(Lo que sucedió cuando Rosseta desapareció)Después de haber sido trasladada con la sombra fue a parar a un bosque totalmente diferente, donde diversos agujas de metales la rodeaban como espejos. Ya no sentía debilidad por tal metal, no causaba efecto en ella, el quinto elemento había sido desbloqueado y con él algo más. Rosseta se puso de pie y empezó a caminar por el sólido y frío metal. Cada paso que daba lo endurecía. Caminó hasta donde se encontraba una gran jaula, donde estaban sus amigos encerrados. Se acercó apresurada y con tan sólo mover las manos abrió la puerta. Los elementos al igual que Raya salieron y fueron a abrazarla. - salgamos de aquí. - dijo Rosseta al sentir el calor de sus amigos. Los cinco empezaron a caminar, no avanzaron ni dos minutos en los laberintos de espejo cuando una carcajada se escuchó como un eco retumbando los oídos. Rosseta observó por todos lados preparada para defenderse y en cuanto sus ojos miraron a los espejos de enfrente, miró a los antime
Rosseta caminó muy despacio hasta la cabaña del Alfa. El lugar era oscuro y hasta algo tenebroso que lo poco que sé podía visualizar sólo eran estatuillas y pigmentos en la paredes, pero gracias a sus ojos veloces, ella podía ver muy bien dentro de aquel lugar. - Camina hacia mí, muchacha - escuchó una voz fuerte venir desde el fondo de la cabaña. Rosseta obedeció y siguió la voz. Entre más se acercaba, observaba unos ojos brillar en la oscuridad, eran amarillos y tenebrosos que obligaban a bajar la mirada, pero ya no a ella, ya no esta vez. Miró a un hombre sentado en lo que era una silla de huesos puros, su tórax descubierto y de grandes garras. Alfa King se detuvo en la mirada inocente de Ross, se puso de pie y la tomó del mentón, clavó sus grandes garras en la piel de Ross y obligó a que la vea. - Yo te conozco. - dijo sin quitarle la mirada. - eres la muchacha que cazábamos cuando el mago decidió salvarte ¿Eres algo para él? - preguntó con bastante fuer
Rosseta y Lumina llegaron en la madrugada a la aldea. Como se tenía planeado nadie las vio entrar ni salir, todo gracias al hechizo de Ross.Decidió ir hasta la alcoba, estaba algo cansada por todo lo que corrieron en la noche. Dejó caer su cuerpo en las sábanas blancas y muy despacio cerró los ojos hasta entrar en un profundo sueño.(En los sueños de Rosseta)- Rosseta, mi niña tienes que apresurarte e ir con Albuz. Él te necesita. - dijo Magdalena al sujetar sus manos. Sus ojos estaban tristes y cansados, algo le pasaba, pero trataba de disimularlo.- Señora Magdalena, estoy en eso. - respondió Rosseta con algo de ánimo ante la mujer. - tengo tres días para que mi loba interior salga y sé que voy a lograrlo. Cuando llegue mi transformación saldré de aquí tan rápido me sea posible. Sólo la loba me haría invisible ante mis enemigos. Mi magia no sería vista por ellos. Si llegó a ocuparla enviaría señales y podrían encontrarme, es mejor esperar a mi transformación. - la mujer estiró sus
- Muchacha, acompáñame. - dijo el hombre con potente voz. Dejó de verla le dio la espalda y empezó a caminar.Rosseta asintió ante su orden. No podía darle un no, era mejor obedecer para no levantar sospechas. Caminó de tras del Alfa King hasta llegar a lo que era una zona donde una gran tienda se encontraba y dentro de esta hombres heridos, desangrándose, mientras pedían algo de ayuda.- ¿Qué sucedió? - preguntó curiosa y con el corazón por salirse al ver a los hombres recostados sobre camillas.- Fueron atacados por el Mago y su magia, eso fue lo que sucedió. - respondió molesto. - como nueva tu deber es curar de sus heridas al igual que el resto de las mujeres. Muchos de esos quizás no sobrevivan la noche. - ofreció un brebaje de color verde. - para calmar su dolor, trata las heridas con esto. - arrugó su rostro y se marchó tan rápido como le fue posible.Rosseta observó aquel fresco con líquido verdoso, después de mirada recayó en las agonías de los hombres. Parecían que fueron a
