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Capítulo 3. Abandonado en el altar.

William

Por fin había llegado el día el cual seria el más feliz de mi vida, sabía que después de hoy me convertiría en el hombre más feliz de la tierra. Casarme con la mujer que amaba era un sueño hecho realidad y nada podía opacar toda la felicidad que sentía.

Tenía algo de resaca por la despedida de solteros que me habían organizado mis amigos el día de ayer, pero el malestar se disipaba al pensar en Ashley, la mujer que había robado mi corazón desde que la conocí, había quedado completamente cautivado con ella por su belleza, pero a medida que la iba conociendo más, que iba descubriendo que no solo era hermosa, si no que una mujer increíble, era independiente, luchadora, amable, bondadosa y tenia un corazón tan hermoso como ella, por eso estaba seguro de que ella era la mujer perfecta para compartir mi vida.

— Señor ya todo está listo.— dijo mi asistente Rebeca al teléfono.

— Está bien Rebeca, sé que era tu día libre así que te agradezco mucho lo que haces por mí.

— No se preocupe señor.— respondió ella amablemente.— nos vemos en la iglesia en una hora.

En una hora estaría frente a la mujer de mi vida, me moría por verla caminando hacía mí con su vestido blanco, ya puedo imaginar lo hermosa que se vería, sería como un sueño hecho realidad.

Camino a la iglesia me sentía cada vez más ansioso, ya quería que nos declararan marido y mujer, estar casado legalmente con el amor de mi vida y asegurarme que nadie la pudiera arrebatar de mi lado.

Cuando llegue y me di cuenta que todo estaba decorado justo como ella quería, estaba seguro que le encantaría, la decoración era bastante modesta pero Ashley no deseaba una boda grande por lo de su hermano y yo solo quería complacerla, además estaba feliz con este resultado y ya quería verla sonriendo tan brillantemente como solo ella podía, pero pronto empezaron a transcurrir los minutos y todos estábamos listos para comenzar la ceremonia, pero hacía falta ella, se estaba retrasando.

— Wiliam esto es ridículo.— dijo mi hermano Clay.— ya debería estar aquí hace quince minutos.

— No te preocupes hermano.— le dije.— a esta hora el tráfico es un caos y las mujeres siempre necesitan unos minutos más.

No estaba preocupado porque ella no viniera, Ashley no me haría una cosa así, si estaba retrasada debería ser porque algo debió pasar con su maquillaje o el trafico, pero ella vendría.

— Cómo digas, solo sé que se está retrasando y tengo cosas que hacer con aquella preciosura que no deja de mirarme.— dijo señalando con la mirada a una chica rubia que estaba unas filas más allá de nosotros.

Cuando se empezó a hacer un poco más tarde no pude dejar de pensar en el hecho de que se estaba tardando demasiado y los minutos seguían pasando. También pensé que le pudo ocurrir algo mientras venía hasta aquí y eso me preocupo mucho, esperaba que ella estuviera bien, pero algo me estaba haciendo sentir que esto no era así.

Solo podía rogar porque ella entrara por esa puerta luciendo hermosa, que solo se tratara de un retraso y yo estuviera pensando las cosas demasiado.

— Creo que ya espere suficiente.— dijo mi madre levantándose de su asiento.— no esperaré un minuto más y tú tampoco deberías hacerlo Wiliam.

— Mamá por favor siéntate, algo debió ocurrirle y no debe tardar en llegar. — Dije esperando que esto fuera así.

— Oh por supuesto que algo le ocurrió.— Aseguró ella, mirándome como si lo supiera todo. — se arrepintió de estar contigo, te lo dije, ella no te conviene.

— Mamá deja de hablar de Ashley, si ella no esta aquí debe haber una buena razón detrás, así que por favor no vuelvas a decir nada de ella y siéntate. — masculle molesto y empecé a llamar a Ashley de inmediato, pero fue en vano, tenía el teléfono apagado y empecé a preocuparme de que de verdad le pudiera haber pasado algo.

¿Dónde estás Ashley? ¿Por qué no llegas?

