- Ross, despierta por favor, despierta. - decía Albuz. La tuvo toda la noche en vela, no durmió por cuidarla, prefirió estar despierto ante cualquier amenaza y esa amenaza era Grindelwald. Rosseta yacía sobre la cama, estaba en un sueño profundo del que no podía despertar. (En los señor de Rosseta)Estaba en un campo lleno de flores, sobre su cuerpo llevaba una gran vestido blanco que besaba el verde césped y junto a ella una nombre anciana la acompañaba. - Debes controlar tus poderes. - dijo la Mayor. Ella apareció en sus sueños en cuanto Rosseta perdió la conciencia después de conquistar al Gigante. La Mayor ahora era su guía y le enseñaba como controlarlo y sobre todo, como enfrentarse al último elemento por domar. - En ti viví la Antirosseta que espera ser liberada de su jaula, no dejes que ella te controle y no dejes que salga, mantenla dentro y cuando sientas que ella quiere salir, domínala y revierte su poder. - ¿Me ayuda a controlarla? - preguntó Rosseta sin dejar de cami
Ir con el corazón latiendo sin control por temer lo peor era algo que no le gustaba a Rosseta, pero no tenía de otra. Caminó con la ayuda de sus amigos y entró en aquella parte oscura del bosque, llena de una espesa neblina que era imposible ver más allá. Montada en Rayas al igual que el Fénix se posaba en la parte trasera por temor a perderse en la neblina entraron guiados por Cristal y Rabito. Cuando al fin atravesaron la espesa neblina observaron un mundo diferente al que imaginaban, ya que ese lugar parecía un verdadero paraíso, lleno de flores, aire fresco, vegetación y animales silvestres. Pero que los ojos no te engañen, bien podía ser un espejismo y una trampa, eso bien lo sabía Ross. Respiró observando todo a su paso, los animales ahí dentro se veían tan reales que era imposible decir que son creaciones oscuras, parecían tiernas y hasta domesticadas. Rosseta y sus cuatros amigos caminaron hasta llegar a lo que era un jardín incluso más bello que el mismo paraíso. Fénix de
¿Qué era peor que perder al amor de tu vida y no saber dónde está? no había respuesta para eso. Así se sentía Albuz en su forma de licántropo, totalmente desesperado sintiendo como su corazón estaba por abandonar su cuerpo, sus patas ardían de tanto correr, su olfato había captado todo tipo de olores, pero ninguno era de ella, de sus Rosseta. Tras recorrer todo el bosque de Avfa se detuvo a descansar. La fría noche había caído y no la encontró, dio un fuerte aullido a la luna reclamando su gran pérdida, pero ella no respondió, prefirió ocultarse como una gran cobarde. - ¡ROSSETA! - volvio a gritar Albuz en su forma humana mirando una vez más a la luna. . . . . . . . - Albuz, hemos buscado por todos lados. - dijo Casandro con gran pesar. - el resultado sigue siendo el mismo, Rosseta sigue sin aparecer.- Sigan buscando. - ordenó con voz dura al igual que su rostro. Era una semana interminable de búsqueda, no había rastro ni pista de su dulce Rosseta. - no paran hasta encontrarla. Ca
(Lo que sucedió cuando Rosseta desapareció)Después de haber sido trasladada con la sombra fue a parar a un bosque totalmente diferente, donde diversos agujas de metales la rodeaban como espejos. Ya no sentía debilidad por tal metal, no causaba efecto en ella, el quinto elemento había sido desbloqueado y con él algo más. Rosseta se puso de pie y empezó a caminar por el sólido y frío metal. Cada paso que daba lo endurecía. Caminó hasta donde se encontraba una gran jaula, donde estaban sus amigos encerrados. Se acercó apresurada y con tan sólo mover las manos abrió la puerta. Los elementos al igual que Raya salieron y fueron a abrazarla. - salgamos de aquí. - dijo Rosseta al sentir el calor de sus amigos. Los cinco empezaron a caminar, no avanzaron ni dos minutos en los laberintos de espejo cuando una carcajada se escuchó como un eco retumbando los oídos. Rosseta observó por todos lados preparada para defenderse y en cuanto sus ojos miraron a los espejos de enfrente, miró a los antime
