DESESPERACIÓN

Iker se sentía perdido. Sabía que proveniendo Alondra de dónde lo hacía, ni sus propios padres podrían ayudarlo. Ellos eran unos buenos abogados con muchas influencias, pero el juez tenía aún más contactos. Su futuro suegro había sido muy claro con lo que le había dicho, él debería responder por sus actos y si no lo hacía sus padres perderían todo por lo que tanto habían trabajado. Su futuro mismo pendía de un hilo.

Alondra se encontraba más que feliz por lo que había sucedido. Iker no la amaba y realmente aquella única vez que lo habían hecho, aunque no era tal y como la soñaba, había ocurrido. Se imaginaba entrando a la iglesia con un lujoso vestido blanco y luego tener una luna de miel en la que él le hiciera el amor con dulzura y pasión.

Iker se fue de la casa de sus futuros suegros, se sentía preso allí. Alondra había querido besarlo, pero él simplemente no podía soportar eso. Se sentía miserable por dañar a una buena mujer, pero se sentía aún peor por tener la duda de que hubiese podido ocurrir si dejaba que Audrey llevara a cabo su plan de seducción.

En su desesperación llamó llorando a su mejor amigo, Apolo. Tal vez él tenía mejores consejos, pero lamentablemente no existían. ¿De que manera Apolo podía ayudarlo? tal vez impidiendo que cometiera una estupidez. El había pensado en irse del país para huir de su infeliz destino, pero gracias a su amigo recapacitó. Si él se iba sus padres pagarían el precio más alto por su estupidez.

Iker sabía que Audrey lo odiaría por lo que había hecho. Sin desearlo la había vuelto a humillar. Ella se había entregado y él la había rechazado para irse a acostar con otra mujer con la cual acabaría casado, ¿Por qué no simplemente se había emborrachado y dormido? Los fragmentos de lo ocurrido lo acechaban sin piedad y sabía que en cuanto sus padres lo supieran, se sentiría aún peor.

*

Audrey había llorado hasta que sus lágrimas se acabaron. Afrodita era su apoyo emocional en ese momento de tristeza y aunque creyó que tal vez otro día tuviese una oportunidad natural con Iker, muy pronto ese pensamiento se esfumó. Iker le dijo lo que había pasado y ella solo se compadeció de su amiga, ¿Cómo haría para decirle algo de esa magnitud? Le rompería el corazón y el único error que Audrey había cometido fue el de enamorarse de quién no debía.

-Me rechazó. Siempre creí que el me quería pero que era un cobarde para aceptarlo- Limpio su nariz

-Yo se que el te quiere, pero creo que no deja de cometer estupideces. Por tu bien y porque te amo solo puedo aconsejarte que lo olvides- Afrodita la miró con pena y volvió a abrazarla buscando darle consuelo

-Me quiere pero le desagrado. Me desnudé completamente y lo besé, ¿Por qué me rechazó? Debía desearme, pero en lugar de eso huyó. ¿Soy fea? ¿Ese es el problema?- Audrey se miró al espejo y luego lo tiró al suelo haciendo que se rompiera en mil pedazos

-¿Que dices? No, eres hermosa y él es quien se lo pierde. Mi madre siempre me dijo que nunca debo permitir que un hombre me menosprecie. Tu sabes lo que a ella le sucedió en el pasado y eso la hizo cambiar radicalmente. Creo que ella tiene razón, ¿Por qué sigues prestándole tanta atención a él?- Afrodita le recriminó eso y era cierto. Su madre en el pasado permitió que un hombre la hiciera sentir mal por tener sobrepeso. Cuando un hombre ama a una mujer le da su lugar siempre

-Se la historia de Mariela, ella misma nos la ha contado varias veces, pero tú no entiendes. No te has enamorado, por eso no sabes lo feo que se siente ser ignorada. No sé que más hacer para que el me preste atención, pero me siento avergonzada ahora mismo por haberme ofrecido de esa manera- Audrey se lamentó con sus ojos llenos de nuevas lágrimas

-Tal vez debas dejar que todo siga su curso. Si él es para ti acabará a tu lado y si no lo es, alguien llegará a tu vida y te hará sentir como ni siquiera Iker hubiera sido capaz

Lo que Audrey no sabía, era que mientras ella sufría por amor, Iker sufría por su estupidez. Había perdido toda posibilidad de ser feliz porque aunque Alondra era una buena mujer, no tenía la habilidad de acelerar su corazón con una sola mirada así como Audrey lo hacía.