— Rebeca necesito que mandes a alguien a revisar que Ashley este bien, que no le pasara nada y si es necesario que den aviso a la policía y me llaman de inmediato a mí también.— dije nervioso y preocupado, pensé en ir a buscarla yo mismo, pero tenía miedo que ella apareciera y no me encontrara aquí.

— Si señor. — aceptó Rebeca y se fue hacía un lado para organizar esto.

Ya había pasado más de una hora y Ashley aun no llegaba, haciéndome sentir cada vez más ansioso y preocupado, tenía la esperanza de que solo fuera un retraso y por eso me había quedado aquí, pero ahora sentía que debió pasarle algo, solo así ella no aparecería.

Algunas personas ya comenzaban a irse y como no eran tantos invitados, el lugar cada vez se sentía más desolado.

— Rebeca ¿Todavía no hay noticias de Ashley? — pregunte cada vez más preocupado, mi corazón estaba inquieto.

— No señor, mande un detective pero me dice no hay nadie en su apartamento, esta intentando dar con su paradero. — respondió Rebeca y mi corazón, se apretó, sabía que algo le debió haber pasado, tenia que buscarla y asegurarme de que estaba bien.

— Voy a ir a buscarla también. — dije ansioso, ya no podía esperar más, tenía mucho miedo de que ella estuviera en gran peligro.

— Wiliam espera.— escuche gritar a mi madre a lo lejos.— tienes que ver esto.

Mi corazón se detuvo de inmediato, tenia miedo de acercarme y enterarme de que algo malo le había pasado a Ashley, no podría soportar que le ocurriera nada, ella tenía que estar bien.

— Esto no es posible.— dije perdiendo el equilibrio al ver lo que mi madre me estaba mostrando, no entendía como otra empresa podía sacar al mercado nuestra tecnología como si fuera suya. — Esto estaba muy bien resguardado, es imposible.

— No es imposible hijo, ya ocurrió.

— ¿Quién pudo hacer algo como eso? — pregunté tratando de pensar en alguien que pudiera tener acceso a esto y me traicionara.

— Supongo que fue alguien que no está aquí.— respondió mi mamá mirándome fijamente.— es evidente Wiliam.

— Por supuesto que no.— dije firmemente.— ella jamás haría algo como eso.

— Hablé con alguien en la empresa y me informó que todo apunta a ella. — replicó mi madre acercándose a mí.

— No voy a creer esto, estoy seguro de que Ashley nunca haría algo así, ella no es ese tipo de persona, debe haber un malentendido. — afirmé, no entendía muy bien que estaba ocurriendo en este momento, pero estaba seguro de Ashley nunca haría algo así, mi temor seguía siendo era que le estuviera pasando algo en este momento. — Rebeca investiga esto de inmediato, verifica todo.

Sentía que mi cabeza iba a estallar, primero Ashley aun no llegaba y ahora ocurría esto con la empresa, yo no creía que Ashley tuviera algo que ver con el robo de información, pero no entendía porque ella no aparecía aun y cada vez me sentía más preocupado por su bienestar.

— Señor, ya hable con la persona al frente de este proyecto, me dice que la información fue robada desde su acceso a la red interna de la empresa, como si lo hubiese hecho usted. — explico Rebeca y yo negué con la cabeza incrédulo, Ashley había estado algunas veces en mi oficina estos últimos días, había ido a llevarme comida porque yo había estado trabajando mucho y si la había dejado sola cuando tenia algo más que hacer, pero era imposible que ella hiciera algo como esto, a ella no le interesaba el dinero y nunca haría nada que perjudicara a otra persona.

— Esto no puede ser, que investigué bien, tal vez hackearon nuestro sistema, que haga su trabajo correctamente y haga una investigación exhaustiva antes de señalar a alguien. — Masculle apretando los dientes, no soportaba que todos estuvieran acusando a Ashley sin ninguna prueba, yo no la creía capaz de hacer algo así.

— Señor él dijo que al ver que todo indicaba que fue ella investigo sus cuentas y demás y me envió esto — dijo Rebeca mostrándome su teléfono y al ver lo que había ahí, me estremecí, era una trasferencia a la cuenta de Ashley con una gran suma de dinero, esta había sido realizada el día de ayer.