Rosseta caminó muy despacio hasta la cabaña del Alfa. El lugar era oscuro y hasta algo tenebroso que lo poco que sé podía visualizar sólo eran estatuillas y pigmentos en la paredes, pero gracias a sus ojos veloces, ella podía ver muy bien dentro de aquel lugar. - Camina hacia mí, muchacha - escuchó una voz fuerte venir desde el fondo de la cabaña. Rosseta obedeció y siguió la voz. Entre más se acercaba, observaba unos ojos brillar en la oscuridad, eran amarillos y tenebrosos que obligaban a bajar la mirada, pero ya no a ella, ya no esta vez. Miró a un hombre sentado en lo que era una silla de huesos puros, su tórax descubierto y de grandes garras. Alfa King se detuvo en la mirada inocente de Ross, se puso de pie y la tomó del mentón, clavó sus grandes garras en la piel de Ross y obligó a que la vea. - Yo te conozco. - dijo sin quitarle la mirada. - eres la muchacha que cazábamos cuando el mago decidió salvarte ¿Eres algo para él? - preguntó con bastante fuer
Rosseta y Lumina llegaron en la madrugada a la aldea. Como se tenía planeado nadie las vio entrar ni salir, todo gracias al hechizo de Ross.Decidió ir hasta la alcoba, estaba algo cansada por todo lo que corrieron en la noche. Dejó caer su cuerpo en las sábanas blancas y muy despacio cerró los ojos hasta entrar en un profundo sueño.(En los sueños de Rosseta)- Rosseta, mi niña tienes que apresurarte e ir con Albuz. Él te necesita. - dijo Magdalena al sujetar sus manos. Sus ojos estaban tristes y cansados, algo le pasaba, pero trataba de disimularlo.- Señora Magdalena, estoy en eso. - respondió Rosseta con algo de ánimo ante la mujer. - tengo tres días para que mi loba interior salga y sé que voy a lograrlo. Cuando llegue mi transformación saldré de aquí tan rápido me sea posible. Sólo la loba me haría invisible ante mis enemigos. Mi magia no sería vista por ellos. Si llegó a ocuparla enviaría señales y podrían encontrarme, es mejor esperar a mi transformación. - la mujer estiró sus
- Muchacha, acompáñame. - dijo el hombre con potente voz. Dejó de verla le dio la espalda y empezó a caminar.Rosseta asintió ante su orden. No podía darle un no, era mejor obedecer para no levantar sospechas. Caminó de tras del Alfa King hasta llegar a lo que era una zona donde una gran tienda se encontraba y dentro de esta hombres heridos, desangrándose, mientras pedían algo de ayuda.- ¿Qué sucedió? - preguntó curiosa y con el corazón por salirse al ver a los hombres recostados sobre camillas.- Fueron atacados por el Mago y su magia, eso fue lo que sucedió. - respondió molesto. - como nueva tu deber es curar de sus heridas al igual que el resto de las mujeres. Muchos de esos quizás no sobrevivan la noche. - ofreció un brebaje de color verde. - para calmar su dolor, trata las heridas con esto. - arrugó su rostro y se marchó tan rápido como le fue posible.Rosseta observó aquel fresco con líquido verdoso, después de mirada recayó en las agonías de los hombres. Parecían que fueron a
- Señor. - llamó el hombre a quien Rosseta había curado y salvado de las puertas de la muerte. - es un milagro, estoy vivo y sano. - dijo emocionado.La mirada del Alfa King no mostraba felicidad, estaba seria que era incapaz de sonreír por tal milagro vivido en su aldea. - ¿Cómo es esto posible? - preguntó con tono molesto. Miró a Rosseta, la tomó del brazo y le dijo. - Te di una orden y no la obedeciste. - Hice algo mejor, lo salve de la muerte como puedo hacerlo con cada uno de los enfermos que están en la tienda.- Ellos no tienen oportunidad, están contaminados. Su sangre se convertirá negra y tendrán una muerte horrible sino lo ayudamos. - Gaspar no muestra ningún síntoma. - mencionó al hombre que había curado. - está bien, está mucho mejor que antes y tal contaminación a desaparecido de todo su sistema.- ¿Cómo estás tan segura? ¿Cómo sabré si el día de mañana no se convertirá e un oscuro y querrá atacarnos? Responde.Rosseta no podía decir el porqué de su seguridad, la des