*

Varios días después la familia de Iker y la de Alondra se reunieron para planear todo lo referente al inminente compromiso. Los padres de Iker intentaron ayudarlo apelando a la parte sensible de la familia de Alondra, pero no tuvieron éxito.

-Iker no ama a su hija, ¿Planea hacer que ellos sean infelices por una noche que pasaron juntos?- Ángeles, la madre de Iker, intentó razonar con el juez

-Si él no ama a nuestra hija, ¿Por qué amaneció con ella? Las pruebas estaban en las sábanas- Su padre era bastante correcto y anticuado. Jamás permitiría que alguien usara a su hija de esa manera

-Lo entendemos, pero Iker no la ama y tal vez no pueda llegar a hacerlo- Jacob, el padre de Iker intervino

-¿Está insinuando que nuestra hija no es suficiente para él?- La madre de Alondra preguntó enojada creyendo que menospreciaban a su princesa

-De ninguna manera. Solo deseamos que entiendan nuestra preocupación y creemos que este matrimonio tan apresurado acabará por hacerlos infelices. Lo que más deseamos es la felicidad de nuestros hijos, ¿No es así? Solo estamos preocupados- Angeles calmó la situación

-De igual manera nuestra hija decidirá cuando darle el divorcio a su hijo. Si ella considera que su matrimonio llega a su fin nosotros no vamos a oponernos, pero les advierto que jamás toleraremos que ella sea humillada o maltratada de alguna manera- Con eso el padre de Alondra explicó, sin usar las palabras correctas, que no permitiría que Iker fuera infiel

Cuando los Spencer estuvieron en soledad miraron a su hijo con tristeza. Ellos no habían podido impedir lo que se avecinaba.

-Deberás ser responsable de tus actos y casarte. Tu madre y yo siempre te hablamos con claridad y te explicamos los peligros a los cuales estarías expuesto. Te dijimos que el alcohol no era buen consejero y aquí tienes las consecuencias por no prestarnos la debida atención- Jacob regañó a su hijo. Se sentía tan desilusionado

-Ya lo sé papá, pero hubo una justificación para beber de esa manera- Buscó minimizar aquel sermón, pero se dió cuenta de que empeoró la situación

-Dimela, ¿Cuál es el justificativo que tienes? Podrías haber afrontado la situación que fuera con valor en vez de beber en el modo en que lo hiciste. ¿Desde cuándo el alcohol hace que los problemas desaparezcan?- Cuestionó más que molesto Jacob y su hijo solo centró su mirada en un punto invisible en el suelo

*

Iker sentía auténtica desesperación. ¿Cómo haría para huir de ese compromiso? La única manera de escapar sería convencer a su prometida de que una boda entre los dos sería una pésima idea, pero esa era una tarea muy complicada.

Alondra recibió un mensaje de su prometido poco después en dónde él le pedía verse. Ella se vistió muy hermosa para cautivarlo y con una sonrisa en su rostro se dirigió al lugar de la cita. Se sintió un poco desanimada de haber puesto tanto empeño en su apariencia cuando Iker aparentaba no estar interesado en su aspecto.

Iker vio a Alondra llegar y respetuosamente se puso de pie para esperar que ella se sentara primero. Ella quiso besar sus labios, pero el dió vuelta su rostro para evitar ese gesto tan íntimo entre los dos.

-Vamos a casarnos, ¿Por qué estás tan distante luego de que pasamos la noche juntos?- Alondra le preguntó en voz baja con tristeza

-No te amo, ¿Entiendes? Solo estuve contigo porque bebi demasiado, no por amor. Eres muy linda, pero no me interesas en el modo en que esperas hacerlo- Intentó ser franco sin faltarle el respeto con palabras muy bruscas o malsonantes

-Yo te amo y te aseguro que es suficiente por los dos- Alondra lo observó con genuina esperanza en su mirada

-Asi no funcionan las cosas, entiéndeme. Yo no te amo ni te amaré. No es suficiente con que me ames si yo no siento nada por ti. Podrás ser mi esposa, pero jamás serás mi mujer en todo el sentido de la palabra. Si quieres ser infeliz y aceptas mis condiciones puedes seguir adelante con esta boda- Alondra sintió ganas de llorar y su labio tembló ligeramente. Respiró profundamente y lo miró con decisión

-Solo te divorciarás de mi cuando yo te pida el divorcio, espero que lo sepas. Haré que te enamores de mi Iker Spencer- Afirmó y el se sintió aún más miserable

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