -Aún no acabamos de comprar. Me dijiste que necesitabas jeans, ¿No te acuerdas?-Tengo miedo. Si ese hombre no hubiese aparecido no quiero pensar en lo que habría pasado con nosotras- Solo de pensar en eso su piel se erizaba por temor -Hemos venido aquí muchas veces. No puedes sentir miedo ahora solo por una mala experiencia- Audrey comprendía el susto del momento, pero imaginaba que ella seguiría atemorizada por algunas semanas -No quiero perder la virginidad siendo tomada por la fuerza. Cuando tenga pareja será alguien que me haga sentir segura y protegida, no antes-
Iker se sentía más que deprimido. Él había intentado cancelar aquella absurda boda sin éxito alguno y las sugerencias que le habían dado para lograrlo tampoco habían servido. Alondra le había pedido dirigirse a una dirección y debido a su insistencia había confirmado su presencia en ese lugar. La joven enamorada había planeado, con ayuda de una de sus futuras damas de honor, tener un atardecer romántico y pasional con su futuro esposo. Le habían dicho que el sexo era muy efectivo para enloquecer y tener a sus pies a su hombre. Era inexperta, pero con un poco de práctica seguro mejoraría. Además... Iker no era un hombre que cediera el control, por lo que debía dejar todo en sus manos y ese no era un problema. Una de las damas aún no se mudaba al apartamento que sus padres le habían obsequiado, por lo que Alondra había decorado aquel lugar para que Iker se sintiera halagado. Ella se pondría una bata que tenía transparencias y debajo un conjunto de lenceria sensual. Imaginaba una noch