Ashley no tenia de donde sacar tanto dinero, aunque me costaba aceptarlo ya no podía seguir negándome a creer esto, ahora entendía porque ayer ella me había dicho para cancelar la boda, era porque ya había obtenido lo que quería de mí y yo como un tonto me negué a hacerlo.

El dolor que estaba sintiendo en mi pecho era terrible, sentía que no podía ni siquiera respirar y me derrumbe justo donde estaba, cuestionándome tantas cosas que solo me hacían más daño.

¿Cómo se había atrevido a hacer algo como esto?

¿Nunca sintió amor por mí?

Era solo lo que podía pensar, no solo me humilló y me dejó plantado en nuestra boda, sino que vendió a la competencia la información de un software en el que teníamos mucho tiempo y dinero invertidos, esto seria una gran perdida para la empresa, nos costaría millones, pero al parecer a ella no le importaba nada de esto, yo no le importaba y eso era lo que más me dolía.

Ahora no sabia como iba a lidiar con esta enorme perdida, esto pondría a la empresa en peligro de irse a la ruina. Sin contar como me sentía, estaba destruido, sentía que mi vida se había acabado.

La mujer que amaba, la mujer a la que le había entregado todo, con quien quería pasar el resto de mi vida, me había abandonado por dinero, yo pude darle todo lo que quisiera, pero ella prefirió obtenerlo haciéndome daño. Me costaba tanto creer que esa chica dulce que creí que era, pudiera hacerme algo así, no conseguía asimilarlo.

— Hijo todo estará bien— dijo mi padre sentándose a mi lado.— hemos pasado por cosas peores en la empresa, esto lo solucionaras rápido. No te preocupes.

— Eso no me atormenta papá.— dije aguantando las ganas de llorar, yo nunca lloraba, pero ahora sentia una infinita necesidad de hacerlo, sentía que me estaban desgarrando el corazón.— Papá por favor dime que esto no es cierto, que es una m*****a broma de mal gusto y ella va a aparecer en cualquier momento por esa puerta.

Esto era lo que más deseaba, aunque en este momento ya era ridículo aferrarse a esta posibilidad.

— Lo siento hijo, pero no te puedo mentir, todo indica que fue ella quien lo hizo. — dijo dándome unas palmadas en la espalda.— debes levantarte y seguir adelante.

Sentía que no podía, que no quería, porque me dolía enormemente el corazón, pero era algo que tenía que hacer, necesitaba salir de aquí, ya todos se habían ido y ahora es que yo me daba cuenta, estaba tan sumergido en Ashlay y en lo que estaba ocurriendo que no había prestado atención a nada más.

Salimos de la iglesia y como si el cielo supiera lo que sentía empezó a caer una gran tormenta. Me sentía totalmente perdido y me derrumbe justo frente a la iglesia, el dolor en mi pecho me estaba matando.

— Hijo, levántate, vamos a casa. — dijo mi padre.

— Déjame solo. — rugí sin moverme de donde estaba y él se alejo, supongo que comprendiendo que necesitaba espacio.

Esperaba que esto fuera todo una mentira y que ella apareciera aquí para explicarme lo que realmente sucedió, para finalmente casarnos, pero ella no apareció en ningún momento a pesar de que la espere por horas bajo la lluvia, dejando que las gotas de agua se llevaran mis lagrimas, mientras más tiempo pasaba me sentía mucho más destrozado y toda mi esperanza iba desapareciendo.

Estuve tan equivocado al confiar y enamorarme de ella, ahora solo quedaba un profundo dolor en mi pecho y me sentía patético al estar aquí arrodillado bajo la lluvia esperando a alguien que nunca iba a aparecer.

— Hijo por favor levántate ya, vamos a casa, que te vas a enfermar. — pidió mi padre, que había estado esperando todo este tiempo en su auto, preocupado y yo asentí e intente levantarme aunque mis piernas no respondían muy bien al estar tanto tiempo en la misma posición, bajo el inminente frío y la lluvia.

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