- Señor. - llamó el hombre a quien Rosseta había curado y salvado de las puertas de la muerte. - es un milagro, estoy vivo y sano. - dijo emocionado.La mirada del Alfa King no mostraba felicidad, estaba seria que era incapaz de sonreír por tal milagro vivido en su aldea. - ¿Cómo es esto posible? - preguntó con tono molesto. Miró a Rosseta, la tomó del brazo y le dijo. - Te di una orden y no la obedeciste. - Hice algo mejor, lo salve de la muerte como puedo hacerlo con cada uno de los enfermos que están en la tienda.- Ellos no tienen oportunidad, están contaminados. Su sangre se convertirá negra y tendrán una muerte horrible sino lo ayudamos. - Gaspar no muestra ningún síntoma. - mencionó al hombre que había curado. - está bien, está mucho mejor que antes y tal contaminación a desaparecido de todo su sistema.- ¿Cómo estás tan segura? ¿Cómo sabré si el día de mañana no se convertirá e un oscuro y querrá atacarnos? Responde.Rosseta no podía decir el porqué de su seguridad, la des
Ante los ojos y luz de la luna llena dos hermosas lobas corrían por el bosque. Una era de un pelaje amarillo al igual que sus ojos dorados y la otra era de un pelaje blanco, ojos color plata que por un momento tiraban fuego. Ambas lobas eran feroces, cada paso que daban provocaran grandes torbellinos. A sus costados corrían los espíritus de cada elemento y junto a ellos Rayas. Grandes animales que parecían guardar y proteger el bosque con cada toque, dejando de tras un pequeño humo de luz que remediaba cada planta marchita y cada ser vivo herido. Cuando al fin pararon, tomaron la forma humana que merecía cada mujer.- ¡Eso fue increíble! - dijo Rosseta sin dejar de sonreír. Su loba interior al fin había despertado y la experiencia fue de lo más mágico. Ahora entendía a Albuz cuando se transformaba en licántropo. - estoy lista. - habló tocando su collar.- ¿Cuándo piensas irte? - pteguntó Lumina sin dejar de mirarla a los ojos.- Al medio día, cuando los hombres estén sanados y se de
Alfa King corrió con gran fuerza con Rosseta en su espalda hasta llegar a la tienda. La dejó en el suelo y terminó por convertirse en humano. Al tener su forma caminó hasta donde ella y la tomó del mentón al mismo tiempo que clavaba sus ojos fríos y oscuros con los de ella.- No vas a ningún lado. - gruñó. - aunque hayas ganado la batalla, tu lugar es este. Como enfermera y próximamente como mi acompañante.Rosseta hundió su mirada con la de él, entendiendo a la perfección sus palabras.- ¡Nunca! - gritó y se soltó de su agarre. - yo ya tengo un acompañante y no lo es usted. Mi corazón tiene dueño y lo tendrá para siempre. - ¿Quién es?- No le interesa.- Me enfrentaré con él para tenerte a mi lado.- Jamás va a lograrlo.Alfa King sonrió dejando ver sus colmillos por aquel comentario inapropiado.- Voy a destruirlo. - habló como si se tratase de un mandamiento. - Rosseta ahora perteneces a la tribu, escapar es imposible. - ató sus manos a un barandal y se dispuso a caminar para dej
- ¿Por qué se quedan ahí sin hacer nada? he dicho que saquen a esta muchacha de mi vista. - volvió a decir Albuz. Sus ojos no mostraban ni pizca de emociones por ver a Rosseta, tal parecía que ella ahora era una desconocida o más bien su enemiga. Rosseta lo miró fijamente a los ojos, no estaba dispuesta a perder. Se sabía que los hechizos o conjuros se rompen por la persona quien los había y creado, en este caso fue el propio Albuz y eso era una desventaja, ahora tenía que buscar la forma para que el la recordara e iba hacer eso. Camino muy cerca hasra él, levantó su mano e indicó el anillo de compromiso.- No puedes pedir que saquen a tu esposa. - dijo con voz, firme y sin despegar el contacto visual. - ¡¿Mi esposa?! esto debe de ser un mal chiste.- Lo soy Albuz, soy tu esposa y aunque no me recuerdes voy a hacer hasta lo posible para que lo hagas. - tomó una carta más que le quedaba. - este collar me lo diste. - agregó.Albuz observó aquella pieza, era el regalo de sí padre y ah